Estas vacunas representan las primeras vacunas contra el cáncer de prevención, proporcionando una protección de largo plazo. Aplicado a nivel mundial que tienen el potencial de reducir la carga del cáncer en las mujeres de 12 a 15%, en los hombres de 5.4%. Además, nuevos modos de tratamiento de los virus de inmunodeficiencia y la hepatitis C humanos reducen el riesgo de cáncer de developemtn vinculado a estas infecciones. El nuevo modo de prevención del cáncer mediante la vacunación o el tratamiento de infecciones persistentes alienta una mayor investigación sobre una posible participación de otras infecciones en los cánceres, pero no vinculado a agentes exógenos.
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Ingesta de alimentos azucarados y riesgo de cáncer ginecológico
Las guías para la prevención del cáncer recomiendan una dieta rica en frutas, verduras y granos enteros, y recomiendan limitar los alimentos y bebidas azucaradas, las carnes rojas y procesadas, el sodio y alcohol, y evitar alimentos contaminados con sustancias cancerígenas. Es una lástima, sin embargo, que los jóvenes, la mejor población objetivo para la implementación de este asesoramiento dietético, por lo general no cumplan con las recomendaciones diarias de frutas, verduras, o el consumo de granos enteros y están consumiendo en exceso alimentos salados, azucarados o de energía densa [7]. Una vez más, es nuestro deber como médicos proporcionar a nuestros pacientes educación sobre este tema tan importante.
Referencias
1. . Kushi LH, Doyle C, McCullough M, et al. American Cancer Society Guidelines on nutrition and physical activity for cancer prevention: reducing the risk of cancer with healthy food choices and physical activity. CA Cancer J Clin 2012;62:30-67.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/
2. King MG, Chandran U, Olson SH, et al. Consumption of sugary foods and drinks and risk of endometrial cancer. Cancer Causes Control. 2013 May 9. Epub ahead of print
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/
3. Arcidiacono B, Iiritano S, Nocera A, et al. Insulin resistance and cancer risk: an overview of the pathogenetic mechanisms. Exp Diabetes Res 2012;2012:789174.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/
4. Hunn J, Rodriguez GC. Ovarian cancer: etiology, risk factors, and epidemiology. Clin Obstet Gynecol 2012;55:3-23.
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5. King MG, Olson SH, Paddock L, et al. Sugary food and beverage consumption and epithelial ovarian cancer risk: a population-based case-control study. BMC Cancer 2013;13:94.
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6. Silvera SA, Jain M, Howe GR, Miller AB, Rohan TE. Energy balance and breast cancer risk: a prospective cohort study. Breast Cancer Res Treat 2006;97:97-106.
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7. Holman DM, White MC. Dietary behaviors related to cancer prevention among pre-adolescents and adolescents: the gap between recommendations and reality. Nutr J 2011;10:60.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/
Test de VPH: más efectivo que la citología en cribado primario
Las estrategias de cribado del virus del papiloma humano (VPH) se han debatido en el Congreso de la Organización Europea de Infección Genital y Neoplasia (Eurogin), celebrado en Sevilla. Aureli Torné, de la Unidad de Ginecología Oncológica del Hospital Clínico de Barcelona, ha señalado que en España «no hay recomendaciones nacionales para el diseño de estrategias de cribado, ya que su aplicación es competencia de cada autonomía». Y ha dado un toque de atención: «Incorporar nuevos métodos o el aumento del gasto no se traducirá en una reducción de la incidencia y mortalidad del cáncer de cérvix sin aumento de cobertura y, lógicamente, eso significa cribado poblacional».
- en menores de 25 años, prevención primaria y vacuna sistemática;
- a partir de los 25, prevención secundaria, citología limitada al subgrupo donde el test de VPH no va a aportar utilidad, máximo 3 pruebas;
- y a partir de los 30, test de VPH, y máximo de 8 determinaciones a lo largo del año.
«Las coberturas de vacunación frente al VPH en España son buenas y similares a las de otras vacunas que se administran en adolescentes», ha comentado María Brotons, del Instituto Catalán de Oncología, quien ha precisado que los estudios que se están llevando a cabo permitirán determinar el impacto del programa de vacunación en la incidencia de verrugas genitales, carcinoma in situ cervical y cáncer de cérvix.
