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Publicados los resultados de los primeros 45 casos de trasplante de útero.

No podía ser de otra manera; tras cada innovación por compleja que sea, llega en poco tiempo la primera «revisión general» sobre cómo lo estaremos haciendo, qué podremos aprender de lo realizado hasta ahora, cuáles son los errores cometidos, dónde estuvieron los aciertos, cómo generalizar estos y reducir o acaso eliminar aquellos, en fin, cómo mejorar… Sin estadísticas la ciencia no avanza, sin revisar lo que uno hace se convierte en un triste «practicón», en un obrero que ni siquiera llega a artesano… Ser profesional de lo que sea, es algo más. En medicina, sin profesionalidad no avanzamos, no vamos a ningún sitio.

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¿Nos exigirán nuestros hijos cuentas en el futuro por lo que les hicimos durante sus embarazos?

Por primera vez, empecemos por reconocer algo en negativo: ciertamente no existe una dieta ideal en la gestación, ni8 una universalmente aplicable a todas las mujeres ni una población en el mundo que le pueda enseñar al resto de la humanidad cómo nutrirse durante el embarazo. Lo comentamos en su día largo y tendido en nuestro web y en un programa de TV que puede verse en http://www.neyro.com/2015/07/10/existe-una-dieta-ideal-para-todo-el-embarazo/
Asumamos también, de entrada, que la dieta durante esos nueve meses (y acaso la previa…) influye sobradamente en aspectos tan diversos como la duración de la gestación (como explicamos en http://www.neyro.com/2014/03/14/una-dieta-equilibrada-en-el-embarazo-podria-reducir-el-riesgo-de-parto-prematuro/), o incluso el cociente intelectual del nuevo ser en formación (léase sobre el tema en http://www.neyro.com/2013/05/17/la-carencia-de-yodo-en-el-embarazo-se-asocia-con-menor-puntuacion-en-las-pruebas-de-alfabetizacion-en-ninos/)

También nos queda claro que la enfermedad materna previa, la diabetes por ejemplo (como paradigma de enfermedad metabólica del desarrollo, de la superabundancia, consecuencia a veces del sobre peso….) puede condicionar no ya el desarrollo fetal intra-útero sino  la predisposición a la obesidad en el futuro con las terribles implicaciones que en este siglo XXI tendrá en el futuro de la población (y lo contamos con detalle en http://www.neyro.com/2016/08/18/las-madres-con-diabetes-gestacional-tienen-bebes-mas-obesos/).
De acuerdo¡¡¡¡, sin duda¡¡¡¡, somos lo que comemos (y en salud cardiovascular eso es absolutamente prioritario en el medio y largo plazo….( y de no creerse, mírese en http://www.neyro.com/2014/01/19/somos-lo-que-comemos-y-mas-en-el-riesgo-cardiovascular/), pero ¿Cuál es al final la responsabilidad de cada mujer con la dieta seguida durante su embarazo?, ¿hasta dónde llega esa responsabilidad en un periodo tan influido por modas y modos de mil maneras diferentes?, ¿cuál es el control que el protagonista principal de esa película…, el feto en desarrollo, tiene sobre la dieta de su madre y nodriza en esos trascendentales nueve meses?
¿Podría llegar un momento en el que, asumiendo todo lo que ya sabemos sobre el tema, el recién nacido pueda exigir responsabilidades en el futuro a su madre por los cuidados dietéticos que no se le prestaron durante la gestación? La pregunta podría parecer retórica, acaso impensable, pero la ética civil camina rápidamente. Tenemos suficiente información, no ya sobre tóxicos y gestación (por ejemplo sobre el síndrome alcohólico fetal, como relatamos en http://www.neyro.com/2015/05/04/el-sindrome-alcoholico-fetal-es-un-problema-bastante-frecuente-y-poco-reconocido/), sino sobre la influencia de la dieta en el futuro de nuestros hijos, en su devenir de salud.
¿Estamos responsabilizados para cuidar del futuro de esos hijos a través de una adecuada dieta durante el embarazo de los mismos?; ¿nos hemos planteado que acaso en el futuro, esos mismos hijos nos pudieran exigir responsabilidades por haberlo hecho durante el embarazo de manera no perfectamente saludable? De estos extremos versó el programa de hace unos días en Tele7 en el que el responsable de contenidos de http://www.neyro.com el ginecólogo JL Neyro charló en su sección semanal con la conductora y directora del magacíne Objetivo Bizkaia.

