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Si quiere tener sexo del bueno, haga deporte

Puede ser la excusa perfecta o el argumento de peso por el cual, definitivamente, se decida a practicar deporte ¿O no?… A nadie le amarga un dulce y si encima, “ese dulce” ayuda a darle una alegría al cuerpo y quemar calorías, las ventajas de su práctica están más que justificada.

Hasta ahí es posible que todos, más o menos, seamos conocedores de las bonanzas de practicarlo, pero en el plano de las investigaciones y de la ciencia, hay que mencionar al Dr.Omer Faruk Karatas, de la Universidad Faith en Ankara, Turquía, que es al autor de una investigación que confirma que “no solo la buena función sexual de los hombres depende del flujo sanguíneo en los genitales, también la de las mujeres”; y apunta que, los problemas sexuales de la mayoría de las mujeres con la excitación sexual y la respuesta sexual se deben a un flujo sanguíneo insuficiente en el área genital.

En ese sentido, según la investigación, practicar ejercicio de forma regular puede contribuir, y mucho, a mejorar el flujo sanguíneo en el clítoris y potenciar así la función sexual femenina.

El Dr. Faruk declaró al Mundo.es que éste es el primer estudio que compara a atletas de elite y mujeres sanas respecto a la función sexual y el flujo sanguíneo del clítoris; el objetivo era evaluar los efectos de practicar ejercicio de forma regular en ambos grupos.

El clítoris es un órgano eréctil que contribuye, significativamente, a la función sexual, especialmente durante la excitación y las distintas fases del orgasmo. La sexualifdad en la mujer, señala el experto Dr Neyro, no está limitada al clítoris pero su participación en la actividad sexual femenina, sola o acomañada, es fundamentral. Las medidas del flujo sanguíneo clitorídeo con ultrasonido doppler (que es una técnica especial que evalúa la circulación de la sangre a través de los vasos sanguíneos) se están llevando a cabo frecuentemente con el fin de establecer la función o la disfunción sexual femenina, por ejemplo, tras el consumo de medicación o de una cirugía de genitales”, según declaró el director del ensayo.

Pruebas y resultados

Los científicos realizaron la prueba en 25 jugadoras de balonmano y voleibol de entre 20 y 45 años, sexualmente activas, que practicaban ejercicio regular (un mínimo de cuatro horas al día). A todas ellas las compararon con otras tantas mujeres sanas, con la misma media de edad, que realizaban dos horas de deporte a la semana.

Ninguna de las atletas usaba testosterona u otras hormonas anabolizantes. Y tampoco ninguna de las participantes padecía enfermedad genitourinaria, vascular, endocrina, ni había tenido un hijo en los seis meses previos al ensayo, según especificó el doctor Faruk.

Además de realizar la prueba doppler a todas las integrantes del estudio, los científicos llevaron a cabo un cuestionario que evaluó la función sexual y que contemplaba, entre otros aspectos, el deseo, la lubricación, el orgasmo, la satisfacción…

Los resultados de las investigaciones de Faruk y de su equipo demostraron que el ejercicio regular incrementa el flujo sanguíneo en el clítoris. Y que, según las encuestas que realizaron los investigadores, las atletas confesaron tener una mejor función sexual que las mujeres sanas del estudio.

Por otra parte, Santiago Palacios, director del Centro Médico Instituto Palacios Salud de la Mujer (Madrid) también confirma que “el deporte es una de las dos herramientas que ha demostrado su utilidad a la hora de mejorar el flujo sanguíneo en la zona genital de hombres y mujeres”. La otra herramienta es el alcohol pero, es muy importante señalarlo, en dosis moderadas. En este sentido afirma el Dr Neyro, pasarse de un vaso de vino tinto al día, en el caso de la mujer, conlleva la etiqueta de bebedora excesiva y se pierden las propiedades saludables del alcohol.

El ejercicio funciona, según Palacios, a dos niveles: “Elevando las endorfinas, que actúan como un neuromodulador y aumentando el flujo sanguíneo. Se sabe que ambas vías mejoran la función sexual de hombres y mujeres. También está demostrado que las féminas que realizan ejercicio regular tienen mejor función sexual que las sedentarias”.

