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El empleo de antidepresivos en el embarazo no está asociada a un mayor riesgo de mortalidad infantil

imagesEn un estudio publicado en JAMA que incluyó a casi 30.000 mujeres de los países nórdicos que habían utilizado inhibidores selectivos para la recaptación de serotonina (ISRS) prescritos durante el embarazo, los investigadores no encontraron ninguna asociación significativa entre el uso de estos medicamentos durante el embarazo y el riesgo de muerte fetal, muerte neonatal o muerte postneonatal, teniendo en cuenta factores como las enfermedades psiquiátricas maternas.
El estudio realizado por Olof Stephansson, del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, y su equipo incluyó a mujeres con partos simples de todos los países nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia) en diferentes períodos, entre 1996 y 2007. Los investigadores obtuvieron información sobre el uso materno de ISRS de los registros de prescripción; las características de las madres, del embarazo y los resultados neonatales fueron obtenidos de los registros de nacimiento de paciente y médico. Los autores estimaron los riesgos relativos de muerte fetal, muerte neonatal y muerte postneonatal asociados con la utilización de ISRS durante el embarazo, teniendo en cuenta dichas características y la hospitalización psiquiátrica previa.

De entre los 1.633.877 nacimientos simples, hubo 6.054 muertes fetales; 3.609 muertes neonatales, y 1.578 muertes posneonatales. Un total de 29.228 (1,79 por ciento) de las madres habían recibido una prescripción de ISRS durante el embarazo. Los investigadores encontraron que las mujeres expuestas a ISRS tenían tasas más altas de muerte fetal (4,62 vs 3,69 por 1000) y de muerte postneonatal (1,38 frente a 0,96 por 1000) que las que no lo hicieron. La tasa de mortalidad neonatal fue similar en ambos grupos (2,54 frente a 2,21 por 1000). «Sin embargo, en los modelos multivariable, el uso de ISRS no se asoció con muerte fetal, muerte neonatal o muerte posneonatal. Las estimaciones fueron más atenuadas cuando se clasificó según la hospitalización previa por enfermedad psiquiátrica», escriben los autores.

«Este estudio de más de 1,6 millones de nacimientos sugiere que el uso de ISRS durante el embarazo no está vinculado con un mayor riesgo de muerte fetal, muerte neonatal o muerte posneonatal. Las mayores tasas de mortalidad natal y postneonatal entre los lactantes expuestos a un ISRS durante el embarazo se explican por la gravedad de la enfermedad psiquiátrica subyacente de la madre y la influencia desfavorable de los hábitos maternos como el tabaquismo o la edad avanzada».

La edad sexual de ‘Lolita’, a debate

NEKANE LAUZIRIKA – DEIA – Domingo, 4 de Noviembre de 2012

AUNQUE el debate emerja ahora, como casi siempre a rebufo de actos violentos impactantes e incluso mortales, hace ya tiempo que algunas voces venían solicitando elevar la edad mínima legal de los adolescentes, que en el Estado español es de 13 años, para que puedan mantener relaciones sexuales consentidas con un adulto. La misma regulación permite también el matrimonio a los 14 años con permiso judicial. Estas dos edades son de las franjas más tempranas de toda la legislación mundial.

El caso de Almudena, la niña de 13 años recientemente asesinada en El Salobral (Albacete), que mantenía una relación sentimental con su asesino confeso, Juan Carlos Alfaro de 39 años, ha despertado de nuevo la discusión.

Las crónicas nos cuentan que mantenían una relación íntima y que él la mató cuando ella le abandonó. La madre de Almudena llora de profunda pena por su hija y de impotencia por la infinidad de ocasiones en las que intentó sin conseguirlo, alejar a su pequeña de Juan Carlos por la vía legal. Lo hizo mediante denuncias ante la Guardia Civil. Sin embargo, nadie hizo nada. Almudena tenía 13 años y la relación era consentida. Todo legal.

Varias ONG de protección a la infancia, como Unicef y Save The Children, y expertos en psicología jurídica, como Javier Urra, vienen solicitando al Gobierno que reabra el debate de la edad de consentimiento para evitar los abusos sexuales a menores. Su recomendación es que la edad se suba hasta los 15/16 años, equiparándola a los demás países de nuestro entorno.

EN ESTUDIO La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, anunciaba hace unos días la posibilidad de estudiar la adopción de medidas para mejorar la protección de los menores de edad en el ámbito de las relaciones sexuales y el matrimonio. Estas medidas podrían incorporarse en el próximo Plan para la Infancia y la Adolescencia (PENIA 2012-2015), cuyo contenido definitivo está previsto se apruebe antes de fin de año.

