Los huesos y la grasa corporal alrededor de la menopausia. Intervención en el programa Saber Vivir de TVE1

Es de sobra conocido que la grasa y su distribución por el organismo depende en gran medida de las hormonas sexuales, tanto femeninas como masculinas; de hecho, en la menopausia el descenso de estrógenos de las mujeres redistribuye la grasa y la deposita precisamente a nivel abdominal con lo que cambia la forma de la mujer que pasa de ser parecida a la pera hasta parecerse más peligrosamente a la manzana.

 Igualmente los huesos dependen también no solo de los estrógenos sino indirectamente también del peso corporal; es bien sabido que pesar menos de 57 Kg es un factor de riesgo para la osteoporosis, pero las personas con demasiado peso, también se fracturan más fácilmente los huesos: hasta un 15% más riesgo de fracturas del miembro superior y hasta un 19% más riesgo del miembro inferior y cadera por lo tanto.
Hablaremos de todo ello y también de la dieta ideal para prevenir estas circunstancias así como de la importancia de la medida de la masa ósea en el manejo de la enfermedad metabólica ósea.

 

La violencia de género mata cada año en España a más de cincuenta mujeres

La violencia de género mata cada año en España a más de cincuenta mujeres.

La violencia de género, la forma más diabólica de violencia doméstica, constituye una lacra social siempre olvidada y enmarcada o mejor enmascarada hipócritamente tras de las cortinas de los asuntos privados de cada pareja o, peor aún, en diferencias culturales o religiosas que (a veces se argumenta en una sociedad de estúpida y mal entendida corrección política) debieran ser respetadas confundiendo lo políticamente correcto con lo sencillamente inmoral, socialmente intolerable, moralmente execrable.

Como en casi todos los asuntos que tiene que ver con las personas y los grupos sociales, sus causas son multifactoriales y difíciles de escudriñar. Siendo ciertas estos asertos, casi todo el mundo que ha profundizado en su estudio está de acuerdo en que la base para la solución de estos problemas morales, pero también delictivos, no lo olvidemos, pasa por la educación y ello requiere el emprendizaje de toda una sociedad orientada adecuadamente; ello es lo difícil de conseguir en un mundo con demasiadas prisas y ávido de resultados inmediatos como estos del reciente siglo XXI.

Un aspecto no despreciable del asunto está relacionado con las enrevesadas relaciones de dependencia emocional, pero también de otro tipo, que se establecen entre agresor y víctima, entre ofensor y afectada.

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Ciertamente son importantes las cifras de muertas por violencia de género (73 en 2010, 61 en 2011, 52 en 2012, 54 muertas por esta lacra en el año 2013 y 53 el año pasado 2014 en España), aunque se observe un ligero descenso en los pasados años, que esperemos que permanezca como tendencia. Y el 62.3% de todas ellas a manos de asesinos menores (jóvenes) de 50 años, educados en libertad, 34% de todas las muertas del pasado año 2014 a manos de personas menores de 40 años, que nacieron más allá de 1975, supuestamente ya en democracia y, también supuestamente, con una educación diferente que la recibida en un régimen dictatorial en ausencia de libertades.

Una sola sería una brutal cifra intolerable…., pero más que un frío número, puede ser de interés escuchar, leer con atención el testimonio de una víctima que en pocas líneas nos descubre su alma y los giros de sus emociones tras pasar por el calvario de una vida continua de ofensas y agresiones.

Decía ella y copio textualmente su testimonio: «me enseñaron la vergüenza. Me enseñaron a avergonzarme de mi cuerpo, de mis actos, de mis pensamientos. Me enseñaron que lo que pienso es absurdo, que lo que hago es ridículo, que lo que deseo es sucio.

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Y aprendí a no decir lo que pensaba, por vergüenza de que alguien a mi alrededor pensara algo mejor.

Y aprendí a no hacer lo que me apetecía, por vergüenza de que alguien a mi alrededor creyera que era inoportuno. Y aprendí a no perseguir lo que deseaba, por vergüenza de que alguien a mi alrededor opinara que era inapropiado. No contenta con someterme a la mirada externa, me plegué también a la vergüenza ajena.