Con todos estos argumentos, y aunque sea de manera regular, la invitación a practicar ejercicio es una tentación más porque, a las prestaciones que nos otorga (que ya conocemos como la prevención de enfermedades cardiovasculares, la obesidad o la diabetes) se le suma la mejora del sexo. Y no sé por qué me da que pocos se negaran (por no decir nadie) a sacarle más partido o a mejorarlo…

La importancia del control del hipotiroidismo en el embarazo

La inclusión en la cartera de servicios del sistema nacional de salud de la determinación de TSH durante el embarazo es coste efectiva. El hipotiroidismo en la embarazada tiene importantes consecuencias para la madre y para el niño. Se calcula que se presenta en el 2,4% de las mujeres embarazadas. Los valores normales de hormona TSH en la embarazada son diferentes al del resto de la población, segúnseñala el experto Dr Neyro en sus comentariosNo es infrecuente que sea el ginecólogo, con sus controles de mujeres sanas, el que descubra esta afección en mujeres aún asintomáticas, evitando así daños importantes para su salud de decubrirse más tarde.

En España se producen unos 500.000 partos al año, y según datos de la Sociedad Española de la Endocrinología y Nutrición (SEEN), se estima que entre el 5,7% y el 11,8% de las mujeres presentan algún tipo de alteración de la función tiroidea durante la gestación. El hipotiroidismo es la más frecuente de estas enfermedades, que consiste en una producción deficiente de hormonas tiroideas y se presenta en el 2,4 % de las mujeres embarazadas. Las consecuencias de no detectarlo y tratarlo son especialmente importantes.Según se puso de manifiesto durante el XXIX Encuentro Salud 2000, El Control del hipotiroidismo durante el embarazo, clave para la salud de la madre y del bebé. “Creemos que es importante poner este tema sobre la mesa debido al desconocimiento que existe de esta enfermedad en la población”, comenzó Carmen González, presidenta de la Fundación Salud 2000.

En este sentido, la doctora Patricia Martín, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Fundación de Alcorcón hizo alusión “al absoluto desencuentro” que hay entre hipotiroidismo y gestación. Así, desde el momento en que una mujer se plantea ser madre, si hay déficit de hormonas tiroideas, esto puede influir en la consecución del embarazo, ya que influye en la ovulación, alterándola. Asimismo, el hipotiroidismo en el embarazo aumenta la probabilidad de aborto, crecimiento intrauterino restringido, estados hipertensivos, parto prematuro y desprendimiento de placenta, así como una mayor tasa de cesáreas. Por otro lado, una vez que se da a luz se asocia a bajo peso y a un menor desarrollo psiconeurológico con posible impacto en el coeficiente intelectual.

La sintomatología del hipotiroidismo contempla una serie de síntomas muy difusos (cansancio crónico, debilidad, piel seca, intolerancia al frío, caída de pelo, estreñimiento o aumento de peso) que incluso pueden atribuirse al propio embarazo, por lo que es difícil de detectar en una exploración clínica. Sin embargo, según apuntó la presidenta de SEMERGEN Madrid, la doctora Carmen Valdés, hacer una determinación de TSH a todas las embarazadas no está en la cartera de servicios de las consultas de atención primaria, si bien la clínica hace sospechar y cada vez se piden más analíticas para comprobar el valor de la hormona TSH.

El doctor Sergio Donnay, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital de Alcorcón, destacó la importancia de conocer cómo se encuentran tanto el nivel de yodo como el valor de TSH en la mujer embarazada. Por esta razón, el Grupo de Déficit de Yodo y Disfunción tiroidea de la SEEN, coordinado por el Dr. Donnay, está elaborando un documento en vías de publicación en el que la propuesta es hacer una determinación habitual de la función tiroidea de la mujer gestante, ya que se trata de una alteración muy prevalente, fácil de diagnosticar, sencilla y económica de tratar. “si hiciésemos analítica sólo en las mujeres que cumplen criterios de screening, se dejaría sin diagnosticar el 30 por ciento de las mujeres con este trastorno”, puntualizó Donnay matizando más de 2.000 mujeres podrían pasar desapercibidas en el diagnóstico, por lo que asegura que lo mejor sería realizar una determinación de TSH habitual a todas las mujeres embarazadas en su primera visita al médico. “Ojalá pudiésemos atribuirle al hipotiroidismo subclínico la repercusión que tiene a todos los niveles”, agregó al respecto la doctora Martín.

