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Prevención en cáncer de mama: algunas reflexiones

El cáncer de mama (CM) es una enfermedad maligna de prevalencia media en nuestro país y que sin embargo arrastra una percepción social de mucha mayor entidad que lo que las estadísticas realmente le atribuyen.

De hecho, comparando datos epidemiológicos de los países de nuestro entorno sociológico y cultural, el cáncer de mama en España (15.7 casos por 100.000 mujeres) es escasamente el doble de prevalente que entre las mujeres mexicanas (7.2 casos por 100.000), pero vez y media menos prevalente que en USA (22.4 por 100.000). En el entorno europeo, los países sajones y del norte soportan prevalencias mucho más elevadas (29.3 para Gales-Gran Bretaña, 27.0 para Irlanda, 26.8 en Bélgica y en Holanda, 22.3 en Alemania), tal y como se expresa en la figura 1. Probablemente si consideramos que la enfermedad cardiovascular, en general, agrupando la enfermedad coronaria y los accidentes cerebro-vasculares matan al 42 % de las mujeres y el cáncer de mama a menos del 6 % estaríamos más cerca de entender la enorme repercusión de cada una de ambas.

Figura 1. Epidemiología del cáncer de mama por países-estados en orden decreciente. Nótense las enormes diferencias entre los países sajones y del norte-centro de Europa y el resto, señalándose entre los de moderada prevalencia los de la cuenca mediterránea, como España, Grecia, Yugoslavia y otros países.

No es intención de este trabajo hacer un abordaje poblacional del problema sino tan solo leves referencias a las consecuencias generales para enmarcar su importancia. Así, desde un punto de vista más personalizado, puede afirmarse que, en el ámbito de nuestro país, una de cada veinte mujeres desarrollará cáncer de mama (CM) antes de los 75 años de edad. La edad media al diagnóstico de la enfermedad es de 57-58 años, estando el 66 – 67 % de todas las pacientes diagnosticadas en status postmenopáusico (Ministerio de Sanidad y Consumo); la mayoría de los casos se agrupan en la franja de edad de entre 56 y 60 años, seguido por el grupo etario de los 61 a 65 años.

Una vez inicialmente enmarcado el problema del CM, los anteriores datos epidemiológicos dan una idea aproximada de la importancia del tema, habida cuenta de que la identificación de los diferentes factores de riesgo para CM (expresados resumidamente en la tabla 1) no sirve por sí solo para discriminar adecuadamente a la población total que va a ser afecta por la enfermedad. De hecho, el 85 % de las mujeres que desarrollan un CM no tienen otro factor de riesgo que su edad. Otros intentos de identificación de mujeres de alto riesgo tampoco han dado los resultados apetecidos.

Así, la aplicación del modelo de Gail, diseñado con este fin para la población americana inicialmente de raza blanca y revisada anualmente (Pastor Clemente et al, 2005) (y que se expresa en la tabla 2), a una población diferente que para la que fue diseñada, concretamente en Valencia, solo habría permitido identificar al 40 % de las mujeres diagnosticadas de CM como población de “alto riesgo” (Gail et al, 1998). De hecho, sólo una minoría de pacientes con CM presenta alguno de los factores de riesgo relacionados en la tabla 1 y, por el contrario, en aquéllas en las que estén presentes uno o más, no van a desarrollar nunca la enfermedad. Puede argumentarse así, que el modelo de Gail es un buen instrumento como predictor del riesgo de una población determinada dedujeres pero es un mal predictor del riesgo de una mujer determinada, tan solo levemente superior que el poder predictor de la suerte; en este sentido, el propio Gail afirmaba que el modelo proporciona “unas probabilidades proyectadas en un intento por proveer una ayuda en la toma de decisiones clínicas y, a pesar de considerable incertidumbre, puede servir como un complemento útil a la experiencia clínica y a la intuición” (Gail et al, 1998). Ello obliga a aplicar criterios muy selectivos a la hora de decidir cualquier tipo de prevención primaria aplicada a población general (Montero 2004). Además, en esta época los criterios de eficacia e incluso los de efectividad clínica están continuada y cada vez más obligadamente condicionados por la eficiencia de dichas medidas que se aplicarán o no en función de las posibilidades presupuestarias y de los recortes en los catálogos de prestaciones que la coyuntura económica aconsejen realizar en cada momento.

