La OMS emite recomendaciones para abordar el cáncer de cérvix, que mata a 270.000 mujeres cada año

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido una serie de directrices en materia de prevención y tratamiento de cáncer de cérvix a través de una guía que ha sido presentada en la Cumbre Mundial del Cáncer, en Melbourne, Australia.

Dicho documento proporciona a gobiernos y profesionales sanitarios un amplio enfoque sobre el control de esta enfermedad y pone de relieve los últimos avances tecnológicos definiendo estrategias que consigan mejorar el acceso de la mujer a los servicios pertinentes.

Virus del Papiloma Humano (VPH) nos señala el Dr. Neyro, es reconocido hoy como el agente carcinógeno más importante de la historia de la humanidad solo superado por el tabaquismo (véanse sus consecuencias en el linkhttp://www.neyro.com/2014/08/13/cuantos-canceres-estan-vinculados-con-el-vph-cada-ano/) En cuanto a esas instrucciones OMS, se determina en primer lugar la administración de la vacuna contra el virus del papiloma (VPH) en dos dosis para las niñas con una edad comprendida entre los 9 y los 13 años. Seguidamente se fija la prueba de VPH como método de cribado para las mujeres a partir de 30 años. Dada la garantía del test, la frecuencia de cribado será cada vez más amplia, lo que permitirá reducir costes a los sistemas de salud. Una vez que el cáncer sea diagnosticado se debe garantizar la cobertura de las afectadas con cirugía, quimioterapia o radioterapia, incluyendo el tratamiento paliativo en casos terminales.

Entre tanto, en nuestro país, recientemente se acaba de anunciar la conformación de que el cribado para cáncer de cérvix no seguirá el criterio poblacional que se sigue para el cribado del cáncer de mama o de colon…., tan eficientes en su desarrollo sino que será con carácter oportunista (ver en https://www.boe.es/boe/dias/2014/11/06/pdfs/BOE-A-2014-11444.pdf). Se pierde así la oportunidad de reducir las cifras de aparición de cáncer de cérvix que no hemos conseguido modificar en los últimos diez años, prácticamente; algo estamos haciendo mal, por lo tanto….

Combatir las desigualdades

La OMS se ha fijado especialmente en los casos de cáncer provenientes de países en desarrollo, donde los programas de cribado resultan inusuales y las tasas de mortalidad asociadas a la enfermedad se han mantenido o han aumentado en los últimos 30 años, a diferencia de los países más desarrollados en los que estas han disminuido considerablemente.  Es importante por tanto abordar asuntos como la discriminación por motivos de género, clase social o religión a la hora de diseñar políticas de control sobre las pacientes.

Los ginecólogos hemos recabado la ayuda de otros profesionales sanitarios, de otros responsables de asistencia directa a mujeres para acercar las bondades de vacunarse frente a VPH a cualquier edad (hacerlo es siempre mejor que no hacerlo…) con el objetivo de incrementar las tasas de población protegida (ver en http://www.neyro.com/2014/10/23/el-medico-de-familia-como-profesional-de-salud-y-su-papel-en-la-prevencion-del-cancer-de-cervix/)

En este sentido la doctora Nathalie Brout,  experta de la OMS en prevención y control del cáncer de cuello de útero, afirma que “no existen fórmulas  mágicas, pero si se combinan instrumentos más eficaces y asequibles para prevenir y tratar el cáncer cervicouterino será fácil aliviar la presión que supone la enfermedad para los limitados presupuestos sanitarios, sobre todo de los países con ingresos bajos“. Su compañera, Marleen Temmerman, directora del departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas, considera que  “si no se aborda el problema de la desigualdad de género y se garantiza a las afectadas el derecho a la salud, no dejará de crecer el número de mujeres que mueren a causa de esta patología”.

Hoy sabemos que hay muchos colectivos de riesgo para el VPH; seguramente, señala finalmente el ginecólogo José Luis Neyro, todas aquellas personas que tiene relaciones sexuales a lo largo de su vida, sin preguntar nada más (ver enhttp://www.neyro.com/2014/05/13/vacunas-contra-el-cancer-de-ano-y-de-recto-mas-seguras-y-eficaces/)

 

El tabaquismo de las madres durante el embarazo daña la fertilidad de los hijos.

