La pandemia CoVID19 también ha afectado a las tasas de natalidad de los países más ricos

Hasta habíamos comentado muchas consecuencias derivadas de un cataclismo imposible de vaticinar como esta pandemia ha supuesto para todos y en todo el mundo. Incluso, decimos, ha cambiado la forma de hacer medicina, por ejemplo, como ya contamos en https://www.neyro.com/2020/03/25/ha-llegado-el-tiempo-de-crear-una-nueva-especialidad-medica-sobre-el-medico-virtual/.

A nivel privado ha influido incluso en nuestra propia sexualidad a muchos niveles (léase en https://www.neyro.com/2020/05/30/modificaciones-de-la-conducta-sexual-durante-la-pandemia-por-covid19/) o en cómo afrontamos enfermedades tan alejadas del sexo como la Osteoporosis, pongo por caso. (véase en https://www.neyro.com/2020/12/16/se-puede-medir-el-supuesto-impacto-de-la-pandemia-covid19-en-el-manejo-diario-de-la-osteoporosis/)
Diferente que además de la mortalidad, pudiéramos decir si esta (maldita) pandemia está recortando la fertilidad de las personas, que parece que no…, o la fecundidad de las poblaciones, que no es exactamente lo mismo aunque sea consecuencia (entre muchos otros factores…) de aquella circunstancia. Pues bien, ahora un nuevo estudio analiza los cambios en la tasa de natalidad de 22 países de ingresos altos durante los primeros meses de la CoVID19. 
El estudio se tituló «Early assessment of the relationship between the COVID-19 pandemic and births in high income countries» y ha sido publicado por  Arnstein Aassve y sus colaboradores del  (entre otros centros) Carlo F. Dondena Centre for Research on Social Dynamics and Public Policy, Universita Commerciale Luigi Bocconi, 20136 Milan, en Italia.  En este estudio se muestra que los estados del sur de Europa, como España e Italia, presentaron peores datos de natalidad que los nórdicos, lo que podría estar vinculado a una mayor protección social en estos últimos mencionados.
La revista The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) con un elevado factor de impacto que pasa de 12 puntos, lo ha publicado en el número de 7 de septiembre (véase abajo la portada del número) y se puede seguir el original en el enlace https://www.pnas.org/content/118/36/e2105709118. Se trata de un estudio internacional, liderado por la Universidad Bocconi (Italia), que confirma que la llegada de la CoVID19 está relacionada con un descenso de las tasas de natalidad en los países de renta alta. Los resultados revelan que los nacimientos disminuyeron especialmente en el sur de Europa, como España.

Y es que las pandemias en general, cualquiera que sea el origen de la misma, son un factor clave de los cambios en las poblaciones humanas (arriba hemos mostrado la influencia de la gripe «española» y sus oleadas sobre el tema en cuestión, hace ya décadas…), ya que afectan tanto a las tasas de mortalidad como de fertilidad. Hay registros de que la pandemia de la gripe (mal llamada por la historia) española (1918-1919) provocó, en Estados Unidos, un descenso de hasta un 13 %. En Reino Unido, Japón, India y Noruega, entre otros, también se observó la misma tendencia.

Para analizar con detalle este fenómeno, los investigadores del nuevo trabajo estudiaron 22 países de renta alta (Estados Unidos, Israel, Singapur, Corea del Norte, Japón y varios europeos, como España) y compararon las tasas brutas de natalidad mensuales medias desde noviembre de 2020 ─nueve meses después de que la OMS declarará la pandemia─ hasta marzo de 2021, con las del mismo periodo un año antes.