En la clasificación de países por tasa de gemelaridad España ocupa el tercer lugar

Existe una frase hecha ya que afirma que «el embarazo gemelar ha venido para quedarse entre nosotros» a tenor de las cifras que ya van siendo cada vez más estables en nuestro país, según relata José Luis Neyro, experto en técnicas de reproducción asistida (TRAs). De hecho, la gestación múltiple se ha duplicado en los últimos veinte años en España: si en 1996, segúnel Instituto Nacional de Estadística (INE), nacieron 4.433 gemelos frente a 354.729 partos únicos, en 2012 por ejemplo, hubo 436.096 partos sencillos y 9.796 partos dobles; es decir se ha pasado del 1,24 por ciento de gemelos al 2,24%.

Y es que España lidera las estadísticas de partos múltiples y «es el tercer país del mundo con nacimientos de gemelos», con una tasa media que ronda el 4% en estos momentos, ha explicado María de la Calle, jefe de la Unidad de Gestaciones Múltiples del Hospital La Paz, en Madrid, un dato muy por encima de la media establecida en entre el 1 al 1,5 por ciento de los partos. Ciertamente en España se hace mucha reproducción asistida y ello colabora en estos datos estadísticos, sin duda, afirma JL. Neyro en su relato (ver en http://www.neyro.com/2012/06/04/espana-registra-86-000-ciclos-anuales-de-tecnicas-de-reproduccion-asistida/)

Efectivamente, «estamos a la cabeza de Europa porque somos un país donde se hacen muchas técnicas de reproducción asistida, y donde se transfieren dos embriones o más; sin embargo, en otros países, como los escandinavos, está prohibido por ley transferir más de un embrión». Es un hecho cierto que constatamos hace ya un tiempo y que comentamos en este mismo lugar (ver en http://www.neyro.com/2014/11/14/la-gestacion-multiple-como-complicacion-de-la-reproduccion-asistida/).

No obstante, también tiene que ver la edad media en la que las mujeres se quedan embarazadas. «En España cada vez se va posponiendo más la edad de embarazo, y a partir de los 35 años aumenta la tasa de embarazo gemelar, independientemente de que se someta a una trasferencia de embriones». La edad, por otro lado, también aumenta entre las usuarias de estas Tras de forma gradual y paso a paso (léase más en http://www.neyro.com/2015/01/26/aumenta-la-edad-media-de-las-pacientes-en-la-reproduccion-asistida/)

De la Calle, especialista de referencia en su centro en embarazos gemelares, acaba de publicar Embarazada de gemelos, un manual para padres editado bajo los protocolos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. «El libro surgió de la necesidad de explicar con detenimiento a las pacientes cuáles eran los cambios que se iban a producir en su cuerpo y en los bebés, asumiendo que son gestaciones diferentes a las gestaciones únicas. Pero sobre todo ante la ausencia de un libro o una guía de estas características en España, ya que todo lo que hay son traducciones del inglés».

Cuando una mujer queda embarazada de una gestación gemelar, le viene a la cabeza muchas y diferentes preguntas que a veces causan cierto grado de ansiedad: ¿qué ocurre cuando vienen de dos en dos? ¿Cómo asimilar la noticia? ¿Es muy diferente tener gemelos o mellizos a tener solo uno? ¿Qué complicaciones puede tener este embarazo para la madre? ¿Y para los bebés? ¿Tienen los gemelos más riesgo de nacer con malformaciones por el hecho de ser gemelos? ¿Será siempre un parto mediante cesárea? ¿Cómo será el posparto?

