Una clase de medicamentos que evita la pérdida de hueso como son los bisfosfonatos nitrogenados, también puede ayudar a reducir el riesgo de las mujeres de desarrollar cáncer de endometrio, según un nuevo estudio publicado en línea el 22 de diciembre en la muy prestigiosa revista científica Cáncer.
Las mujeres que tenían un historial de uso de bisfosfonatos tenían la mitad de probabilidades que las mujeres que no habían tomado los medicamentos para desarrollar cáncer de endometrio. Hasta ahora sabíamos que otro grupo de fármacos como eran los SERMs (moduladores selectivos de los receptores de estrógenos), muy empleados en la prevención primero y el tratamiento después de la osteoporosis, eran capaces de reducir sensiblemente el riesgo de padecer cáncer de mama; lo contamos en http://www.neyro.com/2013/06/19/un-farmaco-contra-la-osteoporosis-detiene-el-crecimiento-de-celulas-de-cancer-de-mama/)
El estudio que ahora comentamos se centró sólo en los bisfosfonatos que contienen nitrógeno (tipo Alendronato o por su nombre comercial Fosamax o Fosavance) , que tienen los efectos anticancerígenos más fuertes entre la clase de medicamentos, de acuerdo con estudios previos. De hecho, hace varios años, el grupo de investigación epidemiológica danesa había demostrado con una revisión de la población danesa tratada con Alendronato para la Osteoporosis que ya desde el segunda año de su empleo, se reducía significativamente el riesgo de padecer cáncer de endometrio cuando se comparaba con la población que no había recibido ese tratamiento; lo comentamos con los investigadores del estudio cuando presentaron sus resultados en USA durante la celebración de una de las pasadas ediciones del congreso anual de ASBMR (American Society of Bone Mineral Research), nos señala el ginecólogo y experto en Osteoporosis, José Luis Neyro.
Ahora, Sharon Hensley Alford, PhD, del Departamento de Ciencias de Salud Pública en el Hospital Henry Ford, Detroit, Michigan, y sus colegas analizaron los datos de 29.254 mujeres de 60 años o más, participantes en el ensayo de cribado poblacional de próstata, pulmón, colorrectal y cáncer de ovario del Instituto Nacional del Cáncer americano. La encuesta incluyó también un cuestionario sobre la salud ósea y el uso de medicamentos, como los bisfosfonatos.
Entre las mujeres que habían usado los bisfosfonatos para el tratamiento de su osteoporosis, los investigadores observaron 8,7 casos de cáncer endometrial por 10.000 personas-año, en comparación con 17,7 casos por cada 10.000personas-años entre las mujeres que nunca habían usado estas drogas (razón de tasas, 0,49; intervalo de confianza del 95%, desde 0,30 hasta 0,80, altamente significativo). La reducción por lo tanto del riesgo, era casi de la mitad.
Después de ajustar por una serie de variables, como la edad, la raza, los antecedentes de tabaquismo, historia de terapia hormonal previa, y el índice de masa corporal, el índice de riesgo para las mujeres que tomaban los medicamentosseñalados en comparación con aquellos que no tomaron ellos fue 0,56 (intervalo de confianza del 95%, 0,34 hasta 0,93, sin casi modificación una vez realizado el ajuste incluso).
El cáncer de endometrio es el cuarto cáncer más común en las mujeres y la octava causa más común de muerte por cáncer, nos aclara el Dr. Neyro, y es una grave preocupación de los ginecólogos de todo el mundo. Casi la mitad de todos los cánceres ginecológicos son endometriales. El cáncer de endometrio se diagnostica con mayor frecuencia en las mujeres de 60 y 70 años, cuando son posmenopáusicas y su densidad ósea ha disminuido.
Investigaciones anteriores demostraron que los bifosfonatos pueden retrasar el crecimiento tumoral y la diseminación de las células cancerosas en pacientes con ciertos tipos de cáncer, pero ningún estudio había examinadoespecíficamente en el cáncer de endometrio, excepto el ya señalado de carácter retrospectivo y de base epidemiológica de los daneses.
Las principales conclusiones del estudio se centraron en el más común de tipo 1 el cáncer de endometrio, que se relaciona con los niveles altos de estrógeno. Los investigadores pidieron más estudios con una muestra mayor para evaluarmejor la relación de la droga con el cáncer endometrial tipo 2 más agresivo, que no está relacionado con las hormonas y del que sabemos mucho menos aún, aclara nuestro experto en ginecología José Luis Neyro.
Apoyado este estudio por el Programa de Investigación Intramural de los Institutos Nacionales de Salud, Instituto Nacional del Cáncer, División de Epidemiología del Cáncer y Genética, los autores han declarado no tener ningún conflicto de intereses. Existen otros estudios previos que informan de las mismas asociaciones positivas.
Referencias: