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Pocas parejas tan saludables para la mujer como el embarazo y el deporte.

 
No todas las mujeres tiene una capacidad física, ni una resistencia ni unas condiciones innatas como Serena Williams que este año 2017 ganó un título de Gran Slam, el Oen de Australia, en enero, estando embarazada de ocho semanas…; cierto¡¡¡ (ver la noticia ampliada en http://www.neyro.com/2017/04/24/cuando-el-deporte-no-esta-contraindicado-ni-en-el-embarazo/) Indudablemente cierto, reconoce el Dr. Neyro que, al tiempo afirma que pocas parejas existen en el mundo de la salud femenina tan «saludables» como el embarazo y la práctica deportiva.
Y es que hasta en el hipotético caso de aquella mujer que nunca ha practicado actividad física, que nunca se ha puesto las zapatillas de correr o de saltar, hasta en ella…., comenzar con una actividad física que le ayude a quemar calorías es saludable incluso durante el embarazo.
Efectivamente, el deporte, la actividad física y el embarazo son propuestas combinables tomando algunas consideraciones como elementales, relata nuestro experto el Dr. Neyro; por ejemplo: no se deben practicar deportes violentos o que comporten riesgo de caídas: si usted no ha hecho lucha grecorromana es mal momento para iniciarse en esta actividad gestante de cinco meses. Tampoco el parapente parece muy aconsejable o conducir coches en un rallye a 200 km por hora en carretas de montaña….
Tocamos este tema de las posibles combinaciones en una noticia previa en el blog presente en el enlace siguiente: http://www.neyro.com/2015/07/27/deporte-sexo-y-gestacion-actividades-contraindicadas-o-posibilidades-reales-de-combinarlos/
Está fuera de lógica, al margen de casos como el de Serena Williams que ya mencionamos, que la alta competición también debe dejarse fuera de la gestación o deportes extremos que lleven a la extenuación como las maratones o las marchas extremas de montaña o el himalayismo….

El diario ABC a través de una de sus periodistas más valiosas, la encantadora Laura Marta (@laura_elliot_) ha vuelto a tocar este tema contando con dos especialistas de excepción  cual son el propio Dr. José Luis Neyro, ginecólogo y conocedor como pocos de la fisiología femenina y Alberto García Bataller (@agarbasn1), fisiólogo del deporte y entrenador internacional de deportistas de élite, profesor en investigador de INEF que con una experiencia de más de 25 años, abordan estas cuestiones en un magnífico reportaje que puede seguirse en el enlace http://www.neyro.com/2015/07/27/deporte-sexo-y-gestacion-actividades-contraindicadas-o-posibilidades-reales-de-combinarlos/

¿Es realmente la depresión post-parto un asunto de salud pública?

O es solo una circunstancia personal, individual de algunas mujeres que no se preparan para su maternidad, como ha llegado a oírse? Nosotros pensamos que es un asunto de salud pública si observamos que la depresión postparto  la padecen un 10-15% de mujeres a nivel mundial. De hecho, en anteriores ocasiones nos hemos ocupado de este tema de manera extensa en el web; véanse más entradas en http://www.neyro.com/2015/11/04/desde-la-depresion-postparto-al-rey-destronado-con-la-llegada-del-nuevo-hermanito/.
Durante el puerperio existen cambios bioquímicos que pueden desencadenar estos trastornos. Las mujeres suelen sentirse ansiosas, irritadas e inquietas, pero existen diferentes grados, dependiendo de la sintomatología, como la disforia post parto, que la padecen un 50-75% de las mujeres, la depresión post parto, que ronda un 10-15% de las mujeres y que aparece en forma más tardía, alrededor del mes alcanzando su intensidad máxima entre el segundo y el tercer mes. Y por último y más grave las psicosis, que afecta a un 0,1-0,2%, son los cuadros más graves, caracterizados por síntomas de agitación psicomotora, actividad psicótica, delirios y alucinaciones.
Una de las maneras más eficaces de disminuir el riesgo de depresión post-parto, lo sabemos bien, es combatir y manejar con rigor el dolor intra-parto de la madre, como expusimos recientemente en este mismo web en  http://www.neyro.com/2014/09/11/el-riesgo-de-depresion-postparto-disminuye-con-un-mejor-control-del-dolor-durante-el-parto/
Por otro lado, un reciente estudio analítico realizó una revisión bibliográfica del tema en cuestión mediante la búsqueda en diferentes bases de datos (Cuiden Plus, Medline, Scielo y Lilacs). Del total de artículos revisados se seleccionaron un total de 20 referencias. Todos los estudios revisados fueron publicados en los últimos diez años y con los operadores booleanos se puede asegurar su evidencia científica. El estudio se realizó entre Septiembre y Octubre de 2015.
Los autores de la revisión, comenta el Dr. Neyro, llegaron a la conclusión de que en los 30 días que siguen al período post parto es el período en la vida de la mujer en que existe más riesgo de enfermar de enfermedades psiquiátricas, por lo que transforma al hecho de dar a luz en la causa más frecuente de depresión médica, hecho que con frecuencia es ignorado.
Probablemente, aclara el ginecólogo Dr. Neyro, las condiciones psicológicas previas de la mujer, su integración con la pareja (caso de tenerla), las circunstancias de su embarazo y, por supuesto, de su parto influyen sobremanera en el desarrollo de este tipo de trastornos. Pero «evidentemente, debe ser determinante el hecho de que tras el alumbramiento de la placenta, la mujer queda desprotegida de sus niveles hormonales esteroideos, dado que sus ovarios no funcionan desde el día 90 – 100 de su gestación y la pérdida de la placenta le deja sin las hormonas que apoyaban su estabilidad emocional».

¿Son los «intersexos» lo mismo que la transexualidad?

Uno de los problemas más antiguos que la naturaleza nos proporciona y que no siempre resolvemos bien son los llamados estados intersexuales. La intersexualidad es un término que en general se utiliza para una variedad de situaciones en las cuales, una persona nace con una anatomía reproductiva o sexual que no parece encajar en las definiciones típicas de masculino y femenino.
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De ordinario, se define hacia la masculinidad o hacia la feminidad en función de los que el pediatra interpreta en el momento del nacimiento del feto, pero no se atiende (lógicamente…) en ese momento las sensaciones, las percepciones ni las impresiones psicológicas porque el recién nacido sencillamente, no las tiene.
Las variantes son poco menos que infinitas; una persona puede nacer con formas genitales típicamente de una mujer, pero en su interior puede tener testículos. O una persona puede nacer con genitales que parecen estar en un estado intermedio entre los típicos genitales masculinos y femeninos –por ejemplo, un bebé puede nacer con un clítoris más largo que el promedio, o carecer de la apertura vaginal, o tener un conducto común en donde desemboca la uretra y la vagina, etc, etc, etc.
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Ciertamente, asuntos importantes todos ellos, malformaciones algunas terribles que pueden condicionar la vida entera de los individuos afectos….. Pero  nada de todo ello tiene que ver con la que antiguamente llamábamos transexualidad. En esta ahora mejor definida como «reasignación de género», una determinada persona nace mujer en un cuerpo de hombre o bien, en ocasiones al contrario, un hombre nace en un cuerpo de mujer. Esto es la transexualidad puramente hablando.
El tratamiento es lógicamente largo, obligadamente complejo y conlleva desde un abordaje psicológico completo hasta una inversión endocrinológica hasta finalmente llegar a una (o varias frecuentemente) cirugías muy complejas en las que se «reasigna el género» en los pasos finales….., y en las que, al menos, solemos estar involucrados ginecólogos, urólogos, cirujanos generales y cirujanos plásticos.
De todo ello hablaron hace unas semanas José Luis Neyro y la presentadora y directora de Objetivo Bizkaia de Tele7 en su participación semanal acostumbrada. Todo venía a cuento de una campaña informativa para mentalizar a la población sobre la transexualidad de niños y niñas y cuyas imágenes (ni sospechosas ni en absoluto escandalosas) fueron censuradas en determinadas redes sociales.
Puede verse el programa entero en el enlace siguiente.
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Cuando el deporte no está contraindicado ni en el embarazo