Deberemos explicar claramente a la pareja que «los cambios de una embarazada de gemelos son más precoces y exagerados», lo que significa que suele haber más náuseas, más reflujos y por tanto más ardores de estómago, mas varices, ciática, más anemia, más cólicos o dolor de cabeza, entre otros síntomas; y lo mismo ocurre con las complicaciones: hay más riesgo de diabetes gestacional, hipertensión, preeclampsia, colestasis intrahepática, y, por supuesto, «más riesgo de hospitalización, que se multiplica por seis con respecto a los embarazos únicos».

La gestación en general predispone siempre a la diabetes: el embarazo es diabetógeno, señala el Dr. Neyro en su conferencia; más por lo tanto lo será el riesgo de esta complicación en el caso de la gestación múltiple (como contamos anteriormente en este mismo sitio en  http://www.neyro.com/2014/07/03/la-diabetes-gestacional-afecta-a-una-de-cada-10-mujeres-embarazadas/)

En el libro que ahora comentamos, su autor, el Dr. De la Calle ha recordado que la complicación más frecuente es la amenaza de parto prematuro, además de la mayor preocupación entre las madres. El motivo es la sobredistensión uterina que adelanta las contracciones, «lo que conlleva una mayor frecuencia de ingresos, además de un mayor riesgo de rotura de membrana, algo que también es un motivo de ingreso». Y es que el útero humano está «preparado» para albergar a los fetos de uno en uno y todo en la naturaleza hace que el embarazo múltiple sea una «rareza estadística» (de forma espontánea,) señala José Luis Neyro, si atendemos a las cifras generales que anuncian que la tasa de gemelaridad espontánea no pasaba del 0.4% antes de las TRAs, claro.

Respecto a los riesgos del feto, «hay un poquito más riesgo de malformaciones». Esto se puede dar en las gestaciones monocoriales, que son las que comparten placenta porque esa división del cigoto inicial a veces entraña más riesgos sobre todo de patologías genitourinarias y cardiacas. No suele suceder lo mismo en las gestaciones obtenidas mediante TRAs en las que ya se ha demostrado que esta técnica per se no disminuye el peso de los fetos ni influye negativamente en el tiempo de duración de la gestación cuando se analizan grandes número como quedó demostrado con un estudio muy pormenoriado recuinetemente publicad y del que nos hicimos eco en este blog (ver en http://www.neyro.com/2015/11/25/las-tecnicas-de-reproduccion-asistida-no-influyen-en-el-tiempo-de-gestacion-ni-en-el-peso-de-los-bebes/)


De todos modos, de forma general al menos, «la prematuridad se dispara en los embarazos gemelares; por eso hay que controlarlos para prevenir el riesgo», ha explicado De la Calle, quien recuerda que para evitarlo a partir de la semana 20 hay que empezar a medirles el cuello del útero, algo que normalmente no se haría hasta la semana 40. Nosotros venimos haciendo esta medición hace ya bastantes años de forma sistemática en la mitad de la gestación (destaca José Luis Neyro) para anticiparnos al riesgo e identificar las mujeres con mayor probabilidad de desarrollar una amenaza de parto pretérmino.

«La longitud del cuello es la que mejor nos predice si se va a adelantar el parto. Si es corto, quiere decir que la probabilidad es alta; en estos casos se ha de colocar un pesario cervical para alargar el cuello del útero», ha advertido. Pusimos esperanzas en determinados análisis de sangre y habrá que esperar para saber si ellos nos ayudan en la detección temprana de los prematuros (como señalamos en http://www.neyro.com/2014/05/20/un-nuevo-analisis-de-sangre-podria-prever-los-nacimientos-prematuros/)

La dieta es muy importante en este tema de los gemelares y los pretérmino hasta condicionar seriamente el resultado final (ver en http://www.neyro.com/2014/06/20/la-mala-alimentacion-antes-del-embarazo-aumenta-el-riesgo-de-parto-prematuro/) Se recomienda una alimentación saludable y aumentar la dosis de ácido fólico y de yodo; además, la anemia se multiplica por seis, con lo cual hay que suplementar con hierro a partir del segundo trimestre, y es importante aumentar la ingesta de líquidos.