A pesar de ello, el Gobierno de Rajoy niega rotundamente que el crimen de Albacete sea el motivo por el cual se ha puesto en estudio la posibilidad de subir este límite legal de 13 a 16 años para situarlo así en la media europea.

Aunque la trágica muerte de Almudena haya reavivado la discusión, no todos los especialistas se ponen de acuerdo sobre la reforma del Código Penal para que recoja la elevación de la edad. En lo que sí coinciden de forma unánime es en la necesidad de destinar más inversiones a prevención y formación. Y también en solicitar una actitud más receptiva hacia los adolescentes.

Javier Urra, doctor en Psicología y Enfermería, fue en 1996 el primer defensor del Menor del Estado español. Si por él fuera se aprobaría la medida de inmediato. Su mediación logró que la edad de consentimiento se subiera de 12 a 13 años. «Algo del todo insuficiente; sí, fue un paso, pero muy escaso», explica a DEIA.

Este especialista en psicología jurídica recuerda que tras entrevistarse con los grupos políticos y exponerles las razones para elevar la edad, todos estuvieron muy de acuerdo con la iniciativa, pero nadie quiso mojarse en este tema. ¿Por qué? «No querían limitar la libertad a los jóvenes». «Una idea falsa, porque a los menores no se les permite conducir hasta los 16 años, ni votar hasta los 18 años y hasta para tatuarse o abortar precisan un permiso paterno-materno hasta los 16 años».

Urra, presidente de la Red Europea del Defensor del Menor y psicólogo de la Fiscalía de Madrid sigue defendiendo que hay que aumentar la edad de consentimiento como mínimo hasta los 15 años. Se basa en la Psicología evolutiva. «Hay niños que con 13 años están muy desarrollados físicamente, que se apasionan, pero que no son capaces de valorar las consecuencias de su relación con un adulto. Una niña de 13 años puede ser biológicamente madura, puede quedarse embarazada. También puede enamorarse y hasta seducir; sin embargo, no es madura, emocionalmente continúa siendo una niña», añade.

DESARROLLO EMOCIONAL Según Urra, un ser humano no se desarrolla emocional y moralmente hasta los 21 años. «Los lóbulos frontales se están formando hasta los 21 años. A esa edad es cuando una persona alcanza de verdad la madurez emocional. Otra cosa es la jurídica a la que se llega con 18».

El psicólogo recuerda como en bajito, algún diputado, le ha dicho que no quieren subir la edad porque estarían privando a los jóvenes de un derecho. «Personalmente pienso que es un error, porque nadie ha dicho que no tengan relaciones entre iguales, aunque a mí, que chavales con 13 años tengan relaciones completas me parece un poco precipitado, pero ahora no entro a valorar esto».

De lo que sí habla Urra es de que un adulto no tiene una relación de igualdad con un niño/a de 13 o 14 años. De hecho, una sentencia del Tribunal Superior de Justicia, que acaba de hacerse pública, va en la línea de lo apuntado por el ex defensor del Menor. «Aunque la ley lo permita, acaba sancionando al adulto porque entiende que hay un abuso de poder», explica.

DEBATE SOCIAL Hay quien pide, como el ginecólogo bilbaíno Jose Luis Neyro, experto en redes sociales y divulgador médico, que se abra un debate de forma serena y eficiente y no se modifiquen las normas o se legisle en caliente. «Cambiar las leyes sobre una urgencia es un error; los casos como el de la pequeña Almudena son puntuales». A su juicio, lo verdaderamente preocupante es que el número de embarazos entre adolescentes continúe creciendo cada año, a pesar de la tonelada de información que tienen los chicos y las chicas para evitarlos.

Neyro cree que algo se está haciendo mal con los adolescentes. «Además, hay un corriente entre los chicos y chicas que no ligan sexualidad con embarazos no deseados: Creen que al tener 14-15 años no pueden ser madres». ¿Por qué sucede esto? «Los adultos hemos banalizado la sexualidad y la información que se transmite a los jóvenes es parcial, sesgada e inexacta». Para este especialista, los cambios legislativos no van parejos a los sociológicos. «Éstos requieren debates sociales en los que se impliquen tanto las autoridades sanitarias como las educativas. Se trata de informar mejor a los jóvenes sobre los aspectos positivos, pero también de los negativos que pueden tener las relaciones sexuales. El debate no debe centrarse en castigar penalmente a los que tienen relaciones con menores. Si es así se llenarán las cárceles de gente», sentencia.

