LA TERAPIA HORMONAL ES úTIL EN CASOS CONCRETOS Y A DOSIS BAJAS

NOTICIA PUBLICADA EN EL DIARIO EL MUNDO POR CRISTINA MARTOS

Especialistas en ginecología y obstetricia han recomendado el
uso de la terapia hormonal, en pequeñas dosis y en periodos de
seis meses a un año, para tratar los síntomas del climaterio en
aquellas mujeres cuya calidad de vida se ve mermada por este
motivo.

Durante las jornadas de ‘Actualizaciones en Ginecología y
Obstetricia’ organizadas por la Sociedad Española de Ginecología
y Obstetricia (SEGO) y el Gabinete Médico Velázquez, diversos
especialistas han concluido que la terapia hormonal (TH) sigue
siendo la mejor opción para controlar los síntomas vasomotores
de la menopausia (fundamentalmente los sofocos). No obstante,
han destacado que otros tratamientos, como la fitoterapia, son
útiles para aquellas mujeres con molestias leves.

«Tenemos buenas noticias de nuevo para las menopausias. Las
mujeres con síntomas graves se pueden tratar gracias a dosis más
bajas y a tratamientos de menor duración que hacen segura la
terapia hormonal», anunció José Manuel Bajo Arenas, presidente
de la SEGO. «Además, el elenco de fármacos para manejar el
climaterio es más amplio ahora», añadió.

El consenso entre los especialistas es evidente. El denominador
común es recetar la TH a las mujeres cuyos síntomas afectan a su
calidad de vida. Las dosis empleadas deberán ser lo más pequeñas
posible y el periodo de tratamiento de seis meses a un año, con
un máximo de cuatro años, siempre y cuando se hayan evaluado
previamente los riesgos y beneficios en cada caso.

Como punto de partida, la menopausia es un proceso fisiológico
normal en el sexo femenino. Se trata de la pérdida de la
fertilidad y no es una patología salvo que tenga lugar a edades
muy tempranas o que vaya acompañada de una sintomatología que
altere la calidad de vida de la mujer. Como explicó Daniel
Lubián, del Hospital Clínico de Puerto Real (Cádiz), «es
necesario determinar qué pacientes se van a beneficiar de la TH
y recetarla sólo en estos casos». Críticas al WHILa catástrofe
de la TH se debió casi de forma exclusiva a los resultados del
WHI (Womens Health Initiative), un gran estudio
observacional en el que participaron más de 160.000 mujeres que
la organización decidió suspender antes de tiempo debido al
aumento de las muertes por patología cardiovascular y de los
casos de cáncer de mama.

Pero tras un periodo de confusión, algunos especialistas
comenzaron a llamar la atención sobre las características de la
población estudiada por WHI, tal y como recordó Jose Luis Neyro,
ginecólogo del Hospital de Cruces (Bilbao)
. Las participantes de
este ensayo eran mayores (edad media de 63,3 años), no
necesitaban este tratamiento y tenían, probablemente, factores
de riesgo o enfermedades coronarias.

«Si agrupamos a las menores de 60 años, la mortalidad global
descendía, porque es muy distinto dar TH a pacientes sanas que a
mujeres con enfermedad cardiovascular. Los estrógenos son la
puntilla de estas pacientes», explicó Neyro. Alternativas
disponiblesEl varapalo a la TH dio paso a la búsqueda de otras
terapias. Acupuntura, técnicas de relajación, fitoterapia,
tratamiento con antidepresivos, etc. Ninguno de ellos ha
demostrado una efectividad mejor o igual que la de los
estrógenos para reducir los sofocos, pero algunos son opciones
reales para mujeres en las que la sintomatología sea leve o para
aquellas que no puedan usar la TH por otras razones, como el
cáncer de mama.
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«Las mujeres adultas deben vacunarse también del cáncer de cérvix, y los hombres»

El doctor Neyro en la rueda de prensaCuatro ginecólogos recomendaron ayer en Logroño que también la población adulta se vacune contra el virus del papiloma humano, y no sólo las niñas, cuya inmunización comenzó este mes organizada por la Consejería de Salud del Gobierno de La Rioja. El doctor González Romero recordó que la vacuna protege ante cuatro tipos del VPH: el 16 y el 18, causantes del 70 por ciento de los cánceres de cuello uterino, el 40 de los de vulva y pene y el 90 de los de ano; y el 6 y el 11, que producen el 90 por ciento de las verrugas genitales y otros problemas.

El cáncer de cuello de útero o cérvix es el segundo más frecuente en la mujer de entre 15 y 45 años tras el de mama. «40 mujeres mueren al día en Europa de este tipo de cáncer», explicó González. Añadió que, aunque en torno al 70 por ciento de la población «va a estar expuesta al virus a lo largo de su vida», en el 80 por ciento de las infecciones «el virus remite espontáneamente sin dejar ninguna lesión». El doctor Muñoz Martínez de Salinas explicó que, por la incidencia superior en mujeres jóvenes, se ha optado por vacunar a las niñas «cuando todavía no han tenido relaciones sexuales».

