Las mentiras alrededor de la Ivermectina para el tratamiento de CoVID19 (o las ventajas no demostradas), ahora descubiertas.

No son realmente muchas las veces que un artículo científico publicado además en una revista indexada, de prestigio es primero refutado, luego retirado y aún menos frecuente que los autores reconozcan su error, se retracten y afirmen que participaron (nada menos…) que en un engaño. Pero a veces sucede. Si los lectores recuerdan en este mismo blog y en plena pandemia dedicamos mucho esfuerzo, espacio y análisis a un producto que acababa de ser aprobado por la FDA nada menos (la agencia americana reguladora de los alimentos y los medicamentos o por sus iniciales en inglés, Food and Drugs Administration), para el tratamiento (no la prevención…) del maldito SARS-CoV2 (y aún puede leerse en https://www.neyro.com/2020/04/10/un-conocido-farmaco-antiparasitario-inhibe-la-replicacion-de-sars-cov2-in-vitro/)

Efectivamente, al margen de las vacunas no teníamos en aquel doloroso 2020 y aún tampoco en el reciente 2021 muchos tratamientos eficaces como para poder argumentar una terapia específica contra este coronavirus que tanto ha cambiado el mundo (véase en https://www.neyro.com/2021/09/03/mientras-seguimos-vacunando-al-mundo-entero-que-opciones-de-tratamiento-tenemos-para-covid19/). Pues bien, cuando empezaban a aparecer nuevas moléculas que abrían la puerta a la esperanza, este pasado 4 de febrero de 2022, la plataforma SocArXiv retractó la publicación de un artículo científico que concluye que el uso de ivermectina puede reducir entre un 52 y un 76% las hospitalizaciones entre pacientes con CoVID19. El artículo en cuestión fue publicado por José Merino y sus colaboradores ( Borja, Oliva Lopez, José Alfredo Ochoa, Eduardo Clark, Lila Petersen,y Saul Caballero) de la ciudad de México y ya ni siquiera está disponible en línea como para que el lector interesado pueda acceder a través de un enlace (como acostumbramos en un ejercicio de transparencia en este blog)
 Aunque la retractación de artículos científicos es común (pero afortunadamente no demasiado), el artículo en SocArXiv cobró relevancia debido a que «se utilizó como sustento para que el gobierno» de la Ciudad de México repartiera kits médicos que incluían ivermectina para tratar la CoVID19, nada menos. «El artículo es de muy mala calidad o es deliberadamente falso y engañoso…Un programa público que distribuye ivermectina a personas infectadas con CoVID-9, fuera de un estudio controlado, parece como mínimo poco o no ético. El artículo es parte de ese programa y actualmente sirve como parte de la justificación de su implementación», escribió el director de SocArXiv.

Para que las personas que siguen nuestro blog se den cuenta de la importancia de estos hechos, en el momento de la eliminación de la plataforma, el artículo en cuestión ya había sido descargado más de 11.000 veces. Hasta el momento actual, se ha afirmado que el gobierno de la Ciudad de México ya había gastado aproximadamente 29 millones de pesos en la compra de 293.000 cajas de ivermectina, que se entregaron a unas 200 mil personas infectadas con CoVID19.[2]

Existieron diversas razones para la «eliminación» técnica del citado artículo de la comunidad científica; por ejemplo, el comité directivo de SocArXiv argumentó como razones que esparcía información engañosa y promovía el uso de un tratamiento médico no probado en el contexto de una pandemia; que el artículo fue utilizado como justificación para apoyar a un programa gubernamental que distribuye un tratamiento no probado sin consentimiento informado ni los protocolos éticos necesarios para la investigación con seres humanos; por último, que los autores no hicieron su declaración de conflicto de intereses de manera adecuada, pues son al mismo tiempo autores y empleados de las agencias que distribuyeron los kits con ivermectina.

 

Para cualquier circunstancia que uno valore en esta vida siempre hay dos versiones (al menos) y en este caso concreto también; así, el autor principal del estudio, José Antonio Peña Merino, afirmaba que las razones por las que su estudio fue desestimado son principalmente políticas. En su respuesta a la retractación del artículo aclara que el estudio que publicaron es un estudio observacional, lo cual se menciona claramente en el artículo, y nunca pretendió pasar por un ensayo clínico. Ademásel autor menciona que la entrega de kits médicos por parte del gobierno de la Ciudad de México iba acompañado de apoyo financiero y monitoreo médico a distancia. También señala que al momento de la implementación del programa, en el 2020, comenzó a surgir evidencia de que Ivermectina podría tener resultados positivos como tratamiento del CoVID19 y ellos basaron la intervención en dicha evidencia.

