Ahora ya sabemos a qué atenernos en el manejo de las posibles infecciones de transmisión sexual

Acepto desde el principio que el aserto puede tener críticas o incluso francas oposiciones, pero en realidad, todo comienza por el sexo (aunque ni siquiera sea bueno). Claro, porque sin sexo no hay vida, no hay siquiera reproducción (y ello de entrada se pone entredicho desde estas mismas páginas cuando uno lee en https://www.neyro.com/2019/07/25/primera-reproduccion-mamifera-sin-precisar-de-los-dos-sexos/). Seguramente el problema comienza (al menos uno de ellos, el que desde esta noticia querríamos abordar) cuando los humanos, no solo pero mayoritariamente nuestra especie, trata desde hace milenios de separar la sexualidad de la fertilidad.

Aparecen en este momento todos los movimientos anticonceptivos y toda la (larga) historia de la creación y desarrollo de los métodos anticonceptivos, por más que algunas veces lo que podría parecer imposible de entrada se consiga de manera espontánea ulteriormente y casi sin avisar (lea el avezado buscador de temas en https://www.neyro.com/2019/08/23/nacimientos-y-concepcion-espontanea-tras-fracaso-repetido-de-reproduccion-asistida/, para tenerlo siempre `presente). Pero tampoco son estos aspectos a los que hace relación un título tan pomposo como para erigirse en titular de la noticia.
Una vez más, como al principio, las cosas se van aclarando…, porque al ejercicio de una sexualidad libre (y adecuadamente separada de la fertilidad, si esa es la intención de los ejecutantes…) se une la posibilidad de transmisión de las llamadas infecciones de transmisión sexual (ITS), antigua (y parcialmente) denominadas como «enfermedades de transmisión sexual» (ETS); toda vez que algunas ITS no terminen de provocar sensu stricto alguna ETS…; de ahí la diferenciación (ver en https://www.neyro.com/2015/02/16/el-virus-productor-del-cancer-de-cuello-infecta-al-75-de-las-mujeres-sexualmente-activas/)
Y ya centrando bien el asunto, ahora, tras varios años de espera atenta, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de la Administración de los Estados Unidos (CDC) han actualizado sus guías de 2015 sobre ITS, resaltando (entre otros aspectos relevantes) la evaluación y la reducción del riesgo, la vacunación previa a la exposición (cuando esté disponible),la identificación de infecciones asintomáticas y el diagnóstico, tratamiento y asesoría a personas infectadas y sus parejas. Evidentemente, estos aspectos son ideales y no siempre se pueden cubrir todos en la clínica diaria. El original de las guías puede ser consultado en el enlace  https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/70/rr/rr7004a1.htm?s_cid=rr7004a1_w, del que mostramos la portada en la imagen original de aquí abajo.

El asunto tiene una importancia que trasciende incluso el interés puramente científico, toda vez que diariamente se presentan más de 1 millón de nuevas infecciones de transmisión sexual , la mayor parte sin síntomas o con síntomas leves, de acuerdo a los datos que suele comentar la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por lo tanto, en un web volcado en la salud de la mujer y que confirma cada día su compromiso por la prevención, es preciso reconocer que son fundamentales para la prevención su reconocimiento oportuno, diagnóstico, tratamiento y educación del paciente y de su entrono, circunstancia está última que a veces podría parecer olvidada (¿despreciada acaso?), por nuestras (respetadas) autoridades sanitarias.

No podemos dejar de señalar a modo de reconocimiento al equipo de trabajo que elaboró la guía comentada que el grupo lo capitaneó la Dra. Kimberly A. Workowski, MD, de la División de Prevención de ETS, Centro Nacional de Prevención del VIH / SIDA, Hepatitis Virales, ETS y TB, CDC. En la citada guía se resalta el enfoque de las «5P» al realizar la anamnesis sexual, que no debieran olvidarse nunca, a saber:

  1. Parejas, en cuanto a número y género de todas ellas,
  2. Prácticas sexuales y tipo de contacto realizado,
  3. Protección empleada (o su ausencia…),,
  4. antecedentes Pasados,, por lo fundamental que es el control de recurrencias y/o recidivas y
  5. intención de Preñez, por aquello que comentábamos sobre la separación (o no) del ejercicio de la sexualidad respecto a su consecuencia, la fertilidad.

