La máxima es ésta: la prevención antes que la curación y el comportamiento personal como factor clave para evitar el riesgo. Son los factores comunes que definen los patrones de comportamiento de nuestra sociedad ante el riesgo. Pero, con una excepción muy importante, la que gira en torno al acto sexual. Ante él, nuestra sociedad prescinde de aquellos marcos de referencia generales y declara que aquí no ha de haber prevención en la conducta sino que, como mucho, han de existir medios que impidan el riesgo y al mismo tiempo curaciones para todas las consecuencias. Un ejemplo paradigmático de este enfoque tan específico que nuestra sociedad occidental otorga a la relación sexual lo tenemos en el caso del papiloma humano. Ahora, los estudios han detectado que el virus del papiloma humano ya afecta a una de cada tres jóvenes de 19 años, que es mucho. De éstas, se sabe que un 20% serán portadoras y que un 5% desarrollarán cánceres de cuello uterino, que es, de momento, el segundo más habitual entre las mujeres y que tiene una mortalidad elevada porque ocupa el tercer lugar en esta trágica clasificación. Se sabe además que una de cada 600 mujeres del grupo más vulnerable contraerá la enfermedad. Se sabe también, según el estudio de referencia que acaba de realizar el Instituto Catalán de Oncología, que la causa del papiloma es la relación sexual. Pero, para entrar más en el detalle, la relación sexual en función de la edad en la que ésta se inicia y del número de distintas parejas sexuales que se tengan. El papiloma humano se extiende porque las mujeres ahora empiezan mucho más pronto, igual que los hombres, la relación sexual. Las que ahora tienen entre 18 y 25 años lo iniciaron con 17, mientras que las que tienen entre 56 y 65 años comenzaron a los 23. Si a este hecho le añadimos la consideración de que antes la gente se casaba más joven y que, por lo tanto, el número de relaciones extramatrimoniales con distintas parejas también era más reducido, podemos contemplar que el factor de riesgo tiene en esta causa su multiplicación. Esto lo constata el propio estudio al observar que el 42% de las mujeres que ahora tienen entre 18 y 25 años mantuvieron la relación antes de los 17, es decir casi la mitad, mientras que en las mujeres mayores de 56 a 65 solamente fue del 4%. Podemos ver que con la media de inicio se transmite una idea engañosa, porque hay un colectivo muy importante, casi el de la mitad, que ha empezado muy pronto las relaciones sexuales. También se han multiplicado el número de parejas. Actualmente, el 20% de las mujeres entre 26 y 35 años han tenido más de cinco parejas sexuales y, evidentemente, esto determina un aumento considerable del riesgo. Las que tienen una pareja a lo largo de la vida corren el riesgo de infección de sólo el 9%, mientras que las que tienen cinco ó más alcanzan el 41%, y si son diez ó más asciende hasta el 45%, casi la mitad. Esto es lo que dicen los datos pelados, y lo que falta es la reflexión posterior. Los datos también señalan que el gran porcentaje de prevalencia del virus del papiloma humano entre las mujeres, se da, sobre todo, entre las que tienen entre 18 y 25 años. Este número tan elevado de parejas sexuales revela algo que tiene un nombre muy concreto, se llama conductas sexuales de riesgo, según señala el experto José Luis Neyro. De siempre, se ha considerado que esta característica en las relaciones sexuales era negativa por muchas razones y hay que añadirle una particularmente grave además para la mujer: la del papiloma humano. En este sentido, también vale la pena abrir un elemento de reflexión y es que en esta promiscuidad sexual la que se está llevando el problema es sobre todo la mujer. Porque, además del papiloma, existe otro factor que es el embarazo a edades muy jóvenes y que en un porcentaje extraordinariamente alto termina en aborto, con lo cual la mujer puede quedar dañada para muchos años e incluso para toda su vida. ¿Por qué no se abre el debate y la reflexión sobre la necesidad de educar a los jóvenes en un mayor control de su sexualidad, en un retraso en la primera relación, en una reducción del número de parejas? ¿Por qué no se integra la sexualidad en el conjunto de dimensiones humanas, en lugar de haberlo convertido en un mero juego, en un deporte de contacto? Una sociedad que trata el sexo de la manera que lo hace la nuestra, banalizándolo hasta extremos nauseabundos y que, además, lo magnifica, como es lógico, porque el impulso es mucho mayor entre los jóvenes, cuando el sexo se convierte en algo intocable, esta sociedad tiene un problema, y tiene un problema grave, que debe ser puesto en evidencia.
