Archivo de la categoría: Ginecología

El 20% de las adolescentes embarazadas no reconocen su gestación hasta el segundo mes

 Definitivamente, una sociedad que permite que sus chicas adolescentes sigan embarazándose sin hacer apenas nada por impedirlo, no puede ser considerada madura del todo. Y no hablamos de sociedades del tercer mundo, de países sin industrializar, de lugares sin cultura…; estamos hablando del primer mundo donde la adolescencia se abre cada vez más tempranamente al sexo, pero sin previsión de las lógicas consecuencias en cuanto a la fertilidad (ver en https://www.neyro.com/2021/03/03/gestion-medica-y-politica-de-las-mejores-acciones-para-evitar-embarazos-en-adolescentes/).

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Repercusión de la embolización de miomas uterinos en la fertilidad futura de las pacientes

 

A estas alturas de la película, quien más, quien menos, probablemente estará al corriente de que los tumores más frecuentes de las mujeres en general son los miomas uterinos. Sin tratar de ser dogmático, algunas personas los llaman sencillamente miomas y otras les dicen fibromas, pero en verdad todos son leiomiomas (tumores, benignos en el99.99% de ocasiones, del músculo que conforma la pared del útero y que están compuestos de una parte variable de tejido puramente muscular liso, de ahí lo de miomas o leiomiomas, y otra de tejido fibroso acompañante, de ahí lo de fibromas…). Sea como fuere hasta un total de 7 de cada 10 mujeres los portan en su matriz, lo sepan o no como ya contamos en https://www.neyro.com/2015/05/22/siete-de-cada-diez-mujeres-tendran-algun-mioma-uterino-a-lo-largo-de-su-vida/

El tratamiento de los mismos puede (¿suele?) ser quirúrgico, pero en los últimos años se han incorporado tratamientos médicos muy sencillos y efectivos (de los que ya hablamos en su día en https://www.neyro.com/2016/05/09/nueva-indicacion-para-los-moduladores-selectivos-de-los-receptores-de-progesterona/), y que finalmente han corrido suertes desiguales a lo largo de la última década, cuando el seguimiento y la evolución de los casos se ha ido conociendo en profundidad.
Sea como fuere, por abundarlo más, existen tratamientos que no son médicos ni quirúrgicos del todo, porque no comportan abrir el abdomen mediante cirugía clásica o endoscópica sino que la evitan en cierta forma. Hablamos de técnicas «radiológicas» de embolización de las arterias que nutren a los miomas para tratar de que se atrofien; el procedimiento de forma muy sencilla explicada consiste en introducir unas microbolitas de distintas sustancias especiales en las arterias nutricias del mioma (de de los miomas.., en su caso), mediante la canalización de venas periféricas de la paciente en un procedimiento que dura poco tiempo y que permite alta hospitalaria precoz, a veces en el mismo día del procedimiento. La imagen superior está obtenida del manuscrito que comentamos en esta noticia.
Así las cosas, la embolización de la arteria uterina es una técnica eficaz y segura para el tratamiento de los miomas uterinos, pero su uso sigue siendo controvertido en las mujeres que desean procrear, con posterioridad al procedimiento. Nosotros, en el ya lejano 2008 publicamos en primicia algunas de las complicaciones que habíamos observado en dos centros españoles tras practicar sendos procedimientos de embolización; la publicación está al alcance del lector en https://www.elsevier.es/es-revista-progresos-obstetricia-ginecologia-151-articulo-crecimiento-paradojico-complicaciones-embolizacion-arterial-S0304501308710719, y ahora mostramos la portada del mismo con un título que pretendimos ilustrativo.
La preocupación por la fertilidad posterior, ya lo alertamos entonces, podría ser incluso una contraindicación para el procedimiento; sea como fuere, ahora se ha publicado un estudio que se ocupa del tema en una recogida numerosa de casuística. El estudio tuvo como objetivo evaluar los resultados clínicos, anatómicos y obstétricos de la embolización de la arteria uterina en pacientes en edad fértil no elegibles para miomectomía. Se tituló «Clinical investigation of fertility after uterine artery embolization» y lo firmaron (entre otros) Serres-Cousine O, Kuijper FM, Curis E del Centre Hospitalier de Béziers, Béziers y de la Clinique du Parc, Castelnau-le-Lez, todo en France. El original está a disposición del lector en https://www.ajog.org/article/S0002-9378(21)00601-3/fulltext en el American Journal of Obstetrics and Gynecology de octubre de 2021 (abajo la portada del mismo).
Básicamente, se trata de un estudio de cohortes retrospectivo, que incluyó 398 pacientes menores de 43 años que fueron tratadas mediante embolización de la arteria uterina entre 2003 y 2017 por fibromas y/o adenomiosis sintomáticas. La embolización de la arteria uterina se realizó de acuerdo con un procedimiento estandarizado (técnica de embolización de la arteria uterina con preservación de la fertilidad), con protección ovárica en caso de anastomosis útero-ovárica peligrosa. Se realizaron resonancias magnéticas y ecografías pélvicas antes y después de la embolización de la arteria uterina.

