Hasta dos tercios de los principales cánceres son fruto de mutaciones y «mala suerte»

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El avance inexorable de la esperanza de vida media de nuestra sociedad, nos obliga a comprobar que el cáncer sigue creciendo en prevalencia. Es claro que algunos cánceres se relacionan con el sobrepeso (como demostramos enhttp://www.neyro.com/2014/08/28/los-canceres-mas-habituales-se-relacionan-con-el-sobrepeso/), pero no sabemos todo lo que se relaciona con las causalidades directas de todas las neoplasias.
Es más, en algunos cánceres no nos sirve siquiera con la identificación de los factores de riesgo pues la aparición de determinadas neoplasias no responde a patrones claros; lo sabemos bien los ginecólogos cuando peleamos cada día por identificar pacientes de «alto riesgo» de presentar cáncer de mama en el futuro (ver más en este sentido en http://www.neyro.com/2011/02/09/cancer-de-mama-factores-de-riesgo-y-como-evitarlos/)
Ahora, científicos del  Kimmel Cancer Center de la Universidad Johns Hopkins de EEUU han creado un modelo estadístico que mide la proporción de incidencia de cáncer debida a mutaciones genéticas arbitrarias que propician la proliferación celular nociva, a través de muchos tipos de tejido. Estas mutaciones genéticas azarosas se producirían cuando las células madre del organismo se dividen.Según este modelo, dos terceras partes de las incidencias de cáncer en adultos pueden ser explicadas principalmente por dichas mutaciones arbitrarias, por tanto, por » mala suerte»; mientras el tercio restante tiene su origen en factores exógenos (del entorno) y genes heredados.Bert Vogelstein, profesor de oncología de la Universidad de Johns Hopkins, afirma además que  la longevidad sin cáncer en gente expuesta a agentes causantes de esta enfermedad, como el tabaco, sería debida justo a lo contrario: a la buena suerte, y no a una “buena genética” como suele pensarse. «Es evidente que el tabaco ventajas no tiene y aún estamos descubriendo nuevas consecuencias de su toxicidad», afirma el Dr. José Luis Neyro (puede leerse más enhttp://www.neyro.com/2014/03/05/nueva-evidencia-de-que-el-tabaquismo-aumenta-el-riesgo-de-cancer-de-mama/)

Hasta ahora, se desconocía la contribución real de las mutaciones genéticas arbitrarias –en comparación con la contribución de la herencia genética o los factores ambientales-, asegura Vogelstein.

Resultados estadísticos.Para alcanzar sus conclusiones, los científicos del ensayo publicado en Science (una de las más importantes revistas científicas del mundo) trazaron el número de divisiones de células madre de 31 tejidos y compararon estas tasas con el riesgo de padecer cáncer de los ciudadanos americanos.Determinaron así que la correlación entre el número total de divisiones de células madre y el riesgo de cáncer era de 0.804 puntos. Matemáticamente, cuanto más se acerque este valor a uno, más divisiones de células madre son correlacionadas con un mayor riesgo de cáncer. En porcentajes, el dato supone que alrededor de un 65% del riesgo de cáncer está correlacionado con el número total de divisiones de células madre en un tejido determinado.“Nuestro estudio muestra que, en general, un cambio en el número de divisiones de células madre en un tipo de tejido está altamente relacionado con un cambio en la incidencia de cáncer en ese mismo tejido”, explica Vogelstein en uncomunicado de la John Hopkins (puede verse en el link que adjuntamos al final de este artículo). Por ejemplo, el tejido del colon, que presenta cuatro veces más divisiones de células madre que el tejido del intestino delgado en humanos, tiene una mayor incidencia de la enfermedad que este último.
cancers due to bad luck

Reducir el riesgoEl modelo estadístico ha revelado asimismo que 22 cánceres están especialmente vinculados a la “mala suerte” o a las mutaciones aleatorias del ADN durante la división celular. Y que otros nueve parecen estar relacionados con una mezcla de esa mala suerte con factores ambientales o hereditarios.
Por otro lado, continúa explicando el primer autor del trabajo, “descubrimos que los tipos de cáncer que tenían mayor riesgo de lo predicho por el número de divisiones de células madre fueron precisamente los esperables, como el cáncer de pulmón –vinculado al tabaco-; el cáncer de piel –relacionado con la exposición al sol-; y formas de cáncer asociadas a síndromes hereditarios”, señala Vogelstein.

