El único bifosfonato capaz de prevenir la fractura vertebral en
mujeres osteopénicas, con fragilidad vertebral y no vertebral, es
risedronato. Ésta es la principal conclusión que se deriva del estudio
recientemente publicado en Osteoporosis International por el
doctor E.S.Siris (EEUU) y que se ha debatido a lo largo delWoman
Health Event, celebrado en Sitges (Barcelona) los pasados 30 de
noviembre y 1 de diciembre, y que ha contado con el patrocinio de
los laboratorios Procter & Gamble Pharmaceuticals.
Sobre este particular, el doctor José Luis Neyro, especialista en
ginecología del Hospital de Cruces de Bilbao, señaló: “Estos resultados
nos obligan a cambiar la estrategia frente al abordaje de la fractura osteoporótica, puesto que estamos observando como más del 50 por ciento de las fracturas
osteoporóticas se están observando en mujeres osteopénicas, algo
impensable hace unos pocos años, y que además esas fracturas se
están dando en pacientes con densitometrías absolutamente normales”.
En opinión de Neyro, los resultados del estudio Siris, así como
los del estudio NORA (National Osteoporosis Risk Assessment),
“orientan a que el principal objetivo del especialista debe ser la
atención del paciente de forma precoz”, máxime cuando se está
confirmando que “más del 65 por ciento de las fracturas vertebrales
están infradiagnosticadas”.
El doctor Neyro insistió en que la prevención pasa por mejorar los
métodos diagnósticos—“la densitometría sólo mide la cantidad y
no la calidad del hueso, y es preciso recordar que la radiografía de
columna vertebral es una prueba diagnóstica tan útil como poco utilizada
para detectar alteraciones”—, en que deben potenciarse
los hábitos de vida saludables y que es preciso reconocer el valor
de fármacos como risedronato, el único bifosfonato aceptado por las
autoridades sanitarias como herramienta válida para la prevención
de fracturas osteoporóticas.
Estudio Siris
El estudio de Siris “Efectos de risedronato en el riesgo de fracturas
por fragilidad en mujeres posmenopáusicas osteopénicas”, que
ha incluido a 620 mujeres osteopénicas, ha mostrado cómo risedronato
es capaz de reducir el riesgo de fracturas por fragilidad vertebral
y no vertebral en un 73 por ciento a los tres años frente a placebo.
Asimismo, ha demostrado preservar la microarquitectura y la conectividad trabecular durante el primer año de tratamiento en mujeres osteopénicas, cifra que se
mantiene tras cinco años. El estudio Siris también ha concluido que en pacientes osteoporóticas sin fractura previa, risedronato reduce en un 75 por ciento
el riesgo de sufrir fracturas vertebrales a los tres años, con resultados
significativos al primer año de tratamiento. Los expertos pusieron de manifiesto que durante la posmenopausia los riesgos de fractura se multiplican desde el
primer momento. Siris ha confirmado que, en mujeres osteopénicas, por cada
reducción en la densidad mineral ósea de 1 DE (desviación estándar),
el riesgo de sufrir una fractura vertebral se duplica, mientras que en el caso de nuevas fracturas vertebrales el riesgo se multiplica por cinco, siendo la morbilidad a
cinco años de un 40 por ciento.