También los hombres

La única vía de transmisión del virus es la sexual, y ni el uso del preservativo elimina del todo este riesgo. Por ello, los cuatro ginecólogos propusieron extender la vacuna, no sólo a las mujeres de hasta 45 años, sino también a los hombres, que «no padecen la enfermedad pero sí pueden portar el virus», recalcó el doctor José Manuel Echevarría. Todo ello, siempre que se mantengan relaciones sexuales ‘inestables’, aunque, como ironizó González, «¿quién asegura la fidelidad?».

El doctor Neyro añadió a la importancia de la vacuna las citologías anuales para las mujeres. Las dos medidas «previenen el 100 por cien de los casos de cáncer de cuello uterino», dijo.

«La paciente es soberana pero no puede imponer técnicas descabelladas»

 El ginecólogo de cruces José Luis Neyro defiende el parto hospitalario aunque reconoce algunos excesos.

BILBAO. El año pasado Sanidad tachó de «excesivo» el número de cesáreas en los hospitales privados. Y es que entre el 35 y el 40% de los partos en las clínicas privadas son por cesárea, mientras que los hospitales estatales rondan entre el 20 y el 26%, casi la mitad. En el caso del hospital vizcaino de Cruces, su servicio de Obstetricia «se desmarca del protocolo del Estado», practicando uno de cada diez partos mediante cesárea. Por ello, el ginecólogo José Luis Neyro no resulta representativo de los acérrimos enemigos del parto natural. En su opinión, «el 50% de las cesáreas realizadas en la mayoría de los centros estatales son evitables», afirma. Con todo, Neyro matiza mucho al hablar de partos naturales. Él prefiere el término «parto respetuoso», que es el que dice que siempre practica. Así, Neyro cree que la paciente es soberana y, que si no quiere, no se le aplica la epidural, por ejemplo.

«Mientras todo vaya bien, yo sólo estoy ahí para vigilar, para controlar el parto; señora, es usted quien lo dirige. Es una situación fisiológica, no una enfermedad», describe. Ahora bien, «si hay algo anormal, escúcheme», añade Neyro, quien admite propuestas como que la cuñada acompañe en el parto a la paciente o ésta quiera adoptar otra postura, aunque «si son técnicamente descabelladas, no puede imponer una atención técnica». Neyro ejemplifica la necesidad de usar unos fórceps si el bebé puede sufrir un daño cerebral. En cuanto al parto natural, a este ginecólogo no le gusta el término. «Quien lo emplea habla desde la ignorancia», opina. «Es absurdo pontificar tras una mala experiencia: hay mujeres que piden la epidural ya en el octavo mes. Cada caso es distinto», entiende, recordando el 45% de cesáreas en Brasil «para no alterar el periné».

Aunque piensa que las numerosas cesáreas no rebajan la mortalidad perinatal, Neyro argumenta que «ningún hospital tiene cero», pues se da una constante de 4 ó 4,5 muertes por cada mil nacimientos originadas más «por el anteparto que por el parto». «En todos los partos se da una constante: se quiere la máxima seguridad, mínimos riesgos y la más absoluta independencia a la vez». Por ello, dice, los ginecólogos se ven «atados de pies y manos», y admite que muchos de sus colegas, bajo esta presión, optan por la cesárea como una garantía de seguridad.

C.M. DEIA

Vida sexual y reproducción

LA INCORPORACIÓN de la mujer al mercado laboral ha contribuido a que se retrase la edad en que la mujer tiene su primer hijo de los 22-23 a los 32-33 años en tan solo veinte años de tiempo. «Esto conlleva que la mujer pueda desear quedarse embarazada en la década de los 40 años. En este sentido, a esta edad, pueden aparecer ya desarreglos hormonales, aunque todavía pueden existir posibilidades de embarazo» explica el doctor Neyro.

«Por el contrario», añade, «si no se desea el embarazo, la mujer debe tener en cuenta que aunque tenga ya desarreglos por estar próxima la menopausia debe que utilizar métodos anticonceptivos de alta eficacia y que le solucionen además problemas añadidos. Por otro lado, puede darse la situación de desear el embarazo pero no estar ya en edad fértil y en estos casos es muy importante que la mujer esté informada sobre las diferentes técnicas de reproducción asistida existentes».

En cuanto a la disminución del deseo sexual, el doctor Neyro afirma que «la disfunción sexual se produce, entre otras razones, debido al descenso de los niveles hormonales con la llegada de la menopausia y que debe ser atendida como una parte más de la menopausia, ya que empeora de forma muy importante en la calidad de vida de muchas mujeres».

El climaterio, que se inicia alrededor de los 45 años y finaliza a los 65, al comenzar la senectud, está formada por tres fases: premenopausia (etapa que precede a la menopausia y que dura de dos a ocho años), perimenopausia (periodo inmediatamente anterior a la menopausia, cuando comienzan las manifestaciones orientativas de que se aproxima la menopausia, y dura como mínimo hasta el primer año siguiente a la menopausia) y posmenopausia (última etapa del climaterio que se inicia al año de la última menstruación o menopausia y finaliza en la senectud). N. L. DEIA.