El reconocimiento y la recogida de todos estos aspectos en la consulta diaria es cada vez más problemática dados los cambios (terribles) que está experimentando la relación médico-paciente con la extensión de la (mal entendida) corrección política que podría cifrar como de «intromisión en la vida privada» de una determinada paciente la intención de recoger esos datos de las famosas «5P» que preconiza la guía que comentamos (no seguiremos por este camino el comentario, pero ya lo alertamos hace un tiempo sin dejar de constatar su contante empeoramiento; ver en https://www.neyro.com/2017/08/07/sobre-los-nuevos-valores-de-nuestra-sociedad-y-sobre-la-cambiante-relacion-medico-paciente/)

Sin embargo y por encima de la crónica estupidez social, esta sí altamente contagiosa, la guía de los CDC considera muy importante la notificación precisa de las infecciones de transmisión sexual  para mitigar los problemas de salud pública; es más, al tiempo se recomienda a los médicos algunos aspectos notablemente importantes que resaltamos a continuación de manera diferenciada:
  • Familiarizarse con los requisitos para la notificación local, porque al fin y a la postre «solo se diagnostica aquello en lo que uno piensa».
  • Reevaluar 3 meses después del diagnóstico (clamidia, gonorrea o tricomoniasis) para reducir la repetición de la infección, que, ya lo comentamos, no es nada infrecuente en este tipo de patologías
  • Promover la prevención basada en la población, porque nuestras (respetadas) autoridades sanitarias nunca han orientado adecuadamente el debate social sobre los beneficios sociales (por encima de intereses o ideologías personales, de la vacunación como prevención primaria eficaz y eficiente en este campo (ver en https://www.neyro.com/2015/02/26/si-se-vacunaran-todas-las-mujeres-contra-vph-se-reducirian-15-todos-los-canceres/).
  • Dirigir la atención a adolescentes y adultos jóvenes para la prevención primaria (incluyendo vacunación previa a la exposición, profilaxis pre-exposición al VIH), que no hace sino reiterar la importancia de la anterior recomendación (porque ni siquiera estimulará las relaciones sexuales entre los adolescentes como ya hemos comentado en https://www.neyro.com/2019/06/20/vacunar-a-jovenes-contra-vph-no-estimula-sus-relaciones-sexuales/).
  • Asesoría de base/prevención de ITS  en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres en la vigilancia local y la participación de la comunidad, circunstancias a veces no bien entendidas tampoco en el momento actual.
  • Involucrar a mujeres que tienen relaciones sexuales con mujeres en detección sistemática, asesoría y esfuerzos de prevención, por exactamente las mismas razones que en la consideración previa.
  • Adaptar la detección con base en género teniendo en cuenta la anatomía de pacientes transgénero, de los que muchas veces nos olvidamos pero son cada vez más visibles en una sociedad avanzada y pretendidamente tolerante como la que presumimos tener (ver en https://www.neyro.com/2020/01/20/medicina-transgenero/).
  • Ofrecer pruebas de VIH a todas las personas que buscan detección sistemática de ITS, porque a día de hoy se puede seguir afirmando que una gran mayoría de los seropositivos todavía lo ignoran .
  • Garantizar transversalmente el acceso libre a la mejor asistencia sanitaria a todas las personas con positividad en las pruebas para VIH, circunstancia que todavía no es universal, lamentablemente.
  • Finalmente, las guías CDC recomiendan familiarizarse con el abordaje del abuso sexual del adolescente y las víctimas de agresión; debemos reconocer que no siempre poseemos la `preparación ni los recursos profesionales para le más correcta identificación de este tipo de situaciones (ver en https://www.neyro.com/2020/12/02/estamos-los-profesionales-sanitarios-preparados-para-identificar-la-violencia-de-genero-no-relatada/).
Una vez más, las actualizaciones de las mejores entidades y sociedades científicas nos deben servir para mejorar nuestras capacidades asistenciales y ser capaces de ofrecer mejores conocimientos para que, con la necesaria empatía que estas cuestiones de ITS exigen, nuestras pacientes reciban la mejor atención posible. Distinto es la consideración de si en un ambiente de sobrecarga de trabajo, de consultas on line y con dificultades para la presencialidad, de listas de espera para acceder a las consultas de medicina especializada todas estas intencionalidades están garantizadas o, cuando menos, adecuadamente ofertadas…. Seguiremos informando…