Ventajas del consumo de pescado para el desarrollo prenatal que pueden contrarrestar los riesgos del mercurio
Es bien conocido que la nutrición materna es básica para el futuro de la descendencia y que incluso la obesidad de la madre puede incrementar los riesgos malformativos en la nueva criatura (ver en http://www.neyro.com/2014/11/
Ahora se descubren nuevos hallazgos de una investigación realizada en Seychelles que proporcionan más evidencia de que . De hecho, el nuevo estudio, que aparece en American Journal of Clinical Nutrition, parece indicar que los nutrimentos que contiene el pescado tienen propiedades que protegen al cerebro de los posibles efectos tóxicos del elemento químico.
Éramos conocedores de que la nutrición durante el embarazo mal orientada o deficiente era capaz incluso de «transmitirse» a la herencia a través de los espermatozoides de la descendencia masculina (puede leerse enhttp://www.neyro.com/2014/07/
Recientemente, tras tres décadas de investigación en Seychelles se ha demostrado una y otra vez que las altas cantidades de consumo de pescado por madres embarazadas —un promedio de 12 comidas a la semana— no producen problemas de desarrollo en sus niños. Los investigadores previamente han equiparado este fenómeno con una especie de carrera de caballos biológica, en la que las ventajas de los nutrimentos de pescado para el desarrollo superan los posibles efectos perjudiciales del mercurio también presente en el pescado.
Ya el propio Ministerio de Sanidad, nos recuerda el Dr. Neyro, responsable de contenidos de www.neyro.com, aconsejó hace años el consumo de no más de 50 gramos al mes de grandes peces (tipo escualos,, pintarrojas o tiburones, pez espada o emperador, atún rojo…) cuando la mujer estuviere embarazada, precisamente por la cantidad de mercurio que estos animales acumulaban en su organismo: a mayor peso, más acumulación del tóxico. se preferían así peces pequeños, preferiblemente azules, y hasta cinco raciones semanales idealmente.
Sin embargo, la nueva investigación indica que esta relación es mucho más compleja y que los compuestos presentes en el pescado —específicamente en los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA)— también pueden contrarrestar activamente el daño que ocasiona el mercurio en el cerebro.
«Estos hallazgos no muestran ninguna relación global entre la exposición prenatal al mercurio a través del consumo de pescado y los resultados en el desarrollo neurológico», dijo Edwin van Wijngaarden, Ph.D., y profesor asociado en el Departamento de Ciencias de Salud Pública de la Universidad de Rochester y coautor principal del estudio. «También cada vez resulta más claro que las ventajas del consumo de pescado pueden superar, o incluso encubrir, cualquier efecto potencialmente adverso del mercurio».
«Esta investigación nos brinda la oportunidad de estudiar el papel que desempeñan los ácidos grasos poliinsaturados en el desarrollo y su potencial para aumentar o contrarrestar las propiedades tóxicas del mercurio», dijo Sean Strain, Ph.D., un profesor de Nutrición Humana en la Universidad Ulster en Irlanda del Norte y autor principal del estudio. «Los hallazgos indican que el tipo de ácidos grasos que consume una madre durante el embarazo pueden hacer una diferencia por lo que respecta al desarrollo neurológico futuro de su niño».
El nuevo estudio se da a conocer mientras la Food and Drug Administration de Estados Unidos y organismos internacionales están en el proceso de revisar las recomendaciones para el consumo de pescado a fin de que reflejen mejor los beneficios para la salud que tienen los nutrimentos presentes en el pescado. Las directrices actuales de la FDA —que recomiendan que las mujeres embarazadas limiten su consumo de determinados pescados a dos veces a la semana— fue establecida debido al riesgo conocido que tiene la alta exposición al mercurio sobre el desarrollo en la infancia.
El mercurio se halla en el ambiente como resultado de la actividad natural y humana (por ejemplo, emisión de plantas de carbón). Gran parte del mismo termina depositándose en los océanos del mundo y, en consecuencia, los peces albergan este elemento en muy pequeñas cantidades. Son tanto mayores cuanto mayor es el peso del pez en cuestión, señala nuestro experto el ginecólogo José Luis Neyro: de ahí la sugerencia comentada del Ministerio de Sanidad arriba comentada.
