Es de sobra conocido que la grasa y su distribución por el organismo depende en gran medida de las hormonas sexuales, tanto femeninas como masculinas; de hecho, en la menopausia el descenso de estrógenos de las mujeres redistribuye la grasa y la deposita precisamente a nivel abdominal con lo que cambia la forma de la mujer que pasa de ser parecida a la pera hasta parecerse más peligrosamente a la manzana.
Igualmente los huesos dependen también no solo de los estrógenos sino indirectamente también del peso corporal; es bien sabido que pesar menos de 57 Kg es un factor de riesgo para la osteoporosis, pero las personas con demasiado peso, también se fracturan más fácilmente los huesos: hasta un 15% más riesgo de fracturas del miembro superior y hasta un 19% más riesgo del miembro inferior y cadera por lo tanto.
Hablaremos de todo ello y también de la dieta ideal para prevenir estas circunstancias así como de la importancia de la medida de la masa ósea en el manejo de la enfermedad metabólica ósea.