La importancia del control del hipotiroidismo en el embarazo

La inclusión en la cartera de servicios del sistema nacional de salud de la determinación de TSH durante el embarazo es coste efectiva. El hipotiroidismo en la embarazada tiene importantes consecuencias para la madre y para el niño. Se calcula que se presenta en el 2,4% de las mujeres embarazadas. Los valores normales de hormona TSH en la embarazada son diferentes al del resto de la población, segúnseñala el experto Dr Neyro en sus comentariosNo es infrecuente que sea el ginecólogo, con sus controles de mujeres sanas, el que descubra esta afección en mujeres aún asintomáticas, evitando así daños importantes para su salud de decubrirse más tarde.

En España se producen unos 500.000 partos al año, y según datos de la Sociedad Española de la Endocrinología y Nutrición (SEEN), se estima que entre el 5,7% y el 11,8% de las mujeres presentan algún tipo de alteración de la función tiroidea durante la gestación. El hipotiroidismo es la más frecuente de estas enfermedades, que consiste en una producción deficiente de hormonas tiroideas y se presenta en el 2,4 % de las mujeres embarazadas. Las consecuencias de no detectarlo y tratarlo son especialmente importantes.Según se puso de manifiesto durante el XXIX Encuentro Salud 2000, El Control del hipotiroidismo durante el embarazo, clave para la salud de la madre y del bebé. “Creemos que es importante poner este tema sobre la mesa debido al desconocimiento que existe de esta enfermedad en la población”, comenzó Carmen González, presidenta de la Fundación Salud 2000.

En este sentido, la doctora Patricia Martín, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Fundación de Alcorcón hizo alusión “al absoluto desencuentro” que hay entre hipotiroidismo y gestación. Así, desde el momento en que una mujer se plantea ser madre, si hay déficit de hormonas tiroideas, esto puede influir en la consecución del embarazo, ya que influye en la ovulación, alterándola. Asimismo, el hipotiroidismo en el embarazo aumenta la probabilidad de aborto, crecimiento intrauterino restringido, estados hipertensivos, parto prematuro y desprendimiento de placenta, así como una mayor tasa de cesáreas. Por otro lado, una vez que se da a luz se asocia a bajo peso y a un menor desarrollo psiconeurológico con posible impacto en el coeficiente intelectual.

La sintomatología del hipotiroidismo contempla una serie de síntomas muy difusos (cansancio crónico, debilidad, piel seca, intolerancia al frío, caída de pelo, estreñimiento o aumento de peso) que incluso pueden atribuirse al propio embarazo, por lo que es difícil de detectar en una exploración clínica. Sin embargo, según apuntó la presidenta de SEMERGEN Madrid, la doctora Carmen Valdés, hacer una determinación de TSH a todas las embarazadas no está en la cartera de servicios de las consultas de atención primaria, si bien la clínica hace sospechar y cada vez se piden más analíticas para comprobar el valor de la hormona TSH.

El doctor Sergio Donnay, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital de Alcorcón, destacó la importancia de conocer cómo se encuentran tanto el nivel de yodo como el valor de TSH en la mujer embarazada. Por esta razón, el Grupo de Déficit de Yodo y Disfunción tiroidea de la SEEN, coordinado por el Dr. Donnay, está elaborando un documento en vías de publicación en el que la propuesta es hacer una determinación habitual de la función tiroidea de la mujer gestante, ya que se trata de una alteración muy prevalente, fácil de diagnosticar, sencilla y económica de tratar. “si hiciésemos analítica sólo en las mujeres que cumplen criterios de screening, se dejaría sin diagnosticar el 30 por ciento de las mujeres con este trastorno”, puntualizó Donnay matizando más de 2.000 mujeres podrían pasar desapercibidas en el diagnóstico, por lo que asegura que lo mejor sería realizar una determinación de TSH habitual a todas las mujeres embarazadas en su primera visita al médico. “Ojalá pudiésemos atribuirle al hipotiroidismo subclínico la repercusión que tiene a todos los niveles”, agregó al respecto la doctora Martín.