“Este estudio demuestra que el tabaquismo u otros malos hábitos aumentan el riesgo del cáncer. Sin embargo, muchas formas de esta enfermedad se deben a la mala suerte de adquirir una mutación genética (…) La mejor manera de erradicar estos cánceres sería, por tanto, la detección precoz”, afirma el investigador. Por si en estos temas de tabaquismo quedaba alguna duda, los hechos recientemente demostrados con el análisis de las poblaciones recientemente incorporadas a este hábito demuestran su nefasta influencia (como ya dijimos en http://www.neyro.com/2013/11/28/la-incorporacion-de-la-mujer-al-habito-tabaquico-ha-incrementado-la-mortalidad-por-cancer-de-pulmon-un-50-en-los-ultimos-anos/)

En el presente estudio no se incluyeron ciertos tipos de cáncer como el de mama o el de próstata por escasez de datos fiables sobre tasas de división de células madre en la literatura científica disponible. Es más, en el caso del cáncer de mama incluso, tenemos tan difícil la prevención primaria que enfatizamos actualmente muchos esfuerzos en incrementar la efectividad de los métodos diagnósticos de esta neoplasia (lo contamos en el suelto siguientehttp://www.neyro.com/2014/05/30/un-nuevo-programa-de-analisis-de-mamografias-determina-el-riesgo-de-cancer-de-mama/)

Referencias:
C. Tomasetti, B. Vogelstein. Variation in cancer risk among tissues can be explained by the number of stem cell divisions. Science (2015). DOI: 10.1126/science.1260825.

 

Fármacos contra la osteoporosis evitan (también) cánceres ginecológicos

Una clase de medicamentos que evita la pérdida de hueso como son los bisfosfonatos nitrogenados, también puede ayudar a reducir el riesgo de las mujeres de desarrollar cáncer de endometrio, según un nuevo estudio publicado en línea el 22 de diciembre en la muy prestigiosa revista científica Cáncer.

Las mujeres que tenían un historial de uso de bisfosfonatos tenían la mitad de probabilidades que las mujeres que no habían tomado los medicamentos para desarrollar cáncer de endometrio. Hasta ahora sabíamos que otro grupo de fármacos como eran los SERMs (moduladores selectivos de los receptores de estrógenos), muy empleados en la prevención primero y el tratamiento después de la osteoporosis, eran capaces de reducir sensiblemente el riesgo de padecer cáncer de mama; lo contamos en http://www.neyro.com/2013/06/19/un-farmaco-contra-la-osteoporosis-detiene-el-crecimiento-de-celulas-de-cancer-de-mama/)

Es más, incluso sabíamos que estos mismo fármacos (los SERMs) también se muestran favorables en la reducción del riesgo de otros cánceres ginecológicos como el ahora aludido de endometrio; el Dr. Bartolomé Beltrán invitó al Dr. Neyro, titular de este web a uno de sus programas para debatir in extenso sobre el tema (y se puede escuchar íntegramente en http://www.neyro.com/2013/06/27/el-dr-neyro-interviene-en-el-programa-del-dr-beltran-en-buenas-manos-de-onda-cero/)
El estudio que ahora comentamos se centró sólo en los bisfosfonatos que contienen nitrógeno (tipo Alendronato o por su nombre comercial Fosamax o Fosavance) , que tienen los efectos anticancerígenos más fuertes entre la clase de medicamentos, de acuerdo con estudios previos. De hecho, hace varios años, el grupo de investigación epidemiológica danesa había demostrado con una revisión de la población danesa tratada con Alendronato para la Osteoporosis que ya desde el segunda año de su empleo, se reducía significativamente el riesgo de padecer cáncer de endometrio cuando se comparaba con la población que no había recibido ese tratamiento; lo comentamos con los investigadores del estudio cuando presentaron sus resultados en USA durante la celebración de una de las pasadas ediciones del congreso anual de ASBMR (American Society of Bone Mineral Research), nos señala el ginecólogo y experto en Osteoporosis, José Luis Neyro.