Prevención en epidemiología

Resumidamente sabemos que CM es el tumor maligno más frecuente y primera causa de muerte por cáncer (de momento) entre las mujeres españolas (Ministerio de Sanidad y Consumo, 1998) y que una de cada 8 mujeres desarrollará un CM invasivo a lo largo de su vida. Como anotábamos arriba los dos más significativos FRs son el sexo y la edad. De hecho, la mayoría de las mujeres diagnosticadas de CM no presentan ningún factor de riesgo y tampoco tienen historia familiar de CM (www.komen.org). Sin embargo, el 48% de todas las mujeres diagnosticadas de CM invasivo morirán de su enfermedad en los próximos 20 años y se sabe que algunos tumores pueden existir 6 a 10 años antes de alcanzar el tamaño como para ser detectados en las mamografías (Mx) de screening (www.natlbcc.org), basándonos en algunos casos de CM diagnosticados 20 años atrás.

Con los antecedentes epidemiológicos que se apuntan consideramos pertinente profundizar siquiera brevemente en los conceptos de prevención en epidemiología, toda vez que, precisamente para el CM, a veces, entre determinados grupos de población pueden confundirse conceptos como prevención primaria y secundaria, cribado poblacional y selección de grupos de riesgo, detección precoz, ¿temprana?, prevención, etc. Parece pertinente repasar brevemente esos conceptos:

Prevención primaria: tiene como objetivo fundamental disminuir la incidencia mediante la intervención sobre la prevalencia de los factores de riesgos en la población

  • Factores no modificables (genéticos, raza, edad, sexo, etc)
  • Factores modificables (hábitos de vida, ingesta grasa, ejercicio físico, etc)

Con la detección de los FRs se trata de evitar el primer accidente de la enfermedad en cuestión, mejorar la supervivencia con calidad de vida y, al tiempo, disminuir los costes sanitarios del tratamiento de la enfermedad gracias a la intervención preventiva.

Debe entenderse por quimioprevención toda intervención farmacológica con nutrientes específicos o agentes químicos para suprimir o invertir la carcinogénesis y prevenir el desarrollo de cáncer invasivo (Mavne y Lippman, 1997)

Prevención secundaria: tiene como objetivo fundamental detectar en población aparentemente sana a las personas que pueden estar enfermas. Se trata por lo tanto de detectar precozmente el trastorno con toda una serie de pasos consecutivos:

  • Establecer un diagnóstico temprano.
  • Tratar pronta y adecuadamente la enfermedad.
  • Evitar nuevos accidentes, nuevas apariciones del trastorno.
  • Conservar la calidad de vida.
  • Retrasar la muerte.
  • Disminuir los costes globales, tras los objetivos previos.

En nuestro país los programas de prevención secundaria con cribados poblacionales se iniciaron hace ahora más de 20 años (Navarra en primer lugar en 1990) y en el momento actual hay 12 comunidades autónomas que lo aplican a la población diana de mujeres de entre 50 y 64 (65 a veces) años, con despistage bienal en ese periodo; las otras cinco adelantan el reclutamiento a los 45 años. Navarra lo extiende hasta los 67 años y, recientemente, Castilla y León lo lleva hasta los 70 años. La técnica universal de cribado es la Mamografía bilateral en doble proyección y en periodos bienales independientemente de los FRs que se consideren (Ministerio de Sanidad y Consumo, 1998).

Debe tenerse en cuenta que el riesgo relativo (RR) de muerte por CM en una mujer que no realiza Mx comparado con la que hace periódicamente, es 1.3 (30% de incremento sobre el riesgo teórico de la unidad)

Evaluación del cribado poblacional

Se hace necesario evaluar de forma objetiva los cribados poblacionales toda vez que en nuestro país jamás hasta la fecha, se han tomado medidas en absoluto para la prevención primaria de CM. El argumento sería el alto coste sanitario, en secundarismos quizás, y económico, pues los presupuestos se dedican a la prevención secundaria y que todavía no existiría evidencia suficiente como para poder argumentar esa determinada medida de prevención primaria (Neyro, 2006)

Para la evaluación de la efectividad clínica de los programas de cribado se emplean diversos parámetros entre los que resultan particularmente informativos los dos que siguen:

  • Tasa de participación: nº de mujeres examinadas finalmente por cada 100 citaciones válidas. Se considera aceptable > 60 % y deseable si es >75 %.
  • Tasa de recitación: nº de mujeres citadas para exploraciones complementarias por 100 mujeres examinadas. Es aceptable si es < 7 % y deseable si es < 5 %.