Esto ha dado origen a inquietudes en torno a que la repercusión acumulada de la exposición prenatal al mercurio a través del consumo de pescado pueda tener efectos negativos sobre la salud, pese al hecho de que nunca se ha establecido definitivamente un vínculo entre una baja exposición y las consecuencias para el desarrollo en los niños.
Al mismo tiempo, el pescado es rico en una serie de nutrimentos beneficiosos, tales como ácidos grasos, que son esenciales para el desarrollo del cerebro, lo que ha conducido a un debate prolongado entre científicos, ambientalistas y autoridades sanitarias en torno a los riesgos por contraposición a los beneficios del consumo de pescado. Este debate tiene consecuencias importantes en la salud global, ya que miles de millones de personas en todo el mundo se basan en el pescado como fuente primaria de proteína.
El Estudio de Desarrollo del Niño de Seychelles —una asociación entre la Universidad de Rochester, la Universidad de Ulster y el Ministerio de Salud y Educación de la República de Seychelles— es uno de los estudios demográficos más prolongados y más extensos de su clase. Las islas Seychelles son un grupo de islas del océano índico que han resultado ser la ubicación ideal para analizar la posible repercusión que la exposición persistente en bajo grado al mercurio tiene sobre la salud. Los 89.000 residentes de este país consumen pescado con una tasa 10 veces mayor que las poblaciones de Estados Unidos y Europa.
En el estudio publicado se efectuó seguimiento a más de 1500 madres y sus niños. A los 20 meses después del nacimiento, los niños fueron objeto de una extensa batería de pruebas concebidas para medir sus habilidades de comunicación, conducta y destrezas motoras. Los investigadores también reunieron muestras de cabello de las madres en la época de su embarazo para determinar las concentraciones de exposición prenatal al mercurio.
Los investigadores descubrieron que la exposición al mercurio no se correlacionaba con calificaciones más bajas en las pruebas. Este hallazgo fue similar a los resultados de estudios previos efectuados por el grupo —algunos de los cuales han realizado seguimiento a los niños en las Seychelles hasta su tercer decenio de vida— que tampoco han demostrado ninguna relación entre el consumo de pescado y el desarrollo neurológico subsiguiente.
Los investigadores también midieron las concentraciones de PUFA presentes en las mujeres embarazadas y descubrieron que los niños de madres con altas concentraciones de ácidos grasos conocidos como n3 —la clase que contiene el pescado— tenían mejor desempeño en determinadas pruebas. Otra variante frecuente de PUFA, llamada n6, proviene de otras carnes y aceites de cocina y se encuentra en mayor abundancia en las dietas de residentes de países desarrollados.
Se sabe que los ácidos grasos presentes en el pescado (n3; fundamentalmente los llamados C22: 6n-3 (DHA) (229.60), C20:5 n-3 (EPA)(52.10), C18:3 n-3 (ALA)(11.80) y C20:3 n-3 (2.25)) tienen propiedades antiinflamatorias en comparación con los n6, que pueden favorecer la inflamación. Uno de los mecanismos mediante los cuales el mercurio inflige daño es a través de la oxidación y la inflamación y esto ha llevado a los investigadores a conjeturar que n3 no sólo proporciona más beneficio por lo que respecta al desarrollo del cerebro, sino que estos compuestos también pueden contrarrestar los efectos negativos del mercurio.
Esto se reflejó en los hallazgos del estudio, el cual demostró que los niños de madres con concentraciones relativamente más altas de n6 tenían peor desempeño en las pruebas concebidas para medir las habilidades motoras.
«Al parecer esta relación entre los nutrimentos del pescado y el mercurio puede ser mucho más compleja que lo que antes se apreciaba», dijo Philip Davidson, Ph.D., el investigador principal del Estudio del Desarrollo Infantil de Seychelles, profesor emérito de la Universidad de Rochester y autor principal del estudio. «Estos hallazgos indican que puede haber un equilibrio óptimo entre las diferentes propiedades inflamatorias de los ácidos grasos que favorecen el desarrollo fetal y que estos mecanismos justifican más estudio».