Por su lado, Sagrario Mateu, jefa del Servicio de Salud de la mujer y la infancia de la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, descartó que exista evidencia o consenso europeo para establecer un screening universal, pero sí estuvo de acuerdo en que podría ser válida, la decisión de la inclusión en la cartera de servicios públicos de la determinación de TSH de forma regular al principio del embarazo o si es posible cuando se va a planificar, algo en lo que hubo coincidencia entre todos los participantes al señalar el coste efectividad de esta medida. Matizó que corresponde al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud tomar esta decisión. Cuando la síntesis de hormonas tiroideas por parte del tiroides sea insuficiente, debe suplementarse ésta de forma exógena mediante la administración de levotiroxina. Al respecto, Rafael Cordón, director médico de la Unidad de Medicina Clínica de Merck, apuntó a que el coste de esta medida es mínimo, ya que en España más del 80 por ciento de los pacientes tratados de hipotiroidismo, tienen más de 40 años. De este modo, el número de pacientes embarazadas en tratamiento sería “relativamente bajo” a pesar de que “es el segmento que puede tener un beneficio más inmediato”. El Dr. Neyro señala en este punto la importancia de la consulta preconcepcional que ayuda a las mujeres a planificar su gestación en las mejores condiciones posibles, descartando, entre otras afecciones, el tan temido hipotiroidismo.

Es muy importante entender que los valores normales de TSH en la embarazada son diferentes a los del resto de la población, ya que la madre aporta las necesidades de hormona tiroidea que el feto necesita durante el desarrollo. De este modo, la SEEN señala que los valores de TSH recomendados durante el embarazo son:

• Primer trimestre, menores a 2,5m UI/L

• Segundo trimestre, menores a 3,0 mUI/L.

En este sentido, los participantes transmitieron la importancia de que en la documentación de laboratorio que acompaña a las analíticas queden claros cuáles son los valores de normalidad en las mujeres embarazadas.

La información, fundamental

La información se planteó en todo momento como una parte fundamental de la cuestión. De hecho, el doctor Donnay insistió en que, de esta forma, la mujer que ha planeado su embarazo llegará a él en perfecto estado de salud. Por ello, la SEEN ha puesto en marcha la iniciativa Cuida tu tiroides (www.cuidatutiroides.es), un proyecto en el que según explicó Cordón, Merck se encuentra especialmente comprometido, ya que el objetivo de la compañía es, ante todo, “mejorar la salud de las personas”.

Mateu por su parte quiso hacer hincapié en que, mientras que en la población hay más consciencia de que hay que tener en cuenta los niveles de ácido fólico, hacia los niveles de yodo no hay esa sensibilidad.

Asimismo, incidió en que con alimentación no se puede suplir el déficit de yodo en las mujeres embarazadas, por lo que es necesario acudir a la suplementación. “En caso de ser necesario, se recomienda tomar yodo durante todo el embarazo y ácido fólico hasta la semana 12”, corroboró.

Evidencias científicas demuestran que el ejercicio físico es saludable en cualquier edad.

DeSde hace varias décadas, científicos de todo el mundo enfatizan acerca de la validez del ejercicio físico para mejorar la salud de los individuos y las sociedades. En unos tiempos en los que la diabesidad (una nueva enfermedad por la que aparece la diabetes inducida por el sobrepeso continuado y la obesidad) comienza a extenderse por todo el planeta, también entre los países emergentes, dedicar apenas treinta minutos diarios al ejercicio aeróbico puede prevenir de la pérdida de la salud y mejorar la calidad de vida de los individuos.
En la Osteoporosis se requiere además ese ejercicio para implementar el calcio y mejorar la fortaleza de los huesos y los músculos, evitando así la tan temida fractura osteoporótica.
Adjuntamos una sencilla tabla de ejercicios de gimnasia aptos para cualquier edad y especialmente indicados entre pacientes afectos de osteoporosis.