En esta misma línea, Isabel Serrano, ginecóloga y activista de la plataforma «decidir nos hace libres.org», que aglutina a asociaciones de todo el Estado, considera que no se precisa una edad legal y penal porque es algo extraordinario encontrar a menores de 14 años que hayan mantenido relaciones sexuales consentidas con adultos. «Además, penalizar con leyes de cárcel no resuelve el problema; no cambiará las conductas de la gente».

Para Serrano esta iniciativa surge en plena campaña del actual Gobierno del PP para dar marcha atrás a los derechos sexuales. «Todo lo que tiene que ver con la libre decisión de las mujeres les revuelve. Les da sarpullido. La libertad sexual es donde se halla la frontera entre el comportamiento progresista y el represivo. En todo lo que tiene que ver con la sexualidad -aborto, píldora del día después…-, este Gobierno tiende más a reprimir que a comprender».

Esta experta, con una larga experiencia en atención a adolescentes, cree que una legislación nueva no ayudará a nadie. «¿A quién penalizarán, al jovencito que ha tenido relaciones con otra niña?», se pregunta. A su juicio, las medidas tendrían que ir encaminadas a aumentar la capacidad de decisión de la gente joven, a una educación que les permita tener una relación de pareja de igualdad. «Legislar sobre algo extraordinario es crear un problema donde no existía», afirma Isabel Serrano. «Además, una edad de consentimiento muy alta puede causar problemas a los propios adolescentes, por ejemplo ante casos de un chico de 18 años con una novia de 15, porque se podrían penalizar relaciones de tú a tú», zanja.

¿MORALINA? Una opinión no compartida por el ex Defensor del Menor y algunas terapeutas familiares, quienes advierten de que no se trata de escandalizarse por la diferencia de edad. «No es una cuestión de moralina. Hay que eliminar el complejo de que eso no es progresista»,

En este sentido, Urra recalca que no se trata de penalizar a los adolescentes, sino de sancionar al adulto que tiene una relación, aunque sea consentida, con una menor. «Nadie dice nada de los chavales de 14 años». Además, el psicólogo de la Fiscalía, por experiencia propia, no comparte la idea de que se traten de casos excepcionales. «Recibo multitud de llamadas, emails de padres agobiados; los casos no son anecdóticos. Este es un problema que está ahí y los padres se sienten desprotegidos. Es verdad que las niñas se ponen pesadas, porque saben lo que dice la ley; son niñas, pero no gilipollas; la legislación se lo permite», explica.

Urra no cree que sea progresista no defender a la infancia. «La edad de consentimiento sirve para proteger a los más jóvenes, 13 años es excesivamente baja, pero hay que tener en cuenta también la diferencia de edad entre la pareja y si el adulto ejerce algún poder o presión sobre el niño, al ser su profesor o un familiar próximo». «Por cierto -añade- si un adulto quiere a una niña de 13 años y está enamorado de ella y cree que ella le adora, lo que tiene que hacer es esperar hasta que sea mayor de edad. Y ver si entonces le dice también: eres adorable», dice con sorna.

Desde la Federación Estatal de Planificación Familiar, la coordinadora del Área joven, Raquel Hurtado, cree innecesario elevar el límite legal de los 13 a 16 años. «Donde hay que poner más esfuerzos es en garantizar una educación sexual de calidad para que los adolescentes tengan encuentros más responsables. Cuando tienen acceso a información de calidad se hacen más competentes en sus relaciones».

Año arriba año abajo para el consentimiento sexual, relación de poder, inmadurez emocional, mayor educación sexual… la discusión sobre estos temas está servida, la solución en el tejado común pero en manos de los legisladores

«La modificación de la ley es una maniobra de distracción para embarullar el debate»

«¿Para qué abrimos un debate moral en un momento como éste?», se pregunta José Luis Neyro, con treinta años de oficio a sus espaldas. A su juicio, «es una maniobra de distracción», aunque él admite que, como ginecólogo, «no soy nadie para decidir si una mujer debe abortar o no»

PUBLICADO EN DEIA – C. LAGO – Domingo, 5 de Agosto de 2012 –

BILBAO. «Pregúntese la gente por qué hace un año, con la crisis ya iniciada, la izquierda blande un problema que estaba aparentemente resuelto y por qué, un año más tarde, con la crisis sin resolver, la derecha intenta enmendar la plana. Quizá sea por utilitarismo político», responde escéptico José Luis Neyro.

