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Francia recomienda a las mujeres que llevan implantes mamarios de PIP que se los quiten

El Gobierno francés ha recomendado el viernes 23.12.11 a las mujeres que llevan implantes mamarios de silicona fabricados por la empresa Poly Implant Prothèse (PIP) que se los quiten, aunque ha aclarado que lo hace «con carácter preventivo y no urgente».

Según el comunicado difundido por el Ministerio de Sanidad, el Instituto Nacional del Cáncer ha concluido que no hay «un riesgo mayor de cáncer» para las mujeres que llevan estas prótesis. Sin embargo, sí ha descubierto otros riesgos, como la posible «rotura» de los implantes y la «irritación» que puede provocar el gel, que podría causar «reacciones inflamatorias» y dificultar por ello la retirada de las prótesis.

Por estos motivos, el ministro de Sanidad, Xavier Bertrand, aconseja «con carácter preventivo y no urgente» a las mujeres que llevan implantes de PIP que se sometan a una operación para retirárselos. En Francia hay unas 30.000 mujeres que los llevan y se estima que en todo mundo son entre 300.000 y 400.000.

Fundada en 1991, la empresa Poly Implant Prothèse, que ya no existe, tenía su sede en el sur de Francia y durante un tiempo fue considerada el tercer mayor fabricante de implantes del mundo, con una producción de unos 100.000 al año. De éstos, el 80% se exportaban al extranjero.

Al parecer, PIP empleaba una silicona para uso industrial que se utiliza en todo tipo de dispositivos, desde ordenadores a artículos de cocina, y que es diez veces más barata que la destinada a fines médicos. A principios de 2010, su producto fue retirado del mercado
Nosotros nunca utilizamos estos implantes, precisamente por su conocida entre los profesionales baja calidad .

La incidencia anual de las fracturas por osteoporosis postmenopáusica se triplicará en los próximos 50 años