Ahora, Sharon Hensley Alford, PhD, del Departamento de Ciencias de Salud Pública en el Hospital Henry Ford, Detroit, Michigan, y sus colegas analizaron los datos de 29.254 mujeres de 60 años o más, participantes en el ensayo de cribado poblacional de próstata, pulmón, colorrectal y cáncer de ovario  del Instituto Nacional del Cáncer americano. La encuesta incluyó también un cuestionario sobre la salud ósea y el uso de medicamentos, como los bisfosfonatos.

Entre las mujeres que habían usado los bisfosfonatos para el tratamiento de su osteoporosis, los investigadores observaron 8,7 casos de cáncer endometrial por 10.000 personas-año, en comparación con 17,7 casos por cada 10.000personas-años entre las mujeres que nunca habían usado estas drogas (razón de tasas, 0,49; intervalo de confianza del 95%, desde 0,30 hasta 0,80, altamente significativo). La reducción por lo tanto del riesgo, era casi de la mitad.

Después de ajustar por una serie de variables, como la edad, la raza, los antecedentes de tabaquismo, historia de terapia hormonal previa, y el índice de masa corporal, el índice de riesgo para las mujeres que tomaban los medicamentosseñalados en comparación con aquellos que no tomaron ellos fue 0,56 (intervalo de confianza del 95%, 0,34 hasta 0,93, sin casi modificación una vez realizado el ajuste incluso).

El cáncer de endometrio es el cuarto cáncer más común en las mujeres y la octava causa más común de muerte por cáncer, nos aclara el Dr. Neyro, y es una grave preocupación de los ginecólogos de todo el mundo. Casi la mitad de todos los cánceres ginecológicos son endometriales. El cáncer de endometrio se diagnostica con mayor frecuencia en las mujeres de 60 y 70 años, cuando son posmenopáusicas y su densidad ósea ha disminuido.

Investigaciones anteriores demostraron que los bifosfonatos pueden retrasar el crecimiento tumoral y la diseminación de las células cancerosas en pacientes con ciertos tipos de cáncer, pero ningún estudio había examinadoespecíficamente en el cáncer de endometrio, excepto el ya señalado de carácter retrospectivo y de base epidemiológica de los daneses.

Las principales conclusiones del estudio se centraron en el más común de tipo 1 el cáncer de endometrio, que se relaciona con los niveles altos de estrógeno. Los investigadores pidieron más estudios con una muestra mayor para evaluarmejor la relación de la droga con el cáncer endometrial tipo 2 más agresivo, que no está relacionado con las hormonas y del que sabemos mucho menos aún, aclara nuestro experto en ginecología José Luis Neyro.

Apoyado este estudio por el Programa de Investigación Intramural de los Institutos Nacionales de Salud, Instituto Nacional del Cáncer, División de Epidemiología del Cáncer y Genética, los autores han declarado no tener ningún conflicto de intereses. Existen otros estudios previos que informan de las mismas asociaciones positivas.

Referencias:

Alford SH, Rattan R, Buekers TE, Munkarah AR. Protective effect of bisphosphonates on endometrial cancer incidence in data from the Prostate, Lung, Colorectal and Ovarian (PLCO) cancer screening trial. Cancer. 2014 Dec 22. doi: 10.1002/cncr.28952. [Epub ahead of print]

Rennert G, Rennert HS, Pinchev M, Lavie O. The effect of bisphosphonates on the risk of endometrial and ovarian malignancies. Gynecol Oncol. 2014 May;133(2):309-13. doi: 10.1016/j.ygyno.2014.02.014. Epub 2014 Feb 18.

