Las drogas empleadas en el tratamiento de al osteoporosis tratan de detener la pérdida de masa ósea, de parar la resorción (y se llaman antirresortivos o anticatabólicos), o bien se ocupan de incrementar la masa ósea (y en ese caso se llaman anabólicos o formadores de hueso). De algunos de los primeros nos hemos ocupado largo y tendido en este mismo blog (ver la última entrada referida al tema en
http://www.neyro.com/2011/03/11/el-denosumab-y-sus-aportaciones-al-tratamiento-de-la-osteoporosis/)
El raloxifeno es uno de ellos; fármaco aprobado por la Foof and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos para reducir el riesgo de fracturas en pacientes con osteoporosis, desde hace más de catorce años. Aunque el raloxifeno es eficaz para disminuir el riesgo de fracturas en el mismo grado que los tratamientos actuales, funciona parcialmente suprimiendo la pérdida de hueso.
Con el empleo de dispersión de rayos X de ángulo amplio y ángulo estrecho (WAXS y SAXS, respectivamente), unos investigadores llevaron a cabo experimentos en la Fuente de Fotones Avanzada (APS) del Departamento de Energía (DOE) de Estados Unidos en el Laboratorio Nacional Argonne. Encontraron un mecanismo adicional subyacente a la acción del raloxifeno, lo que proporciona una explicación con respecto a cómo este fármaco puede lograr ventajas clínicas equivalentes. Estos datos, junto con técnicas complementarias, ayudan a definir un nuevo mecanismo por el cual el raloxifeno aumenta la dureza inherente del hueso.
En la osteoporosis, la disminución de la densidad ósea es el factor fundamental que incrementa el riesgo de fracturas. Todos los fármacos actuales para tratar esta enfermedad actúan sobre células vivientes dentro de la matriz ósea (los osteoclastos)disminuyendo la resorción ósea, un proceso mediante el cual los componentes minerales de hueso son degradados y liberados hacia la circulación sanguínea, o aumentando la formación neta de hueso durante la remodelación, un proceso mediante el cual también se degrada hueso pero también se reforma nuevo hueso. En cualquier caso, el tratamiento produce un incremento global de la densidad ósea y por consiguiente una disminución del riesgo de fracturas.
Aunque se sabe que raloxifeno suprime ligeramente la pérdida de hueso, «siempre ha sido un poco paradójico que el raloxifeno suprima la pérdida de hueso menos que otros fármacos contra la osteoporosis y a la vez reduzca el riesgo de fractura a casi el mismo nivel», dijo David B. Burr de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana y autor principal del artículo de esta investigación publicado en Bone.
Para descubrir el mecanismo independiente de la densidad mediante el cual raloxifeno (comercializado como Evista por Eli Lilly and Company) aumenta la dureza del hueso, los investigadores en este estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana; la Universidad de Purdue; Universidad de Indiana-Universidad de Purdue en Indianapolis; la Universidad de California en San Diego; la Universidad Northwestern; y el Laboratorio Nacional Argonne, evaluaron el efecto del fármaco sobre hueso desvitalizado desprovisto de células vivientes que normalmente median la resorción y la remodelación.
En estas muestras de hueso, raloxifeno prolongó la carga que podría soportar el hueso antes de experimentar fracturar, lo que indica que el fármaco estaba actuando sobre las propiedades físicas del propio hueso. Utilizando resonancia magnética nuclear de tiempo hecho ultra corto, los investigadores descubrieron que la retención de agua mediada por raloxifeno dentro de la matriz ósea se relacionaba con el incremento observado en la dureza.
A fin de dilucidar el mecanismo subyacente a esta correlación, los investigadores reunieron en WAXS y SAXS los patrones de difracción de cristales de hidroxiapatita carbonada (cAp), el componente mineral de hueso que se había sometido a doblamiento en cuatro puntos. Estos datos, recopilados en la línea de rayos X 1-ID de la División de Ciencias de Rayos X en APS Argonne, una instalación para usuario del Departamento de Energía, permitieron a los investigadores medir las tensiones mecánicas ejercidas sobre los cristales de cAp a una resolución de 1 µm y demostraron que el raloxifeno aumentaba la cantidad de deformación física o tensión, que ocurría en la interfaz colágeno-mineral antes de la fractura.
Este incremento del esfuerzo entre cAp y colágeno reduce las tensiones y puede ser causado por el deslizamiento mediado por agua entre estos componentes en su interfaz, lo que aumenta la cantidad de energía que el hueso puede absorber antes de la fractura. «Los datos de difracción de rayos X», dijo Burr, «nos permitieron explicar el mecanismo por el cual los aumentos del agua fijada mejorarían las propiedades de hueso resistentes a la fractura».
Según Burr, esta investigación revela un mecanismo de acción enteramente nuevo para el raloxifeno y «allana el camino para una nueva clase de fármacos para tratar la osteoporosis, fármacos que no actúan alterando la actividad celular o la remodelación de hueso, sino que actúan directamente modificiando las propiedades físicas de los componentes de la matriz ósea.
Raloxifeno es SERM de segunda generación y ya disponemos, nos aclara nuestro experto el Dr. Neyro, de algún SERM de tercera generación como Bazedoxifeno comercializado en USA y en Europa hace ya varios años (léase en el suelto
http://www.neyro.com/2010/10/05/conbriza-reune-en-lanzarote-a-los-principales-especialistas-espanoles-en-ginecologia/) Ahora, con los datos presentados en esa última investigación se nos explican algunos hechos ya conocidos y se abren nuevas puertas a la investigación de nuevas moléculas, nuevos fármacos contra esta verdadera lacra de la mujer postmenopáusica.
Fuente: Medical News Today
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