Sólo una de cada tres mujeres mantiene la visita al ginecólogo a partir de los 65 años

Un artículo publicado en «Ella y el abanico»

Sólo una de cada tres mujeres mayor de 65 años continúa visitando al ginecólogo de forma rutinaria, prefieren dar prioridad a las consultas de otros especialistas, según ha explicado eldoctor José Luis Neyro, coordinador de la novena edición delCurso de Menopausia y Climaterio que la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) celebra a partir de mañana en Bilbao.

Fuente : Te interesa.es

Sin embargo, este experto alerta de que no hay una edad límite para las visitas alginecólogo, y que toda mujer debe acudir al especialista «siempre que se tengan síntomas que condicionen o alteren su calidad de vida». Para Neyro, no acudir representa un «error», ya que «la mujer no deja de serlo por envejecer y su asistencia debe ser integral, asegurando la calidad de su salud vaginal».

La salud de la mujer durante la madurez también debe ser controlada y promocionada dentro de la especialidad ginecológica, enfocándose, entre otras cosas, a tratar de equilibrar la vagina, disminuir la sintomatología y prevenir el descenso genital, vigilar los desajustes del suelo pelviano o la incontinencia urinaria.

Precisamente, la incontinencia urinaria, es uno de los principales trastornos en esta edad y que afecta aproximadamente al 40 por ciento de las mujeres mayores. «La denominada incontinencia urinaria de esfuerzo, a diferencia de otros tipos de incontinencia, tiene muchas opciones terapéuticas, por lo que hay que valorar cuál es el ámbito de aplicación real de estas nuevas posibilidades de tratamiento», explica el doctor Neyro.

Los avances realizados en los últimos años han propiciado que, hoy en día, se puedan tratar y corregir más del 90 por ciento de los casos de incontinencia de esfuerzo, así como prevenir y evitar un alto porcentaje de las desencadenadas por partos o cirugías.

Por su parte, el presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), el doctor Rafael Sánchez, ha destacado la importancia de desarrollar cursos como el celebrado en Bilbao, ya que sirven para actualizar los protocolos de tratamiento en la atención sanitaria que recibe la mujer.

«Se trata de fomentar la formación de los especialistas implicados en el tratamiento de los posibles trastornos que pueden presentarse en la mujer madura y promover el conocimiento y la educación sanitaria de la mujer en torno a la menopausia», ha añadido.

La salud de la mujer durante la madurez también debe ser controlada y promocionada dentro de la especialidad ginecológica, enfocándose, entre otras cosas, a tratar de equilibrar la vagina, disminuir la sintomatología y prevenir el descenso genital, vigilar los desajustes del suelo pelviano o la incontinencia urinaria.

Precisamente, la incontinencia urinaria, es uno de los principales trastornos en esta edad y que afecta aproximadamente al 40 por ciento de las mujeres mayores. «La denominada incontinencia urinaria de esfuerzo, a diferencia de otros tipos de incontinencia, tiene muchas opciones terapéuticas, por lo que hay que valorar cuál es el ámbito de aplicación real de estas nuevas posibilidades de tratamiento», explica el doctor Neyro.

Los avances realizados en los últimos años han propiciado que, hoy en día, se puedan tratar y corregir más del 90 por ciento de los casos de incontinencia de esfuerzo, así como prevenir y evitar un alto porcentaje de las desencadenadas por partos o cirugías.

Por su parte, el presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), el doctor Rafael Sánchez, ha destacado la importancia de desarrollar cursos como el celebrado en Bilbao, ya que sirven para actualizar los protocolos de tratamiento en la atención sanitaria que recibe la mujer.