Envejecemos todos: la esperanza de vida mundial ha aumentado seis años desde 1990

El dato es inequívoco: desde 1990, la esperanza de vida mundial ha aumentado en 6,2 años. Como es conocido y ahora de nuevo confirmado, las mujeres ganan en este aspecto de la longevidad: de media, las mujeres viven 6,6 años más y los hombres 5,8 años más. Este es el resultado del “Estudio de la carga mundial de las enfermedades de 2013” (Global Burden of Disease Study 2013) publicado en “The Lancet”, para el que se analizaron los datos de 188 países. Sin embargo, las tasas de mortalidad para varias enfermedades aumentaron considerablemente durante el mismo periodo.

En los países industrializados, las tasas de mortalidad por cáncer y enfermedades cardiovasculares disminuyeron en un 15 % y un 22 %, respectivamente. En los países en desarrollo, la disminución de las cifras de mortalidad por diarrea, infecciones de las vías respiratorias inferiores y trastornos neonatales han contribuido a la mayor esperanza de vida. Se observaron mejoras de la esperanza de vida excepcionalmente importantes durante los últimos 23 años en Nepal, Ruanda, Etiopía y las Maldivas, donde la gente vivió hasta doce años más en 2013 en comparación con 1990.

Las diez causas más comunes de muerte prematura apenas han cambiado. Nueve causas de 1990 todavía estaban entre las 10 primeras en 2013, y solo el VIH ha entrado entre estas 10 causas y la tuberculosis ha bajado al puesto 11.
No obstante, no todos los acontecimientos ocurridos durante los últimos 23 años fueron positivos. Las tasas de mortalidad por cáncer de hígado causado por hepatitis C, que es una enfermedad relativamente «moderna», señala el Dr. Neyro, aumentaron en un 125 %, y la fibrilación y el aleteo auricular en un 100 %.
Las tasas de mortalidad causadas por el abuso de drogas aumentaron en un 63 %, mientras que las de la nefropatía crónica aumentaron en un 37 %, las de los trastornos de células falciformes en un 29 %, las de la diabetes en un 9 % y las del cáncer de páncreas en un 7 %.
Las cifras del desarrollo del VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), también son variadas. Aunque las muertes en todo el mundo han disminuido constantemente desde 2005, el VIH y el SIDA siguen siendo la principal causa de muerte prematura en 20 de los 48 países del África subsahariana y reducen la esperanza de vida en cinco años.

“El avance que estamos observando contra una serie de enfermedades y lesiones es bueno, incluso notable, pero podemos y debemos mejorar aún más”, resumió el autor del estudio, Christopher Murray, de la Universidad de Washington en Seattle (estado de Washington)
Mientras todo esto sucede a nivel mundial, en nuestro país, recuerda el ginecólogo José Luis Neyro, las cifras de natalidad siguen desentendiendo globalmente lo que contribuye aún más al envejecimiento general de la población española. Nos ocupamos de ello hace ya unas semanas en http://www.neyro.com/2014/03/26/la-tasa-de-natalidad-en-espana-se-situa-a-la-cola-de-la-union-europea/

 

Una vacuna del VPH sin distinguir sexo atajaría los tumores asociados

Margaret Stanley, directora del Centro de Investigación de Patología de la Universidad de Cambridge, ha participado en el VI congreso nacional de GeSida recientemente celebrado con una ponencia en la que ha defendido la vacunación sin distinción de género frente al virus del papiloma humano (VPH). De esta forma, se consigue verdadera inmunidad de grupo y protección tanto en hombres como en mujeres. Nosostros habíamos comentado sobre el particular de acuerdo a lo relatado en la litetratura científica hace ya tiempo (ver en http://www.neyro.com/2014/05/13/vacunas-contra-el-cancer-de-ano-y-de-recto-mas-seguras-y-eficaces/ )
La especialista en anatomía patológica ha recordado que en los países industrializados la incidencia de la enfermedad por VPH es comparable en ambos sexos, y ha señalado que la creciente carga de cánceres relacionados con el virus en varones hace recomendable incluirlos en la vacunación. De hecho, fue hace más de tres años que la Agencia Europea del Medicamento aprobó las vacunas frente a VPH para su empleo también en varones a igualdad de dosis de lo que ya veníamos utilizando en mujeres (y lo explicamos largamente en http://www.neyro.com/2011/09/06/la-union-europea-autoriza-el-uso-de-una-vacuna-contra-el-vph-en-varones/)

«El cáncer de cuello uterino es el más común de los tumores asociados al VPH, y se controla mediante cribado y vacunación, pero los otros tipos de cáncer de VPH no son susceptibles de cribado y aumenta su incidencia», ha señalado.