¿Qué opinión le merecen las noticias que han trascendido sobre la reforma de la Ley del Aborto?

Solo conozco los titulares de prensa y para hacer una valoración precisa y técnica se necesitan datos más finos. Realmente los que estábamos en la pomada, trabajando con las mujeres en las consultas, habíamos reclamado desde hace mucho antes una ley de plazos. Pero en aquel momento los políticos decían que no podía ser porque había que modificar la Constitución. Lo que sucede posteriormente es que el PSOE plantea una ley de plazos sin modificación constitucional. Lo que pedimos los que estamos a pie de obra es que nos dejen al margen. Como ginecólogo, no soy absolutamente nadie para decir si una mujer debe abortar o no. Debe decidirlo ella.

Pero la propuesta de Gallardón…

La propuesta embarulla otra vez el debate porque cuando no habíamos concluido el debate anterior de si era constitucional la ley de plazos, ahora se plantean su modificación. Yo creo que es una maniobra de distracción. Lo más importante en este país no es el aborto y las señoras que han tomado la decisión van a hacerlo, les diga yo blanco o negro. Garantizando que abortan en las mejores condiciones y que, por ese tema, no vaya nadie a la cárcel, no hay más debate. Lo otro es ya una cuestión de orden moral.

¿Alguien es capaz de ponerse en el papel de la mujer que debe tomar esa decisión?

Nadie es capaz de desarrollar suficiente empatía como para ponerse en el lugar de la mujer embarazada y de la decisión que va a tomar en un determinado momento de su vida. Por eso hay que dejarle libertad con todos los caminos abiertos, sin que ninguno de esos caminos, continuar el embarazo o interrumpirlo, le lleve a la cárcel ni le cause problema alguno por mala praxis, si es que lleva adelante el aborto.

Se critica duramente que se quiera eliminar la posibilidad de abortar en caso de malformación del feto mientras el Gobiernomete la tijera en la Ley de Dependencia.

Uno de los graves problemas de la sociedad es que no profundizamos en los debates. Porque cómo es posible que se apruebe una Ley de la Dependencia sin dotarla de los mecanismos adecuados. ¿Qué va pasar con los fetos con malformaciones? Pues depende de qué malformaciones estemos hablando. ¿De una malformación cardíaca que tiene corrección quirúrgica? Porque eso se arregla cada día en los hospitales. ¿Hablamos de que un niño tenga seis dedos en una mano o estamos hablando de una malformación incompatible con la vida? Malformación es un término demasiado amplio. El 4% de los nacidos tiene alguna malformación, la mayoría de ellas compatibles con una vida perfectamente normal.

El caso más paradigmático son los síndromes de Down.

Sí, pero en este momento hay Downs que son universitarios, que han formado familias, que tienen premios Goya… Depende de cómo sean aceptados y cómo se manejen, pueden ser una cosa u otra.

Deduzco que es usted más partidario de una ley de plazos que de una ley de casos como la que se puede estar preparando.

Sí, porque yo ya era partidario de una ley de plazos antes de los años 90, pero en aquella época nadie se la planteaba. Estábamos con una despenalización de presupuestos que mantenía que el aborto fuera un delito pero no se penalizaba en tres supuestos. Eso daba cumplimento al mandato constitucional y parecía contentar a todo el mundo.

El presidente de Las Corts Valencianas pide a las mujeres que vean ecografías del feto antes de abortar.

A mí me parece que no es el momento de hacer disquisiciones personales, sino de debatir en profundidad si queremos una ley de plazos o no, y si la queremos, habrá que reformar la Constitución. Pero como ginecólogo que lleva treinta años trabajando, pido que me eliminen de tomar decisiones sobre la vida de otra persona. Yo lo que quiero es una definición clara, doce semanas, pues perfecto.

¿Pisamos ahí el terreno de la objeción de conciencia sanitaria?

Los políticos nunca han regulado la objeción de conciencia, a pesar de que todas las organizaciones médicas han levantado el dedo y han dicho que este tema quedaba por resolver. El tema de la objeción de conciencia no tiene nada que ver con la ley del aborto. Si usted quiere que se interrumpan embarazos con una ley de plazos, hágalo, porqu

EL Dr. José Luis Neyro
EL Dr. José Luis Neyro

e ya hay precedentes de modificación de la Constitución cuando ha interesado.