Podríamos decir que una de las certezas incontrovertibles de nuestro empeño en la divulgación científica expresado en este blog es tratar de demostrar que el ejercicio físico es un pilar fundamental del cuidado de nuestra salud. No importan la condición o la edad, moverse es bueno siempre, es intrínsecamente benéfico, que podría decirse desde un análisis ético, incluso. Lo hemos demostrado científicamente además, como actividad beneficiosa a cualquier edad; puede verse con detalles en la noticia en la que extendimos el tema http://www.neyro.com/2012/06/25/evidencias-cientificas-demuestran-que-el-ejercicio-fisico-es-saludable-en-cualquier-edad/
Una de las más grandes ventajas del ejercicio físico es que ya ha demostrado su acción como reductor del riesgo de padecer cáncer de mama en la mujer más allá de su menopausia. Cuando aún permanecen ocultas las causas de esta neoplasia que le va a complicar la vida hasta a una de cada 8 o 9 mujeres a lo largo de su vida, sabemos ya que el riesgo de cáncer de mama en la posmenopausia disminuye tras la práctica regular de ejercicio físico, según  mostro un estudio realizado por expertos del Centro de Investigación en Epidemiología y Salud de la Población en el Institut Gustave Roussy en Villejuif (Francia) y que ha sido publicado en la revista “Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention”. Nos ocupamos del tema en nuestro blog hace ya unos meses en http://www.neyro.com/2015/01/25/el-riesgo-de-cancer-de-mama-posmenopausico-disminuye-con-la-practica-de-ejercicio-fisico/
Si hablamos de mujeres, parece evidente afirmar que su ciclicidad ovárica, sus ritmos menstruales habrán de ser decisivos en su rendimiento, si de lo que estamos hablando es de deporte de un cierto nivel. Así, no puede entrenarse igual cuando los estrógenos están en su apogeo, en la mitad del ciclo, que cuando decaen en los días previos a la menstruación o incluso durante ella. Olvidarlo es condenar a la mujer a una ansiedad innecesaria por sus altibajos y el entrenamiento debe orientarse a sus fechas biológicas. Lo contamos en un programa de radio muy interesante en el que el responsable de contendidos del web lo debatía con entrenadores físicos de alto nivel y que recogimos en nuestro blog en http://www.neyro.com/2017/03/13/como-influyen-la-genetica-femenina-o-el-ciclo-menstrual-en-los-entrenamientos/
Si seguimos adelante, una vez que la mujer desea establecer su maternidad, el ejercicio físico durante el embarazo, seguramente adaptado a esa condición, puede reportar beneficios extraordinarios hasta el extremos de reducir el riesgo de padecer diabetes gestacional que es un trastorno endocrinológico que ya afecta a 1 de cada 10 gestantes y complica mucho todo el embarazo. Lo contamos con detalles en nuestro blog hace ya un tiempo y puede seguirse en http://www.neyro.com/2015/11/02/el-ejercicio-aerobico-durante-el-embarazo-puede-ayudar-a-prevenir-la-diabetes-gestacional/
Pero con ser bueno para el sexo y el embarazo de la propia mujer (como contamos en http://www.neyro.com/2015/07/27/deporte-sexo-y-gestacion-actividades-contraindicadas-o-posibilidades-reales-de-combinarlos/), nos quedaría por aclarar si el deporte es beneficioso para el recién nacido, para el nuevo ser.
Podrían parecer contradictorios la actividad física y el feto  en desarrollo. Por ejemplo, la natación se ha demostrado siempre como una actividad física que aporta elasticidad y buena preparación física; pero durante el embarazo ¿está permitido nadar? y sobre todo, ese tipo de ejercicio, o cualquier otro le va a beneficiar al recién nacido? Ahí, la investigación animal nos vuelve a alumbrar en la medida que se ha demostrado ya que la práctica de ejercicio regular durante la gestación ayuda al feto, a mejorar sus salud y ello, insistimos, fruto de investigaciones con cerdas preñadas tal y como contamos con detalle en una noticia de hace ya algún tiempo en http://www.neyro.com/2013/11/05/el-ejercicio-fisico-regular-durante-el-embarazo-mejora-la-salud-del-recien-nacido/
Nos quedaba solo cerrar el círculo con verificar lo que sucede al revés; ¿Qué pasa con la actividad deportiva de la gestante? ¿y si la embarazada de la que hablamos es una deportista de élite?, ¿influirá su embarazo de manera negativa en su rendimiento deportivo, en la élite, nos referimos? Hace muy poco tiempo hemos conocido que Serena Williams ganó su último Gran Sland en este enero de 2017 estabón esperando su primer hijo.
«Ganó el Abierto de Australia, a finales de enero, esperando su primer hijo» decía textualmente Laura Marta, magnífica periodista de ABC, en un magnífico reportaje en el que con mucho acierto (y la colaboración del ginecólogo José Luis Neyro, ginecólogo y Alberto García Bataller, entrenador deportivo de élites) repasaban los detalles de hasta qué punto el embarazo ni siquiera está contraindicado no ya en la persona acostumbrada  un cierto ritmo de ejercicio físico, sino ni siquiera en la élite mundial del deporte de alta competición.
Seerna Williams
El lector interesado puede acudir al original del reportaje en el que se exponen todos los detalles en el enlace siguiente http://www.abc.es/deportes/abci-embarazo-mujer-deporte-elite-201704230818_noticia.html En él se revisan por parte de la prestigiosa periodista Laura Marta, los datos más importantes de la sintomatología gestacional inicial y su influencia en la práctica deportiva y como mejorar la salud general en esas fases del embrazo. Conclusión: ni durante el propio embarazo está contraindicada la práctica de ejercicio (y a ese nivel…).