Así, el VPH de la orofaringe asociado al cáncer de células escamosas ha aumentado en incidencia en Estados Unidos de 0,8/100.000 en 1984 a 2,6/100.000 en 2006. La vacunación frente a VPH es la mejor alternativa de prevención primaria en este tipo de cánceres al evitar las infecciones por virus del papiloma humano (en  http://www.neyro.com/2013/12/30/la-vacuna-del-vph-tambien-podria-contribuir-a-la-prevencion-del-cancer-orofaringeo/)
Igualmente, ha crecido la incidencia del cáncer de pene, otro de los asociados al VPH, y se han duplicado las lesiones precursoras asociadas desde los años 1980. Por último, el cáncer de ano se ha incrementado en hombres y mujeres un 3,2 por ciento cada año desde principios de 1980. Más del 90 por ciento de estos tumores son atribuibles al VPH. En las mujeres con más de 50 años tiene una incidencia más alta que en los hombres de ese tramo de edad, pero los hombres dominan en el grupo de edad de entre 20-49 años.

 

«En los ensayos clínicos, la inmunización con vacunas de VPH previene más del 78 por ciento de precursores de cáncer anal en hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y más del 90 por ciento de las verrugas genitales en los heterosexuales». En Australia, donde se determinó vacunar a toda la población femenina menor de 26 años, se observó ya en el primer año un importantísimo descenso en la aparición de verrugas genitales mucho mayor incluso de lo esperable en el más optimista de los escenarios (lo contamos con detalle en http://www.neyro.com/2013/12/13/fuerte-reduccion-del-riesgo-de-verrugas-genitales-tras-la-vacunacion-contra-el-virus-del-papiloma-humano/)19

Los abortos experimentan tendencia a la baja en España, desde 2011

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El Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad acaba de publicar el informe final sobre las interrupciones de embarazo voluntarias en España hasta 2013, que parece mostrar una ligera tendencia a la baja desde el año 2011 en que se alcanzó el máximo de los delarados hasta ahora con un total de 118.359; se puede obtener el informe completo en el link que lo descarga en http://www.estusanidad.com/contenido/images/IVE_2013.pdf
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Allí encontramos que el número de interrupciones voluntarias del embarazo (IVE) que se produjeron en España en 2013 fue de 108.690, lo que supone un descenso del 3,2 por ciento con respecto al año anterior, en que tuvieron lugar 112.390. Así, los datos muestran un descenso del número de intervenciones en mujeres menores de 30 años, aunque sube ligeramente en el resto de grupos de edad.Este descenso se produce por segundo año consecutivo, pues en 2011, como hemos anticipado, se registraron 118.359 abortos, y es la cifra más baja en los últimos siete años, desde que en 2006 se registraran 101.592 intervenciones y un año más la cifra creciera hasta 112.138; hasta 2011 la cifra creció sin parar sobre todo entre las mujeres más jóvenes.

Embarazos no deseados en adolescentes son por falta de métodos anticonceptivos

El número de interrupciones se produce principalmente en el grupo de mujeres entre 20 y 24 años, concretamente 19,43 abortos por cada mil mujeres de este grupo de edad, seguido por las que tienen entre 25 y 29 años, con 16,84. A continuación se sitúan las mujeres entre 30 y 34 años, con 13,42 intervenciones; seguidas de las que tienen menos de 19 años, con 12,23, las que están en el grupo de edad entre 35 y 39 años, con 9,22; y finalmente las mayores de 40 años, con 3,92 interrupciones.

Madrid, comunidad en la que más intervenciones se realizan

En los datos analizados por comunidades, en primer lugar se sitúa Madrid, que con 14,62 abortos por cada mil mujeres entre 15 y 44 años, seguida de Cataluña con 14,18, Asturias con 13,62, Islas Baleares con 13,06, Canarias con 13,03 y Murcia con 12,56.

