Un nuevo fármaco podría tratar la diabetes tipo 2 y la pérdida ósea simultáneamente

En muy diferentes oportunidades hemos ido anunciando en nuestro blog la imperiosa necesidad de ir cambiando nuestros hábitos de prescripción para hacer los tratamientos médicos más cómodos, más confortables para los pacientes; en esa línea presentábamos hace unos años una iniciativa de investigación americana que en el mismo fármaco protegía del cáncer de mama o de endometrio mientras se empleaba para la mejora de la osteoporosis (ver en http://www.neyro.com/2014/11/06/nueva-esperanza-de-tratamiento-combinado-de-la-menopausia-mas-seguro-y-versatil/)  
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La diabetes tipo 2 (DM) es una afección muy asociada con las fracturas óseas, y aumenta el riesgo de fracturas al doble; incluso, ciertos medicamentos antidiabéticos aumentan aún más este riesgo, particularmente en mujeres posmenopáusicas, limitando gravemente por todo ello las opciones de tratamiento. Los endocrinólogos lo saben bien, pero también los reumatólogos y ginecólogos menos familiarizados con la DM pero sí con las fracturas por osteoporosis (OP).

Ahora, un nuevo estudio con dirección conjunta de Patrick R. Griffin, profesor del campus Florida del Instituto de Investigación The Scripps (The Scripps Research Institute – TSRI) y B. Lecka-Czernik, profesora de la Universidad de Toledo en su departamento de cirugía ortopédica, demostró que una nueva clase de medicamentos candidatos desarrollados en TSRI son capaces de aumentar la masa ósea expandiendo la formación ósea (creación de hueso nuevo) y el recambio óseo (proceso normal de reemplazo del hueso antiguo). El equilibrio adecuado de estos dos procesos es crítico para el mantenimiento de la salud ósea y este equilibrio habitualmente se afecta en forma negativa en pacientes diabéticos, aún más de los que sucede entre los pacientes con osteoporosis, en los que también se produce.

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El resultado es un nuevo medicamento candidato con blanco dual, o como lo describe Griffin, “un fármaco que aborda múltiples indicaciones terapéuticas”, que podría tratar tanto la diabetes como la enfermedad ósea. El compuesto presenta (de momento, pues aún está en fase de investigación) el número de referencia “SR10171”.

El estudio se publicó en forma reciente en la revista EBioMedicine y está disponible para los lectores de nuestro web en el enlace siguiente https://www.researchgate.net/publication/304619845_PPARG_Post-Translational_Modifications_Regulate_Bone_Formation_and_Bone_Resorption.

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La diabetes afecta a más de 29 millones de personas en Estados Unidos, de acuerdo con un informe del año 2012 de la Asociación Estadounidense de Diabetes. Entre el año 2010 y 2012, la tasa de incidencia fue de aproximadamente 1,7 a 1,9 millones por año, y en el año 2013 los costos médicos directos calculados de la enfermedad fueron de $ 176.000.000.000 de dólares USA.

Las perspectivas de mejora en la farmacología de ambas afecciones son importantes; antes de ahora ya teníamos un fármaco muy activo en la pérdida de masa ósea, el anticuerpo monoclonal Denosumab, comercializado hace ya tiempo en nuestro país, que había demostrado muchas posibilidades de desarrollar un papel importante en el manejo de la diabetes como señalamos en http://www.neyro.com/2015/07/17/un-farmaco-para-tratar-la-osteoporosis-muestra-perspectivas-favorables-en-la-investigacion-de-la-diabetes/. Se demostraba la interconexión entre ambas enfermedades como mostramos a continuación.

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Pues bien, durante la última década, Griffin y su colaborador el profesor adjunto en TSRI Theodore Kamenecka, se enfocaron en los detalles de moléculas que aumentan la sensibilidad a la insulina (una hormona que regula el azúcar en sangre). Con el uso de información de reciente descubrimiento, los investigadores efectuaron un avance importante en el desarrollo de una familia de medicamentos dirigidos contra un receptor conocido como receptor gamma activado por el proliferador de peroxisomas (PPARγ), un regulador importante de las células progenitoras que controlan la formación ósea y la reabsorción ósea, y regulador principal de la grasa.

Los medicamentos antidiabéticos conocidos como glitazonas (TZD) están dirigidos precisamente contra la proteína PPARγ, pero esa interacción causa una grave pérdida ósea y ello aumenta las fracturas. Las células progenitoras de la médula ósea pueden diferenciarse en células óseas o células grasas y las glitazonas las dirigen hacia la grasa a expensas del hueso.

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Sin embargo lo anterior, SR10171 está diseñado para evitar este problemático resultado. En modelos animales tratados con el compuesto, la formación de grasa en la médula ósea se bloqueó en forma exitosa independientemente de su estado metabólico (sano o diabético) como se muestra en las gráficas del trabajo original a continuación.
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“Usando técnicas de biología estructural y química sintética de diseño racional, SR10171 se construyó para acoplarse a la proteína PPARγ en forma particular, con un equilibrio óptimo con el otro miembro de la familia del receptor, PPARa, para tratar la diabetes y al mismo tiempo mejorar la salud ósea”, dijo Griffin. “Esta estrategia polifarmacológica dirigida demuestra que el blanco no es el problema, si la dirección es la correcta”.

El compuesto aumenta la masa ósea mediante la protección y el aumento de la actividad de las células óseas en varias etapas del mantenimiento óseo normal, usando mecanismos que se superponen con aquellos que regulan el metabolismo energético de todo el organismo.

 

“SR10171 mejora la masa ósea independientemente del índice de masa corporal, normal u obeso”, agregó Griffin. “Por lo que el medicamento se puede usar para tratar la osteoporosis en pacientes diabéticos o no diabéticos”.

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Referencias: Science Daily y

L.A. Stechschulte et al, PPARG Post-translational Modifications Regulate Bone Formation and Bone Resorption. EBioMedicine, 2016; DOI: 10.1016/j.ebiom.2016.06.040