Se recomienda el apoyo a la ética clínica en los hospitales

El apoyo a la ética clínica para los médicos en los hospitales ayudaría a los clínicos a proporcionar atención al paciente éticamente adecuada, aun cuando los médicos en general cumplan en su mayor parte el aspecto ético del ejercicio clínico, según la investigación publicada en Medical Journal of Australia.
En este sentido se ha señalado que la generalización de las llamadas prácticas «políticamente correctas» por encima de la sensatez de los actos médicos, puede llevar a los profesionales a cambiar su orientación clínica y terminar por practicar una medicina de defensa jurídica, en la que los objetivos de la asistencia dejan de pasar por el paciente y se determinan por la seguridad jurídica del propio profesional. Alertamos sobre ello, relata el Dr. Neyro, en una noticia que desarrollamos ahora hace algunas semanas, en http://www.neyro.com/2015/04/22/la-medicina-de-defensa-juridica-una-nueva-forma-de-asistencia/

El Dr. Evan Doran y sus colaboradores del Centro para Valores, Ética y Jurisprudencia en Medicina y de la Facultad de Leyes de la Universidad de Sidney, y el Ministerio de Salud de NSW (Nueva Gales del Sur), identificaron datos que indican que el apoyo formal a la ética clínica sería útil. Los autores llevaron a cabo 30 entrevistas entre abril y noviembre de 2011 con 11 miembros del personal médico, 18 miembros del personal de enfermería y obstetricia y un psicólogo de los servicios de atención neonatal, maternidad y oncología de un extenso hospital urbano de NSW. Veinticuatro de los entrevistados eran mujeres y seis eran hombres.

«Las descripciones de los profesionales clínicos transmitían la impresión de que evaluaron la gestión ética como ‘en su mayor parte correcta’, y que en general estaban satisfechos con la ética del hospital, su división y sus colegas», señalaron los investigadores.

«Consideraron que la ética de la atención clínica en general se gestionaba bien, principalmente porque se percibía la ética como ‘integrada’ en la cultura del hospital, y también porque el personal clínico asumía que sus colaboradores eran competentes para lidiar con cuestiones morales básicas y dirigidas a optimizar la atención a los pacientes».

No obstante, la mayor parte de los participantes en la encuesta expresaron el deseo de un apoyo formal a la ética clínica porque la ética es parte integral de los procedimientos de atención a la salud, no siempre ‘se aplica bien’ y puede ser fuente de conflicto.
«Naturalmente es peligroso ser demasiado tolerante de la imperfección, por ejemplo, pasar por alto en vez de abordar problemas éticos difíciles pero importantes». En este orden de cosas, recientemente se han publicado datos no tranquilizadores de escasa aprobación por parte de los pacientes crónicos de las políticas de asistencia sanitaria que, no lo olvidemos, consumen hasta un 80% de los recursos asistenciales dedicados a la cronicidad (véase enhttp://www.neyro.com/2015/06/22/pacientes-cronicos-aprueban-con-solo-un-52-la-calidad-de-la-asistencia-sanitaria-recibida/)

Los investigadores del estudio australiano determinaron que «incluso la inquietud moral más profunda no siempre se expresa. Esto puede ser fuente de frustración para los profesionales clínicos y puede contribuir a la ‘ansiedad moral’; es decir, la amenaza potencial o real para la organización moral mediadora y la integridad de un profesional clínico individual lo que, si no se atiende en forma adecuada, puede tener un efecto negativo en la moral del personal y en la calidad de la atención que brinda».

Recomendaron que «el apoyo ético clínico, expresamente con el propósito de crear conciencia, fomentar el debate abierto y minimizar la incertidumbre y la ansiedad, se considere como un medio para brindar apoyo». No es correcto ni tolerable desatender al diferente cuando sus planteamientos son éticamente intachables, solo porque no esté en sintonía con la orientación política de los determinantes sanitarios, cuyas decisiones a veces no se basan en el paciente sino en el ahorro de costes o en otros intereses incluso.

«Por último, también creemos que considerar seriamente el apoyo ético clínico es, en última instancia, una cuestión normativa y debiera implicar el debate profesional y público con respecto a si el compromiso explícito con la ética es parte integral de la atención a los pacientes en una sociedad democrática e inclusiva».

Referencias:

Part of the fabric and mostly right: an ethnography of ethics in clinical practice, Evan Doran, Jennifer Fleming, Christopher Jordens, Cameron L Stewart, Julie Letts, Ian H Kerridge, Medical Journal of Australia, doi: 10.5694/mja14.00208, 15 June 2015. Disponible en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=Part+of+the+fabric+and+mostly+right%3A+an+ethnography+of+ethics+in+clinical+practice