Vacunar a la gestante contra la tos ferina reduce el riesgo de los recién nacidos en más del 90%.

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Con ocasión de alguna noticia relativa a temas de salud pública, hemos afirmado en este blog que la actividad humana que más vidas ha salvado en toda la historia de la Humanidad es sin duda la canalización de las aguas fecales. A corta distancia y en segundo lugar está la vacunación de las personas contra todas las enfermedades infecciosas y transmisibles.
Hoy está fuera de dudas que la gestación es también un periodo de la vida de la mujer que puede beneficiarse de grandes ventajas consecutivas a la vacunación; así lo recogimos en  este blog en enero de 2016 en una noticia al respecto presente en  el enlace http://www.neyro.com/2016/01/25/vacunaciones-y-gestacion-una-duda-continuada-ya-aclarada/
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Una de las vacunas casi obligadas que recomendamos a todas las gestantes en su segundo trimestre gestacional está la vacuna contra la tos ferina; pues bien, entre los lactantes de madres que recibieron la vacuna de refuerzo contra la tos ferina durante el embarazo, el riesgo de contraer la tos ferina se redujo en un estimado 91% durante los dos primeros meses de vida, el periodo crítico antes de que puedan recibir su primera vacuna acelular de tos ferina (DTaP) del programa de vacunación infantil.
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Estos hallazgos del Kaiser Permanente Vaccine Study Center (KPVSC), en Oakland, California, Estados Unidos, se publican en la revista «Pediatrics», en este mismo 2017 en un manuscrito firmado por Nicola P. Klein y sus colaboradores; ya en anteriores ocasiones esta misma autora se había ocupado de la seguridad vacunal en gestantes en anteriores publicaciones sobre el tema (puede verse en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28054412)

La tos ferina o pertussis es una infección respiratoria causada por una bacteria llamada ‘Bordetella pertussis’, que puede afectar a personas de cualquier edad, pero es particularmente virulenta y potencialmente mortal en los lactantes. Además de la protección proporcionada en los primeros dos meses, el estudio que comentamos encontró que la vacunación materna con DTaP durante el embarazo redujo el riesgo de pertussis en un 69% para todo el primer año de vida, después de ajustar por los efectos de las vacunas DTaP infantiles administradas a partir de los dos meses de edad.

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El estudio es el más reciente de un cuerpo de trabajos sobre las vacunas contra la tos ferina realizado por el KPVSC. Además, los investigadores de KPVSC encontraron que el efecto protector de DTaP disminuye drásticamente poco después de que se reciba la última de las cinco inyecciones recomendadas entre las edades de 4 a 6 años. Los hallazgos explicaron en gran parte por qué Estados Unidos estaba viendo brotes cada vez mayores de tos ferina y otras investigaciones han demostrado una disminución de la efectividad de DTaP.

