Archivo de la categoría: Cáncer Cuello de Utero

Consumo de tabaco interfiere en el tratamiento del cáncer de mama más frecuente

Ya sabíamos que el tabaco es malo; produce un incremento muy notable del riesgo de muertes por cáncer (como habíamos puesto de manifiesto anteriormente en http://www.neyro.com/2015/02/13/una-de-cada-cinco-muertes-por-cancer-esta-relacionada-con-el-tabaco/), especialmente en la mujer en los últimos años (como pusimos de manifiesto en http://www.neyro.com/2013/11/28/la-incorporacion-de-la-mujer-al-habito-tabaquico-ha-incrementado-la-mortalidad-por-cancer-de-pulmon-un-50-en-los-ultimos-anos/) y de enfermedad cardiovascular en general.
También somos conocedores de que el tabaco en las mujeres tiene, por ejemplo, implicaciones directas sobre su fertilidad y su historia reproductiva (ya lo anotamos en http://www.neyro.com/2013/03/17/el-tabaco-aumenta-el-riesgo-de-abortos-espontaneos-y-nacimientos-prematuros/) Ahora sabemos por otro lado, que las mujeres fumadoras tienen un riesgo tres veces mayor de sufrir una recaída incluso de su cáncer de mama en comparación con las no fumadoras.

 Así, investigadores de la Lunds Universitet (Suecia) han observado que el tratamiento del cáncer de mama con inhibidores de la aromatasa no funciona tan bien cuando las pacientes son fumadoras, según datos de un estudio publicado en la revista «British Journal of Cancer», disponible en http://www.nature.com/bjc/journal/vaop/ncurrent/full/bjc2016174a.html

En concreto, Persson y sus colegas han visto que las mujeres que consumen tabaco durante el tratamiento hormonal final tienen un riesgo tres veces mayor de sufrir una recaída en comparación con las no fumadoras, al tiempo que también tienen un mayor riesgo de muerte, por el propio tumor o por cualquier otra enfermedad.

En el estudio participaron un total de nada menos que 1.016 mujeres del sur de Suecia que fueron diagnosticadas de cáncer de mama entre los años 2002 y 2012. Antes de ser operadas se les preguntó si eran fumadoras y una de cada cinco decían serlo, bien de forma habitual o como «fumadoras sociales», y en ellas se evaluó si este consumo podía tener algún impacto en la eficacia del tratamiento utilizado tras la cirugía. Recuérdese lo ya conocido acerca de esta relación tabaco-cáncer de mama (léase en http://www.neyro.com/2014/03/05/nueva-evidencia-de-que-el-tabaquismo-aumenta-el-riesgo-de-cancer-de-mama/).

De este modo, en el artículo que ahora comentamos se vio que las más perjudicadas por el tabaquismo eran las pacientes de más 50 años tratadas con inhibidores de la aromatasa (IA), un tipo de tratamiento que impide que el cuerpo reciba acción alguna de sus propios estrógenos en el tejido adiposo y, con ello, reduce el riesgo de recurrencia en las pacientes con un tumor con receptores de estrógeno (RE) positivos.

En este grupo de mujeres con cáncer de mama, mayores de 50 años, con RE (+), fumadoras y en tratamiento con IA, fumar se relacionó con mayor riesgo de eventos de cáncer de mama (adjHR: 2.97; 95% CI: 1.44–6.13), aparición de metástasis a distancia(adjHR: 4.19; 95% CI: 1.81–9.72), y muerte (adjHR: 3.52; 95% CI: 1.59–7.81). El incremento del riesgo de metástasis para estas mujeres fue del 319% y el de muerte era por lo tanto de un 252% más que en las no fumadoras¡¡¡¡

El tratamiento con inhibidores de la aromatasa funcionó significativamente mejor en las pacientes no fumadoras y, en cambio, se vieron pocas o ninguna diferencia entre fumadoras y no fumadoras en las pacientes tratadas con tamoxifeno (que en los últimos años está siendo sustituido cada vez más por los IA en función de las evidencias constatadas de muchos años), radioterapia o quimioterapia.