Una de cada 13 mujeres embarazadas consume alcohol

El consumo de alcohol entre las mujeres embarazadas de Estados Unidos sigue siendo un importante problema de salud pública, ya que casi el 8% de las futuras madres recomocen que beben alcohol, según revela un estudio, publicado por “Morbidity and Mortality Weekly Report”.

Los investigadores analizaron datos nacionales de 2006 a 2010 sobre casi 14.000 mujeres embarazadas y más de 330.000 mujeres no embarazadas de 18 a 44 años de edad. Hallaron que alrededor de 7,6% de las mujeres embarazadas, o sea una de cada 13, afirmó que había bebido alcohol en el mes anterior. La tasa de bebida entre las mujeres no embarazadas fue de 51.5%.

Las tasas más altas de uso de alcohol entre las mujeres embarazadas ocurrieron entre las que tenían de 35 a 44 años (14,3%), las graduadas de la universidad (10%), las empleadas (9,6%) y las de raza blanca (8,3%).

El estudio fue dirigido por Claire Marchetta, del Centro Nacional de Defectos Congénitos y Deficiencias del Desarrollo, parte de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. Su equipo también halló que 1,4% de las mujeres embarazadas reportaron borracheras. La frecuencia e intensidad promedio de las borracheras fueron similares entre las mujeres embarazadas y no embarazadas que bebían, unas tres veces por mes y seis bebidas en cada ocasión.

Unos niveles más bajos de educación se asociaron con una mayor frecuencia e intensidad de atracones de bebida entre todas las mujeres. En promedio, las mujeres con una educación de secundaria o inferior reportaron borracheras 3,4 veces al mes y consumir 6,4 bebidas por ocasión, en comparación con 2,5 veces al mes y 5,4 bebidas por ocasión entre las graduadas universitarias.

Los niveles de frecuencia e intensidad de las borracheras fueron mayores entre las mujeres no casadas (3,3 veces por mes y 6,4 bebidas por ocasión) que entre las mujeres casadas (2,6 veces por mes y 5,4 bebidas por ocasión).

Los investigadores anotaron que las mujeres que presentan borracheras antes del embarazo son más propensas que las que no se emborrachan a seguir bebiendo durante el embarazo.

El Dr Neyro, ginecólogo y amplio conocedor de estos temas así como  codirector de las Jornadas de Alcohol, salud y juventud que se celebraron recientemente en Bilbao destaca que no hay ningún nivel seguro de uso de alcohol durante el embarazo, y el uso de alcohol durante la gestación es la principal causa de defectos de nacimiento y discapacidades del desarrollo prevenibles.
«La placenta no filtra el alcohol; cada copa de vino (aún del bueno) que bebe una embarazada es la misma copa, la misma cantidad de alcohol, la que se bebe el feto en desarrollo….sea cual sea su tamaño en ese momento», señala con crudeza el ginecólogo experto en cuidado de embarazos de alto riesgo.
Por tanto, durante el embarazo NADA DE ALCOHOL NUNCA; el mensaje es sencillo. Nunca nada de alcohol mientras usted esté embarazada. La evidencia del daño para el feto es definitiva.

Amamantar reduce el riesgo futuro de obesidad de la madre

Un estudio del Cancer Research UK y el Consejo de Investigación Médica (MRC, por sus siglas en inglés) del Reino Unido ha demostrado que dar el pecho a los hijos puede ser beneficioso para las madres de cara a evitar la obesidad años más tarde. Los resultados se publican en la revista «International Journal of Obesity».

Investigaciones previas ya habían demostrado que las mujeres que amamantan a sus hijos tienen menos riesgo de desarrollar cáncer de mama y ovario, así como diabetes tipo 2 (la que no es insulino dependiente y que está más ligada a la herencia genética, nos aclara el Dr Neyro). Asimismo, también se sabía que la lactancia podía ayudar a las mujeres a perder el peso que acumulan durante el embarazo.

Ahora, este estudio ha demostrado por primera vez que los efectos beneficiosos para la mujer se pueden extender «incluso 30 años después de haber dado a luz», según ha explicado la profesora Kirsty Bobrow, autora del estudio.

Para la investigación se utilizaron los datos del llamado ‘Estudio del Millón de Mujeres’ (Million women study), que desde hace varias décadas permite conocer los factores reproductivos y de estilo de vida que afectan a la salud de la mujer. En este caso se tuvieron en cuenta la altura, el peso, la historia reproductiva y otros factores relevantes de más de 740.000 mujeres.