En España, conscientes de estos hallazgos, los ginecólogos hemos tomado hace ya un tiempo la decisión de vacunar a todas las gestantes contra la tos ferina para incrementar la efectividad clínica en los niños tras el nacimiento, señala el ginecólogo José Luis Neyro. Y es que «la estrategia de inmunizar a las mujeres embarazadas para impulsar la transferencia materna de anticuerpos parece ser más eficaz para proteger a los niños pequeños contra la tos ferina que los intentos de ‘resguardo’, en el que las madres y otras personas en estrecho contacto con los recién nacidos son vacunados después del parto», apunta  por su parte Nicola P. Klein, autora principal del manuscrito que se comenta y directora de KPVSC.

En Estados Unidos, se recomienda la inmunización primaria de los lactantes con vacunas DTaP (difteria, tétanos y tos ferina) a los 2, 4 y 6 meses de edad. En los primeros meses de vida, antes de que los recién nacidos puedan beneficiarse de la DTaP, reciben cierta protección contra la tos ferina de los anticuerpos maternos transferidos durante la gestación. Sin embargo, sin vacunación contra la tos ferina durante el embarazo, los anticuerpos materna contra la tos ferina en el lactante disminuyen sustancialmente a las 6 semanas de edad y se vuelven indetectables hacia los 4 meses de edad.
El calendario vacunal puede ser diferente en cada país, y lo que es peor, señala el Dr. Neyro, puede diferir de unas comunidades autónomas a otras por la vigente distribución transferencial del control de la sanidad y la asistencia sanitaria en este país, casi totalmente federalizado. De todas maneras, en el grafico adjunto aparece las vigentes recomendaciones del Comité Asesor de Vacunas en España.
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En febrero de 2013, el Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Atlanta (el famoso CDC), recomendó la vacunación DTaP en mujeres embarazadas, independientemente de la vacunación previa de DTaP, en cualquier momento durante el embarazo, pero preferiblemente entre las 27 y 36 semanas de gestación para maximizar la transferencia de anticuerpos. La recomendación ACIP suplantó en gran parte una anterior, en vigor desde 2006, para administrar la DTaP a las madres en el periodo postparto inmediato.
La población del estudio consistió en 148.981 niños nacidos en los hospitales Kaiser Permanente en el norte de California entre 2006-2015. El porcentaje de lactantes cuyas madres recibieron DTaP durante el embarazo aumentó de menos del 1% en 2006-2008, a casi 12% en 2010 y más del 87% en 2015, siguiendo las recomendaciones de ACIP y recordatorios en el expediente médico electrónico. La mayoría de las mujeres embarazadas vacunadas en Kaiser Permanente en el norte de California entre 2010-2015 recibieron DTaP a las 20 semanas de gestación o más tarde; en 2013, la mayoría fue vacunada entre las 27 y 36 semanas de gestación.

«Los resultados de este estudio demuestran que la DTaP materna administrada durante el embarazo proporciona la mejor protección contra la tos ferina (una enfermedad a veces mortal incluso, cuyas características exponemos en el gráfico adjunto), lo que apoya firmemente la actual recomendación de ACIP de administrar DTaP durante cada embarazo», señala Klein.

Además, aunque la mayoría de los estudios previos evaluaron la efectividad de DTaP materna en lactantes antes de la vacunación con DTaP, este trabajo evaluó la efectividad de DTaP durante el embarazo en relación con las tres primeras dosis de DTaP para tratar las preocupaciones de que DTaP materna y DTaP infantil puedan interferir entre sí, lo que podría llevar a una menor protección para el bebé.

«La DTaP materna administrada durante el embarazo fue muy efectiva en la protección de los lactantes contra la tos ferina antes de su primera dosis de DTaP. Durante el primer año de vida, la DTaP materna siguió proporcionando protección sin interferir con DTaP –señala Klein–. Es reconfortante que, en cada nivel de exposición a la DTaP, los niños con DTaP materno estén mejor protegidos».

Lo decíamos al principio, en la disyuntiva entre vacunar o no vacunar, SIEMPRE es mejor para nuestros pacientes la primera opción; no cabe duda alguna, sentencia José Luis Neyro.

Beber alcohol produce siete tipos diferentes de cáncer

Se dispone de «evidencia sólida» de que el alcohol produce siete tipos de cáncer y otra evidencia indica que «probablemente» produzca más, según diferentes análisis de la literatura publicados en diversas ocasiones por la Dra. Connor precisamente en nuestras antípodas; el lector interesado puede bucear en uno de sus últimos manuscritos a modo de revisión de estos asertos publicado en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27442501.