Algunas personas malintencionadas o sencillamente ignorantes confunden la pelea médica contra el tabaquismo con un atentado contra la libertad de los fumadores; nada más lejos de la intención de los responsables de contenidos de este web, nos aclara el Dr. Neyro, para empezar. De hecho, cuando hablamos de temas relacionados con el tabaquismo huímos de cualquier intención aleccionadora o actitud parternalista citando hechos clínicos con comprobación estadística; así se relacionó el tabaquismo durante la gestación con el riesgo de que le descendencia termine por fumar (ver en http://www.neyro.com/2014/02/17/el-estres-y-el-tabaco-durante-el-embarazo-aumentan-el-riesgo-de-fumar-de-las-hijas/)
Igualmente, hace ya algún tiempo, publicamos los resultados de una investigación que relacionaba el tabaquismo de las gestantes con su probabilidad de perder embarazos e incluso de incremento del riesgo de partor prematuros (como expusimos en  http://www.neyro.com/2013/03/17/el-tabaco-aumenta-el-riesgo-de-abortos-espontaneos-y-nacimientos-prematuros/), con toda la carga de patologías asociadas que todo ello conlleva.
En efecto, por lo tanto, es ampliamente sabido que fumar durante el embarazo y la lactancia resulta dañino para la descendencia. Ahora, un grupo de investigadores australianos ha descubierto ahora otra posible consecuencia
Los científicos de la University of Newcastle en Callaghan, Australia  expusieron durante un período de seis semanas a un grupo de 27 ratones hembra a una cantidad de humo equivalente a 24 cigarrillos en seres humanos. A continuación, dejaron que los animales se aparearan y continuaron exponiéndolas al humo durante el embarazo y la lactancia. Se examinó periódicamente a los 108 descendientes macho (del ensayo y del grupo de control) hasta su madurez.

Según explicó la directora del estudio, Eileen McLaughlin: «Nuestros resultados muestran que los descendientes macho de madres «fumadoras» tienen menos espermatozoides, que se desplazan mal, presentan anomalías en las formas y no se fijan a los óvulos durante los estudios de fertilización in vitro. En consecuencia, estas crías son subfértiles o infértiles cuando alcanzan la madurez».

El tabaquismo había incluso dañado las células madre en los testículos, como sus núcleos y mitocondrias. El informe indica que este daño en el ADN podía también resultar, en última instancia, en un aumento del riesgo de malformaciones y cáncer en los hijos de estos hombres. McLaughlin afirmó: «Por desgracia, en estos momentos un 25 por ciento aproximado de mujeres jóvenes continúa fumando durante su embarazo o lactancia, por lo que la fertilidad de sus hijos podría resultar dañada».
No es la primera vez que desde este web alertamos sobre los daños inherentes al tabaquismo, como principal factor carcinogénico en la especie humana y en toda la historia de la humanidad (ver entre otros en http://www.neyro.com/2014/03/05/nueva-evidencia-de-que-el-tabaquismo-aumenta-el-riesgo-de-cancer-de-mama/)
Referencia:
Damaging legacy: maternal cigarette smoking has long-term consequences for male offspring fertility

A.P.Sobinoff1,2J.M.Sutherland1,2,E.L. Beckett3,S.J. Stanger1,2,R.Johnson3,A.G.Jarnicki3,A. McCluskey2,J.C. St John4, P.M. Hansbro3 and E.A. McLaughlin1,2,5,*

Author Affiliations1Reproductive Science Group, School of Environmental & Life Sciences, University of Newcastle, Callaghan, NSW 2308, Australia  2Priority Research Centre for Chemical Biology, University of Newcastle, Callaghan, NSW 2308, Australia  3Centre for Asthma and Respiratory Disease, University of Newcastle and Hunter Medical Research Institute, Newcastle, Callaghan, NSW 2308, Australia 4Centre for Genetic Diseases, MIMR-PHI Institute of Medical Research, Monash University, 27-31 Wright Street, Clayton Vic 3168, Australia 5Monash Medical Centre, Monash Institute of Medical Research, Clayton, VIC 3168, Australia

 

