La única forma de vencer amenazas colectivas, daños masivos, desastres extensos, sin duda alguna es con la colaboración de mucho intelecto, con el trabajo compartido, haciendo equipos de reflexión (qué lema tan precioso «to make a team»!!!), aunque nuestras (respetadas) autoridades sanitarias a veces ni propicien ni estimulen, cuando no dificultan o impiden incluso, la creación de verdaderos equipos multidisciplinares. De otra manera, no podríamos haber hecho frente a una amenaza tan terrible como la que esta (maldita) pandemia ha supuesto para toda la Humianidad en los últimos 18 a 20 meses (ver en https://www.neyro.com/2021/03/
Por todas esas razones, la guía que ahora comentamos va dirigida a profesionales sanitarios y asistenciales, de cualquier disciplina y especialidad, que participan en la planificación y prestación de servicios a los afectados por CoVID19 persistente. Los autores explican que consideran «fundamental realizar una asistencia compartida entre los diferentes niveles asistenciales y especialistas que intervienen en su atención, en cuyo centro se sitúe siempre al paciente, al lado de los profesionales de atención primaria, que serán sus referentes».
Cuando se revisa la guía se aprecia que está presidida por una sociedad médica (SEMG, ya citada) y una de pacientes (@longcovidspain
Los autores describen las teorías etiopatogénicas que incluyen la persistencia del virus, la tormenta inflamatoria de citocinas y la posible aparición de autoanticuerpos que actúen contra proteínas inmunomoduladoras que alteran la función inmune. Se han realizado diferentes intentos para tratar de predecir hasta qué punto esa tormenta de citoquinas podía anticipar el desenlace fatal (y puede verse in extenso en https://www.neyro.com/2020/06/
Según encuestas nacionales e internacionales, el perfil del paciente afectado es el de mujer (casi 80% de los casos), con edad entre 43 y 46 años, con persistencia media de los síntomas mayor de 90 días, con media de síntomas persistentes de 14 a 36, y con media de 6 a 9 sistemas u órganos afectados. Se ha intentado clasificar el trastorno de alguna manera a través de escalas para objetivar, cuantificar y hacer seguimiento evolutivo de los pacientes afectados. En la guía aparecen varias de ellas para cada uno de los distintos síntomas o trastornos que se padecen (fatiga, trastornos emocionales, ejercicio, dolor, disnea, calidad de vida, etc.), reflejando el porcentaje de pacientes que eligió la mejor escala para cada apartado.
Seguramente, más allá del diagnóstico y la valoración de cada cuadro, más interés tiene todo lo que respecta al abordaje terapéutico de CoVID19 persistente. Debe decirse de entrada que por el momento no existe evidencia sustentada en ensayos clínicos controlados (aunque hay algunos en marcha en nuestro país y en el mundo) que permita recomendar un tratamiento específico para CoVID19 persistente.
Sea como fuere, la guía intenta presentar diferentes enfoques que sirven únicamente como orientación y apoyo, algunos dirigidos al tratamiento etiológico (antivirales, anticuerpos monoclonales, antiinflamatorios, plasma de pacientes, etc.), otros para sustituir los déficits nutricionales (vitamina D, que ya tocamos nosotros en https://www.neyro.com/2020/05/
En el apartado del seguimiento de los afectados, el documento incluye una serie de recomendaciones para los pacientes (formativas en cuanto a su enfermedad, autocuidados, autogestión, implicación de familia y pareja, redes sociales interactivas y otros). También se muestran unas muy útiles check list para seguimiento en función de datos basales y hallazgos desde atención primaria, señalando algunas visitas presenciales y otras a través de la teleconsulta, los criterios de asistencia compartida y apuesta por el trabajo multidisciplinario e interconsulta desde el primer nivel asistencial.
Existen al margen de la generalidad del cuadro algunas situaciones especiales para estos pacientes, como pueden ser la atención en los servicios de urgencias, la realización de preoperatorios o el síndrome pos-cuidados intensivos, y el acompañamiento en cuanto a la reincorporación sociolaboral de estos pacientes. Otro apartado interesante es el que describe los síntomas y signos de alarma, que marcan cuándo una consulta debe ser preferente o urgente.
Finalmente, la guía contempla un apartado dedicado a los retos de futuro en torno a la atención de estos pacientes, debido a las múltiples cuestiones que quedan por resolver en cuanto a esta forma de la enfermedad. Nada sabemos sobre cómo predecir a los pacientes de alto riesgo de desarrollar CoVID19 persistente; seguramente nos ayudarán los biomarcadores específicos para la práctica clínica, tendremos que definir la utilidad del tratamiento precoz, a quién realizar un estudio de inmunidad celular, la utilidad de una prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en sangre o en heces (el laboratorio nos tiene que ayudar en el empeño, como mostramos en https://www.neyro.com/2021/02/
La gran duda metódica que aún persiste es si las vacunas servirán para reducir este grupo de pacientes o la evolución hacia la persistencia. Son algunas muy novedosas vacunas (ver en https://www.neyro.com/
Muchas y variadas incógnitas las que surgen cada día acerca de CoVID19 persistente; aprendemos a golpe de fracaso, pero avanzando poco a poco, pero a velocidad vertiginosa respecto a otras pandemias… La esperanza está, lo decíamos al principio, en el trabajo colaborativo y seguro que dará frutos más pronto que tarde… Seguiremos informando…
Muy interesante lo que ha dicho Yo pase el covit en octubre del 2020 ,fui asintomática, y al mes siguiente empecé a tener síntomas ruidos silbidos que no me dejaban dormir ,y un día tuve una opresión fuerte en el pecho que no me dejaba respirar ,Y fui a urgencias ,Tenía inflamación pulmonar ,me dieron un tratamiento y mejore algo Pero empecé a tener dolor en el brazo y sigo teniendo ,me dijeron que son secuelas del covit ,no sé si lo tendré siempre Saludos
Buen día Magdalena y muchas gracias por sus visitas, por su seguimiento y ahora por su consulta.
Seguramente, si los médicos que le han atendido no se han atrevido a darle un pronóstico, desde la distancia, no sería tan osados como para intentarlo, obviamente…
Mantener contacto periódico con ellos, seguir una vida sana y tener unos buenos niveles de vitamina D (superiores a 30 ng/ml en cualquier caso), parecen ser buenas orientaciones generales.
Ciertamente, ahora hace escasamente unos meses nada sabíamos de lo que después se ha dado en llamar «CoVID persistente» o «Long CoVID»; esperemos que al menos, nuestras (respetadas) autoridades sanitarias se pongan de acuerdo entre (todas) ellas para su reconocimiento como secuela de algunos CoVID19 y lo tengan en cuenta para la organización de servicios sanitarios de seguimiento, acompañamiento con Rehabilitación y/o fisioterapia cuando esta sea necesaria…, etc, etc.
Imagine la situación para alguien que trabaja por su cuenta o para aquel al que le dieron el alta, pero continúa con dolores de todo, tipo…, y tiene que seguir trabajando porque nadie se lo reconoce…
En fin…, los médicos seguimos aprendiendo cada día y nuestro objetivo con estas noticias es dar a conocer estas situaciones que pueden alterar mucho la calidad de vida de los pacientes que sufren todo esto en directo…
Muchas gracias por su consulta, estimada Magdalena…; seguiremos informando…