Se estima que los costes económicos producidos sólo por la asistencia hospitalaria directa como consecuencia de las fracturas suponen más de 120 millones de euros al año. Una de cada dos mujeres mayores de 50 años puede sufrir una fractura ósea y una de cada tres con más de 80 sufrirá una fractura de cadera debido a la enfermedad
La velocidad de pérdida de masa ósea habitual en las mujeres tras la menopausia es de entre 1 y 2,5% de la masa ósea cada año. En la actualidad, los ginecólogos cuentan con un gran abanico terapéutico frente a la osteoporosis entre el que seleccionar el tratamiento más adecuado y seguro a largo plazo para cada mujer.
La osteoporosis es una enfermedad grave, crónica, y progresiva, a la vez que silenciosa por la carencia de síntomas, y que sólo da la cara cuando se produce una fractura. Sólo en España dos millones y medio de mujeres la padecen ya que junto a la edad, la menopausia es otro factor desencadenante y/ o acelerador de esta patología. “Un dato que serevelan aún más importante si se tiene en cuenta que la incidencia anual de fracturas óseas ocasionadas por osteoporosis se triplicará en los próximos 50 años a causa del envejecimiento de la población”, explica el doctor Rafael Sánchez , presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) y del Comité Organizador de las VI Jornadas Nacionales de Osteoporosis de la AEEM que desde seis al ocho de octubre se han celebrado en Madrid conjuntamente con la Sociedad Iberoamericana de Osteología y Metabolismo Mineral, la cual celebró su IX Congreso y que ha sido presidido por el líder nacional, Dr Santiago Palacios, presidente de la SIBOMM hasta ese momento durante los últimos años.
Dicho encuentro multidisciplinar reúne a más de 300 expertos de Iberoamérica y España entre los que se encuentran, entre otros, ginecólogos, médicos de familia, reumatólogos, médicos internistas, rehabilitadotes, endocrinólogos o radiólogos. Todos ellos intercambiaron ideas y experiencias acerca del cuidado de la masa ósea y, en concreto, harán especial hincapié en la prevención, diagnóstico y tratamiento de la osteoporosis. El Dr José Luis Neyro, del Hospital Universitario de Cruces, investigador en temas de osteoporosis, ha presentado su ponencia oficial sobre el «Manejo terapáutico de la baja masa ósea», proponiendo tratamiento activo framacológico para cada mujer en esas condiciones y con factores de riesgo para fracturarse.
Dicha patología produce en España alrededor de 90.000 fracturas de cadera y 500.000 fracturas vertebrales cada año. Según el presidente de la AEEM, “el empeoramiento de la calidad de vida de las pacientes que padecen una fractura ósea por osteoporosis, así como la importante demanda de atención sanitaria y el considerable impacto socioeconómico que conlleva la enfermedad y que aumenta cada vez más debido al envejecimiento de la población, hacen necesario que la osteoporosis sea considerada como un problema sanitario de primer orden”. En este sentido, se estima que los costes económicos producidos tan sólo por la asistencia hospitalaria directa como consecuencia de las fracturas suponen más de 120 millones de euros al año.
Osteoporosis, enfermedad de género
La osteoporosis es una enfermedad de género, ya que afecta principalmente a las mujeres. En concreto, esta patología es más prevalente entre los 50 y 65 años, ya que con la llegada de la menopausia tiene lugar una mayor pérdida de masa ósea en la mujer. De hecho, tras este periodo, la velocidad de pérdida de masa ósea habitual en las mujeres es de entre 1 y 2,5% de la masa ósea cada año. Así, una de cada dos mujeres mayores de 50 años puede sufrir una fractura ósea como consecuencia de la osteoporosis y una de cada tres con más de 80 años sufrirá una fractura de cadera. Según el doctor Sánchez, “este último tipo de fractura tiene un índice muy alto de mortalidad, de forma que el 24% de las personas que han padecido una fractura de cadera muere durante el año siguiente y sólo la mitad conserva la misma capacidad de marcha que antes.
El resto, deben ser ayudadas e internadas en centros de asistencia, lo que influye también en el entorno familiar y en el social, puesto que tanto las intervenciones quirúrgicas por fracturas como la asistencia y rehabilitación comportan un costo sociosanitario muy importante”. A este respecto, el doctor señala que, “su prevención debe comenzar antes de que llegue la menopausia. Aunque, hay que insistir también en la detección de los factores de riesgo que predisponen a la osteoporosis como parámetro fundamental a la hora de prevenir o iniciar un tratamiento inmediato de la enfermedad que evite nuevas fracturas que lleven a la mujer a un estado de dependencia”. Por ejemplo, ser mujer, tener un peso inferior a 56 kilogramos, el hecho de estar recibiendo tratamiento con corticoides, litio, antiepilépticos o anticoagulantes, así como registrar un fallo ovárico prematuro son algunos de los factores más significativos que indicarán, en última instancia, si la paciente tiene o no riesgo de fractura.
Papel del ginecólogo: fundamental
En palabras de este experto, “el papel del ginecólogo en la detección y tratamiento de la osteoporosis es fundamental desde distintos puntos de vista: epidemiológico, puesto que afecta más frecuentemente a la mujer; fisiológico, ya que la masa ósea está relacionada con situaciones de deprivación estrogénica, y terapéutico, teniendo en cuenta que el tratamiento precoz y adecuado permitiría disminuir la osteoporosis y las fracturas ocasionadas por la enfermedad”.
En cuanto a la prevención, ésta debe realizarse en cada mujer durante todas etapas de la vida. Para ello, también es muy importante el papel del ginecólogo. En este sentido, el doctor hace hincapié en que desde la niñez se deben introducir medidas preventivas, por ejemplo mediante una dieta rica en calcio y vitamina D. “Además, se deben vigilar los factores que aceleran la pérdida fisiológica de masa ósea, lo que se denomina prevención secundaria (hipoestronismos, menopausia, etc.); y, finalmente, es fundamental evitar fracturas en mujeres con importante disminución de masa ósea, previniendo las caídas y evitando situaciones de sobrecarga excesiva de columna o movimientos y ejercicios bruscos, que son la base de la prevención terciaria”.
Por otra parte, en la actualidad, se sabe que existen una serie de patologías ginecológicas que afectan al pico de masa ósea. Según este experto, se trata de enfermedades como “la anorexia nerviosa, las disgenesias gonadales, la amenorrea hipotalámica, las hiperprolactinemias o las alteraciones del ciclo menstrual”.
En cualquier caso, el ginecólogo es el médico que asiste a la mujer desde antes de su nacimiento, por lo que tiene en sus manos la posibilidad de detectar y prevenir la enfermedad. “El ginecólogo está en posición de realizar controles de despistaje poblacional o screening, identificar a todas aquellas mujeres con osteoporosis establecida y, por supuesto utilizar aquellos tratamientos que, de forma individualizada, le reporten a cada mujer en beneficio en relación a la propia osteoporosis, así como a su calidad de vida y bienestar”, explica el citado doctor.