Las diferencias entre países atienden a varias razones. Una de ellas es el alcance de la pandemia, diferente en cada país. Por ejemplo, en Estados Unidos hay registros de concepciones entre febrero y marzo de 2020. En ese momento, la enfermedad aún no había cobrado ahí toda su fuerza. Sin embargo, territorios como Italia y España estaban ya en pleno estado de alarma”, indica el autor principal del estudio que aquí comentamos, Arnstein Aassve. La imagen de arriba recoge (de la propia publicación) los cambios en TBN (tasas brutas de natalidad) por país. Se muestran estimaciones puntuales y 95% IC para modelos dentro del país. Con fines ilustrativos, Islandia (β = −0,61) fue excluido debido a IC (intervalos de confianza) grandes (-2,23, 1,01).

Cuando se miran los datos con cariño, se aprecian datos negativos, con diferencias entre países, pero las tasas de natalidad cayeron en casi todos los países analizados. Los peores datos fueron recogidos en el sur de Europa. Las tasas brutas de natalidad descendieron un 9,1 % en Italia, un 8,5 % en Hungría, un 8,4 % en España y un 6,6 % en Portugal. Además, Bélgica, Austria y Singapur también mostraron un descenso significativo (véase la imagen de arriba tan demostrativa).

Pero no sucedió así en todos los lugares analizados; de hecho, se encontraron valores positivos, aunque no significativos, para 9 de los 22 países de la muestra: Eslovenia, Corea del Sur, los países nórdicos (Noruega, Dinamarca, Finlandia y Suecia), Alemania, Países Bajos y Suiza. “Tener hijos forma parte de una estrategia de planificación a largo plazo, y es muy costoso. Es cierto que el alcance de la pandemia fue menos grave en los países nórdicos. Pero, al mismo tiempo, sus habitantes saben que la protección social es más fuerte en caso de que pierdan su empleo como consecuencia de esta situación”, afirma el investigador.

Por abundarlo aún más, los países que cuentan con estrategias políticas que ayudan a las personas a hacer frente a los problemas que pueden surgir de una pandemia, se ven menos afectados por este tipo de crisis y parece lógico que así fuera, ciertamente. “La CoVID19 impacta en la dinámica de la población y puede conllevar implicaciones políticas para el cuidado de los niños, la vivienda y el mercado laboral”, apunta el estudio; y el tema no se detiene porque si en España en estos momentos del inicio de septiembre estamos a punto de vencer la quinta ola, llegarán nuevas a buen seguro. ¿Qué pasará entonces?


El primer firmante de la publicación que comentamos (en la imagen una de las figuras más ilustrativas de los resultados que comentamos, con las gráficas de diversos de algunos de los países analizado en el trabajo) explica que este estudio analiza solo los primeros meses de la pandemia. “La primera oleada fue sin duda un choque enorme e inesperado. Y no cabe duda de que una mayor incertidumbre conlleva una menor fertilidad. Aunque es posible que las siguientes oleadas hayan supuesto una experiencia de choque: la mayoría pensaba que todo había terminado en el verano de 2020, cuando las tasas de infección eran drásticamente más bajas”.

La imagen de arriba muestra las TBN en relación con el promedio de 2016-2019 para países seleccionados. Se muestran las TBN como una proporción de la media del mes respectivo en 2016-2019. La línea vertical roja es el límite pandémico de nacimientos (a noviembre de 2020). La línea negra discontinua se refiere a que la TBN en el mes respectivo es igual a la media del mes respectivo en 2016-2019 “Por ello, la segunda ola (en aquel lejano tiempo en que solo padecimos dos oleadas…), podrían haber sido un nuevo shock y, por tanto, una nueva disminución de la fertilidad. Pero quizás en la tercera ola la gente haya empezado a adaptarse a la nueva normalidad. De momento no podemos saberlo (pero la situación en España ya apuntaba en la línea de lo que ya habíamos comentado en https://www.neyro.com/2014/03/26/la-tasa-de-natalidad-en-espana-se-situa-a-la-cola-de-la-union-europea/), aunque seguro que habrá muchos estudios de seguimiento al respecto”, concluye el autor. De momento, no aparecen, pero los tendremos seguro y seguiremos informando…