La primera informaría de la bondad de los procedimientos administrativos de gestión del procedimiento en la medida que las citaciones, de forma universal, se realizan de acuerdo con los censos poblacionales y mediante carta de citación de envío domiciliario. La segunda, de la adecuación y la calidad del proceso de lectura e interpretación de las Mx (procedimiento universal de screening en nuestro país), así como de la calidad técnica de su realización en función de las cuales se precisarían o no diferentes procedimientos diagnósticos (ecografía mamaria, magnificación radiológica, etc) (Ministerio de Sanidad y Consumo, 1998).

La tabla 5 recoge algunos de los resultados de entre los comunicados por las propias comunidades autónomas en lo que respecta a las citadas tasas de participación y recitación en orden a apreciar de modo global el estado actual de la cuestión en España.

NC: no comunicado por la propia comunidad autónoma.

Resumen

El CM es una patología de terrible impacto social y personal, muy por encima de lo que su prevalencia en nuestro país parecería permitir comprender. No obstante, permanece como el tumor maligno más frecuente entre las mujeres y aún hoy sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer para ellas.

Tras más de 20 años de iniciados los programas de cribado poblacional en nuestro país, siempre de competencia autonómica, se observan extraordinarias diferencias entre los resultados de estos diversos programas.

Este puede ser un buen momento para plantearse la oportunidad de identificar a las mujeres de alto riesgo de sufrir CM, de cara a estudiar la conveniencia de realizar sobre ellas intervenciones del tipo de la prevención primaria en orden a intentar reducir la sangría que suponen alrededor de 5600 muertes de mujeres por esta enfermedad cada año en nuestro país.

Referencias

  • Ministerio de Sanidad y Consumo. Servicio de Publicaciones. Serie informes Técnicos nº 13. Ministerio Sanidad y Consumo 1998.
  • Pastor Climente IP, et al. Clin Transl Oncol 2005;7:336-43.
  • Gail MH, Brinton LA, Byar DP, et al. Projecting individualized probabilities of developing breast cancer for white females who are being examined annually. J Natl Cancer Inst, 1989; 81:1879 – 86.
  • Montero JM. Prevención primaria del cáncer de mama. SEGO Boletín informativo, nº 19-2º semestre 2004.
  • Ministerio de Sanidad y Consumo. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Cribado poblacional de Cáncer de Mama. 1998.
  • Breast Cancer Q & A/Facts & Statistics, www.komen.org, March 24, 2003.
  • National Breast Cancer Coalition, www.natlbcc.org/, March 10, 2003.
  • Herranz M. El riesgo de cáncer de mama. Conceptos practicos. Med Int 2001 38: 424-36.
  • Mavne ST, Lippman SM. Retinoids and carotenoids. En: Devita VT, Hellman S, Rosemberg SA (eds): Cancer Principals and Practice of Oncology, 5ª ed. Philadelphia. Lippincott-Raven 1997; 585-9.
  • Neyro JL. Presente y futuro de la prevención del cáncer de mama; de la plausibilidad biológica a los hechos clínicos. www.doctoractive.com 2006. Consultado por última vez el 06.01.07.

El estrógeno puede aliviar el dolor en las articulaciones de mujeres posmenopáusicas

Las mujeres posmenopáusicas, que a menudo sufren de dolor en las articulaciones, podrían encontrar un poco de alivio a largo plazo al tomar sólo estrógeno como medicamento, según un nuevo estudio de la Iniciativa de Salud de las Mujeres (WHI), publicado en la revista “Menopause”.