«Se necesitan más estudios, pero nuestros hallazgos son importantes ya que muchos pacientes con cáncer de mama reciben este tipo de tratamiento», ha reconocido Helena Jernström, una de las autoras firmantes del estudio. Hoy sabemos que a veces, ni el diagnóstico de cáncer es suficiente estímulo para abandonar el tabaquismo y ello induce a pensar la cantidad de trabajo que todavía tenemos por delante en relación con el tabaquismo (véase enhttp://www.neyro.com/2014/09/07/uno-de-cada-diez-enfermos-de-cancer-continua-fumando-incluso-anos-tras-su-diagnostico/).

El hallazgo que sorprendió a los investigadores en esta oportunidad fue precisamente la baja tasa de abandono del tabaquismo durante el tratamiento pese a haber sido informadas de la importancia de hacerlo, ya que de las 206 fumadoras (el 21% de las incluidas en el estudio) sólo el 10% dejó de fumar un año después de ser operadas. De hecho, reconocen que es una tasa muy baja como para evaluar si este abandono puede tener algún efecto.

Comparación de vacunas contra VPH frente a frente: cuál es más eficaz en «protección cruzada»?

Que las vacunas salvan vidas es sencillamente un hecho incontrovertible, lejos de cualquier opinión. Tan solo la canalización de las aguas fecales y la potabilización del agua han conseguido salvar más vidas a lo largo de la historia de la humanidad cuando analizamos la efectividad de las acciones humanas sobre la mortalidad general.
Hoy asumimos desde la ciencia (aunque la ignorancia y el esoterismo se empecinen en dudarlo) que la vacuna frente a VPH es la manera más eficaz de erradicar de nuestra sociedad no solo las verrugas genitales sino el cáncer de cuello (algunos ya lo han intentado con notable éxito…, como Australia, y o contamos en http://www.neyro.com/2015/08/07/programas-de-vacunacion-frente-al-vph-en-australia-logran-disminuir-los-casos-de-lesiones-cervicales-de-alto-grado/).
Hasta ahora hemos enfatizado en los programas de vacunación de niñas con éxito dispar según países e incluso comunidades al albur de las diferentes decisiones políticas….., pero nos olvidamos de los varones. Sabemos que también es eficaz vacunar a los varones como demostramos en http://www.neyro.com/2015/01/15/una-vacuna-del-vph-sin-distinguir-sexo-atajaria-los-tumores-asociados/.
Ahora vamos un paso más allá y nos preguntamos: vale, también a varones, pero cuál de las dos vacunas tiene mayor eficacia y efectividad frente a los virus no contenidos en las vacunas anti VPH? Cuál tiene más «protección cruzada»? (ahora ya tenemos tres: bivalente, contra dos genotipos virales, tetravalente, contra cuatro y nonavalente, contra nueve diferentes….)
En este orden de cosas, la importancia de la protección cruzada en la elección de la vacuna del papilomavirus (VPH) para los programas de vacunación, ha llevado a los autores capitaneados por Talia Malagón, primer firmante del estudio, a comparar la vacuna bivalente (VPH 16 y 18) y tetravalente (VPH 6, 11, 16 y 18) frente a los tipos VPH no contenidos en las vacunas.