Por su lado, Sagrario Mateu, jefa del Servicio de Salud de la mujer y la infancia de la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, descartó que exista evidencia o consenso europeo para establecer un screening universal, pero sí estuvo de acuerdo en que podría ser válida, la decisión de la inclusión en la cartera de servicios públicos de la determinación de TSH de forma regular al principio del embarazo o si es posible cuando se va a planificar, algo en lo que hubo coincidencia entre todos los participantes al señalar el coste efectividad de esta medida. Matizó que corresponde al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud tomar esta decisión. Cuando la síntesis de hormonas tiroideas por parte del tiroides sea insuficiente, debe suplementarse ésta de forma exógena mediante la administración de levotiroxina. Al respecto, Rafael Cordón, director médico de la Unidad de Medicina Clínica de Merck, apuntó a que el coste de esta medida es mínimo, ya que en España más del 80 por ciento de los pacientes tratados de hipotiroidismo, tienen más de 40 años. De este modo, el número de pacientes embarazadas en tratamiento sería “relativamente bajo” a pesar de que “es el segmento que puede tener un beneficio más inmediato”. El Dr. Neyro señala en este punto la importancia de la consulta preconcepcional que ayuda a las mujeres a planificar su gestación en las mejores condiciones posibles, descartando, entre otras afecciones, el tan temido hipotiroidismo.

Es muy importante entender que los valores normales de TSH en la embarazada son diferentes a los del resto de la población, ya que la madre aporta las necesidades de hormona tiroidea que el feto necesita durante el desarrollo. De este modo, la SEEN señala que los valores de TSH recomendados durante el embarazo son:

• Primer trimestre, menores a 2,5m UI/L

• Segundo trimestre, menores a 3,0 mUI/L.

En este sentido, los participantes transmitieron la importancia de que en la documentación de laboratorio que acompaña a las analíticas queden claros cuáles son los valores de normalidad en las mujeres embarazadas.

La información, fundamental

La información se planteó en todo momento como una parte fundamental de la cuestión. De hecho, el doctor Donnay insistió en que, de esta forma, la mujer que ha planeado su embarazo llegará a él en perfecto estado de salud. Por ello, la SEEN ha puesto en marcha la iniciativa Cuida tu tiroides (www.cuidatutiroides.es), un proyecto en el que según explicó Cordón, Merck se encuentra especialmente comprometido, ya que el objetivo de la compañía es, ante todo, “mejorar la salud de las personas”.

Mateu por su parte quiso hacer hincapié en que, mientras que en la población hay más consciencia de que hay que tener en cuenta los niveles de ácido fólico, hacia los niveles de yodo no hay esa sensibilidad.

Asimismo, incidió en que con alimentación no se puede suplir el déficit de yodo en las mujeres embarazadas, por lo que es necesario acudir a la suplementación. “En caso de ser necesario, se recomienda tomar yodo durante todo el embarazo y ácido fólico hasta la semana 12”, corroboró.

En España, una de cada tres jovenes de 19 años tiene el virus VUP. El 5 % de ellas desarrollara cancer de útero

Cuando corremos demasiado en carretera o en autopista nos limitan la velocidad y continuamente hay campañas que nos dicen que seamos capaces de controlarnos para no superarla; si comemos demasiado automáticamente nos señalan que debemos ponernos a régimen; y así podríamos ir repitiendo la pauta en cualquier actividad humana por muy placentera y reconfortante que sea.