En cuanto a la actividad física, «las mujeres pueden realizarla siempre que no haya amenaza de parto prematuro». Se recomienda gimnasia para embarazadas y matronatación, adaptadas a gestaciones múltiples. «No se trata de que estén exhaustas sino de que estén un poquito ágiles porque la movilidad va a estar limitada por el sobrepeso. Estimamos que estas embarazadas pueden engordar entre 16 y 25 kilos, cuando parten de un índice de masa corporal normal».

En el caso de los embarazos gemelares, los niños tienden a ser pequeños, ya que a partir de la semana 28 se ralentiza su crecimiento debido a la falta de espacio. De inicio suelen pesar entre 2 y 2,5 kilos, pero los percentiles se estandarizan a medida que van creciendo.

Por otro lado, De la Calle ha admitido que, aunque se realizan un gran número de cesáreas, el parto vaginal es posible. «Siempre que el primero venga de cabeza, y no haya otra contraindicación, el parto puede ser normal», y en el posparto se debe prestar especial atención a la madre. «Lo más importante es ir previniendo lo que pueda pasar, y no esperar a que aparezcan complicaciones». Conocemos muy bien que el riesgo de depresión postparto, señala para finalizar José Luis Neyro, disminuye estadísticamente con el mejor y adecuado control del dolor intra-parto, como señalamos en una noticia publicada en http://www.neyro.com/2014/09/11/el-riesgo-de-depresion-postparto-disminuye-con-un-mejor-control-del-dolor-durante-el-parto/

Bajar de peso antes de la gestación reduce el riesgo de muerte del lactante

Sabíamos hace tiempo que el tipo de dieta que sigue la gestante está en íntima relación con la evolución del embarazo e incluso con su resultado en términos de duración y presencia de prematuridad, por ejemplo (léase enhttp://www.neyro.com/2014/03/14/una-dieta-equilibrada-en-el-embarazo-podria-reducir-el-riesgo-de-parto-prematuro/)

Ahora, además, conocemos con evidencia científica que lograr un peso saludable antes del embarazo y tener un peso corporal adecuado durante el mismo reduce significativamente el riesgo, incluso, de que el lactante muera en su primer año de vida, según una nueva investigación realizada por la Escuela de Posgrado de Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh. El estudio original puede leerse en http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/oby.21335/abstract)

Los hallazgos, como señalamos publicados en la revista Obesity, resaltan la necesidad de un enfoque exhaustivo en la reducción de la obesidad en mujeres en edad de procrear, que comprende la asesoría en torno al peso corporal antes de la concepción y durante el embarazo. La investigación fue financiada por el National Institutes of Health (NIH). No existe una dieta ideal para todos los embarazos como señalamos anteriormente en http://www.neyro.com/2015/07/10/existe-una-dieta-ideal-para-todo-el-embarazo/, pero mantener el peso en los estándares de normalidad debe ser un objetivo y máxime en edad fértil, señala José Luis Neyro de www.neyro.com.

«Una de cada tres mujeres comienzan el embarazo con un peso no saludable, y más de la mitad de las mujeres aumentan demasiado o disminuyen muy poco el peso durante el embarazo», dijo la autora principal Lisa Bodnar, PhD, M.P.H., R.D., profesora asociada en el Departamento de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh. «Aunque se necesita más investigación, tenemos la esperanza de que este estudio se pueda utilizar para iniciar un diálogo entre médicos y mujeres sobre la importancia de no sólo lograr un peso corporal saludable durante el embarazo, sino también disminuir el peso excesivo antes de la gestación, como una posible forma de mejorar la sobrevida del lactante».

Cada año, aproximadamente 24.000 lactantes mueren en el primer año de vida en Estados Unidos. La tasa estadounidense de 6,1 muertes por 1000 nacidos vivos, ocupa el vigesimosexto lugar en el mundo, pese a una disminución del 20 por ciento en la tasa de mortalidad del lactante en Estados Unidos entre 1990 y 2010. En España, la tasa de mortalidad infantil se mantiene en 3,1 defunciones por cada mil nacidos, similar a la de 2011, señala José Luis Neyro (era del 4.2 en el año 2002; desde entonces el descenso es más complicado, pero continúa….).