Se acaba de publicar ese estudio (disponible en el enlace http://www.thelancet.com/journals/laninf/article/PIIS1473-3099(12)70187-1/abstract) nada menos que en Lancet, que lo analiza en profundidad. En esta revisión sistemática y meta-análisis se seleccionaron ensayos clínicos que evaluaban la eficacia de las vacunas bivalente y tetravalente frente a infecciones persistentes (duración > 6 meses) y neoplasia intraepitelial cervical (NIC) asociada con los tipos de VPH no contenidos en las vacunas (tipos 31, 33, 45, 52 y 58), para precisamente analizar la llamada «protección cruzada».
Se identificaron 2 estudios para la vacuna tetravalente y 3 estudios para la bivalente. El análisis de los grupos de población más comparables sugirió que la protección cruzada de las vacunas frente a infecciones y lesiones asociadas con los tipos 31, 33 y 45 del VPH era normalmente superior para la vacuna bivalente que para la tetravalente.
La eficacia de la vacuna bivalente fue superior….:
1) Frente a infecciones por VPH 31 (77,1%, IC95%: 67,2-84,4 para la vacuna bivalente vs. 46,2%, IC95%: 15,3-66,4 para la tetravalente; p=0,003);
2) Frente a infecciones por VPH 45 (79% [61,3-89,4] vs. 7,8% [-67-49,3]; p=0,0003)
y 3) Frente a NIC (neoplasia cervical intra-epitelial) de grado 2 o superior, asociado con VPH 33 (82,3% [53,4-94,7] vs. 24% [-71,2-67,2]; p=0,02) y VPH 45 (100% [41,7-100] vs. -51,9% [-1.717,8-82,6]; p=0,04).
En conclusión, la vacuna bivalente parece ser más eficaz que la tetravalente frente a los tipos 31, 33 y 45 no contenidos en las vacunas, aunque no todas las diferencias son significativas y pueden ser atribuidas a diferencias en el diseño de los estudios. No obstante, la eficacia contra la infección persistente por los tipos 31 y 45 parece disminuir en los estudios de la vacuna bivalente con mayor seguimiento, lo que sugiere una disminución de la protección cruzada, por lo que se necesitan más datos para establecer la duración de la protección.
Recuérdese finalmente que fue hace ya más de cinco años, en el casi lejano 2011, cuando la Unión Europea a través de su órgano de control de medicamentos (la EMA) aprobó el empleo de las mismas vacunas frente a VPH para su uso en varones incluso (tal y como contamos entonces en la noticia publicada en http://www.neyro.com/2011/09/06/la-union-europea-autoriza-el-uso-de-una-vacuna-contra-el-vph-en-varones/)
Todavía la vacunación en varones en nuestro país es apenas testimonial, muy a pesar de que en nuestro centro, por ejemplo (comenta el Dr. Neyro, recordando la dirección enhttp://www.neyro.com/contacto), seguimos vacunando gratis a toda persona que lo solicita aún no siendo paciente de nuestro centro y sin exigirle serlo, por supuesto.