Y aprendí a preguntarle a la vergüenza cómo vestirme, no vaya a ser que alguien pensara que voy buscando gustar, destacar. Y aprendí a escuchar a la vergüenza al desnudarme, no vaya a ser que me sintiera cómoda en mi cuerpo, y me acostumbrara a enseñar(me)lo sin miedo. Y aprendí a consultar con la vergüenza antes de abrir la boca, no vaya a ser que dijera sin filtro lo que me pasa por la cabeza, y se enterara la gente.

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Y dejé de bailar, de reír a carcajadas, de rascarme el culo, de preguntar lo que no entiendo, de opinar lo que pienso, de compartir lo que siento, de pedir ayuda, de ponerme faldas, de ir a la playa, de comer o llorar en la calle, de ir sin sujetador, de pintarme, de salir sin pintar, de bajar a la calle despeinada, de usar esa ropa que dicen que no me pega nada, de llamar a quien echo de menos, de tomar la iniciativa, de decir que no, de decir que sí, de quejarme, de vanagloriarme, de estar orgullosa, de admitir que estoy asustada.

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Y, a base de sentirme cada día más avergonzada, entendí que mi vergüenza nunca iba a sentirse saciada. Que toda la vida iba a imponerse entre yo y mi representante impostada. Así que busqué a mi sinvergüenza interna. Y le costó salir un poco, le daba vergüenza. Pero acabó sacándome a bailar, haciéndome dúo al cantar, saliendo conmigo a la calle con la cara sin lavar, animándome a hablar, a ignorar las cosas que me deberían avergonzar…  

Y ahora no tengo tiempo para sentir vergüenza. Estoy ocupada viviendo»

Desgarrador testimonio, pero realista, doloroso pero esperanzador al fin, dramático pero finalmente abierto…., a la esperanza, a la confianza en que con los cambios requeridos desde dentro y con la ayuda prestada desde fuera, es posible la mejora, la independencia moral, la autoestima, porque solo tenemos una vida, porque ella solo tiene una vida…., y nadie tiene el derecho de hacérsela vivir esclavizadamente, nadie tiene el derecho de arrebatarla, nadie debería tener ese poder….

 

La OMS emite recomendaciones para abordar el cáncer de cérvix, que mata a 270.000 mujeres cada año

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido una serie de directrices en materia de prevención y tratamiento de cáncer de cérvix a través de una guía que ha sido presentada en la Cumbre Mundial del Cáncer, en Melbourne, Australia.

Dicho documento proporciona a gobiernos y profesionales sanitarios un amplio enfoque sobre el control de esta enfermedad y pone de relieve los últimos avances tecnológicos definiendo estrategias que consigan mejorar el acceso de la mujer a los servicios pertinentes.

Virus del Papiloma Humano (VPH) nos señala el Dr. Neyro, es reconocido hoy como el agente carcinógeno más importante de la historia de la humanidad solo superado por el tabaquismo (véanse sus consecuencias en el linkhttp://www.neyro.com/2014/08/13/cuantos-canceres-estan-vinculados-con-el-vph-cada-ano/) En cuanto a esas instrucciones OMS, se determina en primer lugar la administración de la vacuna contra el virus del papiloma (VPH) en dos dosis para las niñas con una edad comprendida entre los 9 y los 13 años. Seguidamente se fija la prueba de VPH como método de cribado para las mujeres a partir de 30 años. Dada la garantía del test, la frecuencia de cribado será cada vez más amplia, lo que permitirá reducir costes a los sistemas de salud. Una vez que el cáncer sea diagnosticado se debe garantizar la cobertura de las afectadas con cirugía, quimioterapia o radioterapia, incluyendo el tratamiento paliativo en casos terminales.