La evidencia epidemiológica respalda una relación causal entre el consumo de alcohol y tumores malignos de bucofaringe, laringe, esófago, hígado, colon, recto y mama femenina, dice Jennie Connor, MB, ChB, MPH, del Departamento de Medicina Preventiva y Social, Universidad de Otago en Dunegin, Nueva Zelanda.

En síntesis, el alcohol produce cáncer. Ella misma lo afirma en las conclusiones de uno de sus trabajos cuando afirma que «existe una fuerte evidencia de que el alcohol causa cáncer en siete sitios del cuerpo y probablemente en otros también. Las estimaciones actuales sugieren que los cánceres atribuibles al alcohol en estos sitios constituyen el 5,8% de todas las muertes por cáncer en todo el mundo. La confirmación de mecanismos biológicos específicos por los cuales el alcohol aumenta la incidencia de cada tipo de cáncer ni siquiera se requiere para inferir que el alcohol es una causa». Es ciertamente, una contundente afirmación, señala el Dr. JL Neyro

Por abundarlo más, la propia autora señala: «el público y los medios a menudo dan la misma importancia a las afirmaciones de expertos mundiales que a los mensajes de las compañías de alcohol y sus científicos. Los mensajes en general resultan confusos. Por estos motivos, la revista científica Addiction ha marcado este artículo [su análisis] como ‘Para debate'».

La utilización del lenguaje causal en los debates científicos y públicos es «dispar», señala. Por ejemplo, los artículos y las noticias en los diarios a menudo utilizan expresiones como «cáncer relacionado con alcohol» y «cáncer atribuible al alcohol»; hacen alusión a un «vínculo» entre el alcohol y el cáncer y al efecto del alcohol sobre «el riesgo de cáncer».

Hace unos años, la ciencia demostró que incluso cantidades moderadas de alcohol podrían incrementar notablemente el riesgo de padecer cáncer en las mujeres, verdadero objetivo de todo el trabajo de divulgación de este web, señala su director de contenidos el ginecólogo José Luis Neyro; de hecho, lo comentamos largamente en su día en  http://www.neyro.com/2015/10/02/consumo-moderado-de-alcohol-tambien-podria-aumentar-el-riesgo-de-cancer-en-las-mujeres/

«En la actualidad, el papel causal del alcohol es percibido como más complejo que el del tabaco, y la solución sugerida por la analogía con el tabaquismo ― que debiéramos todos reducir y finalmente dejar de beber alcohol ―  es ampliamente inaceptable», escribe la Dra. Connor.

El análisis recién publicado «refuerza la necesidad de que el público tome conciencia de la relación causal entre el alcohol y el cáncer», dijo Colin Shevills, de Alcohol Health Alliance UK, en un comunicado de prensa. «La investigación demuestra que sólo alrededor de una de cada 10 personas [en el Reino Unido] actualmente se percatan del vínculo entre alcohol y cáncer».

Shevills añadió: «Las personas tienen derecho a saber sobre la repercusión del alcohol en su salud, así como su vinculación con el cáncer, de manera que puedan tomar decisiones con conocimiento de causa respecto a cuánto beben».

La falta de claridad en torno a que el alcohol produce cáncer, considera la Dra. Connor, está relacionada con la propaganda de la industria del alcohol y por el hecho de que la «base epidemiológica para la inferencia causal es un proceso iterativo que nunca se completa del todo».

Los ginecólogos, sin embargo todo ,o anterior, siempre hemos emitido un mensaje claro en lo que respecta al empleo de alcohol en la dieta de la mujer gestante, por ejemplo. Aquí, estos temas no admiten discusión: las mujeres embarazadas consumen mucho más alcohol del que debieran que es nada, señala con rotundidad José Luis Neyro (y lo refrendamos con un hallazgo brutal cuando se constata cuántas gestantes lo consumen de manera regular, como expusimos en http://www.neyro.com/2012/07/27/una-de-cada-13-mujeres-embarazadas-consume-alcohol/) Asuntos para reflexionar, sin duda.