Cáncer de cérvix: 40% de las pacientes son diagnosticadas todavía en estadios avanzados.

El cáncer de cérvix ocupa el sexto lugar en incidencia de cáncer en mujeres y causa en torno a 800 muertes al año en España. Por este motivo, y con el objetivo de concienciar y sensibilizar a la población general sobre este cáncer, así como de las necesidades de las pacientes que lo padecen, la Asociación de Afectados por Cáncer de ovario y ginecológico (ASACO) (a los que el Dr. Neyro, como presidente del pasado congreso nacional de Menopausia AEEM de Bilbao’ 2014 dio voz y espacio en una sesión multidisciplinar de pacientes y médicos; ver en http://www.neyro.com/2014/06/12/13-congreso-nacional-de-la-asociacion-espanola-para-el-estudio-de-la-menopausia/), conmemora el sábado día 26 de marzo, el Día Mundial del Cáncer de Cérvix, una enfermedad de la que, cada año, se diagnostican más de 2.500 nuevos casos en España, nos explica el Dr. Neyro.
«El adecuado cumplimiento de las campañas de detección temprana, por parte de las mujeres, es uno de los principales motivos de la celebración de este Día Mundial del Cáncer de cérvix. En la actualidad, es fundamental destacar la relevancia de la implementación adecuada de los mecanismos de prevención, de diagnóstico y de tratamiento de este tipo de cáncer, ya que el 40 por ciento de las pacientes son diagnosticadas en estadios avanzados de la enfermedad», ha afirmado Lucas Minig, ginecólogo oncólogo, jefe de Servicio de Ginecología del IVO (Instituto Valenciano de Oncología).
El ideal sería emplear los recursos públicos en estimular la vacunación frente a VPH que ha demostrado suficientemente ser el mejor aliado para evitar las infecciones base del desarrollo del cáncer posterior (leer enhttp://www.neyro.com/2015/12/02/nuevas-confirmaciones-de-la-efectividad-clinica-de-vacunarse-frente-a-vph/). Los resultados clínicos, con una extraordinaria efectividad fuera de toda duda razonable, avalan largamente el empleo masivo de la vacunación frente a VPH, como han demostrado las (responsables) autoridades australianas cuando vacunaron a toda la población femenina menor de 26 años (leer en http://www.neyro.com/2015/08/07/programas-de-vacunacion-frente-al-vph-en-australia-logran-disminuir-los-casos-de-lesiones-cervicales-de-alto-grado/).
Además, «este es un cáncer en el que se cumple el paradigma de la prevención», señala nuestro experto José Luis Neyro. Con él, para él precisamente, se diseñaron hace ya muchas décadas las campañas de despistaje poblacional, aunque nuestras autoridades sanitarias siguen empeñadas en hacer un (equivocado) despistaje oportunista, no extendiendo la citología más a aquellas mujeres que se acercan a hacerla a centros sanitarios, pero sin una cita previa general a toda la población (como en el cáncer de colon o de mama, que sería lo ideal y lo internacionalmente aconsejado, destaca el ginecólogo consultado).
Y es que «la mayoría de mujeres no presentan signos o síntomas en los primeros estadios del cáncer de cuello uterino». Sin embargo, Minig ha asegurado que «cuando el cáncer ha invadido otros tejidos u órganos suelen aparecer síntomas tales como un sangrado leve entre o después de la menstruación; un sangrado menstrual más largo y abundante de lo normal o bien, después del coito o durante el examen pélvico en la consulta del ginecólogo. Para las mujeres que se encuentran en la menopausia, el sangrado genital suele ser el principal síntoma clínico, así como el aumento de la secreción vaginal».
Según Susana Heredia, presidenta de la Asociación de Afectadas por Cáncer de Ovario y Ginecológico (Asaco), «es fundamental tener un diagnóstico precoz en este tipo de cáncer ya que el 90 por ciento de las mujeres sobrevive más de cinco años cuando se diagnostica en un estadio inicial. Por ello, es necesario materializar campañas de información sobre el cáncer ginecológico, en el que se incluye el cáncer de cérvix, para sensibilizar tanto a la mujer como a los profesionales sanitarios en torno a sus síntomas».
La incidencia del cáncer de cérvix supone el 3,7 por ciento de todos los cánceres femeninos. Minig ha destacado que, «a nivel mundial, los países menos desarrollados presentan mayor incidencia y mortalidad a causa del cáncer de cérvix, en comparación con países en desarrollo. Sin embargo, en los países con mayor desarrollo económico la mortalidad ha disminuido significativamente en los últimos cincuenta años».
Fuentes: Diario médico, ASACO, IVO y elaboración propia mazo de 2016.

Nuevas confirmaciones de la efectividad clínica de vacunarse frente a VPH

Hace ya tiempo, los programas de vacunación más extensos del mundo, los australianos sin duda, nos confirmaron que incluso veinte años antes de lo previsto la vacunación masiva frente a Virus del Papiloma Humano – VPH resultaba de una elevadísima efectividad clínica para evitar las lesiones precancerosas provocadas por la infección V^H (y lo comentamos in extenso en http://www.neyro.com/2015/08/07/programas-de-vacunacion-frente-al-vph-en-australia-logran-disminuir-los-casos-de-lesiones-cervicales-de-alto-grado/)

Y es que los cambios anormales en el cuello uterino que pueden conducir a cáncer son menos frecuentes en las mujeres jóvenes desde la introducción de las vacunas del virus del papiloma humano (VPH), según aporta un nuevo estudio. «Las disminución de las lesiones de alto grado es muy probablemente debida a una combinación de disminución de la proyección y la recepción de vacuna contra el HPV en esta población de mujeres jóvenes,» según palabras del principal investigador de este estudio Susan Hariri, de los Centros para Control y Prevención de Atlanta, Georgia.