Aumenta la edad media de las pacientes en la reproducción asistida

En los comienzos del nuevo siglo, la mujer occidental se plantea su maternidad cada vez más tarde; estamos aprendiendo a conocer mejor la edad biológica de cada paciente muy por encima de su edad cronológica y cada vez tenemos más armas para hacerlo (ver en http://www.neyro.com/2014/06/04/nuevo-marcador-biologico-de-prediccion-de-la-fertilidad-femenina/). Además, hemos comprobado que los primeros hijos se van teniendo a edades en las que hace apenas un par o tres décadas se estaban teniendo los segundos o incluso los terceros; la maternidad se retrasa en el proyecto vital de las mujeres españolas y seguramente también las de nuestro entorno geográfico y cultural (nos ocupamos del asunto en http://www.neyro.com/2014/03/26/la-tasa-de-natalidad-en-espana-se-situa-a-la-cola-de-la-union-europea/)
Ahora, se presenta un estudio titulado ‘Different models of familiy thus different types of ART patients’ de la clínica IVI que ha analizado la evolución de las pacientes en los últimos diez años; se confirma en la misma línea que las pacientes que se someten a técnicas de reproducción asistida (TRAs) son cada vez  mayores, pues en 2003 la media de edad se situaba entre los 33 y los 36 años mientras que en 2013 ese intervalo de edad ha aumentado hasta los 38-40 años.
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«En IVI, el grueso de nuestras pacientes en 2003 tenía entre 33 y 36 años, ahora tienen entre 38 y 40. Es difícil vaticinar qué sucederá en la próxima década porque, en este momento, las mujeres españolas están accediendo a la maternidad en una edad límite para la reproducción natural», ha explicado la directora de IVI y autora del estudio, Amparo Ruiz. Aunque las tasas de gestación y la eficacia global de la reproducción asistida es creciente en el tiempo y mejora cada día (ver en http://www.neyro.com/2014/07/24/eficacia-del-60-en-la-fecundacion-in-vitro-en-espana/), es también un hecho que las edades en las que las mujeres se plantean hoy su fertilidad están en los límites bajos de la fertilidad natural, muy comúnmente más allá de los 35 y 38 años; justo en la «tercera edad de la vida biológica de los ovarios» añade el experto en reproducción asistida y pionero de estas técnicas en España Dr. José Luis Neyro (ver enhttp://www.neyro.com/2010/07/05/el-primer-bebe-probeta-vasco-cumple-25-anos/)

El estudio que ahora comentamos, se ha realizado sobre una muestra de más de 130.000 pacientes de las clínicas IVI con el objetivo de mostrar cómo ha cambiado el perfil de las pacientes y el de las familias. En este marco, se puede observar que en los últimos diez ha años ha habido un gran aumento de la maternidad en las parejas homosexuales femeninas, pues en 2009 se trataron a 50 parejas y en 2013 esta cifra se ha cuadruplicado, llegando a 230. Este perfil, junto a las madres solteras componen el 15% del total de pacientes que acuden a las clínicas IVI (todavía una de cada siete, pero en crecimiento progresivo).
En 2007 IVI lanzó el Programa de Preservación de la Fertilidad con el que se han realizado más de 1.600 procedimientos tanto antes de la realización de un tratamiento oncológico como por razones no médicas. «Aunque se aconseja preservar la fertilidad antes de los 38 años, en este estudio se observa que un buen porcentaje de las pacientes que lo hacen por decisión propia sobrepasan esta edad. Al contrario de las pacientes oncológicas, que preservan a la edad más temprana -en la que se le diagnostica la enfermedad- y antes del tratamiento, con una concienciación importante en la que el oncólogo desempeña un papel clave, las mujeres que vitrifican sus óvulos para retrasar el momento de ser madre por decisión propia, no acaban de asimilar la importancia de guardar sus gametos en una edad más temprana» ha explicado el director médico del Grupo IVI, el Dr. Antonio Requena.
Muchas de las mujeres que se acercan a las TRAs, comenta el Dr. Neyro, lo hacen en el convencimiento de que puede ser su única forma de conseguir prolongar su vida laboral y profesional en un momento de máximo rendimiento; lo que no espera es el envejecimiento ovárico que tiene unos tiempos biológicos predeterminados por la genética individual; a pesar de que tengamos cada vez drogas más seguras y más eficaces (ver en http://www.neyro.com/2014/09/15/nuevo-estimulante-de-la-ovulacion-podria-hacer-la-fecundacion-in-vitro-mas-segura/), nunca podremos alargar el potencial de folículos con el que cada mujer cuenta. Es el que es y es individual y genéticamente programado.