De este modo, los investigadores observaron que las participantes tenían en promedio 57,5 años de edad y un IMC de 26,2, que se puede considerar sobrepeso (el IMC se calcula dividiendo el peso en Kg por la altura al cuadrado de un individuo expresado en metros, nos aclara el experto Dr Neyro). Además, la mayoría de las mujeres (88%) había tenido por lo menos un hijo y, de éstas, un 70% había amamantando a sus pequeños durante una media de 7,7 meses.

Aunque el estudio mostró que, en las mujeres premenopáusicas, cuantos más hijos mayor era el índice de masa corporal (IMC), esta relación era «significativamente menor» entre las mujeres que habían amamantando a sus hijos. De hecho, ha explicado Bobrow, por cada seis meses de lactancia el IMC de la mujer era un 1% menor. La pregunta surge de inmediato: en España ahora, ¿podriamos encontrar promedios de lactancia materna en estos tiempos de prisas y  culto al cuerpo, de hasta 7.7 meses como los analizados en el MWS?,. se pregunta nuestro asesor el Dr Neyro….

La profesora Valerie Beral, directora de la Unidad de Epidemiología de Cáncer de la Universidad de Oxford y coautora del estudio, explica que si este 1% se traslada a la población del Reino Unido «podría significar 10.000 muertes prematuras menos cada década».

Esto se debe principalmente a la reducción de las enfermedades vinculadas a la obesidad, como diabetes, dolencias cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Realmente, explica el Dr Neyro, el verdadero enemigo de la mujer no es el cáncer de mama como sospechan las mujeres sino las enfermedades cardiovasculares que son las que realmente matan a más mujeres cada año.

«Ya sabemos que amamantar es la mejor alternativa para los bebés», añade Bobrow, que celebra que este estudio «apoye la evidencia creciente de que los beneficios se extienden también a la madre, incluso 30 años después de haber dado a luz».
Desde este web, siempre hemos preconizado la conveniencia tanto para la madre como para el niño, de prolongar al menos seis meses la lactancia materna….

La anticoncepción a largo plazo se muestra más efectiva

Un estudio con más de 7.500 mujeres realizado en Estados Unidos ha revelado que quienes usaron como método anticonceptivo la píldora, el parche transdérmico o el anillo vaginal tenían un riesgo de embarazo 20 veces mayor que quienes optaron por una anticoncepción reversible de acción prolongada, como el DIU, las inyecciones hormonales o los implantes cutáneos.

Además, y según las conclusiones que publica el “New England Journal of Medicine”, el riesgo de que el método utilizado fallara era mayor cuando las usuarias tenían menos de 21 años.

El estudio, que ha sido dirigido por el profesor Brooke Winner, de la Washington University School of Medicine (Estados Unidos), se prolongó durante más de tres años y a lo largo de este período se detectaron un total de 334 embarazos no deseados.

Algunos de estos embarazos se produjeron cuando las mujeres no estaban usando la anticoncepción elegida y, en su lugar, habían optado por un preservativo o por el coitus interruptus.

Pese a todo, de alrededor de 1.500 mujeres que optaron por usar una píldora anticeptiva, parche o anillo, entre el 4% y 5% quedaron embarazadas cada año mientras utilizaban alguno de esos métodos.

Una cifra mucho mayor en comparación con el 0,3% anual -alrededor de una de cada 330- de las 5.800 mujeres que optaron por un DIU o un implante cutáneo. En ellos, añade el Dr. Neyro, el grado de adherencia de la paciente al método contraceptivo es mucho mayor y los fallos de usuario mucho menos numerosos. Se entiende por adherencia terapéutica el conjunto del cumplimiento (que el paciente haga lo que el médico le ha dicho que debe hacer para seguir el tratamiento) y la persistencia (que el paciente lo haga todo el tiempo que debe hacerlo…)

Dependiendo de la marca, los DIU pueden prevenir el embarazo durante cinco a 10 años, mientras que los implantes cutáneos duran tres años.

Además, y pese a que apenas 176 mujeres eligieron recibir inyecciones hormonales cada tres meses, sólo dos de ellas quedaron embarazadas durante el estudio.

El estudio también ha revelado como la efectividad de los métodos varió con la edad, de modo que las mujeres menores de 21 años que usaban píldoras, parches o anillos vaginales tenían casi el doble de embarazos no deseados que las participantes mayores que utilizaban esos métodos, según han indicado los autores. Una vez más, concluye el tuitular de este web, el Dr Neyro, el factor humano es fundamental en los temas de anticoncepción y aquí la información recibida por parte del médico es absolutamente definitivo para la efectividad clínica del método.