Las náuseas matutinas pueden acompañarse de problemas de desarrollo neurológico en los neonatos

En el embarazo, ya desde el principio, algunas mujeres (otras no…) manifiestan intensas náuseas matutinas que, una vez más, han provocado el desarrollo de determinados mitos y leyendas: «eso es que el embarazo va bien», «es mucho mejor aguantarlas sin más», «no debes tomar nada porque el cuerpo es sabio y conoce lo que le sobra»….. Pobres gestantes…..
No todas las mujeres las sufren por igual pues al parecer dependen de la susceptibilidad individual del centro nervioso que controla el vómito por la hormona corio-gonadotrofina, propia de la gestación o de determinados déficits nutricionales. De hecho, la clínica de la gestación, la sintomatología, es muy diversa de una mujeres a otras: puede conllevar una ausencia completa de toda sintomatología anormal, hasta una terrible pérdida de calidad de vida por un estreñimiento pertinaz, típico de este tiempo gestacional (ver en http://www.neyro.com/2014/12/12/estrenimiento-y-embarazo-un-problema-menor-que-deteriora-la-calidad-de-vida/) o un estado nauseoso continuo del que ahora nos ocupamos.

En este orden de cosas, las náuseas matutinas muy intensas no solo son muy desagradables para una futura madre, sino que también pueden dar lugar incluso a trastornos del desarrollo neurológico en el bebé. Así lo sugiere un estudio estadounidense publicado recientemente en el “European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology”. Cuando las náuseas son muy intensas y se acompañan de vómitos continuos hasta con pérdida de peso de la madre, hablamos de Hiperémesis gravídica (HG), nos aclara el Dr. Neyro, ginecólogo con una experiencia de más de treinta años y responsable de contenidos de http://www.neyro.com.
Ahora, unos científicos de la Universidad de California, Los Ángeles, compararon 312 niños nacidos entre 2007 y 2011 de 203 madres con hiperémesis gravídica (HG) con 169 niños nacidos de 89 madres sin HG. Los vómitos excesivos durante el embarazo habían sido tan violentos entre las participantes que habían perdido al menos 2,5 kilogramos y estaban tan deshidratadas que necesitaron líquidos intravenosos. El cuadro puede llegar a ser grave, señala José Luis Neyro y la pérdida de peso con/sin deshidratación materna, señala el punto a partir del cual la mujer debe ser ingresada en clínica sin dilación.

Pues bien, de estas madres con este trastorno, los niños nacidos de madres con HG, tenían un riesgo 3,28 veces mayor de trastornos en su desarrollo neurológico. Los trastornos identificados incluían trastornos de la atención y diversas alteraciones sensoriales, así como retrasos en el aprendizaje, en el habla y en el lenguaje. Puede verse en el resumen publicado del artículo en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=Fejzo%2C+hiperemesis+and+EJOG%2C+2015

Sin embargo, no se encontró ninguna asociación con los medicamentos prescritos para las náuseas matutinas. Según la autora principal, Marlena Fejzo, esto sugiere que la deficiencia de nutrientes durante la etapa inicial del embarazo puede ser la culpable de los trastornos del desarrollo. “Por ello se debería aclarar con urgencia si el riesgo de retrasos en el desarrollo disminuye cuando las mujeres con síntomas precoces de náuseas matutinas muy intensas reciben un tratamiento agresivo, lo que incluye vitaminas y suplementos nutricionales”, afirmó Fejzo.

De hecho, concluye el artículo, las mujeres con HG corren un riesgo significativamente mayor de tener un niño con retraso del desarrollo neurológico. Los tratamientos antieméticos comunes no estaban vinculados con retraso del desarrollo neurológico, pero los primeros síntomas sí pueden desempeñar un papel. Hay una necesidad urgente de abordar si el tratamiento agresivo que incluye la administración de suplementos de vitaminas y nutrientes en las mujeres con los primeros síntomas de náuseas del embarazo disminuye el riesgo de retraso del desarrollo neurológico.
Entre tanto se dilucida esta cuestión, los ginecólogos deberemos afanarnos (concluye el Dr. Neyro, de http://wwwneyro.com) por tratar tempranamente a nuestras pacientes y ello enfatiza aún más la necesidad de anticipar la primera consulta a las seis o siete semanas desde el inicio de la última regla. Así estaremos en disposición de evitar con los tratamientos más precoces, otros déficits habituales de la mujeres durante sus embarazos (léase sobre el tema en http://www.neyro.com/2014/10/21/necesidades-de-hierro-en-la-mujer/).