La máxima es ésta: la prevención antes que la curación y el comportamiento personal como factor clave para evitar el riesgo. Son los factores comunes que definen los patrones de comportamiento de nuestra sociedad ante el riesgo. Pero, con una excepción muy importante, la que gira en torno al acto sexual. Ante él, nuestra sociedad prescinde de aquellos marcos de referencia generales y declara que aquí no ha de haber prevención en la conducta sino que, como mucho, han de existir medios que impidan el riesgo y al mismo tiempo curaciones para todas las consecuencias. Un ejemplo paradigmático de este enfoque tan específico que nuestra sociedad occidental otorga a la relación sexual lo tenemos en el caso del papiloma humano. Ahora, los estudios han detectado que el virus del papiloma humano ya afecta a una de cada tres jóvenes de 19 años, que es mucho. De éstas, se sabe que un 20% serán portadoras y que un 5% desarrollarán cánceres de cuello uterino, que es, de momento, el segundo más habitual entre las mujeres y que tiene una mortalidad elevada porque ocupa el tercer lugar en esta trágica clasificación. Se sabe además que una de cada 600 mujeres del grupo más vulnerable contraerá la enfermedad. Se sabe también, según el estudio de referencia que acaba de realizar el Instituto Catalán de Oncología, que la causa del papiloma es la relación sexual. Pero, para entrar más en el detalle, la relación sexual en función de la edad en la que ésta se inicia y del número de distintas parejas sexuales que se tengan. El papiloma humano se extiende porque las mujeres ahora empiezan mucho más pronto, igual que los hombres, la relación sexual. Las que ahora tienen entre 18 y 25 años lo iniciaron con 17, mientras que las que tienen entre 56 y 65 años comenzaron a los 23. Si a este hecho le añadimos la consideración de que antes la gente se casaba más joven y que, por lo tanto, el número de relaciones extramatrimoniales con distintas parejas también era más reducido, podemos contemplar que el factor de riesgo tiene en esta causa su multiplicación. Esto lo constata el propio estudio al observar que el 42% de las mujeres que ahora tienen entre 18 y 25 años mantuvieron la relación antes de los 17, es decir casi la mitad, mientras que en las mujeres mayores de 56 a 65 solamente fue del 4%. Podemos ver que con la media de inicio se transmite una idea engañosa, porque hay un colectivo muy importante, casi el de la mitad, que ha empezado muy pronto las relaciones sexuales. También se han multiplicado el número de parejas. Actualmente, el 20% de las mujeres entre 26 y 35 años han tenido más de cinco parejas sexuales y, evidentemente, esto determina un aumento considerable del riesgo. Las que tienen una pareja a lo largo de la vida corren el riesgo de infección de sólo el 9%, mientras que las que tienen cinco ó más alcanzan el 41%, y si son diez ó más asciende hasta el 45%, casi la mitad. Esto es lo que dicen los datos pelados, y lo que falta es la reflexión posterior. Los datos también señalan que el gran porcentaje de prevalencia del virus del papiloma humano entre las mujeres, se da, sobre todo, entre las que tienen entre 18 y 25 años. Este número tan elevado de parejas sexuales revela algo que tiene un nombre muy concreto, se llama conductas sexuales de riesgo, según señala el experto José Luis Neyro. De siempre, se ha considerado que esta característica en las relaciones sexuales era negativa por muchas razones y hay que añadirle una particularmente grave además para la mujer: la del papiloma humano. En este sentido, también vale la pena abrir un elemento de reflexión y es que en esta promiscuidad sexual la que se está llevando el problema es sobre todo la mujer. Porque, además del papiloma, existe otro factor que es el embarazo a edades muy jóvenes y que en un porcentaje extraordinariamente alto termina en aborto, con lo cual la mujer puede quedar dañada para muchos años e incluso para toda su vida. ¿Por qué no se abre el debate y la reflexión sobre la necesidad de educar a los jóvenes en un mayor control de su sexualidad, en un retraso en la primera relación, en una reducción del número de parejas? ¿Por qué no se integra la sexualidad en el conjunto de dimensiones humanas, en lugar de haberlo convertido en un mero juego, en un deporte de contacto? Una sociedad que trata el sexo de la manera que lo hace la nuestra, banalizándolo hasta extremos nauseabundos y que, además, lo magnifica, como es lógico, porque el impulso es mucho mayor entre los jóvenes, cuando el sexo se convierte en algo intocable, esta sociedad tiene un problema, y tiene un problema grave, que debe ser puesto en evidencia.

Cualquier persona racional no debería asimilar que la única respuesta contra el papiloma humano es la vacunación a edades tempranas y olvidarse de la necesidad de una educación de la población a quien se quiere vacunar. Entre tanto, muchos mal llamados profesionales de la medicina informan (?) a sus pacientes que vacunarse no es necesario en según qué edades…..y los errores se perpetuan.

Evidencias científicas demuestran que el ejercicio físico es saludable en cualquier edad.

DeSde hace varias décadas, científicos de todo el mundo enfatizan acerca de la validez del ejercicio físico para mejorar la salud de los individuos y las sociedades. En unos tiempos en los que la diabesidad (una nueva enfermedad por la que aparece la diabetes inducida por el sobrepeso continuado y la obesidad) comienza a extenderse por todo el planeta, también entre los países emergentes, dedicar apenas treinta minutos diarios al ejercicio aeróbico puede prevenir de la pérdida de la salud y mejorar la calidad de vida de los individuos.
En la Osteoporosis se requiere además ese ejercicio para implementar el calcio y mejorar la fortaleza de los huesos y los músculos, evitando así la tan temida fractura osteoporótica.
Adjuntamos una sencilla tabla de ejercicios de gimnasia aptos para cualquier edad y especialmente indicados entre pacientes afectos de osteoporosis.

La anticoncepción a largo plazo se muestra más efectiva

Un estudio con más de 7.500 mujeres realizado en Estados Unidos ha revelado que quienes usaron como método anticonceptivo la píldora, el parche transdérmico o el anillo vaginal tenían un riesgo de embarazo 20 veces mayor que quienes optaron por una anticoncepción reversible de acción prolongada, como el DIU, las inyecciones hormonales o los implantes cutáneos.