 

El riesgo de cáncer de mama posmenopáusico disminuye con la práctica de ejercicio físico

Resulta evidente y casi axiomático que el ejercicio físico es beneficioso en cualquier edad y adaptado a cada persona también en cualquier circunstancia; movernos es siempre más beneficioso para nuestra salud que la inactividad (de ello hablábamos hace unos meses en http://www.neyro.com/2012/06/25/evidencias-cientificas-demuestran-que-el-ejercicio-fisico-es-saludable-en-cualquier-edad/)
Ahora se ha demostrado que el ejercicio recreativo, aunque sea moderado, tiene un rápido impacto en el riesgo de padecer cáncer de mama. Y es que el riesgo de cáncer de mama en la posmenopausia disminuye tras la práctica regular de ejercicio físico, según ha mostrado un estudio realizado por expertos del Centro de Investigación en Epidemiología y Salud de la Población en el Institut Gustave Roussy en Villejuif (Francia) y que ha sido publicado en la revista “Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention”.
En concreto, el trabajo ha demostrado que las mujeres posmenopáusicas que en los últimos cuatro años habían realizado actividad física regular, equivalente a por lo menos cuatro horas de caminata por semana, tuvieron un riesgo menor de cáncer de mama invasivo en comparación con las mujeres que habían hecho menos ejercicio durante esos cuatro años. No mencionaremos ahora los demás beneficios evidentes del ejercicio en una época de la vida de la mujer en la que muchas reconocen haber ganado peso (ver en http://www.neyro.com/2014/06/23/al-llegar-la-menopausia-60-de-las-mujeres-reconoce-haber-engordado/)
Sin embargo lo anterior, aquellas que realizaron este nivel de actividad física entre cinco y nueve años antes, pero eran menos activas en los cuatro años anteriores a la recogida de datos, no presentaron un menor riesgo de cáncer de mama invasivo. Es necesario por lo tanto, perpetuar la conducta acerca del ejercicio y seguir activa. La actividad ni siquiera tiene que ser particularmente intensa; solo se necesita que se realice en forma regular.

Además, los investigadores han comprobado que el ejercicio recreativo, aunque sea moderado, tiene un «rápido» impacto en el riesgo de padecer cáncer de mama, aunque si se deja de realizar las probabilidades de tener este tumor se volvieron a incrementar. Para llegar a estas conclusiones, los científicos, liderados por Agnès Fournier, analizaron a 59.308 mujeres posmenopáusicas durante 8,5 años. En este periodo, 2.155 fueron diagnosticadas de cáncer de mama invasivo primario.

Investigadores de Institut Gustave Roussy en Villejuif, Francia, analizaron datos obtenidos de cuestionarios bianuales completados por 59.308 mujeres posmenopáusicas que fueron incluidas en E3N, el componente francés del Estudio europeo de investigación prospectiva sobre el cáncer y la nutrición (European Prospective Investigation Into Cancer and Nutrition, EPIC). Este estudio ha permitido confirmar en otro análisis de los mismos autores que el empleo de progesterona natural micronizada (que es el gestágeno empleado en Europa mayoritariamente), no tiene ninguna influencia negativa entre las mujeres con terapia hormonal en el climaterio. La terapia hormonal no induce cáncer de ninguna clase, y menos aún de mama.

La duración media de seguimiento fue de 8,5 años, durante los cuales a 2155 de las mujeres se les realizó el diagnóstico de primer cáncer de mama invasivo primario. Los efectos beneficiosos de la actividad física regular fueron independientes del índice de masa corporal, aumento de peso, circunferencia de la cintura y nivel de actividad de cinco a nueve años antes. Ello es la confirmación de la coherencia de los hallazgos y de su importancia, destaca el Dr. Neyro; estamos invirtiendo mucho dinero en diagnosticar (temprano que no precozmente) el cáncer de mama (ver en http://www.neyro.com/2014/10/08/los-riesgos-de-la-deteccion-del-cancer-de-mama-confunden-a-las-mujeres/), olvidando sin embargo que podemos hacer mucho por disminuir el riesgo de que aparezca que parece mucho más lógico, finaliza nuestro experto.