Estudios anteriores de la influencia de los estrógenos sobre síntomas articulares habían hallado resultados mixtos, por lo que los investigadores examinaron los resultados de la WHI, el estudio más grande de la historia del uso de la terapia hormonal en mujeres posmenopáusicas. En concreto, analizaron los datos de un programa en el que las mujeres que se habían sometido a una histerectomía recibieron estrógeno o un placebo.

«Encontramos que las mujeres posmenopáusicas que recibieron estrógeno sólo como medicamento registraron una frecuencia significativamente menor de dolor en las articulaciones que las mujeres que recibieron un placebo», señaló el Dr. Rowan T. Chlebowski, autor principal del estudio y cientíhormonasfico del Instituto de Investigación Biomédica del Centro Médico Harbor-UCLA (LA BioMed) en Los Ángeles (Estados Unidos). «Entre 3% y 5% más de las mujeres que reciben estrógenos tuvieron menos dolor de las articulaciones que las mujeres que tomaron un placebo», concreta.

Entre las 10.739 mujeres posmenopáusicas inscritas en el programa de estrógeno, el 77%% informó que tenían dolor de las articulaciones y el 40% experimentó hinchazón de las articulaciones. Tras un año de tratamiento, la frecuencia de dolor articular fue menor entre las mujeres que recibieron sólo medicamento de estrógeno, en comparación con el grupo placebo (76,3% frente a 79,2%).

Después de tres años, en un subconjunto de las mujeres en el estudio, loa participantes que recibieron estrógeno siguen teniendo dolor en las articulaciones con menos frecuencia que las mujeres que recibieron un placebo (74,2% frente a 79,8%).

«Estos hallazgos sugieren que el estrógeno puede proporcionar un alivio modesto pero sostenido para las mujeres posmenopáusicas que sufren de dolor en las articulaciones», subraya el Dr. Chlebowski. Por ello, aconseja a las mujeres que consulten a sus médicos y equilibren el valor potencial terapéutico de los estrógenos con la información disponible sobre los riesgos y beneficios de la terapia hormonal para la menopausia, incluyendo la advertencia de utilizar la dosis más baja durante el menor tiempo.
Hace ya más de dos años, una publicación indexada internacionalmente recibió un manuscrito que por primera vez atribuía al déficit de las hormonas estrogénicas de los ovarios, a la postmenopauisa en suma, hasta la tercera parte de todas las artrosis de las mujeres. Se hablaba así en el artículo de Herrero-Beaumont por vez primera de la ARTROSIS POSTMENOPÁUSICA.

10º curso de Formación Continuada de Salud de la Mujer

Una veintena de especialistas analizaron  en el paraninfo de la Universidad del País Vasco en
Bilbao, la salud de la mujer en el siglo XXI desde una perspectiva científica. Para ello, se abordaron aspectos
como la artrosis, la revisión global de la salud vaginal y la salud general.

curso2013
Los organizadores de esta décima edición del curso de formación continuada sobre ‘Salud de la Mujer’ han
explicado que esta jornada se desarrolló  en un contexto en el que, según reconoce la Organización Mundial
de la Salud, «aunque las mujeres tienen mayor esperanza de vida que los hombres en la mayoría de los
países, hay una serie de factores sanitarios y sociales que se combinan para hacer que la calidad de vida de
las mujeres sea inferior».
Los riesgos para la salud de la mujer se ven afectados por factores como las desigualdades en el acceso a la
información, la atención y las prácticas sanitarias básicas. Entre los «peligros» que genera la discriminación
sexual, se encuentran la violencia física y sexual, las infecciones de transmisión sexual, el VIH/SIDA, el
paludismo o la neumopatía obstructiva crónica.
Además, la OMS destaca que el consumo de tabaco representa «una amenaza cada vez más importante»
para la salud de la mujer, y en los países en desarrollo las tasas de mortalidad durante el embarazo y el parto
siguen siendo elevadas.
La jornada analizó cuestiones de salud general de la mujer como la incontinencia urinaria,
nutrición y alimentos funcionales, las necesidades de hierro de la gestación al climaterio o la osteoporosis.
También se estudiaron  la artrosis en la mujer y la revisión global de la salud vaginal.
Entre las cuestiones que se abordaron se encuentra el virus del papiloma humano (HPV), «una cuestión
esencial dado que por primera vez en la historia se puede vacunar contra un cáncer», ha explicado uno de los
coordinadores de la iniciativa, el doctor Ricardo Franco, que considera que «existen razones» para
mantenerla «más allá de la adolescencia».
Además, ha resaltado que «se ha descubierto que el gen de este virus no solo incide en el cáncer de cuello
de útero sino que, en determinados caso, tiene su peso en el cáncer de próstata, de pene o de pulmón» y, por
tanto, «no es algo exclusivamente femenino».
Más de 200 profesionales asistierona la jornada, que fue inugurada a por
el presidente de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, Juan Goiria, el presidente del Colegio Oficia

