Es de justicia reconocerlo desde el principio: uno de los temas menos abordados en este blog dedicado enteramente a la salud de la mujer es el de los pólipos endometriales: se entiende por tal el crecimiento excesivo del endometrio, a modo de prolongaciones con forma de dedo que se adhieren a la pared interna del útero, precisamente esa que llamamos endometrio (que es donde anidan los embarazos y lo que descama mensualmente durante la menstruación). Es de una importancia extraordinaria el tema que aquí trataremos porque aún en épocas diferentes de la mujer, se relaciona con su capacidad fértil (ver en https://www.neyro.com/2020/02/17/podria-depender-de-la-microbiota-del-utero-la-receptividad-a-los-embriones-que-tratan-de-implantarse/)
En una época de regreso al oscurantismo y la incultura a la que muchas personas (a veces altos mandatarios políticos con mucho poder en sus manos) tratan de que la sociedad en su conjunto retroceda (viviendo como en las cavernas, planificando parir en casa, evitando vacunar a los hijos, comiéndose las placentas tras parir…, en fin…), en una época como esta que afrontamos, la pregunta del titular sería realmente «la del millón de dólares» para tapar la boca a los antivacunas. En este blog de salud nos hemos visto obligados a dedicar tiempo, esfuerzo y espacio a algunas de esas conductas (véase en https://www.neyro.com/2019/01/18/comerse-la-placenta-tras-el-parto-no-aporta-beneficios-para-la-salud/)
Cada día una buena noticia sobre vacunas, sobre prevención, sobre conservación de la salud…., asuntos a los que de forma tan abrumadora estamos volcados en este web; uno no asimila lo importante que es la salud hasta que, por olvidarla a veces, se tiene que enfrentar a la enfermedad. Y es que ninguna otra actividad humana como la vacunación en general ha salvado tantas vidas en toda la historia de la humanidad (si exceptuamos la canalización de las aguas fecales…)
Como decía el castizo…, «esto es un no parar»; cada semana, casi cada día, la literatura internacional nos proporciona datos nuevos acerca de la eficacia y la efectividad clínica de las vacunas en su intención de beneficiar a la especie humana. Más allá de opiniones disparatadas y carentes de rigor, por encima de la abrumadora ignorancia de los (mal llamados) anti-vacunas (pues debieran ser llamados «cavernícolas» por su empeño en impedir el progreso de las personas…), los datos sobre sus efectos beneficiosos no paran de aparecer uno tras otro en revistas de impacto. Ya tocamos este tema de la ignorancia en este mismo blog en el enlace https://www.neyro.com/2019/04/24/en-ciencia-las-creencias-se-oponen-a-los-conocimientos/ .
Las jóvenes que reciben la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), enfermedad que puede causar cáncer genital o anal (masculino y femenino), de garganta y de laringe (entre otros…), saben que igualmente necesitan del preservativo para protegerse de otras infecciones de transmisión sexual (ITS), según indica un estudio realizado recientemente en Estados Unidos y publicado en el Journal of Adolescent Health, online en el reciente 1 de diciembre del 2017. Está accesible para el lector interesado en el enlace http://www.jahonline.org/article/S1054-139X(17)30472-X/fulltext.