Entre tanto, en nuestro país, recientemente se acaba de anunciar la conformación de que el cribado para cáncer de cérvix no seguirá el criterio poblacional que se sigue para el cribado del cáncer de mama o de colon…., tan eficientes en su desarrollo sino que será con carácter oportunista (ver en https://www.boe.es/boe/dias/2014/11/06/pdfs/BOE-A-2014-11444.pdf). Se pierde así la oportunidad de reducir las cifras de aparición de cáncer de cérvix que no hemos conseguido modificar en los últimos diez años, prácticamente; algo estamos haciendo mal, por lo tanto….

Combatir las desigualdades

La OMS se ha fijado especialmente en los casos de cáncer provenientes de países en desarrollo, donde los programas de cribado resultan inusuales y las tasas de mortalidad asociadas a la enfermedad se han mantenido o han aumentado en los últimos 30 años, a diferencia de los países más desarrollados en los que estas han disminuido considerablemente.  Es importante por tanto abordar asuntos como la discriminación por motivos de género, clase social o religión a la hora de diseñar políticas de control sobre las pacientes.

Los ginecólogos hemos recabado la ayuda de otros profesionales sanitarios, de otros responsables de asistencia directa a mujeres para acercar las bondades de vacunarse frente a VPH a cualquier edad (hacerlo es siempre mejor que no hacerlo…) con el objetivo de incrementar las tasas de población protegida (ver en http://www.neyro.com/2014/10/23/el-medico-de-familia-como-profesional-de-salud-y-su-papel-en-la-prevencion-del-cancer-de-cervix/)

En este sentido la doctora Nathalie Brout,  experta de la OMS en prevención y control del cáncer de cuello de útero, afirma que “no existen fórmulas  mágicas, pero si se combinan instrumentos más eficaces y asequibles para prevenir y tratar el cáncer cervicouterino será fácil aliviar la presión que supone la enfermedad para los limitados presupuestos sanitarios, sobre todo de los países con ingresos bajos“. Su compañera, Marleen Temmerman, directora del departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas, considera que  “si no se aborda el problema de la desigualdad de género y se garantiza a las afectadas el derecho a la salud, no dejará de crecer el número de mujeres que mueren a causa de esta patología”.

Hoy sabemos que hay muchos colectivos de riesgo para el VPH; seguramente, señala finalmente el ginecólogo José Luis Neyro, todas aquellas personas que tiene relaciones sexuales a lo largo de su vida, sin preguntar nada más (ver enhttp://www.neyro.com/2014/05/13/vacunas-contra-el-cancer-de-ano-y-de-recto-mas-seguras-y-eficaces/)

 

El tabaquismo de las madres durante el embarazo daña la fertilidad de los hijos.

Algunas personas malintencionadas o sencillamente ignorantes confunden la pelea médica contra el tabaquismo con un atentado contra la libertad de los fumadores; nada más lejos de la intención de los responsables de contenidos de este web, nos aclara el Dr. Neyro, para empezar. De hecho, cuando hablamos de temas relacionados con el tabaquismo huímos de cualquier intención aleccionadora o actitud parternalista citando hechos clínicos con comprobación estadística; así se relacionó el tabaquismo durante la gestación con el riesgo de que le descendencia termine por fumar (ver en http://www.neyro.com/2014/02/17/el-estres-y-el-tabaco-durante-el-embarazo-aumentan-el-riesgo-de-fumar-de-las-hijas/)
Igualmente, hace ya algún tiempo, publicamos los resultados de una investigación que relacionaba el tabaquismo de las gestantes con su probabilidad de perder embarazos e incluso de incremento del riesgo de partor prematuros (como expusimos en  http://www.neyro.com/2013/03/17/el-tabaco-aumenta-el-riesgo-de-abortos-espontaneos-y-nacimientos-prematuros/), con toda la carga de patologías asociadas que todo ello conlleva.
En efecto, por lo tanto, es ampliamente sabido que fumar durante el embarazo y la lactancia resulta dañino para la descendencia. Ahora, un grupo de investigadores australianos ha descubierto ahora otra posible consecuencia
Los científicos de la University of Newcastle en Callaghan, Australia  expusieron durante un período de seis semanas a un grupo de 27 ratones hembra a una cantidad de humo equivalente a 24 cigarrillos en seres humanos. A continuación, dejaron que los animales se aparearan y continuaron exponiéndolas al humo durante el embarazo y la lactancia. Se examinó periódicamente a los 108 descendientes macho (del ensayo y del grupo de control) hasta su madurez.