Solo África (sobre todo central y subsahariana) y el sur y sudeste de Asia se mantienen por encima de 40 muertes por 1000 nacidos vivos; el resto del mundo, Europa por supuesto, está entera por debajo de los 20 casos, según datos estadísticos referidos a 2012, destaca nuestro experto ginecólogo. «Actualmente, las malformaciones congénitas siguen siendo la primera causa de muerte infantil», continúa.

La Dra. Bodnar y sus colaboradores examinaron registros de más de 1,2 millones de nacimientos que ocurrieron entre 2003 y 2011 en Pensilvania, incluidos 5530 fallecimientos de lactantes. Las muertes de lactantes se definieron como la muerte de un lactante antes de su primer año de edad.

Para el estudio que ahora comentamos, se clasificó a las madres bajo las categorías de peso subnormal, peso normal, preobesidad u obesidad, la cual se dividió en tres grados, con base en su índice de masa corporal antes del embarazo -una medida de peso con relación a la estatura-. En cada grupo de peso, los investigadores también analizaron la repercusión de la mortalidad del lactante cuando las mujeres durante el embarazo de aumentaron peso significativamente más o menos que las directrices establecidas por el Instituto de Medicina de Estados Unidos, las cuales, por ejemplo, recomiendan un aumento de peso de 11 a 16 kg para las mujeres con peso normal y de 5 a 10 kg para las mujeres obesas.

En todas las categorías de peso corporal, excepto en las personas más obesas, subir de peso menos o mucho más que lo recomendado incrementó el riesgo de muerte del lactante. Sin embargo, aun cuando las mujeres obesas obtuvieron un peso óptimo durante el embarazo, el riesgo de muerte del lactante todavía fue de aproximadamente el doble que el de las mujeres que comenzaron el embarazo con un peso normal. El sobrepeso y la obesidad, así considerados, tiene más relevancia en la mujer por su responsabilidad social de la descendencia, evidentemente (ver más sobre el tema en http://www.neyro.com/2015/12/08/de-verdad-los-chicos-son-fofisanos-y-las-mujeres-fondonas-a-partir-de-esos-anos/)

«La obesidad y la mortalidad del lactante son hoy en día uno de los problemas de salud pública más críticos», dijo la coautora, Dra. Katherine Himes, profesora asistente del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Pittsburgh. «Nuestro estudio resalta la importancia de analizar la reducción de peso con las mujeres obesas antes del embarazo pues bajar de peso durante la gestación puede aumentar el riesgo de que muera su lactante.

Esperamos que esta información apoye a los médicos, entre ellos, obstetras, médicos de familia y médicos de atención primaria, a explicar las ventajas de la reducción de peso antes de la concepción a todas las mujeres obesas en edad de procrear, continua la coautora del estudio que comentamos. Y es que nos preparamos para ser taxista o médica, para diseñar automóviles o para limpiar el ante de las tapicerías…., pero no para ser madre, como destaca nuestro experto el Dr. Neyro. /(leer más de este tema en http://www.neyro.com/2015/08/24/nos-preparamos-para-casi-todo-menos-para-la-maternidad/).

Referencias: Lisa M. Bodnar et al, Maternal obesity and gestational weight gain are risk factors for infant death. Obesity, 2015; DOI: 10.1002/oby.21335

El test de Apgar también puede predecir la salud materna

El test de Apgar es un examen clínico que se realiza desde hace muchos años de manera sistemática en todo el mundo desarrollado a cada recién nacido después del parto, en donde el pediatra, el neonatólogo, la matrona certificada o la enfermera asistente realiza una prueba en la que se valoran 5 parámetros para obtener una primera valoración simple (macroscópica), y clínica sobre el estado general del neonato después del parto. El test lleva el nombre por Virginia Apgar, anestesióloga, especializada en obstetricia que lo publicó ya en 1853 y que puede verse en  Apgar V. A Proposal for a New Method of Evaluation of the Newborn Infant. Cur Res Anesthesia and Analgesia. 1953;32(4):260-7.