Por el contrario, las comunidades en las que se produjeron menos intervenciones fueron primero de todas Ceuta y melilla y luego Galicia y La Rioja, en ambos casos con 6,78 abortos por cada mil mujeres de entre 15 y 44 años, para situarse a continuación Castilla y León con 7,11, Extremadura con 7,12, Navarra con 7,82 y Castilla-La Mancha con 8,97. Puede verse en el siguiente histograma de frecuencias del informe referido.

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La principal causa esgrimida para llevar a cabo una interrupción voluntaria del embarazo volvió a ser a petición de la mujer, concretamente en un 89,93 por ciento del total. Las restantes intervenciones se produjeron por grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada, en un 6,94 por ciento de los casos; por riesgo de graves anomalías en el feto, en un 2,84 por ciento; por anomalías fetales incompatibles con la vida o por enfermedad extremadamente grave e incurable, en un 0,28 por ciento; y finalmente por otras causas en un 0,1 por ciento.

Por lo que respecta a los centros que han notificado interrupciones voluntarias del embarazo, la cifra ha alcanzado los 198, creciendo en diez con respecto a 2012. Un dato a destacar es que en el 91,04 por ciento de los casos la intervención se produjo en un centro privado, mientras que solamente en el 8,96 por ciento tuvo lugar en un centro público; de todas maneras, seguramente por efecto de la crisis económica, la cifra se ha triplicado casi desde 2004 en que solo se realizaban el 3.6% de todas las IVEs en centro públicos, añade el Dr. Neyro cuando comenta la casuística.

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Es muy destacable que el 68%5 de los casos las mujeres interrumpieran sus gestaciones con 8 semanas o menos y solo en el 4% apenas, la interrupción d se produjera más allá de las 17 semanas de gestación.
Dos de cada tres mujeres que entraron en esta estadística de IVEs 2013 del Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad por abortar en ese año eran españolas; el resto, 36.9% eran extranjeras: un 8.7% de la Unión Europea, otro 16.3% de Sudamérica, 5% eran africanas y un 2.5% asiáticas. El 2.5% restante procedían de Centroamérica.
Los niveles de estudios también pueden ayudarnos a entender mejor quién aborta en España; el 374% había completado ESO, el 19.6% la Primaria y el 1.9% no tenía estudios. Por el otro lado de la formación, había un 26.6% que tenían estudios de Bachiller y FP y hasta un 12.1% eran de formación universitaria. Ya señalábamos hace un tiempo que le mejor manera de reducir la cifra de embarazos no deseados que en la vieja y culta Europa se extiende hasta el 38% de todas las gestaciones, pasaba por incrementar la educación en salud y sobre todo en salud reproductiva de los más jóvenes (fase definitivamente importante en la vida de cada quién) y por abaratar hasta la gratuidad los mejores ,métodos contraceptivos como los llamados LARCs (Long Acting Reversible Contraceptives) en estos grupos etarios. Así lo desarrollamos en http://www.neyro.com/2014/11/19/la-educacion-y-los-anticonceptivos-gratuitos-reducen-la-tasa-de-embarazos-adolescentes/

Empleo de densitometría ósea para conocer la salud de los huesos de las mujeres

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Después de la menopausia y antes de los 65 años, las mujeres con una densidad ósea normal tienen un riesgo muy bajo de fracturas, según muestra un nuevo estudio de la Iniciativa para la Salud de las Mujeres (WHI) publicado en línea en Menopause, la revista de la North American Menopause Society. Esto significa que, realizada la medida de la densidad de sus huesos en esos momentos de alrededor de la menopausia, estas mujeres no necesitan una prueba más de densidad de la masa ósea (DMO) antes de los 65 años.

