El tabaco durante el embarazo puede aumentar el riesgo de cáncer en la descendencia femenina

Es bien conocido desde hace varias décadas la maligna influencia que el empleo continuado del tabaco tiene sobre la producción de muchas neoplasias y sobre la degeneración maligna de la división celular; de hecho, un número importante de las muertes por cáncer están directamente relacionadas con el tabaquismo. Lo comentamos en su día en http://www.neyro.com/2015/02/13/una-de-cada-cinco-muertes-por-cancer-esta-relacionada-con-el-tabaco/
En relación con los aspectos relacionados entre el tabaquismo y la gestación conocíamos incluso las relaciones entre su empleo y el riesgo que ello suponía para los descendientes de la gestante fumadora si eran mujeres; así, en el link http://www.neyro.com/2014/02/17/el-estres-y-el-tabaco-durante-el-embarazo-aumentan-el-riesgo-de-fumar-de-las-hijas/, desarrollamos esta noticia para alertar a las mujeres sobre los daños inherentes a su empleo.

Ahora, avanzando un poco más en parecida línea, un nuevo estudio ha revelado que las mujeres que fuman cuando están embarazadas incrementan el riesgo de sus hijas de presentar cáncer de ovario y de mama a una edad subsiguiente. El estudio de la Universidad Nacional Australiana (ANU), publicado en Human Reproduction, demostró que las madres que informaron haber fumado la mayor parte de los días mientras estaban embarazadas tuvieron hijas que presentaron a una edad más temprana su primera menstruación o menarquia.
La investigadora principal, Dra. Alison Behie, dijo que el llegar a la menarquia a una edad más temprana incrementa el número de ciclos ovulatorios que una mujer tendrá en su vida y le incrementa el riesgo de presentar un cáncer de ovario o de mama, lo cual posiblemente se debe al aumento de la exposición a hormonas como los estrógenos. Y es que hasta ahora sabíamos que el tabaco incrementa el acortamiento de la edad reproductiva de la fumadora, con adelanto de su menopausia en dos  tres años (ver en http://www.neyro.com/2007/09/20/el-consumo-de-tabaco-adelanta-entre-dos-y-tres-anos-la-llegada-de-la-menopausia/), pero estos hallazgos de los australianos dan un giro al conocimiento de estos asuntos.

«Estamos descubriendo cada vez más aspectos importantes de nuestra biología e incluso nuestra conducta, están determinadas cuando nacemos», dijo la Dra. Behie, una antropóloga bióloga de la Escuela de Arqueología y Antropología de la ANU. «Sabemos que la exposición de la madres al estrés, como el tabaquismo en este caso puede influir en la salud del niño a largo plazo». «El comprender factores que conducen a una menarquía temprana, sobre todo los que son evitables, es importante dadas estas implicaciones en la salud a largo plazo y el mayor riesgo de cáncer para las mujeres».

La investigación ayudará a las madres a comprender mejor los riesgos del tabaquismo en el producto de su gestación. El tabaquismo durante el embarazo suele estar vinculado a una serie de riesgos para la salud de los niños tales como bajo peso al nacer, disminución de la capacidad pulmonar, asma y obesidad, pero no se suele vincular a la aparición de cáncer de ovario o de mama a una edad subsiguiente. Sabíamos además que es capaz de provocar un incremento del riesgo de tener abortos o mortinatos sin explicación (según contamos y desarrollamos en http://www.neyro.com/2013/03/17/el-tabaco-aumenta-el-riesgo-de-abortos-espontaneos-y-nacimientos-prematuros/)

Los hallazgos del estudio ahora analizados (ver en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25740885) son importantes para comprender la gama completa de factores que están ocasionando que las niñas comiencen a menstruar en una etapa temprana. Otros estudios apuntan relación con la propia edad de la madre a la que tiene su menarquía, así como el tipo de alimentación, el peso corporal y el estrés durante la infancia.

En el estudio de la Dra. Behie se utilizaron datos de 1500 niñas del estudio del Gobierno Australiano (Departamento de Servicios Sociales, el Instituto Australiano de Estudios de Familia y la Oficina de Estadísticas Australiana) Creciendo en Australia, el estudio longitudinal de niños australianos. En realidad, por abundarlo más, los datos salieron de una gran cohorte (n = 2.446) de niños australianos, utilizando datos desde el nacimiento hasta los 12-13 años de edad.