El recién nacido es evaluado de acuerdo a cinco parámetros fisioanatómicos simples, que son los referidos abajo (cada uno de ellos puede tener 9, 1 o 2 puntos, por lo que la puntuación máxima -en positivo- es 10 y la más baja – en negativo, el niño está muerto…, sería 0):

  • Tono muscular.
  • Esfuerzo respiratorio.
  • Frecuencia cardíaca.
  • Reflejos.
  • Color de la piel.
Una puntuación baja en el test de Apgar se asocia a una mayor probabilidad de ingreso de la madre en la UCI, según un trabajo que ha evaluado más de 600.000 nacimientos.

El test de Apgar que se realiza a los recién nacidos también puede predecir si la madre va a precisar cuidados intensivos, según un estudio que se publica en JAMA Pediatrics y que puede encontrarse en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26524079 .

La salud materna y la del neonato están íntimamente ligadas a lo largo del embarazo y del parto, pero ninguna de las herramientas que actualmente se emplean para pronosticar la morbilidad materna tiene en cuenta la salud de su hijo. Hasta ahora, ciertamente, nos aclara el Dr. Neyro, la salud de ambos protagonistas del parto no se han relacionado con un solo test diagnóstico.

Un equipo dirigido por Joel Ray, del Hospital St.Michael, en Toronto (Canadá), ha examinado los archivos médicos de más de 600.000 nacimientos en la provincia de Ontario entre 2006 y 2012. El análisis reveló una fuerte correlación estadística entre la puntuación del test de Apgar y la admisión de la madre en la UCI tras el parto.

Entre las madres cuyos bebés habían alcanzado una puntuación alta en la prueba a los cinco minutos del nacimiento, sólo 1,7 de cada 1.000 fueron ingresadas en la UCI. La cifra ascendía a 12,3 por 1.000 cuando el resultado se situaba en un rango intermedio y a 18,2 si se trataba de una puntuación baja.

De esta manera, las madres cuyos bebés presentaron un Apgar bajo tenían un riesgo nueve veces mayor de acabar en cuidados intensivos, incluso teniendo en cuenta (ajustando estadísticamente) su edad, el número de partos anteriores, la situación económica y la existencia de enfermedades crónicas.

En las madres que requirieron ventilación mecánica en la UCI (unidad de cuidados intensivos), los investigadores apreciaron un riesgo 18 veces superior de que su hijo hubiese tenido una puntuación baja en el test de Apgar.

«Nuestro estudio muestra que este sistema predictivo universal proporciona una nueva y prometedora aplicación materna», ha declarado Ray. «Como mínimo, confirma que, incluso tras el nacimiento, la salud del neonato y de la madre permanecen íntimamente vinculadas».

Las doulas carecen de cualquier capacitación científica

En los últimos meses se ha venido comentando en toda España la existencia de las llamadas «doulas» y sus funciones de asistencia (?) a mujeres embarazadas. Sin ninguna preparación científica, sin ninguna capacitación profesional, se pretende supuestamente ocupar el lugar que tradicionalmente ha venido desarrollando la matrona en la asistencia psico-emocional y físico de la gestante y la parturienta.

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Las comparaciones son sencillamente imposibles: la matrona tiene una formación universitaria en su Diplomatura de Enfermería (tres o cuatro años en las escuelas universitarias de enfermería de las diferentes universidades que ofrecen esta diplomatura); tras ello, pasada una oposición nacional selectiva, la / el enfermera / o debe formarse durante otros dos años más, en una clínica u hospital acreditado como Especialista enfermera en Obstetricia y Ginecología. A partir de ahí, es matrona.

La doula…., no tiene formación…., ninguna¡¡¡. Sencillo. Se le supone buena voluntad pero, dicen las matronas…., su función a veces interfiere con su profesional asistencia a la gestante y a la parturienta y puede incluso llegar a poner en peligro la vida del feto, acaso incluso de la madre, con sus decisiones no basadas en conocimientos de los que carece.

 

El Dr. Neyro debate sobre este interesante tema con Susana Porras directora y presentadora de Objetivo Bizkaia en Tele7.