La tasa de éxito clínico general (es decir, la resolución de los síntomas previos a la embolización, como sangrado menstrual abundante, anemia ferropénica, presión pélvica) fue del 91,2% y no hubo complicaciones importantes. Piénsese que los sangrados uterinos anormales consumen mucha salud de las mujeres y muchos recursos asistenciales de los distintos sistemas sanitarios en consultas, tratamientos, revisiones, etc, etc (ver en https://www.neyro.com/2016/11/21/menorragia-como-causa-frecuente-de-anemia-en-las-mujeres/).

Pues bien, ahora conocemos que un año después de la embolización de la arteria uterina, se observó una reducción media del 73% en el volumen del mioma (la imagen muestra algunos resultados tras 4 meses del procedimiento). Un total de 108 pacientes (49,3%) presentaron anastomosis útero-ovárica peligrosa y 33 (14,5%) se beneficiaron de la protección ovárica. Hubo 148 embarazos y 109 nacidos vivos; 74 niños nacieron a término; 23 nacieron prematuros, siendo el promedio de 35,12±2,78 semanas. El peso medio al nacer y la longitud al nacer de los bebés estuvieron dentro de los límites normales. La restauración de la anatomía uterina y la protección ovárica se identificaron como los principales factores predictivos del éxito obstétrico; recuérdese que en nuestro propio trabajo ya mencionado, nosotros describimos por primera vez la «migración anómala». de las bolitas del material de embolización hasta el ovario contralateral con la enorme repercusión posterior que ello tuvo al ocasionar un fallo ovárico prematuro y permanente a una de nuestras pacientes.

Aquí, la «protección ovárica» se mostró útil como señalan los autores del informe que comentamos. La restauración también fue un factor predictivo importante para el éxito clínico y se asoció con una tasa más baja de aborto espontáneo. Algunos casos como los de «adenomiosis» son los más complejo (se muestra una imagen del original comentado de un caso de esta patología tan peculiar)

Más allá de lo que aquellos tratamientos médicos tanto prometía y tanto nos dieron en sus primeros años de su desarrollo (ver en https://www.neyro.com/2018/11/07/los-moduladores-selectivos-de-los-receptores-de-progesterona-y-su-actual-posicion-en-el-manejo-de-los-miomas/), el arsenal actual se nos ha reducido en parte. Para concluir, y en resumen, este artículo que comentamos, describe los resultados clínicos y obstétricos detallados de 398 mujeres que se sometieron a embolización de la arteria uterina para el tratamiento de fibromas. Se identificaron los factores anatómicos y técnicos que podrían tener un impacto en la fertilidad después de la embolización de la arteria uterina, preocupación máxima de cada vez más mujeres afectas de estas patologías y de los médicos responsables de sus tratamientos… Seguiremos informando…

Estrategias novedosas de activación folicular ovárica cuando la edad es el principal diagnóstico de infertilidad.

