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Los actuales son tiempos en los que la sociedad tolera cada vez menos el fracaso porque no se considera parte de la vida; se nos exige a los médicos mejores resultados como si la biología fuera infalible o si formara parte de las ciencias exactas. Además, paralelamente la maternidad se retrasa cada día más hasta el extremo de condicionar grandes cambios en las pirámides de población, sobre manera en los países que sufren la post-industrialización como es el caso de España, destaca el Dr. José Luis Neyro (léase sobre el tema en
http://www.neyro.com/2014/03/26/la-tasa-de-natalidad-en-espana-se-situa-a-la-cola-de-la-union-europea/)
Todo ello es el caldo de cultivo para que lleguen al embarazo mujeres con diversas patologías que escasamente hace una o dos décadas eran estimuladas a no reproducirse; la enfermedad psiquiátrica es un paradigma de todo lo anotado hasta aquí. De hecho, en este tema de los trastornos psiquiátricos contamos cada vez con fármacos más eficaces. Así, la nueva generación de neurolépticos para trastornos psiquiátricos ofrece la ventaja con respecto a fármacos más antiguos de que se acompaña de menos efectos secundarios adversos. Una investigación sobre su eficacia en mujeres embarazadas ha descubierto sin embargo lo anterior, que se necesitan dosis más altas durante el embarazo para mantener el efecto deseado.
En un estudio del Departamento de Pediatría y Medicina de la Adolescencia en la Universidad Médica de Viena se investigaron los cambios farmacológicos de una nueva generación de neurolépticos en mujeres embarazadas. Aripiprazol es un «neuroléptico de segunda generación». Se utiliza para tratar a las personas con enfermedades mentales. Se prescribe para trastorno bipolar, psicosis y esquizofrenia y por ejemplo, disminuye las alucinaciones. En comparación con fármacos más antiguos, ofrece la ventaja de que se acompaña de menos efectos secundarios por lo cual también se utiliza cada vez más en las mujeres. El efecto del aripiprazol en las mujeres embarazadas ahora se está investigando por primera vez.
Ya conocíamos desde hace años que los antidepresiovos modernos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (el neurotransmisor del bienestar, en general) son perfectamente seguros durante la gestación y que no solo no deben ser suprimidos durante el embarazo, sino que su administración no se relaciona con daños fetales o malformaciones congénitas; de hecho, su supresión durante la gestación por un inconsistente temor a que pase algo malo, solo acarrea complicaciones en el estado mental de la madre afecta del trastorno (ver en el link
http://www.neyro.com/2013/02/21/el-empleo-de-antidepresivos-en-el-embarazo-no-esta-asociada-a-un-mayor-riesgo-de-mortalidad-infantil/), con efectos que pueden ser devastadores tanto para la mujer como para el porvenir de la gestación.
La situación, por otro lado, no es extraordinaria o infrecuente. Alrededor de 1% de las mujeres embarazadas con trastornos psiquiátricos se tratan con neurolépticos. Para evitar los riesgos para el feto durante el embarazo, en el ejercicio clínico se suele reducir la dosis del fármaco neuroléptico. Sin embargo, muy al contrario como decíamos, esto aumenta el riesgo de que sus concentraciones desciendan por debajo del rango terapéutico. Las mujeres con enfermedades psicóticas que no reciben tratamiento están expuestas al estrés que puede dañar tanto a ellas mismas como a su niño nonato. En este caso, las recaídas del trastorno (si no se trata, esto ocurre en hasta 70% de los casos) el abuso frecuente concomitante de drogas y alcohol y un incremento del riesgo de suicidio son aspectos que es necesario evitar.
En el estudio se investigó la concentración de la sustancia en el plasma sanguíneo y en la sangre de cordón umbilical de tres mujeres embarazadas. Los resultados mostraron que estas concentraciones descendían por debajo del rango terapéutico desde mediados del embarazo en adelante debido a cambios fisiológicos. «Este estudio muestra por primera vez que la dinámica de la concentración plasmática se corresponde con la de otras clases de sustancias como los antidepresivos, por ejemplo», explica la directora del estudio Claudia Klier, de la Unidad Psicosomática Pediátrica del Departamento de Pediatría y Medicina del Adolescente de la Universidad de MedUni Viena. «Aquí también, a menudo es necesario aumentar la dosis a fin de volver a lograr el rango de eficacia».
El estudio ha atraído el interés del Congreso Internacional de la Sociedad para la Salud Mental Perinatal en Swansea debido a que nunca se ha investigado antes esta relación para algún neuroléptico, aún cuando tenga gran importancia clínica. La tasa de transferencia de la sustancia a través de la placenta también se ha investigado por primera vez. Las tres mujeres dieron a luz niños sanos. Estas investigaciones tan detalladas nunca se han llevado a cabo antes en alguna parte del mundo en los primeros 12 casos publicados.
Puesto que no se realizan estudios clínicos en mujeres embarazadas («por razones éticas que tiene que ver con el código de Núremberg, creado tras los desastres cometidos por los nazis durante la segunda guerra mundial y los años previos», nos aclara el Dr. Neyro, responsable de contenidos de este web y Magíster inter-universitario en Bioética), sólo algunos casos en los que se están efectuando investigaciones de interés para la toma de decisiones clínicas están proporcionando datos de tolerabilidad y eficacia urgentemente necesarios. En la actualidad estos datos acerca de esta nueva generación de neurolépticos en mujeres embarazadas se están obteniendo en el contexto de estudios de registro que son esenciales para valorar los riesgos y las ventajas del tratamiento farmacológico en estas mujeres.
Fuente: Medical News Today
http://www.medicalnewstoday.com/releases/283728.php