Según explicó la directora del estudio, Eileen McLaughlin: «Nuestros resultados muestran que los descendientes macho de madres «fumadoras» tienen menos espermatozoides, que se desplazan mal, presentan anomalías en las formas y no se fijan a los óvulos durante los estudios de fertilización in vitro. En consecuencia, estas crías son subfértiles o infértiles cuando alcanzan la madurez».

El tabaquismo había incluso dañado las células madre en los testículos, como sus núcleos y mitocondrias. El informe indica que este daño en el ADN podía también resultar, en última instancia, en un aumento del riesgo de malformaciones y cáncer en los hijos de estos hombres. McLaughlin afirmó: «Por desgracia, en estos momentos un 25 por ciento aproximado de mujeres jóvenes continúa fumando durante su embarazo o lactancia, por lo que la fertilidad de sus hijos podría resultar dañada».
No es la primera vez que desde este web alertamos sobre los daños inherentes al tabaquismo, como principal factor carcinogénico en la especie humana y en toda la historia de la humanidad (ver entre otros en http://www.neyro.com/2014/03/05/nueva-evidencia-de-que-el-tabaquismo-aumenta-el-riesgo-de-cancer-de-mama/)
Referencia:
Damaging legacy: maternal cigarette smoking has long-term consequences for male offspring fertility

A.P.Sobinoff1,2J.M.Sutherland1,2,E.L. Beckett3,S.J. Stanger1,2,R.Johnson3,A.G.Jarnicki3,A. McCluskey2,J.C. St John4, P.M. Hansbro3 and E.A. McLaughlin1,2,5,*

Author Affiliations1Reproductive Science Group, School of Environmental & Life Sciences, University of Newcastle, Callaghan, NSW 2308, Australia  2Priority Research Centre for Chemical Biology, University of Newcastle, Callaghan, NSW 2308, Australia  3Centre for Asthma and Respiratory Disease, University of Newcastle and Hunter Medical Research Institute, Newcastle, Callaghan, NSW 2308, Australia 4Centre for Genetic Diseases, MIMR-PHI Institute of Medical Research, Monash University, 27-31 Wright Street, Clayton Vic 3168, Australia 5Monash Medical Centre, Monash Institute of Medical Research, Clayton, VIC 3168, Australia

 

Aumenta la edad media de las pacientes en la reproducción asistida

En los comienzos del nuevo siglo, la mujer occidental se plantea su maternidad cada vez más tarde; estamos aprendiendo a conocer mejor la edad biológica de cada paciente muy por encima de su edad cronológica y cada vez tenemos más armas para hacerlo (ver en http://www.neyro.com/2014/06/04/nuevo-marcador-biologico-de-prediccion-de-la-fertilidad-femenina/). Además, hemos comprobado que los primeros hijos se van teniendo a edades en las que hace apenas un par o tres décadas se estaban teniendo los segundos o incluso los terceros; la maternidad se retrasa en el proyecto vital de las mujeres españolas y seguramente también las de nuestro entorno geográfico y cultural (nos ocupamos del asunto en http://www.neyro.com/2014/03/26/la-tasa-de-natalidad-en-espana-se-situa-a-la-cola-de-la-union-europea/)
Ahora, se presenta un estudio titulado ‘Different models of familiy thus different types of ART patients’ de la clínica IVI que ha analizado la evolución de las pacientes en los últimos diez años; se confirma en la misma línea que las pacientes que se someten a técnicas de reproducción asistida (TRAs) son cada vez  mayores, pues en 2003 la media de edad se situaba entre los 33 y los 36 años mientras que en 2013 ese intervalo de edad ha aumentado hasta los 38-40 años.
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«En IVI, el grueso de nuestras pacientes en 2003 tenía entre 33 y 36 años, ahora tienen entre 38 y 40. Es difícil vaticinar qué sucederá en la próxima década porque, en este momento, las mujeres españolas están accediendo a la maternidad en una edad límite para la reproducción natural», ha explicado la directora de IVI y autora del estudio, Amparo Ruiz. Aunque las tasas de gestación y la eficacia global de la reproducción asistida es creciente en el tiempo y mejora cada día (ver en http://www.neyro.com/2014/07/24/eficacia-del-60-en-la-fecundacion-in-vitro-en-espana/), es también un hecho que las edades en las que las mujeres se plantean hoy su fertilidad están en los límites bajos de la fertilidad natural, muy comúnmente más allá de los 35 y 38 años; justo en la «tercera edad de la vida biológica de los ovarios» añade el experto en reproducción asistida y pionero de estas técnicas en España Dr. José Luis Neyro (ver enhttp://www.neyro.com/2010/07/05/el-primer-bebe-probeta-vasco-cumple-25-anos/)