Si a todo ello añadimos que una nutrición bien equilibrada puede determinar incluso la duración del embarazo como demostramos en http://www.neyro.com/2014/03/
Referencias:
Edwin van Wijngaarden et al, Prenatal exposure to methyl mercury from fish consumption and polyunsaturated fatty acids: associations with child development at 20 mo of age in an observational study in the Republic of Seychelles.American Journal of Clinical Nutrition. January 21, 2015, doi: 10.3945/ajcn.114.100503
Fuente: Modif de Medical News Today
La violencia de género mata cada año en España a más de cincuenta mujeres
La violencia de género mata cada año en España a más de cincuenta mujeres.
La violencia de género, la forma más diabólica de violencia doméstica, constituye una lacra social siempre olvidada y enmarcada o mejor enmascarada hipócritamente tras de las cortinas de los asuntos privados de cada pareja o, peor aún, en diferencias culturales o religiosas que (a veces se argumenta en una sociedad de estúpida y mal entendida corrección política) debieran ser respetadas confundiendo lo políticamente correcto con lo sencillamente inmoral, socialmente intolerable, moralmente execrable.
Como en casi todos los asuntos que tiene que ver con las personas y los grupos sociales, sus causas son multifactoriales y difíciles de escudriñar. Siendo ciertas estos asertos, casi todo el mundo que ha profundizado en su estudio está de acuerdo en que la base para la solución de estos problemas morales, pero también delictivos, no lo olvidemos, pasa por la educación y ello requiere el emprendizaje de toda una sociedad orientada adecuadamente; ello es lo difícil de conseguir en un mundo con demasiadas prisas y ávido de resultados inmediatos como estos del reciente siglo XXI.
Un aspecto no despreciable del asunto está relacionado con las enrevesadas relaciones de dependencia emocional, pero también de otro tipo, que se establecen entre agresor y víctima, entre ofensor y afectada.
Ciertamente son importantes las cifras de muertas por violencia de género (73 en 2010, 61 en 2011, 52 en 2012, 54 muertas por esta lacra en el año 2013 y 53 el año pasado 2014 en España), aunque se observe un ligero descenso en los pasados años, que esperemos que permanezca como tendencia. Y el 62.3% de todas ellas a manos de asesinos menores (jóvenes) de 50 años, educados en libertad, 34% de todas las muertas del pasado año 2014 a manos de personas menores de 40 años, que nacieron más allá de 1975, supuestamente ya en democracia y, también supuestamente, con una educación diferente que la recibida en un régimen dictatorial en ausencia de libertades.
Una sola sería una brutal cifra intolerable…., pero más que un frío número, puede ser de interés escuchar, leer con atención el testimonio de una víctima que en pocas líneas nos descubre su alma y los giros de sus emociones tras pasar por el calvario de una vida continua de ofensas y agresiones.
Decía ella y copio textualmente su testimonio: «me enseñaron la vergüenza. Me enseñaron a avergonzarme de mi cuerpo, de mis actos, de mis pensamientos. Me enseñaron que lo que pienso es absurdo, que lo que hago es ridículo, que lo que deseo es sucio.
Y aprendí a no decir lo que pensaba, por vergüenza de que alguien a mi alrededor pensara algo mejor.
Y aprendí a no hacer lo que me apetecía, por vergüenza de que alguien a mi alrededor creyera que era inoportuno. Y aprendí a no perseguir lo que deseaba, por vergüenza de que alguien a mi alrededor opinara que era inapropiado. No contenta con someterme a la mirada externa, me plegué también a la vergüenza ajena.
Y aprendí a preguntarle a la vergüenza cómo vestirme, no vaya a ser que alguien pensara que voy buscando gustar, destacar. Y aprendí a escuchar a la vergüenza al desnudarme, no vaya a ser que me sintiera cómoda en mi cuerpo, y me acostumbrara a enseñar(me)lo sin miedo. Y aprendí a consultar con la vergüenza antes de abrir la boca, no vaya a ser que dijera sin filtro lo que me pasa por la cabeza, y se enterara la gente.