de Médicos de Bizkaia, Cosme Naveda, la directora de Osasun Ikaskuntza Fundazioa, Belén Fernández, y el

presidente de la comisión rectora de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, Francisco Albisu,
además de los doctores Ricardo Franco Vicario y José Luis Neyro, coordinadores del curso.

El estilo de vida podría frenar la pérdida de salud e incluso de estatura.

PEFUME2Las elecciones de estilo de vida de la edad adulta, y no solo los hábitos saludables en la niñez, influyen sobre cuánta estatura se pierde al envejecer, señalan los investigadores de una reciente publicación, según relata el Dr. Neyro en la celebración del Día Mundial de la Salud, siete de abril.

El estudio también halló que la pérdida de estatura relacionada con la edad provee claves sobre otros problemas de salud. Para el nuevo estudio, investigadores estadounidenses y chinos analizaron datos recolectados de casi 18,000 adultos en China, a partir de los 45 años de edad.

«La evidencia muestra que no solo los eventos en la juventud se asocian con la forma en que envejecemos, sino también las decisiones de salud más adelante en la vida», aseguró en un comunicado John Strauss, profesor prensa de la Universidad del Sur de California (Estados Unidos). El Prof. Strauss y su equipo hallaron que la pérdida general de estatura relacionada con la edad era de 3.3 centímetros entre los hombres, y de 3.8 centímetros entre las mujeres. Sin embargo, los adultos de las ciudades perdieron mucho menos estatura que los que vivían en áreas rurales.

Las personas que completaron la escuela primaria también perdieron mucho menos estatura que los analfabetos, con 0.89 cm menos en los hombres, y 0.58 cm menos en las mujeres. Además, los hombres que completaron la secundaria perdieron casi 1 cm menos que los analfabetos.

Independientemente de la estatura máxima, la pérdida de estatura también es un indicador importante de otros problemas de salud a medida que las personas envejecen, según el estudio, que aparece en la revista “American Economic Journal: Applied Economics” (AEJ). También lo habían evidenciado el investigador vasco, José Luis Neyro y su equipo de colaboradores en un reciente estudio suyo publicado en Menopause, una de la revistas líderes en la comunicación de resultados de investigaciones en ginecología, órgano oficial de comunicación de la North America Menopause Society.

Por ejemplo, los investigadores hallaron un vínculo particularmente firme entre la pérdida de estatura y las habilidades de memoria y de pensamiento. Las personas que perdieron más estatura eran mucho más propensas a no rendir bien en pruebas de esas habilidades.

La pérdida de estatura relacionada con la edad es normal, pero esa pérdida puede aumentar ante ciertas afecciones de salud, como la artritis, la inflamación de las articulaciones de la columna, o la osteoporosis y sus frecuentemente infra-diagnosticadas fracturas vertebrales (el 65% de todas ellas quedan sin diagnóstico en nuestro país, señala José Luis Neyro), verdadera amenaza silenciosa. Investigaciones anteriores han mostrado que esas afecciones de salud se asocian con unos hábitos del estilo de vida como la dieta, el ejercicio y el tabaquismo, anotaron los autores del estudio.

Aunque el estudio encontró una asociación entre los factores del estilo de vida y las diferencias en la pérdida de estatura en la vejez, no demostró causalidad.

Programa y Boletín de inscripción del Curso de Formación Continuada “Salud de la Mujer

Por décimo año consecutivo, el Dr. José Luis Neyro Bilbao, organiza y coordina el Curso de Formación Continuada “Salud de la Mujer” orientado al análisis de la salud y el bienestar de la mujer en su etapa de madurez.