 
Una de las obsesiones (casi) de los equipos de reproducción asistida de todo el mundo (al menos occidental) es la pelea continua contra la edad cada vez más avanzada con la que la mujer media se acerca a su fertilidad en este bien entrado siglo XXI. Es una constante el continuo envejecimiento poblacional, afortunadamente, porque ello denota mejores condiciones de vida y más intensos y atinados cuidados de salud; la otra cara de la moneda es el constante descenso de la natalidad por el bajo deseo de las parejas de tener muchos hijos (y así lo mostramos en http://www.neyro.com/2014/03/26/la-tasa-de-natalidad-en-espana-se-situa-a-la-cola-de-la-union-europea/)
Es un hecho, por otro lado, que la reproducción «natural» no es posible tras ocurrida la menopausia y esta, nos guste o no reconocerlo, ya está «fijada» para cada mujer de forma genéticamente inducida desde el mismo momento del nacimiento (tal y como lo anticipamos en https://www.neyro.com/2015/12/04/identificados-los-genes-que-determinan-la-menopausia/)

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Análisis del riesgo de nueva fractura en mujeres posmenopáusicas, después de una fractura no traumática frente a fractura traumática.

Es bastante evidente para todos los que nos dedicamos a la asistencia sanitaria en cualquier ámbito que la edad es un factor a considerar clave en la génesis de las fracturas de bajo impacto. Llamamos así a las que son ocasionadas por un impacto menor cual caerse desde la propia altura o desde una escalera de menos de tres peldaños. No entrarían en esa consideración por tanto las de los accidentes laborales o de tráfico y tampoco las deportivas que son en general de «alto impacto». Véase más sobre el tema en https://www.neyro.com/2016/12/19/la-edad-de-la-menopausia-es-un-factor-principal-para-pronosticar-el-riesgo-de-fracturas/
 
Y es que las fracturas de bajo impacto, hasta que no se demuestre lo contrario (lejos del cáncer u otros problemas más raros), son siempre consecuencia de la osteoporosis que deteriora la calidad del hueso y le hace perder resistencia, precisamente, frente a los bajos impactos de la vida ordinaria (ver en https://www.neyro.com/2015/10/07/las-fracturas-de-bajo-impacto-son-la-consecuencia-de-la-osteoporosis/)
 

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¿Debemos asumir que la herencia epigenética tiene alguna función en el síndrome de ovario poliquístico?

Efectivamente, la pregunta del titular supone una gran cantidad de desafíos y oportunidades para el tratamiento. Y asumo desde el principio que la imagen que se anticipa en la portada es como mínimo desafiante, sino muy enrevesada para el lector lego en estos trastornos…; pero es un reconocimiento casi romántico. Básicamente a la endocrinopatía que con mayor frecuencia se diagnostica en la mujer y la que seguramente más condiciona su fertilidad (al margen de la lógica y creciente influencia de la edad). De hecho, hace ya un tiempo le dedicamos al asunto unas reflexiones que nos servirán miy bien ahora para enmarcar lo que luego le contaremos (entre tanto, puede distraerse el lector leyendo en https://www.neyro.com/2014/11/17/el-abordaje-del-sindrome-de-ovario-poliquistico-varia-segun-la-necesidad-de-la-paciente-y-el-signo-dominante/)

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¿Se puede ser madre después de los tratamientos para el cáncer de mama?

Gracias a los avances conseguidos con la investigación, durante las últimas décadas se ha producido un aumento muy importante de la supervivencia en cáncer de mama: hoy, 8 de cada 10 mujeres superan la enfermedad a los 5 años del diagnóstico y la población de “largas supervivientes” continúa creciendo cada año. Nos hemos ocupado largamente en este blog de asuntos similares ( ver en https://www.neyro.com/2020/10/05/como-ha-evolucionado-el-tratamiento-del-cancer-de-mama-en-las-pasadas-decadas/)

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