«Doce MET-h [equivalente metabólico de actividad en horas] por semana corresponde a caminar cuatro horas por semana o andar en bicicleta o participar en otras actividades deportivas dos horas por semana y es congruente con las recomendaciones de la Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (World Cancer Research Fund)», dijo la autora principal, Agnès Fournier. «Hallamos que la actividad física recreativa, aún cuando sea de intensidad modesta, parecía tener un impacto rápido en el riesgo de sufrir cáncer de mama. No obstante, la disminución del riesgo de sufrir cáncer de mama asociada con la actividad física se vio atenuada cuando se interrumpió la actividad».

Referencia: Cancer Epidemiol Biomarkers Prev

Hasta dos tercios de los principales cánceres son fruto de mutaciones y «mala suerte»

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El avance inexorable de la esperanza de vida media de nuestra sociedad, nos obliga a comprobar que el cáncer sigue creciendo en prevalencia. Es claro que algunos cánceres se relacionan con el sobrepeso (como demostramos enhttp://www.neyro.com/2014/08/28/los-canceres-mas-habituales-se-relacionan-con-el-sobrepeso/), pero no sabemos todo lo que se relaciona con las causalidades directas de todas las neoplasias.
Es más, en algunos cánceres no nos sirve siquiera con la identificación de los factores de riesgo pues la aparición de determinadas neoplasias no responde a patrones claros; lo sabemos bien los ginecólogos cuando peleamos cada día por identificar pacientes de «alto riesgo» de presentar cáncer de mama en el futuro (ver más en este sentido en http://www.neyro.com/2011/02/09/cancer-de-mama-factores-de-riesgo-y-como-evitarlos/)
Ahora, científicos del  Kimmel Cancer Center de la Universidad Johns Hopkins de EEUU han creado un modelo estadístico que mide la proporción de incidencia de cáncer debida a mutaciones genéticas arbitrarias que propician la proliferación celular nociva, a través de muchos tipos de tejido. Estas mutaciones genéticas azarosas se producirían cuando las células madre del organismo se dividen.Según este modelo, dos terceras partes de las incidencias de cáncer en adultos pueden ser explicadas principalmente por dichas mutaciones arbitrarias, por tanto, por » mala suerte»; mientras el tercio restante tiene su origen en factores exógenos (del entorno) y genes heredados.Bert Vogelstein, profesor de oncología de la Universidad de Johns Hopkins, afirma además que  la longevidad sin cáncer en gente expuesta a agentes causantes de esta enfermedad, como el tabaco, sería debida justo a lo contrario: a la buena suerte, y no a una “buena genética” como suele pensarse. «Es evidente que el tabaco ventajas no tiene y aún estamos descubriendo nuevas consecuencias de su toxicidad», afirma el Dr. José Luis Neyro (puede leerse más enhttp://www.neyro.com/2014/03/05/nueva-evidencia-de-que-el-tabaquismo-aumenta-el-riesgo-de-cancer-de-mama/)

Hasta ahora, se desconocía la contribución real de las mutaciones genéticas arbitrarias –en comparación con la contribución de la herencia genética o los factores ambientales-, asegura Vogelstein.

Resultados estadísticos.Para alcanzar sus conclusiones, los científicos del ensayo publicado en Science (una de las más importantes revistas científicas del mundo) trazaron el número de divisiones de células madre de 31 tejidos y compararon estas tasas con el riesgo de padecer cáncer de los ciudadanos americanos.Determinaron así que la correlación entre el número total de divisiones de células madre y el riesgo de cáncer era de 0.804 puntos. Matemáticamente, cuanto más se acerque este valor a uno, más divisiones de células madre son correlacionadas con un mayor riesgo de cáncer. En porcentajes, el dato supone que alrededor de un 65% del riesgo de cáncer está correlacionado con el número total de divisiones de células madre en un tejido determinado.“Nuestro estudio muestra que, en general, un cambio en el número de divisiones de células madre en un tipo de tejido está altamente relacionado con un cambio en la incidencia de cáncer en ese mismo tejido”, explica Vogelstein en uncomunicado de la John Hopkins (puede verse en el link que adjuntamos al final de este artículo). Por ejemplo, el tejido del colon, que presenta cuatro veces más divisiones de células madre que el tejido del intestino delgado en humanos, tiene una mayor incidencia de la enfermedad que este último.
cancers due to bad luck