Presente y futuro del tratamiento de la osteoporosis
Cuando la enfermedad es diagnosticada, junto con las medidas de prevención, se deben tener en cuenta la gran variedad de tratamientos farmacológicos, que, “en cualquier caso, deben ser prescritos por el médico de forma individualizada en cada mujer”, afirma el doctor Sánchez. “Para ello, los ginecólogos contamos con un gran abanico terapéutico entre el que seleccionar el tratamiento más adecuado para cada mujer”. “Dicho abanico terapéutico –añade- va desde los bisfosfonatos, los nuevos Complejos Tisulares Selectivos Estrogénicos, (Tissue Selective Estrogen Complexes, TSECs, en sus siglas en inglés), que son un paso más adelante en el avance científico que han supuesto los nuevos Moduladores Selectivos de los Receptores de Estrógenos (SERMs) y que tienen un efecto selectivo sobre los receptores de estrógenos, de forma que protegen frente a la pérdida de masa ósea y frente al cáncer de mama, hasta los tratamientos biológicos con anticuerpos monoclonales”.
En cualquier caso, el presidente de la AEEM hace hincapié en la importancia de la detección precoz de la enfermedad, puesto que es fundamental empezar a tratarla cuanto antes: “El diagnóstico de la osteoporosis se lleva a cabo mediante la realización de una densitometría ósea, prueba sencilla y no dolorosa, que dura unos siete minutos y que aporta la configuración de la masa ósea de la paciente. No obstante, a pesar de la importancia de la detección precoz de la enfermedad, la densitometría ósea es una prueba que, debido a su pequeño coste y la presencia de aparatos en muchos centros (consulte en Giencología Gran Vía 81, en el teléfono 944 274 858 de Bilbao), está al alcance de todas las pacientes, por lo que los médicos deben hacer una selección de las mismas para realizársela. Todas las mujeres mayores de 65 años y las menores de esta edad pero con algún factor de riesgo deberían realizársela”.
Asociación Española para el Estudio de la Menopausia
La Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) es una organización de profesionales, sin ánimo de lucro, destinada al Estudio del Climaterio. En la actualidad, la AEEM está formada por unos 1.000 socios de distintas especialidades como Ginecología, Reumatología, Endocrinología, Atención Primaria, Enfermería, etc. y surgió hace casi 20 años de la inquietud de una serie de médicos por el estudio de la menopausia.
El hecho de que el estudio del climaterio sea multidisciplinar conlleva que la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia siga planteando la potenciación de sus grupos de trabajo, así como la creación de otros nuevos, y la colaboración con sociedades científicas de otras especialidades. El Dr Neyro, miembro de AEEM desde casi su fundación, es integrante de dos de esos grupos de trabajo de AEEM, tales como el de Osteoporosis y el de Comunicación, por su conocida inclinación a la tarea de divulgación científica desde hace muchos años.

