Cada euro gastado en vacunas ahorra 22 euros al Sistema Nacional de Salud

Los datos de asuntos de farmaco-economía, a veces, tienen la credibilidad cuestionada cuando son manejados por médicos; ahora, son consultores y analistas económicos los que aportan los datos. La consultora Deloitte ha presentado hace poco un informe sobre el valor social de las vacunas, que constata que cada euro gastado en vacunas infantiles ahorra 5 euros en costes directos al SNS y otros 17 euros en costes indirectos. Ya hacía tiempo, en nuestro propio blog habíamos demostrado que las inversiones en vacunación eran extraordinariamente rentables en términos de salud y asistencia sanitaria (ven en http://www.neyro.com/2013/12/10/la-vacunacion-constituye-una-de-las-mejores-inversiones-en-sanidad/)

No solo en términos de rentabilidad económica; vacunar masivamente es factible que consiguiera rediucir drásticamente las tasas de aparición de cáncer, uno de los males de nuestro tiempo (se puede leer en el suelto http://www.neyro.com/2015/01/15/una-vacuna-del-vph-sin-distinguir-sexo-atajaria-los-tumores-asociados/). Pues bien, ahora la consultora Deloitte ha presentado un extenso informe sobre el «Valor social de las vacunas», en el que repasa las enormes diferencias en los calendarios vacunales de las autonomías, no sólo en los infantiles sino también en las pautas de vacunación de los adultos, así como la gran heterogeneidad en los modelos de compras y precios de adjudicación de éstas.

El informe constata que el gasto en vacunas ha descendido en los últimos años perdiendo peso respecto al gasto en farmacia y al gasto sanitario en su conjunto. Concretamente, las cifras de Deloitte destacan que mientras el gasto sanitario ha experimentado un ligero crecimiento del 1,03 por ciento en el periodo 2007-2012, el gasto en vacunas se ha reducido un 6,24 por ciento. Ello, lejos de ser un ahorro a imitar, puede resultar un dato preocupante.

Así, el gasto en vacunas representaba en 2007 el 0,55 por ciento de todo el gasto sanitario y el 2,8 por ciento del gasto en farmacia, mientras que en 2012 estas cifras bajaron hasta representar el 2,1 por ciento del gasto en farmacia y sólo el 0,35 por ciento del gasto sanitario total

Esta reducción se ha producido pese a que la estimación es que cada euro invertido en vacunación infantil (difteria, tétanos, tos ferina, hib, poliomelitis, rubeola y hepatitis B) consigue ahorrar 5 euros en costes directos y otros 17 en indirectos al SNS, según los datos aportados por la consultora.

El informe destaca que por consideraciones históricas «la realidad es que el abastecimiento de vacunas en España no depende, en términos presupuestarios de las direcciones de Farmacia, sino de las direcciones de Salud Pública», que han sufrido recortes en los últimos años. Además, recuerda que «la evolución del calendario de vacunación en España ha sido compleja y no exenta de disparidad de criterios y opiniones. Aun así, se está intentando caminar hacia la consolidación del calendario sistémico infantil y una inicial extensión de la sistematización hacia la población adulta». Ello debería ser uno de los ítems más importantes a conseguir por el (a veces poco eficaz) Consejo Interterritorial de Sanidad, que agrupa al Ministerio del ramo y a las 17 (+2) consejerías de salud de las comunidades autónomas.

Con todo, «en el último año -continúa el informe- se han producido varias polémicas que han trascendido a la opinión pública sobre la planificación, compra, distribución, dispensación y acceso a determinadas vacunas», afirma el texto en clara referencia a la varicela, «y estos enfrentamientos han causado cierta alarma social entre las familias que reciben opiniones contradictorias en muchas ocaciones entre sus médicos y la Administración Pública competente»

Por todo ello, el estudio concluye que «parece necesario el diálogo entre todos los actores del sector, fundamentalmente las Administraciones Públicas, nacional y regionales, las sociedades científicas, los clínicos y los laboratorios farmacéuticos productores de vacunas para retomar la confianza mutua y llegar al mayor consenso posible en las decisiones vinculadas a las políticas de vacunación, así como a la compra y financiación de las mismas».
Invertir en prevención, es siempre una buena forma de afrontar el futuro con la vista puesta en la mejora de las condiciones socio-sanitarias de la población. La vacunación, recordémoslo siempre, ha salvado tantas vidas a lo largo de la historia de la humanidad que solo le ha superado en esa tarea la canalización y tratamiento de las aguas fecales.2525