En el encuentro, que tendrá lugar el próximo día 5 de abril en el Paraninfo de la Universidad del País Vasco, se darán cita más de 200 ginecólogos y expertos de otras especialidades como médicos de atención primaria, psiquiatras, reumatólogos, internistas, así como enfermeras del área de salud de la mujer y matronas, para abordar los últimos avances en la atención sanitaria a la mujer.

Teniendo en cuenta el incremento de la esperanza de vida experimentado por la mujer en las últimas décadas, la prevención y el tratamiento de la menopausia patológica está adquiriendo cada vez más importancia dentro de la Sanidad española, sobre todo con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la mujer durante esta etapa.

 

Programa  04.2013

 

Boletín Curso 2013

El tabaco aumenta el riesgo de abortos espontáneos y nacimientos prematuros

mujeres fumadorasEl consumo de tabaco en las mujeres está asociado a un incremento del riesgo de aborto involuntario, así como a nacimientos prematuros, según ha expuesto este viernes en Sevilla, en el marco del IV Congreso Internacional Embryocenter de Medicina Reproductiva y Cirugía Endoscópica, el Prof. Eid Hammadeh, del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Saarland (Alemania).

Durante su ponencia ‘Los efectos de las especies reactivas de oxígeno y el fumar en la calidad de los espermatozoides y el resultado de pacientes sometidos a terapias de FIV/ICSI’, este experto ha refrendado que la evidencia epidemiológica es ya lo suficientemente abultada como para establecer que el hábito tabáquico «es una de las principales causas de la morbimortalidad», ocasionando aproximadamente «un 30% de las muertes por cáncer en países desarrollados». De hecho, ha sostenido que ya en 2000 un total de 4,8 millones de muertes prematuras en el mundo fueron atribuidas al hecho de fumar, cifra que se espera se incremente en 10 millones por año en 2030.

Al hilo de estas cifras, ha advertido de que las mujeres que planifican tener hijos «deben saber que fumar está asociado a una fertilidad reducida, una menopausia temprana, dolores menstruales, cáncer de cuello uterino, complicaciones en el embarazo, reducción de oxígeno en la placenta y significativo incremento del riesgo de muerte súbita infantil».

En los hombres, ha proseguido, «también produce deformidad de los espermatozoides, pérdida de su movilidad y reducción del número«, siendo además responsable de impotencia en uno de cada diez hombres de entre 21 y 75 años, de disfunción eréctil en aproximadamente el 50% en hombres de entre 30 y 50 años, así como de infertilidad.

Por todo ello, ha advertido de que fumar «reduce» la fertilidad y las oportunidades de concebir, «incrementa» el riesgo de aborto involuntario si la mujer fuma estando embarazada y conduce al nacimiento de niños prematuros «que tendrán complicaciones de salud en su infancia».

Por ello, ha recomendado a los futuros padres sean fumadores que primero abandonen este hábito pernicioso «al menos tres meses antes de someterse a un tratamiento con vitaminas, minerales, antioxidantes y oligoolementos, para reducir el daño oxidativo que produce el fumar».
En relación con otros apectos de la salud femenina, este mismo web se ha ocupado de varias formas del asunto señalando, por ejemplo, el tipo de trastornos menstruales a que están epidemiológicamente sometidas las mujeres fumadoras; en http://www.neyro.com/2007/09/20/el-consumo-de-tabaco-adelanta-entre-dos-y-tres-anos-la-llegada-de-la-menopausia/, incluso señalábamos la posibilidad del recorte de la vida ovárica con adelanto de la menopausia consecutivo al tabaquismo.
Resulta cuando menos curioso constatar la intensa preocupación de muchas fumadoras de alrededor de los 45 años, tras 20 o 25 años de fumar sin parar, por la posibilidad de desarrollar un cáncer de mama…., pero no uno de los más de 37 cánceres relacionados con el tabaco, desde el labio o la mucosa oral hasta el pulmón (segundo cáncer más letal para las mujeres ya hoy en nuestro país) o el cáncer de vejiga.