“Hay evidencia creciente del impacto poblacional de las vacunas VPH, y además otros estudios de seguimiento han encontrado disminución en la prevalencia de VPH y verrugas genitales después de la introducción de la vacuna» pero los cambios en las recomendaciones de cribado probablemente también condujeron a la menor detección de lesiones, comentó la Dra. Hariri. El ginecólogo José Luis Neyro señala la enorme cantidad de nuevos casos de verrugas genitales que se diagnostican cada año en España, más de 56.000, que podrían evitarse práctivcamente al cien por cien con vacunaciones masivas (ver en http://www.neyro.com/2015/07/22/cada-ano-se-diagnostican-en-espana-mas-de-56-400-nuevos-casos-de-pacientes-con-verrugas-genitales/)

Las lesiones cervicales de alto grado no causan síntomas, pero puede progresar a cáncer invasivo si no se tratan durante muchos años. Más de la mitad de estas lesiones son causada por cepas de HPV que pueden prevenirse con las dos vacunas disponibles contra el HPV desde 2006: Gardasil y Cervarix. Hace ya tiempo incluso, añade nuestro experto José Luis Neyro, que se demostró en términos de fármacoeconmía que la vacuna frente a VPH es coste-efectiva incluso en la lucha contra el cáncer oro-faríngeo. (léase en http://www.neyro.com/2015/05/06/la-vacuna-frente-a-vph-en-varones-es-una-estrategia-costo-efectiva-frente-al-cancer-orofaringeo/)

Todos los niños y niñas de 11 o 12 años de edad niños y niñas deben recibir la vacuna contra el VPH, según los Centros para el Control de la enfermedad y Prevención. En España la administración sanitaria está despreciando la posibilidad de vacunar a los chicos y son los varones los vectores de transmisión de VPH a través de su relaciones sexuales, señala el Dr. Neyro (ver en http://www.neyro.com/2015/01/15/una-vacuna-del-vph-sin-distinguir-sexo-atajaria-los-tumores-asociados/)

Para este nuevo estudio (publicado en este 2015; puede verse en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26291379) que ahora comentamos, los investigadores utilizaron datos de cuatro estados de Estados Unidos recogidos entre 2008 y 2012, pretendiendo rastrear los efectos de la vacunación de HPV. Durante este tiempo, fueron diagnosticados 9.119 casos de lesiones de alto grado de cáncer cervical entre mujeres de 18 a 39 años de edad. En California, entre los 18 a 20 años, el número de lesiones disminuyó drásticamente durante el período de cuatro años, de 94 de cada 100.000 mujeres en 2008 a cinco por 100.000 mujeres en el 2012. En Connecticut, la tasa por 100.000 mujeres de 18 a 20 años cayó de 450 a 57. También disminuyó la tasa para mujeres de edad entre 21 y 29 en Connecticut y Nueva York, pero menos drásticamente. No disminuyeron para las edades de 30 a 39.

Debido a los cambios en las recomendaciones, el cribado del cáncer cervical también declinó durante este período, particularmente entre las mujeres más jóvenes, de 18 a 20 años, ya que las guías ahora recomiendan que el cribado del cáncer cervical comience a los 21 años de edad.

«La justificación para el cambio de recomendaciones para iniciar el cribado a los 21 años se basa en pruebas sólidas de que algunas anormalidades cervicales asociadas a HPV pueden resolverse sin la intervención médica, sobre todo en mujeres jóvenes menores de 21 años,» según refiere Hariri. «También, el cáncer cervical es raro en mujeres jóvenes de menos de 21 años de edad y en general se tardan años para que las lesiones de alto grado lleguen a ser suficientemente graves como para considerarse cáncer.» No cribar a las mujeres jóvenes ayuda a evitar tratamientos innecesarios en aquellas cuyas lesiones precancerosas probablemente habría sanado por su propia cuenta, dijo; ello ahorra muchos millones de euros que podrían destinarse a mejorar los programas de vacunación (en los varones), señala el ginecólogo José Luis Neyro. “Además la disminución de las lesiones también se debe a la vacunación VPH», destaca la Dra. Hariri.

En palabras del Dr. Allan Covens de la Universidad de Toronto “No creo poder encontrar muchos profesionales médicos que crean que la vacunación es algo malo. La dificultad está en cómo se mide el éxito, y particularmente en Canadá y los Estados Unidos donde no disponemos de ningún registro de vacunas”.