«Se trata de fomentar la formación de los especialistas implicados en el tratamiento de los posibles trastornos que pueden presentarse en la mujer madura y promover el conocimiento y la educación sanitaria de la mujer en torno a la menopausia», ha añadido.

Al ginecólogo a partir de los 70

Los 70 años son un momento crítico para la salud de las mujeres. A esa edad, llegan a su final los programas públicos para la detección precoz de determinadas enfermedades, como el cáncer de mama, y la mayoría de ellas comienza a dejar de visitar al ginecólogo. A menudo creen que ya es inútil y que no merece la pena hacerlo; pero se equivocan.
Las vascas vivirán por estadística al menos hasta los 84 años y las previsiones apuntan a que en la próxima década ganarán en esperanza de vida otros cuatro años más. Los expertos en atención a la mujer menopáusica aseguran, por ello, que «dejar de acudir al especialista durante quince o veinte años es demasiado tiempo». Carece de todo sentido. Hay patologías muy graves, como tumores, que tratadas a tiempo pueden incluso superarse; y otras menos complejas, pero muy molestas, como la incontinencia urinaria, cuyo pronóstico se puede mejorar sensiblemente.
«Tenemos que enganchar a nuestras pacientes antes de los 65 para evitar, en la medida de lo posible, que las enfermedades degenerativas les pillen a partir de los 70», afirma el ginecólogo José Luis Neyro, director del curso de formación continuada sobre Climaterio y Menopausia, que llegó ayer a su novena edición en el Paraninfo de la Universidad del País Vasco, en Bilbao. «El riesgo de padecer cáncer de mama y de cuello de útero decae en ese momento de la vida, pero se incrementan mucho las fracturas por osteoporosis, la caída del suelo pelviano y la incontinencia urinaria». Los médicos están convencidos de que es posible envejecer con mucha más calidad de vida si se vigila y controla a tiempo la aparición y el avance de determinadas dolencias.
Igual que una joven

«La edad no debe ser una contraindicación para curar», sentencia el ginecólogo del hospital de Cruces Txetxu Iparraguirre. El riesgo de sufrir un cáncer de mama, aunque disminuya, no desaparece con la edad. Tres o cuatro mujeres de cada cien sufrirá un tumor mamario en su década de los sesenta. Si ese periodo se amplía hasta los noventa años, las posibilidades crecen hasta casi el 10%. «Tradicionalmente se ha pensado que a partir de los 65 era mejor reducir la quimioterapia o no someter a una paciente a cirugía, pero no es así. Una mujer madura se puede someter a un tratamiento quirúrgico con iguales posibilidades que una joven», sentencia el especialista.
Otras complicaciones como la sequedad vaginal y el prolapso uterino, que es la caída del útero por la vía del parto como consecuencia de la debilidad muscular propia de la edad, pueden mejorarse con un diagnóstico temprano, mediante la realización de ejercicio y el uso de los fármacos adecuados. Con la incontinencia urinaria, que afecta a un número muy importante de mujeres, sucede algo parecido.
La vergüenza que este problema genera a las afectadas impide conocer con exactitud su incidencia,con estimaciones tan variadas que oscilan entre el 5% y el 70%, según explica el urólogode Cruces Iván Olano. Los estudios apuntan a que siete de cada diez pacientes no acuden al médico porque no se atreven a hablar de ello.

EDAD Y ENFERMEDAD

Cáncer. En la vejez, conviene vigilarse la aparición de tumores mamarios y de útero. A partir de los 70 años, no hace falta que las revisiones sean anuales, pero sí cada dos años. La periodicidad dependerá de cada paciente.
Osteoporosis. La falta de calcio en los huesos, una de las principales causas de rotura de cadera,es una de las enfermedades más frecuentes de las personas mayores. La prevención debe comenzar a partir de los 45 años.
Incontinencia urinaria. Ejercicios como contraer y relajar hasta ocho veces el anillo muscular del ano y la uretra ayudan. Los episodios de urgencia se pueden controlar con respiraciones profundas. Para según qué casos, también hay fármacos y cirugía
UN ARTÍCULO DE FERMÍN APEZTEGUIA fapezteguia@elcorreo.com