Reducir el riesgoEl modelo estadístico ha revelado asimismo que 22 cánceres están especialmente vinculados a la “mala suerte” o a las mutaciones aleatorias del ADN durante la división celular. Y que otros nueve parecen estar relacionados con una mezcla de esa mala suerte con factores ambientales o hereditarios.
Por otro lado, continúa explicando el primer autor del trabajo, “descubrimos que los tipos de cáncer que tenían mayor riesgo de lo predicho por el número de divisiones de células madre fueron precisamente los esperables, como el cáncer de pulmón –vinculado al tabaco-; el cáncer de piel –relacionado con la exposición al sol-; y formas de cáncer asociadas a síndromes hereditarios”, señala Vogelstein.

“Este estudio demuestra que el tabaquismo u otros malos hábitos aumentan el riesgo del cáncer. Sin embargo, muchas formas de esta enfermedad se deben a la mala suerte de adquirir una mutación genética (…) La mejor manera de erradicar estos cánceres sería, por tanto, la detección precoz”, afirma el investigador. Por si en estos temas de tabaquismo quedaba alguna duda, los hechos recientemente demostrados con el análisis de las poblaciones recientemente incorporadas a este hábito demuestran su nefasta influencia (como ya dijimos en http://www.neyro.com/2013/11/28/la-incorporacion-de-la-mujer-al-habito-tabaquico-ha-incrementado-la-mortalidad-por-cancer-de-pulmon-un-50-en-los-ultimos-anos/)

En el presente estudio no se incluyeron ciertos tipos de cáncer como el de mama o el de próstata por escasez de datos fiables sobre tasas de división de células madre en la literatura científica disponible. Es más, en el caso del cáncer de mama incluso, tenemos tan difícil la prevención primaria que enfatizamos actualmente muchos esfuerzos en incrementar la efectividad de los métodos diagnósticos de esta neoplasia (lo contamos en el suelto siguientehttp://www.neyro.com/2014/05/30/un-nuevo-programa-de-analisis-de-mamografias-determina-el-riesgo-de-cancer-de-mama/)

Referencias:
C. Tomasetti, B. Vogelstein. Variation in cancer risk among tissues can be explained by the number of stem cell divisions. Science (2015). DOI: 10.1126/science.1260825.

 

Fármacos contra la osteoporosis evitan (también) cánceres ginecológicos

Una clase de medicamentos que evita la pérdida de hueso como son los bisfosfonatos nitrogenados, también puede ayudar a reducir el riesgo de las mujeres de desarrollar cáncer de endometrio, según un nuevo estudio publicado en línea el 22 de diciembre en la muy prestigiosa revista científica Cáncer.

Las mujeres que tenían un historial de uso de bisfosfonatos tenían la mitad de probabilidades que las mujeres que no habían tomado los medicamentos para desarrollar cáncer de endometrio. Hasta ahora sabíamos que otro grupo de fármacos como eran los SERMs (moduladores selectivos de los receptores de estrógenos), muy empleados en la prevención primero y el tratamiento después de la osteoporosis, eran capaces de reducir sensiblemente el riesgo de padecer cáncer de mama; lo contamos en http://www.neyro.com/2013/06/19/un-farmaco-contra-la-osteoporosis-detiene-el-crecimiento-de-celulas-de-cancer-de-mama/)

Es más, incluso sabíamos que estos mismo fármacos (los SERMs) también se muestran favorables en la reducción del riesgo de otros cánceres ginecológicos como el ahora aludido de endometrio; el Dr. Bartolomé Beltrán invitó al Dr. Neyro, titular de este web a uno de sus programas para debatir in extenso sobre el tema (y se puede escuchar íntegramente en http://www.neyro.com/2013/06/27/el-dr-neyro-interviene-en-el-programa-del-dr-beltran-en-buenas-manos-de-onda-cero/)
El estudio que ahora comentamos se centró sólo en los bisfosfonatos que contienen nitrógeno (tipo Alendronato o por su nombre comercial Fosamax o Fosavance) , que tienen los efectos anticancerígenos más fuertes entre la clase de medicamentos, de acuerdo con estudios previos. De hecho, hace varios años, el grupo de investigación epidemiológica danesa había demostrado con una revisión de la población danesa tratada con Alendronato para la Osteoporosis que ya desde el segunda año de su empleo, se reducía significativamente el riesgo de padecer cáncer de endometrio cuando se comparaba con la población que no había recibido ese tratamiento; lo comentamos con los investigadores del estudio cuando presentaron sus resultados en USA durante la celebración de una de las pasadas ediciones del congreso anual de ASBMR (American Society of Bone Mineral Research), nos señala el ginecólogo y experto en Osteoporosis, José Luis Neyro.