Los datos australianos, mejores que los datos de América del norte, indican que la vacuna reduce las lesiones «Es demasiado pronto para saber qué está causando la disminución en lesiones cervicales de alto grado y si la tendencia continuará”, dijo Hariri. «Continuaremos controlando y analizando los datos de los próximos años para interpretar los resultados con mayor precisión».

Pacientes de endometriosis como población de alto riesgo para enfermedades crónicas importantes.

Una gran desconocida (y una gran simuladora también), muy a pesar de que muchos vivamos con ella casi todas las semanas. No obstante tener una prevalencia estimada del 10% en mujeres, la etiología de la endometriosis sigue siendo todavía hoy desconocida. Comentamos de su prevalencia en una noticia previa en este mismo blog, en http://www.neyro.com/2015/04/09/la-endometriosis-afecta-a-mas-de-un-millon-de-mujeres-espanolas/
Además, se ha venido asociando a la endometriosis (sea en sus formas típicas o atípicas, activas o inactivas…..) con riesgo de enfermedades crónicas, como el cáncer, enfermedades autoinmunes, asma y atopia así como con enfermedad cardiovascular. Una reciente revisión resume la evidencia epidemiológica disponible sobre la asociación entre la endometriosis y otras enfermedades crónicas, y discute las hipótesis para los mecanismos subyacentes, las posibles fuentes de sesgo y las complejidades metodológicas. Está al alcance del lector en http://humupd.oxfordjournals.org/content/21/4/500.full.pdf+html

  

Tras una búsqueda sistemática, los autores (del Department of Medicine, Brigham & Women’s Hospital and Harvard Medical School, Boston, entre otros centros) identificaron 21 estudios previos sobre asociaciones entre endometriosis y cáncer ovárico, 14 para cáncer de mama, 8 para cáncer endometrial, 4 para cáncer cervical, 12 para melanoma cutáneo y 3 para linfoma no Hodgkin, 9 sobre la conexión con enfermedades autoinmunes, 6 con asma y atopia y 4 que relacionaban la endometriosis con enfermedades cardiovasculares.

Se encontró que las pacientes con endometriosis presentaban un riesgo más alto de cáncer de ovario y de mama, melanoma cutáneo, asma y algunas enfermedades autoinmunes, cardiovasculares y atópicas, y riesgo más bajo de cáncer cervical. Esta relación no se asoció en el estudio con los tratamientos recibidos. Expusimos la variabilidad de los tratamientos posibles y deseables en una noticia previa en  http://www.neyro.com/2015/06/03/la-cirugia-ultimo-recurso-en-la-endometriosis/

 

En resumen, la evidencia indica que las pacientes con endometriosis presentan un riesgo incrementado de diversas enfermedades crónicas. Aunque los mecanismos subyacentes no se conocen completamente, los datos sugieren que la endometriosis no es inocua en relación a la salud de la mujer a largo plazo. Si se confirman estas asociaciones, estos hallazgos podrían tener importantes implicaciones para las prácticas de cribado y el manejo y cuidado de estas pacientes.

De hecho, las costumbres que algunos centros han venido haciendo en los últimos años de dar el alta a las pacientes afectas solo por estar (transitoriamente) asintomáticas parece ponerse en entredicho. Las teapias han evolucionado mucho y en el momento actual disponemos de diversos procedimientos que pueden cercenar en el alrgo plazo la evolución de esdta maldita enfermedad. (ver en http://www.neyro.com/2014/07/07/diu-liberador-de-levonorgestrel-para-la-recidiva-de-sintomas-en-mujeres-operadas-de-endometriosis/)

La dieta mediterránea podría reducir el riesgo de cáncer de útero

 
Lo que comemos y lo activos que somos afectan a nuestro riesgo de cáncer. Una de las máximas de este web es «prevenir es visir seguro» y en el caso de la dieta, hoy más que nunca «somos lo que comemos» (léase en http://www.neyro.com/2014/01/19/somos-lo-que-comemos-y-mas-en-el-riesgo-cardiovascular/)

 Así, ahora se ha comprobado que las mujeres que consumen una dieta mediterránea podrían reducir su riesgo de cáncer de útero en más de la mitad (57%), según un estudio publicado en “British Journal of Cancer”. Investigadores italianos analizaron las dietas de más de 5.000 mujeres italianas para ver cómo se ajustaba su alimentación a la dieta mediterránea y si iban a desarrollar cáncer de útero y lo publican enhttp://www.nature.com/bjc/journal/v112/n11/abs/bjc2015153a.html.