Y dejé de bailar, de reír a carcajadas, de rascarme el culo, de preguntar lo que no entiendo, de opinar lo que pienso, de compartir lo que siento, de pedir ayuda, de ponerme faldas, de ir a la playa, de comer o llorar en la calle, de ir sin sujetador, de pintarme, de salir sin pintar, de bajar a la calle despeinada, de usar esa ropa que dicen que no me pega nada, de llamar a quien echo de menos, de tomar la iniciativa, de decir que no, de decir que sí, de quejarme, de vanagloriarme, de estar orgullosa, de admitir que estoy asustada.
Y, a base de sentirme cada día más avergonzada, entendí que mi vergüenza nunca iba a sentirse saciada. Que toda la vida iba a imponerse entre yo y mi representante impostada. Así que busqué a mi sinvergüenza interna. Y le costó salir un poco, le daba vergüenza. Pero acabó sacándome a bailar, haciéndome dúo al cantar, saliendo conmigo a la calle con la cara sin lavar, animándome a hablar, a ignorar las cosas que me deberían avergonzar…
Y ahora no tengo tiempo para sentir vergüenza. Estoy ocupada viviendo»
Desgarrador testimonio, pero realista, doloroso pero esperanzador al fin, dramático pero finalmente abierto…., a la esperanza, a la confianza en que con los cambios requeridos desde dentro y con la ayuda prestada desde fuera, es posible la mejora, la independencia moral, la autoestima, porque solo tenemos una vida, porque ella solo tiene una vida…., y nadie tiene el derecho de hacérsela vivir esclavizadamente, nadie tiene el derecho de arrebatarla, nadie debería tener ese poder….
Los abortos experimentan tendencia a la baja en España, desde 2011
El número de interrupciones se produce principalmente en el grupo de mujeres entre 20 y 24 años, concretamente 19,43 abortos por cada mil mujeres de este grupo de edad, seguido por las que tienen entre 25 y 29 años, con 16,84. A continuación se sitúan las mujeres entre 30 y 34 años, con 13,42 intervenciones; seguidas de las que tienen menos de 19 años, con 12,23, las que están en el grupo de edad entre 35 y 39 años, con 9,22; y finalmente las mayores de 40 años, con 3,92 interrupciones.
Madrid, comunidad en la que más intervenciones se realizan
En los datos analizados por comunidades, en primer lugar se sitúa Madrid, que con 14,62 abortos por cada mil mujeres entre 15 y 44 años, seguida de Cataluña con 14,18, Asturias con 13,62, Islas Baleares con 13,06, Canarias con 13,03 y Murcia con 12,56.
Por el contrario, las comunidades en las que se produjeron menos intervenciones fueron primero de todas Ceuta y melilla y luego Galicia y La Rioja, en ambos casos con 6,78 abortos por cada mil mujeres de entre 15 y 44 años, para situarse a continuación Castilla y León con 7,11, Extremadura con 7,12, Navarra con 7,82 y Castilla-La Mancha con 8,97. Puede verse en el siguiente histograma de frecuencias del informe referido.
La principal causa esgrimida para llevar a cabo una interrupción voluntaria del embarazo volvió a ser a petición de la mujer, concretamente en un 89,93 por ciento del total. Las restantes intervenciones se produjeron por grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada, en un 6,94 por ciento de los casos; por riesgo de graves anomalías en el feto, en un 2,84 por ciento; por anomalías fetales incompatibles con la vida o por enfermedad extremadamente grave e incurable, en un 0,28 por ciento; y finalmente por otras causas en un 0,1 por ciento.
Por lo que respecta a los centros que han notificado interrupciones voluntarias del embarazo, la cifra ha alcanzado los 198, creciendo en diez con respecto a 2012. Un dato a destacar es que en el 91,04 por ciento de los casos la intervención se produjo en un centro privado, mientras que solamente en el 8,96 por ciento tuvo lugar en un centro público; de todas maneras, seguramente por efecto de la crisis económica, la cifra se ha triplicado casi desde 2004 en que solo se realizaban el 3.6% de todas las IVEs en centro públicos, añade el Dr. Neyro cuando comenta la casuística.