Más de dos años de espera para una fecundación in vitro en Osakidetza

Hartas de esperar. Así quedan la mayoría de las mujeres que buscan ser madres a través de una fecundación in vitro en la sanidad pública vasca. No obstante, la media de espera para recibir el tratamiento ronda los dos años y dos meses. Aun así, es un año menos, por ejemplo, que en Madrid o Andalucía.

El proceso se alarga, sobre todo, debido a los tiempos de espera que hay entre una cita y otra, entre que estudian cada caso individualmente y entre lo que tardan en poner a la paciente en tratamiento en el Hospital de Cruces, el único de Euskadi en el que se utiliza la fecundación in vitro como método de reproducción asistida. «Sólo desde que llegan a la conclusión de que necesitas el tratamiento hasta que empiezan a dártelo puede pasar un año», explica una paciente.

Una fecundación in vitro puede costar en Euskadi entre 4.500 y 6.500 euros cada intento
La razón de estas largas demoras la ven los expertos en el hecho de que en la sanidad pública no se trabaja los fines de semana, no se realizan tratamientos en agosto y el personal es limitado.

Por eso, cada vez más vascas ‘pasan’ de acudir a Osakidetza para ser mamás y ya son más de la mitad las que optan por ir directamente a la sanidad privada. Y eso, pese al precio; una fecundación in vitro puede costar en Euskadi entre 4.500 y 6.500 euros cada intento. «Lo que más gasta en un hogar son los hijos, al no tenerlos, las parejas han podido ahorrar bastante dinero y tampoco les supone un gasto tan alto», señala el ginecólogo bilbaíno José Luis Neyro.

Además, en Osakidetza no realizan la reproducción asistida a las mayores de 40 años.

José Luis Neyro. Ginecólogo de Cruces, Bilbao. «En la privada no hay esperas»

El ginecólogo bilbaíno José Luis Neyro fue uno de los miembros del equipo pionero de fecundación in vitro en el Hospital de Cruces, en 1985. Neyro ve «lógico» que las mujeres vascas opten por ir a médicos privados. «A la sanidad pública vasca le falta todavía un empuje para dar una salida rápida a todas las pacientes que solicitan una reproducción asistida», explica. «Además, en la sanidad privada no tienen esperas…».

«Se nos exije adoptar decisiones éticas que no tenemos claras»

El doctor José Luis Neyro ha tomado tres decisiones fundamentales en su vida. Una de ellas fue dedicarse a la ginecología para hacer posible que muchas parejas estériles, de ese 15% existentes, cumplan su mayor anhelo: tener hijos. Lo consigue en un 68% de los casos. Hace 20 años fue uno de los primeros en practicar con éxito la reproducción asistida. Desde entonces, ha «apadrinado» a unos 4.000 niños. El pasado jueves, la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País le concedió la medalla de Amigo de Número. Su discurso versó sobre Aproximaciones éticas a la legislación española en materia de reproducción asistida.

Pregunta.Usted es muy crítico con la legislación española. ¿Cómo afecta a la paciente y al propio médico?
Respuesta. Es la primera vez en la historia de la legislación española que se legisla por delante de los hechos. Y hay contradicciones como que la ley exige formación acreditada que la misma Administración niega. Además, según qué parte de la ley elijas, es la mujer la que puede revocar el consentimiento en cualquier momento o, por el contrario, depender de la pareja.
P. Esta falta de concrección, ¿puede originar situaciones atípicas?
R. Desde luego. Podemos intentar el embarazo en mujeres de 55, 60, 70 años si ellas lo piden, porque, según la ley, es suficiente con que la usuaria tenga mayoría de edad y buen estado de salud psicofísica, lo que resulta ambiguo de fijar. Otros países han regularizado ya aspectos muy concretos de la reproducción asistida, como los derechos civiles de los niños nacidos, la donación de semen o la investigación en embriones humanos. España, no. P. ¿Cree que la ley sitúa a los médicos en situaciones éticas que no les corresponden?
R. A los que trabajamos en esto se nos exije adoptar posiciones éticas que a veces nosotros mismos no tenemos claras. Así que lo que hacemos es devolver la pelota a la sociedad y decirle que abra un debate para que no nos obligue a decidir día a día en el laboratorio.
P. ¿Cómo se actúa ante casos extremos pero reales como el conocido recientemente de usar semen de un muerto?
R. Son casos que están ahí, como el de Stephen Blood, que pasó un año en coma y fue padre dos años después de morirse oficialmente. Su mujer, sin pedirle permiso, consiguió que los médicos le extrajeran espermatozoides con los que fue tratada. No se cómo habría que actuar porque desconozco la relación que había en la pareja. Pero, con los datos en frío, lo deseable es que los niños nazcan en pareja.
P. ¿Cuántas parejas estériles hay en España?
R. Cada año se incorporan 39.000 nuevas parejas. En este momento hay unas 750.000. A pesar de las muchas técnicas de reproducción que existen, el índice de éxitos está mediatizado por el porcentaje de resultados de la naturaleza.

I. C – Bilbao – 24/01/1999 EL PAÍS

GINECOLOGÍA Y DIVULGACIÓN MÉDICA