El asunto tiene mucho interés pues las mujeres con osteoporosis pueden llegar a ser hasta el 70% de todas las que están en edad postmenopáusica, de acuerdo con la mayoría de los estudios epidemiológicos que analizan grandes masas de población occidental; nos ocupamos de este asunto en una noticia previa de este mismo web en http://www.neyro.com/2013/07/09/1533/

En este estudio se efectuó seguimiento a 4068 mujeres posmenopáusicas de 50 a 64 años que recibieron una prueba de DMO, no estaban tomando hormonas o suplementos de calcio y vitamina D en el estudio y no había sufrido ya una fractura por osteoporosis. Son el grueso de las mujeres que habitualmente acuden a las consultas de sus ginecólogos para los chequeos ordinarios, lamentablemente no contemplados como prestaciones en la cartera de servicios comunesdel sistema nacional de salud recientemente publicado en el BOE de 06 de noviembre de 2014 (ver en http://www.boe.es/boe/dias/2014/11/06/pdfs/BOE-A-2014-11444.pdf).

Entre las mujeres que no tenían osteoporosis al inicio del estudio, transcurrieron desde 12,8 años (en las más jóvenes) hasta 7,6 años (en las mayores) para que solo 1% de ellas sufriera una fractura vertebral que produjese problemas o presentara una fractura de la cadera. Y transcurrieron de 11,5 años a 8,6 años para que 3% de las mujeres sin osteoporosis al inicio sufrieran una fractura por osteoporosis importante, es decir, una fractura vertebral que ocasionase problemas o una fractura de cadera, muñeca o de la parte superior del brazo.

Sin embargo, por el otro lado, las pacientes que tenían osteoporosis al inicio tuvieron un riesgo de fractura elevado y 1% de ellas tuvo una fractura vertebral problemática o una fractura de la cadera en tan solo tres años, en tanto que 3% de ellas sufrieron una fractura osteoporótica importante en solo 2,5 años.

La decisión para llevar a cabo una prueba de DMO o repetirla después de la menopausia está basada en un criterio del riesgo de fractura de una mujer, pero continúa la investigación y el debate con respecto a cómo juzgar ese riesgo. «Nos ocuparemos de estos temas en el próximo congreso de la SEIOMM (Sociedad Española de Investigaciones Óseas y Metabolismo Mineral)» que el Dr. Neyro presidirá en Bilbao en el final del próximo mes de octubre de 2015.

Las sociedades científicas no se ponen de acuerdo en cuándo debe hacerse la primera densitometría; todas afirman que a todas las mujeres de más de 65 años. Por debajo de esa edad, solo en las que tengan uno o más factores de riesgo de padecer esta enfermedad (recordemos que entre ello están la raza caucásica, menopausia, sobre todo temprana o por debajo de los 40 años, ser fumadora, estar medicada con corticoides, tener antecedentes familiares de OP o de fractura por traumas de baja intensidad, etc, etc….) Puede leerse más sobre el tema en otra noticia previa de este web en http://www.neyro.com/2013/01/16/la-identificacion-de-los-factores-de-riesgo-para-la-salud-osea-nos-permite-sospechar-la-existencia-de-la-osteoporosis/

Por lo general y por lo tanto, no se recomienda una primera prueba antes de los 65 años a menos que una mujer tenga alguno de esos trastornos médicos señalados arriba, alguno de esos factores de riesgo o cuyo tratamiento se asocie a pérdida ósea. No se ha esclarecido cuáles son los riesgos que puedan servir de guía para repetir las pruebas y el ejercicio clínico es muy variable. En otro orden de cosas, ya se ha demostrado que el ejercicio físico adaptado en conveniente a cualquier edad, según comentamos en su día (ver en http://www.neyro.com/2012/06/25/evidencias-cientificas-demuestran-que-el-ejercicio-fisico-es-saludable-en-cualquier-edad/)

«Sin embargo el estudio recién publicado en la revista de la North American Menopause Socety proporciona evidencia de que las mujeres posmenopáusicas jóvenes sin osteoporosis en su prueba de DMO, si se les realiza una antes de los 65 años, es improbable que necesiten otra prueba de DMO antes que hayan transcurrido 10 a 15 años, a menos que ocurran problemas de salud importantes», dice la directora ejecutiva de NAMS y coautora del estudio Margery Gass.

Referencias:

Gass M. et al, Baseline age and time to major fracture in younger postmenopausal women. Menopause, 2014; 1 DOI: 10.1097/GME.0000000000000356

 

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