Además, y según las conclusiones que publica el “New England Journal of Medicine”, el riesgo de que el método utilizado fallara era mayor cuando las usuarias tenían menos de 21 años.

El estudio, que ha sido dirigido por el profesor Brooke Winner, de la Washington University School of Medicine (Estados Unidos), se prolongó durante más de tres años y a lo largo de este período se detectaron un total de 334 embarazos no deseados.

Algunos de estos embarazos se produjeron cuando las mujeres no estaban usando la anticoncepción elegida y, en su lugar, habían optado por un preservativo o por el coitus interruptus.

Pese a todo, de alrededor de 1.500 mujeres que optaron por usar una píldora anticeptiva, parche o anillo, entre el 4% y 5% quedaron embarazadas cada año mientras utilizaban alguno de esos métodos.

Una cifra mucho mayor en comparación con el 0,3% anual -alrededor de una de cada 330- de las 5.800 mujeres que optaron por un DIU o un implante cutáneo. En ellos, añade el Dr. Neyro, el grado de adherencia de la paciente al método contraceptivo es mucho mayor y los fallos de usuario mucho menos numerosos. Se entiende por adherencia terapéutica el conjunto del cumplimiento (que el paciente haga lo que el médico le ha dicho que debe hacer para seguir el tratamiento) y la persistencia (que el paciente lo haga todo el tiempo que debe hacerlo…)

Dependiendo de la marca, los DIU pueden prevenir el embarazo durante cinco a 10 años, mientras que los implantes cutáneos duran tres años.

Además, y pese a que apenas 176 mujeres eligieron recibir inyecciones hormonales cada tres meses, sólo dos de ellas quedaron embarazadas durante el estudio.

El estudio también ha revelado como la efectividad de los métodos varió con la edad, de modo que las mujeres menores de 21 años que usaban píldoras, parches o anillos vaginales tenían casi el doble de embarazos no deseados que las participantes mayores que utilizaban esos métodos, según han indicado los autores. Una vez más, concluye el tuitular de este web, el Dr Neyro, el factor humano es fundamental en los temas de anticoncepción y aquí la información recibida por parte del médico es absolutamente definitivo para la efectividad clínica del método.

España registra 86.000 ciclos anuales de técnicas de reproducción asistida

España registra 86.000 ciclos anuales de técnicas de reproducción asistida (55.000 de fecundación in vitro y 31.000 de inseminación artificial), cifra que «refleja el valor de este campo en el conjunto sanitario» dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS), según explica la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR).

«La infertilidad debería ser considerada como un problema médico cuya asistencia y tratamiento tendría que estar al alcance de todos», destacan desde ASEBIR que, por otra parte, pide que estás técnicas sigan incluyéndose de manera gratuita en la cartera de servicios de la sanidad pública.

Además, con esta petición, ASEBIR se une a la corriente de opinión de los distintos profesionales de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), que en su último congreso nacional se reiteró la necesidad de considerar la infertilidad como una dolencia ya que afecta al 15% de las parejas españolas en edad reproductiva. El Dr. Neyro, pionero de las técnicas de reproducción asistida en este país, pues formó parte del primer equipo de FIV de la medicina pública española en el actual Hospital Universitario Cruces refiere que «ese fue siempre el compromiso de los pioneros, del malogrado Dr Portuondo como paradigma, siempre fue así y no deben aceptarse los recortes con que se están dando limitando, entre otros, la edad de entrada a los programas de feetilidad, el número de ciclos por paciente, etc, etc…»

Según los últimos datos de esta sociedad correspondientes al registro del año 2009, hoy en día nacen en España 16.000 niños al año mediante técnicas de reproducción asistida: un 84% a través de técnicas de fecundación in vitro y un 16% mediante inseminación artificial.

«Todos estos datos resaltan la importancia de las técnicas de reproducción asistida, que permiten que muchos españoles puedan cumplir su deseo genésico. La inclusión de dichas técnicas en la cartera de servicios sanitarios básicos es una decisión fundamental que garantiza la calidad y cobertura asistencial suficiente para un elevado número de pacientes», explican los expertos.

Para optimizar los recursos destinados a las técnicas de reproducción asistida, aconsejan mejorar la información a pacientes y sociedades, dando a conocer la problemática de la esterilidad en España. Además, ASEBIR recuerda que para mantener el valor adecuado de esta disciplina es necesaria la creación de una especialidad conjunta de Genética y Embriología con áreas de capacitación específica

GINECOLOGÍA Y DIVULGACIÓN MÉDICA