Siete de cada diez mujeres tendrán algún mioma uterino a lo largo de su vida

Efectivamente los miomas uterinos son los tumores más frecuentes en las mujeres y presentan muy distintas localizaciones en el interior del útero como muestra el esquema; son siempre benignos y nadie ha demostrado nunca que se malignicen, lo cual hace que muchas veces, señala el experto José Luis Neyro, muchos ginecólogos no les prestemos la atención que requieren; suelen coexistir en el tiempo en los años en los que los trastornos menstruales son frecuentes y es necesario diferenciar claramente cuál es el origen de los trastornos y de los sangrados (nos ocupamos de todo ello en la noticia que aparece en http://www.neyro.com/2013/01/08/los-trastornos-menstruales-en-la-perimenopausia/)
Así las cosas, hasta el 70% de las mujeres van a tener algún mioma uterino a lo largo de su vida y, de ellas, un 30 o un 40% sufrirá problemas que deberán ser atendidos por un especialista, según ha informado el jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de La Zarzuela de Madrid, Ignacio Cristóbal, con motivo de la celebración del ‘Esmya Event 2015’.

«Los datos son machacones y se repiten hasta la saciedad», aclara el Dr. Neyro, responsable de contenidos de www.neyro.com; no todos los miomas necesitan ser tratados con otras medidas, si acaso, que con una discreta vigilancia, porque la inmensa mayoría de todos ellos no dan ninguna sintomatología a la mujer en cuyo útero aparecen; se hace preciso por lo tanto, diferenciar muy bien qué es normal u qué es anormal en estos años de por encima de los 35 o 45 para no musicalizar en exceso al vida de las mujeres (escúchelo en el programa de Canal Euskadi en el que el Dr. Neyro habla de estos asuntos en http://www.neyro.com/2004/03/18/los-trastornos-del-flujo-menstrual-y-de-la-regla/)

Se trata de unos tumores benignos que no suelen presentar complicaciones siempre y cuando no produzcan síntomas, los cuales pueden ser sangrado, consecutivamente anemia causada por aquel,ocasionalmente dificultades para la gestación o durante el embarazo o compresión en las estructuras donde se encuentra la pelvis. Unas complicaciones que, tal y como ha señalado Cristóbal, conllevan un elevado gasto sanitario porque la mayoría precisan cirugía. De hecho, en Estados Unidos es la segunda causa de coste en la sanidad, por detrás de la diabetes y por delante de los cánceres de mama, colon y ovario.

Desde hace más de 25 años, señala en su relato José Luis Neyro, teníamos otros tratamientos farmacológicos para la reducción del tamaño de los miomas pero que conllevaban una menopausia transitoria como eran (son) los análogos de la hormona liberadora de gonadotrofinas (aGnRh), con la enorme carga de secundarismos que ello suponía. Ante esto, el experto ha destacado la importancia de un nuevo tratamiento, el acetato de ulipristal 5 miligramos (mg) que consigue reducir el sangrado, el tamaño del mioma y, por ende, las posibilidades de someterse a una cirugía. Actúa por primera vez directamente sobre el mioma inhibiendo su crecimiento y, además, reduciendo los síntomas.​​

Ahora bien, no todas las mujeres son candidatas a recibirlo; como todos los tratamientos tienen sus precisas indicaciones y sus contraindicaciones, también, por supuesto. En este sentido, el especialista en Ginecología y Obstetricia de Lugo Francisco Vázquez, ha explicado que las mujeres que se pueden beneficiar son aquellas con sangrados abundantes que disminuyen su calidad de vida al ocasionarles anemia y bajas laborales; las que buscan llegar a unas mejores condiciones de salud a la cirugía y las pacientes estériles que tienen un problema de fertilidad a causa de un mioma que afecta a la cavidad y a la que se le va a hacer una técnica de reproducción asistida.

También lo pueden recibir las que quieren conservar el útero al margen de la edad y que quieren permanecer asintomáticas temporalmente; y las perimenopáusicas, mujeres mayores de 45 años con síntomas de sangrado o compresivos y que, con esta terapia pueden conseguir mejorar los síntomas o, incluso, evitar la cirugía si próximamente van a entrar en menopausia. Ocasionalmente, si la cirugía está indicada, deben retirarse todos los miomas cuando sea posible y ocasionalmente, como en el caso de la fotografía, se pueden encontrar hasta diez o doce miomas de muy diferentes tamaños.

«Después de 20 años sin innovaciones terapéuticas, tener un fármaco eficaz y con un buen perfil de seguridad en el tratamiento prequirúrgico de los miomas uterinos sintomáticos ha supuesto un cambio de paradigma en el manejo de la patología. Los últimos datos presentados son muy buenos, por lo que es probable que se apruebe su uso crónico y ello suponga, de nuevo, otro cambio de paradigma», ha zanjado Vázquez. Ojalá esa aprobación por parte de las autoridades sanitarias llegue pronto y los ginecólogos dispongamos de otra arma más en el armamentario de tratamiento de una patología tan frecuente y condicionante de pérdida de calidad de vida como a veces son los miomas uterinos, señala el Dr. Neyro, consultor de Ginecología en el Hospital Universitario Cruces.