El estudio que ahora comentamos, se ha realizado sobre una muestra de más de 130.000 pacientes de las clínicas IVI con el objetivo de mostrar cómo ha cambiado el perfil de las pacientes y el de las familias. En este marco, se puede observar que en los últimos diez ha años ha habido un gran aumento de la maternidad en las parejas homosexuales femeninas, pues en 2009 se trataron a 50 parejas y en 2013 esta cifra se ha cuadruplicado, llegando a 230. Este perfil, junto a las madres solteras componen el 15% del total de pacientes que acuden a las clínicas IVI (todavía una de cada siete, pero en crecimiento progresivo).
En 2007 IVI lanzó el Programa de Preservación de la Fertilidad con el que se han realizado más de 1.600 procedimientos tanto antes de la realización de un tratamiento oncológico como por razones no médicas. «Aunque se aconseja preservar la fertilidad antes de los 38 años, en este estudio se observa que un buen porcentaje de las pacientes que lo hacen por decisión propia sobrepasan esta edad. Al contrario de las pacientes oncológicas, que preservan a la edad más temprana -en la que se le diagnostica la enfermedad- y antes del tratamiento, con una concienciación importante en la que el oncólogo desempeña un papel clave, las mujeres que vitrifican sus óvulos para retrasar el momento de ser madre por decisión propia, no acaban de asimilar la importancia de guardar sus gametos en una edad más temprana» ha explicado el director médico del Grupo IVI, el Dr. Antonio Requena.
Muchas de las mujeres que se acercan a las TRAs, comenta el Dr. Neyro, lo hacen en el convencimiento de que puede ser su única forma de conseguir prolongar su vida laboral y profesional en un momento de máximo rendimiento; lo que no espera es el envejecimiento ovárico que tiene unos tiempos biológicos predeterminados por la genética individual; a pesar de que tengamos cada vez drogas más seguras y más eficaces (ver en http://www.neyro.com/2014/09/15/nuevo-estimulante-de-la-ovulacion-podria-hacer-la-fecundacion-in-vitro-mas-segura/), nunca podremos alargar el potencial de folículos con el que cada mujer cuenta. Es el que es y es individual y genéticamente programado.

 

El riesgo de cáncer de mama posmenopáusico disminuye con la práctica de ejercicio físico