Ahora, Sharon Hensley Alford, PhD, del Departamento de Ciencias de Salud Pública en el Hospital Henry Ford, Detroit, Michigan, y sus colegas analizaron los datos de 29.254 mujeres de 60 años o más, participantes en el ensayo de cribado poblacional de próstata, pulmón, colorrectal y cáncer de ovario  del Instituto Nacional del Cáncer americano. La encuesta incluyó también un cuestionario sobre la salud ósea y el uso de medicamentos, como los bisfosfonatos.

Entre las mujeres que habían usado los bisfosfonatos para el tratamiento de su osteoporosis, los investigadores observaron 8,7 casos de cáncer endometrial por 10.000 personas-año, en comparación con 17,7 casos por cada 10.000personas-años entre las mujeres que nunca habían usado estas drogas (razón de tasas, 0,49; intervalo de confianza del 95%, desde 0,30 hasta 0,80, altamente significativo). La reducción por lo tanto del riesgo, era casi de la mitad.

Después de ajustar por una serie de variables, como la edad, la raza, los antecedentes de tabaquismo, historia de terapia hormonal previa, y el índice de masa corporal, el índice de riesgo para las mujeres que tomaban los medicamentosseñalados en comparación con aquellos que no tomaron ellos fue 0,56 (intervalo de confianza del 95%, 0,34 hasta 0,93, sin casi modificación una vez realizado el ajuste incluso).

El cáncer de endometrio es el cuarto cáncer más común en las mujeres y la octava causa más común de muerte por cáncer, nos aclara el Dr. Neyro, y es una grave preocupación de los ginecólogos de todo el mundo. Casi la mitad de todos los cánceres ginecológicos son endometriales. El cáncer de endometrio se diagnostica con mayor frecuencia en las mujeres de 60 y 70 años, cuando son posmenopáusicas y su densidad ósea ha disminuido.

Investigaciones anteriores demostraron que los bifosfonatos pueden retrasar el crecimiento tumoral y la diseminación de las células cancerosas en pacientes con ciertos tipos de cáncer, pero ningún estudio había examinadoespecíficamente en el cáncer de endometrio, excepto el ya señalado de carácter retrospectivo y de base epidemiológica de los daneses.

Las principales conclusiones del estudio se centraron en el más común de tipo 1 el cáncer de endometrio, que se relaciona con los niveles altos de estrógeno. Los investigadores pidieron más estudios con una muestra mayor para evaluarmejor la relación de la droga con el cáncer endometrial tipo 2 más agresivo, que no está relacionado con las hormonas y del que sabemos mucho menos aún, aclara nuestro experto en ginecología José Luis Neyro.

Apoyado este estudio por el Programa de Investigación Intramural de los Institutos Nacionales de Salud, Instituto Nacional del Cáncer, División de Epidemiología del Cáncer y Genética, los autores han declarado no tener ningún conflicto de intereses. Existen otros estudios previos que informan de las mismas asociaciones positivas.

Referencias:

Alford SH, Rattan R, Buekers TE, Munkarah AR. Protective effect of bisphosphonates on endometrial cancer incidence in data from the Prostate, Lung, Colorectal and Ovarian (PLCO) cancer screening trial. Cancer. 2014 Dec 22. doi: 10.1002/cncr.28952. [Epub ahead of print]

Rennert G, Rennert HS, Pinchev M, Lavie O. The effect of bisphosphonates on the risk of endometrial and ovarian malignancies. Gynecol Oncol. 2014 May;133(2):309-13. doi: 10.1016/j.ygyno.2014.02.014. Epub 2014 Feb 18.