El equipo separó la dieta mediterránea en nueve componentes diferentes y midió hasta qué punto las mujeres se ajustaban a ellos. La dieta incluye comer muchas verduras, frutas y frutos secos, legumbres, cereales y patatas, pescado, grasas monoinsaturadas, pero poca carne, leche y otros productos lácteos, así como un consumo moderado de alcohol (recordemos que la cantidad de alcohol cardiosaludable es un vaso de vino tinto por día para las mujeres, dos para los varones…, no más, nos señala el experto en ginecología, José Luis Neyro).

Los investigadores encontraron que las mujeres que se adhirieron a la dieta mediterránea más de cerca por el consumo de entre siete y nueve de los grupos de alimentos beneficiosos redujeron su riesgo de cáncer de útero en más de la mitad (57%). Aquellas que se ciñeron a seis elementos de los componentes de la dieta redujeron su riesgo de cáncer de útero en un 46% y las que tomaban cinco, registraron un riesgo un tercio menor (34%). Pero, por el contrario, en el caso de las mujeres cuya alimentación incluye menos de cinco de los componentes de la dieta mediterránea no redujo su riesgo de cáncer de útero significativamente.


Los autores (del Departmento de Epidemiología, IRCCS—Istituto di Ricerche Farmacologiche «Mario Negri», de Milán), señalan que  «la investigación muestra el impacto que una dieta sana y equilibrada podría tener sobre el riesgo de una mujer de desarrollar cáncer de útero. Esto añade más peso a nuestra comprensión de cómo nuestras opciones del día a día, al igual que lo que comemos y lo activos que somos, afectan a nuestro riesgo de cáncer», señala la autora principal, Cristina Bosetti, del mismo Instituto italiano. Nosotros, señala en el mismo sentido José Luis Neyro, habíamos mostrado cuál era la influencia del ejercicio en el devenir de la vida en general (http://www.neyro.com/2012/06/25/evidencias-cientificas-demuestran-que-el-ejercicio-fisico-es-saludable-en-cualquier-edad/) o incluso del cáncer en particular (http://www.neyro.com/2015/01/25/el-riesgo-de-cancer-de-mama-posmenopausico-disminuye-con-la-practica-de-ejercicio-fisico/).

El estudio que ahora comentamos, fruto de una colaboración italo-suiza fue financiado por la Fundación Italiana para la Investigación del Cáncer, la Swiss National Science Foundation y la Swiss Cancer League. La Dra. Julie Sharp, jefa de información de salud de Cancer Research UK, dice: «Aunque sabemos que el envejecimiento y el sobrepeso aumentan el riesgo de una mujer de cáncer de útero, la idea de que una dieta mediterránea podría ayudar a reducir el riesgo necesita más investigación, en parte debido a que este estudio se basa en lo que las personas recuerdan que habían comido».

La mayor dificultad de este tipo de estudios, nos aclara nuestro experto el Dr. Neyro, es que son transversales y retrospectivos; efectivamente tiene mucho más valor los estudios longitudinales en los que se sigue a una determinada parte de la población durante cinco o diez años, observándose la influencia que en su salud tienen determinados aspectos de su dieta (en este caso….), pero lamentablemente son mucho más caros y difíciles de desarrollar y de seguir.

Sea como fuere, «el riesgo de cáncer se ve afectado por nuestra edad y nuestros genes, pero un estilo de vida saludable también puede desempeñar un papel en la reducción del riesgo de algunos tipos de cáncer. No fumar, mantener un peso saludable, la actividad física, comer de forma saludable y reducir el consumo de alcohol ayuda a reducir las probabilidades», concluyen los autores de este interesante estudio.