Archivo por meses: junio 2012
Evidencias científicas demuestran que el ejercicio físico es saludable en cualquier edad.
La anticoncepción a largo plazo se muestra más efectiva
Un estudio con más de 7.500 mujeres realizado en Estados Unidos ha revelado que quienes usaron como método anticonceptivo la píldora, el parche transdérmico o el anillo vaginal tenían un riesgo de embarazo 20 veces mayor que quienes optaron por una anticoncepción reversible de acción prolongada, como el DIU, las inyecciones hormonales o los implantes cutáneos.
Además, y según las conclusiones que publica el “New England Journal of Medicine”, el riesgo de que el método utilizado fallara era mayor cuando las usuarias tenían menos de 21 años.
El estudio, que ha sido dirigido por el profesor Brooke Winner, de la Washington University School of Medicine (Estados Unidos), se prolongó durante más de tres años y a lo largo de este período se detectaron un total de 334 embarazos no deseados.
Algunos de estos embarazos se produjeron cuando las mujeres no estaban usando la anticoncepción elegida y, en su lugar, habían optado por un preservativo o por el coitus interruptus.
Pese a todo, de alrededor de 1.500 mujeres que optaron por usar una píldora anticeptiva, parche o anillo, entre el 4% y 5% quedaron embarazadas cada año mientras utilizaban alguno de esos métodos.
Una cifra mucho mayor en comparación con el 0,3% anual -alrededor de una de cada 330- de las 5.800 mujeres que optaron por un DIU o un implante cutáneo. En ellos, añade el Dr. Neyro, el grado de adherencia de la paciente al método contraceptivo es mucho mayor y los fallos de usuario mucho menos numerosos. Se entiende por adherencia terapéutica el conjunto del cumplimiento (que el paciente haga lo que el médico le ha dicho que debe hacer para seguir el tratamiento) y la persistencia (que el paciente lo haga todo el tiempo que debe hacerlo…)
Dependiendo de la marca, los DIU pueden prevenir el embarazo durante cinco a 10 años, mientras que los implantes cutáneos duran tres años.
Además, y pese a que apenas 176 mujeres eligieron recibir inyecciones hormonales cada tres meses, sólo dos de ellas quedaron embarazadas durante el estudio.
España registra 86.000 ciclos anuales de técnicas de reproducción asistida
España registra 86.000 ciclos anuales de técnicas de reproducción asistida (55.000 de fecundación in vitro y 31.000 de inseminación artificial), cifra que «refleja el valor de este campo en el conjunto sanitario» dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS), según explica la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR).
«La infertilidad debería ser considerada como un problema médico cuya asistencia y tratamiento tendría que estar al alcance de todos», destacan desde ASEBIR que, por otra parte, pide que estás técnicas sigan incluyéndose de manera gratuita en la cartera de servicios de la sanidad pública.
Además, con esta petición, ASEBIR se une a la corriente de opinión de los distintos profesionales de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), que en su último congreso nacional se reiteró la necesidad de considerar la infertilidad como una dolencia ya que afecta al 15% de las parejas españolas en edad reproductiva. El Dr. Neyro, pionero de las técnicas de reproducción asistida en este país, pues formó parte del primer equipo de FIV de la medicina pública española en el actual Hospital Universitario Cruces refiere que «ese fue siempre el compromiso de los pioneros, del malogrado Dr Portuondo como paradigma, siempre fue así y no deben aceptarse los recortes con que se están dando limitando, entre otros, la edad de entrada a los programas de feetilidad, el número de ciclos por paciente, etc, etc…»
Según los últimos datos de esta sociedad correspondientes al registro del año 2009, hoy en día nacen en España 16.000 niños al año mediante técnicas de reproducción asistida: un 84% a través de técnicas de fecundación in vitro y un 16% mediante inseminación artificial.
«Todos estos datos resaltan la importancia de las técnicas de reproducción asistida, que permiten que muchos españoles puedan cumplir su deseo genésico. La inclusión de dichas técnicas en la cartera de servicios sanitarios básicos es una decisión fundamental que garantiza la calidad y cobertura asistencial suficiente para un elevado número de pacientes», explican los expertos.