Téngase en cuenta que durante esta pandemia (y los términos son de la propia OMS, Organización Mundial de la Salud) al tiempo que un problema infeccioso hemos sufrido lo que ella llamó una «infodemia» con centenares de noticias falsas cuando no malintencionadas que solo pretendían enrarecer un ambiente social de crispación y que adolecía de muchas desesperanza (ver en https://www.neyro.com/2020/09/25/en-plena-infodemia-de-que-podemos-fiarnos-y-que-debemos-desechar-como-fuente-de-informacion-durante-la-pandemia/)

En el asunto que ahora comentamos, el propio gobierno de la Ciudad de México, a través de su Secretaría de Salud, emitió un comunicado, relacionado con los señalamientos de SocArXiv, donde menciona que «en el 2020, momento de la pandemia donde no existían tratamientos específicos ni vacunas» decidieron tomar como referencia «la evidencia científica documentada en Australia (2020), Iraq (2020), Bangladesh (2020), Irán (2020), Brasil (2020), India (2020), España (2020), República Dominicana (2020) y Pakistán (2020), entre otros, [que] mostraba resultados preliminares favorables con el uso de Ivermectina en caso de CoVID19 con sintomatología leve y moderada». De hecho, todavía hoy (a 1 de marzo de 2022) se puede encontrar información sobre el asunto en el web oficial de la administración de salud mexicana (ver en https://www.salud.cdmx.gob.mx/conoce-mas/covid-19/ivermectina-y-hospitalizacion-por-covid-19)

Por el otro lado, es bien cierto que no fue hasta diciembre del año 2020 que la OMS aprobó vacunas contra CoVID19 para uso de emergencia. Ya en el lejano agosto de aquel fatídico 2020 nos planteábamos en serio el asunto en un suelto a disposición del lector en https://www.neyro.com/2020/08/10/doctor-a-estas-alturas-como-va-el-tema-de-las-vacunas-frente-a-sars-cov2/ Desde entonces, la estrategia principal del Gobierno de la Ciudad de México (de cualquier gobierno de casi todo el mundo desarrollado) ha sido la vacunación. Hoy en día 6.860.473 habitantes cuentan con su esquema completo, lo que representa el 96% de mayores de 15 años protegidos contra CoVID19 y 43% ya tiene su dosis de refuerzo», señala el gobierno de la Ciudad de México en su respuesta.

Según las autoridades de CDMX, el uso de Ivermectina como tratamiento para CoVID19 se otorgó bajo indicaciones médicas, bajo el esquema de uso compasivo y «no se realizó ningún experimento como dolosamente se ha señalado en algunas publicaciones». Pero el comité directivo de SocArXiv señaló que al haber administrado un fármaco off label, no aprobado para su uso en CoVID19, tanto los autores del estudio como el gobierno de la Ciudad de México debían realizar un proceso de consentimiento informado con cada persona que recibiera el fármaco.

Efectivamente, a día de hoy casi ya no caben dudas sobre la escasa (o nula) efectividad clínica de Ivermectina en CoVID19, pero las cosas fueron diferentes con anterioridad; durante el primer año de pandemia, un grupo de científicos encontró que Ivermectina, un fármaco en el mercado, inhibe la replicación in vitro del SARS-CoV-2. Después de esto comenzaron a realizarse estudios en humanos, pero no existía evidencia suficiente de su eficacia como tratamiento contra el CoVID19. Aun así, en varios países hispanoamericanos el fármaco comenzó a utilizarse tanto automedicado como con receta médica (puede consultarse sobre el tema en https://www.nature.com/articles/d41586-020-02958-2).

Así las cosas, en México, la Asociación Mexicana de Infectología y Microbiología Clínica y el Colegio Mexicano de Medicina Crítica emitieron comunicados en los que desaconsejan su uso. A nivel internacional la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) desaconsejan su uso para tratar la COVID-19 por falta de evidencia científica. Igualmente y para el Dr. Pablo Corral, especialista en medicina interna y docente en la Cátedra de Farmacología en la Universidad FASTA de Mar del Plata en Argentina, la última información hasta el momento señala que no existe evidencia suficiente para el uso de ivermectina contra el SARS-CoV-2.

«No estamos en contra de la utilización de Ivermectina, estamos en contra de la utilización de un fármaco sin evidencia. No tenemos nada contra un fármaco que es excelente para tratar enfermedades parasitarias importantes, pero estamos en contra de Ivermectina, así como de cualquier otro fármaco u otra acción terapéutica que no tenga la evidencia científica suficiente para poder recomendar al paciente», señaló el mismo Dr. Corral.

Como decíamos al principio, la cosa no es frecuente y de hecho esta es la primera vez que el portal SocArXiv decide eliminar un artículo de su base de datos. Se debe recordar que el portal se dedica a la publicación de estudios de preimpresión (artículos científicos sin revisión por pares algunos de los cuales luego de un tiempo son rechazados para su publicación). E incluso ellos admiten que a falta de ese filtro, que un artículo esté publicado en su sitio no es garantía de calidad en la investigación. De hecho y desde que inició la pandemia, según el proyecto Retraction Watch, por lo menos 209 artículos científicos sobre CoVID19 se han retractado, por sus autores o las revistas que los publicaron. Por lo menos ocho artículos eran referentes al uso de ivermectina como tratamiento para la CoVID19.
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Algunos opinan que las condiciones de emergencia de la pandemia podrían llevar a la comunidad científica a justificar la publicación de resultados en forma más expedita. Pero este fenómeno, sin control, podría traer consecuencias nocivas a nivel de políticas y salud pública. «Tenemos que recordar siempre el principio primum non nocere [(lo primero es no hacer daño)] y una adecuada revisión por pares antes de la publicación de datos, ya que la mala práctica o falta de ética en la publicación científica puede traer efectos nocivos principalmente en los pacientes a quienes se intenta salvar durante la presente pandemia», concluyó un artículo de opinión para Medicina Interna de México. En suma…, seguiremos informando…