Resulta evidente y casi axiomático que el ejercicio físico es beneficioso en cualquier edad y adaptado a cada persona también en cualquier circunstancia; movernos es siempre más beneficioso para nuestra salud que la inactividad (de ello hablábamos hace unos meses en http://www.neyro.com/2012/06/25/evidencias-cientificas-demuestran-que-el-ejercicio-fisico-es-saludable-en-cualquier-edad/)
Ahora se ha demostrado que el ejercicio recreativo, aunque sea moderado, tiene un rápido impacto en el riesgo de padecer cáncer de mama. Y es que el riesgo de cáncer de mama en la posmenopausia disminuye tras la práctica regular de ejercicio físico, según ha mostrado un estudio realizado por expertos del Centro de Investigación en Epidemiología y Salud de la Población en el Institut Gustave Roussy en Villejuif (Francia) y que ha sido publicado en la revista “Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention”.
En concreto, el trabajo ha demostrado que las mujeres posmenopáusicas que en los últimos cuatro años habían realizado actividad física regular, equivalente a por lo menos cuatro horas de caminata por semana, tuvieron un riesgo menor de cáncer de mama invasivo en comparación con las mujeres que habían hecho menos ejercicio durante esos cuatro años. No mencionaremos ahora los demás beneficios evidentes del ejercicio en una época de la vida de la mujer en la que muchas reconocen haber ganado peso (ver en http://www.neyro.com/2014/06/23/al-llegar-la-menopausia-60-de-las-mujeres-reconoce-haber-engordado/)
Sin embargo lo anterior, aquellas que realizaron este nivel de actividad física entre cinco y nueve años antes, pero eran menos activas en los cuatro años anteriores a la recogida de datos, no presentaron un menor riesgo de cáncer de mama invasivo. Es necesario por lo tanto, perpetuar la conducta acerca del ejercicio y seguir activa. La actividad ni siquiera tiene que ser particularmente intensa; solo se necesita que se realice en forma regular.

Además, los investigadores han comprobado que el ejercicio recreativo, aunque sea moderado, tiene un «rápido» impacto en el riesgo de padecer cáncer de mama, aunque si se deja de realizar las probabilidades de tener este tumor se volvieron a incrementar. Para llegar a estas conclusiones, los científicos, liderados por Agnès Fournier, analizaron a 59.308 mujeres posmenopáusicas durante 8,5 años. En este periodo, 2.155 fueron diagnosticadas de cáncer de mama invasivo primario.

Investigadores de Institut Gustave Roussy en Villejuif, Francia, analizaron datos obtenidos de cuestionarios bianuales completados por 59.308 mujeres posmenopáusicas que fueron incluidas en E3N, el componente francés del Estudio europeo de investigación prospectiva sobre el cáncer y la nutrición (European Prospective Investigation Into Cancer and Nutrition, EPIC). Este estudio ha permitido confirmar en otro análisis de los mismos autores que el empleo de progesterona natural micronizada (que es el gestágeno empleado en Europa mayoritariamente), no tiene ninguna influencia negativa entre las mujeres con terapia hormonal en el climaterio. La terapia hormonal no induce cáncer de ninguna clase, y menos aún de mama.

La duración media de seguimiento fue de 8,5 años, durante los cuales a 2155 de las mujeres se les realizó el diagnóstico de primer cáncer de mama invasivo primario. Los efectos beneficiosos de la actividad física regular fueron independientes del índice de masa corporal, aumento de peso, circunferencia de la cintura y nivel de actividad de cinco a nueve años antes. Ello es la confirmación de la coherencia de los hallazgos y de su importancia, destaca el Dr. Neyro; estamos invirtiendo mucho dinero en diagnosticar (temprano que no precozmente) el cáncer de mama (ver en http://www.neyro.com/2014/10/08/los-riesgos-de-la-deteccion-del-cancer-de-mama-confunden-a-las-mujeres/), olvidando sin embargo que podemos hacer mucho por disminuir el riesgo de que aparezca que parece mucho más lógico, finaliza nuestro experto.

«Doce MET-h [equivalente metabólico de actividad en horas] por semana corresponde a caminar cuatro horas por semana o andar en bicicleta o participar en otras actividades deportivas dos horas por semana y es congruente con las recomendaciones de la Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (World Cancer Research Fund)», dijo la autora principal, Agnès Fournier. «Hallamos que la actividad física recreativa, aún cuando sea de intensidad modesta, parecía tener un impacto rápido en el riesgo de sufrir cáncer de mama. No obstante, la disminución del riesgo de sufrir cáncer de mama asociada con la actividad física se vio atenuada cuando se interrumpió la actividad».

Referencia: Cancer Epidemiol Biomarkers Prev

GINECOLOGÍA Y DIVULGACIÓN MÉDICA