Se estima que los costes económicos producidos sólo por la asistencia hospitalaria directa como consecuencia de las fracturas suponen más de 120 millones de euros al año. Una de cada dos mujeres mayores de 50 años puede sufrir una fractura ósea y una de cada tres con más de 80 sufrirá una fractura de cadera debido a la enfermedadLa velocidad de pérdida de masa ósea habitual en las mujeres tras la menopausia es de entre 1 y 2,5% de la masa ósea cada año. En la actualidad, los ginecólogos cuentan con un gran abanico terapéutico frente a la osteoporosis entre el que seleccionar el tratamiento más adecuado y seguro a largo plazo para cada mujer. La osteoporosis es una enfermedad grave, crónica, y progresiva, a la vez que silenciosa por la carencia de síntomas, y que sólo da la cara cuando se produce una fractura. Sólo en España dos millones y medio de mujeres la padecen ya que junto a la edad, la menopausia es otro factor desencadenante y/ o acelerador de esta patología. “Un dato que serevelan aún más importante si se tiene en cuenta que la incidencia anual de fracturas óseas ocasionadas por osteoporosis se triplicará en los próximos 50 años a causa del envejecimiento de la población”, explica el doctor Rafael Sánchez , presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) y del Comité Organizador de las VI Jornadas Nacionales de Osteoporosis de la AEEM que desde seis al ocho de octubre se han celebrado en Madrid conjuntamente con la Sociedad Iberoamericana de Osteología y Metabolismo Mineral, la cual celebró su IX Congreso y que ha sido presidido por el líder nacional, Dr Santiago Palacios, presidente de la SIBOMM hasta ese momento durante los últimos años.Dicho encuentro multidisciplinar reúne a más de 300 expertos de Iberoamérica y España entre los que se encuentran, entre otros, ginecólogos, médicos de familia, reumatólogos, médicos internistas, rehabilitadotes, endocrinólogos o radiólogos. Todos ellos intercambiaron ideas y experiencias acerca del cuidado de la masa ósea y, en concreto, harán especial hincapié en la prevención, diagnóstico y tratamiento de la osteoporosis. El Dr José Luis Neyro, del Hospital Universitario de Cruces, investigador en temas de osteoporosis, ha presentado su ponencia oficial sobre el «Manejo terapáutico de la baja masa ósea», proponiendo tratamiento activo framacológico para cada mujer en esas condiciones y con factores de riesgo para fracturarse.
Dicha patología produce en España alrededor de 90.000 fracturas de cadera y 500.000 fracturas vertebrales cada año. Según el presidente de la AEEM, “el empeoramiento de la calidad de vida de las pacientes que padecen una fractura ósea por osteoporosis, así como la importante demanda de atención sanitaria y el considerable impacto socioeconómico que conlleva la enfermedad y que aumenta cada vez más debido al envejecimiento de la población, hacen necesario que la osteoporosis sea considerada como un problema sanitario de primer orden”. En este sentido, se estima que los costes económicos producidos tan sólo por la asistencia hospitalaria directa como consecuencia de las fracturas suponen más de 120 millones de euros al año.
Osteoporosis, enfermedad de género
La osteoporosis es una enfermedad de género, ya que afecta principalmente a las mujeres. En concreto, esta patología es más prevalente entre los 50 y 65 años, ya que con la llegada de la menopausia tiene lugar una mayor pérdida de masa ósea en la mujer. De hecho, tras este periodo, la velocidad de pérdida de masa ósea habitual en las mujeres es de entre 1 y 2,5% de la masa ósea cada año. Así, una de cada dos mujeres mayores de 50 años puede sufrir una fractura ósea como consecuencia de la osteoporosis y una de cada tres con más de 80 años sufrirá una fractura de cadera. Según el doctor Sánchez, “este último tipo de fractura tiene un índice muy alto de mortalidad, de forma que el 24% de las personas que han padecido una fractura de cadera muere durante el año siguiente y sólo la mitad conserva la misma capacidad de marcha que antes.
El resto, deben ser ayudadas e internadas en centros de asistencia, lo que influye también en el entorno familiar y en el social, puesto que tanto las intervenciones quirúrgicas por fracturas como la asistencia y rehabilitación comportan un costo sociosanitario muy importante”. A este respecto, el doctor señala que, “su prevención debe comenzar antes de que llegue la menopausia. Aunque, hay que insistir también en la detección de los factores de riesgo que predisponen a la osteoporosis como parámetro fundamental a la hora de prevenir o iniciar un tratamiento inmediato de la enfermedad que evite nuevas fracturas que lleven a la mujer a un estado de dependencia”. Por ejemplo, ser mujer, tener un peso inferior a 56 kilogramos, el hecho de estar recibiendo tratamiento con corticoides, litio, antiepilépticos o anticoagulantes, así como registrar un fallo ovárico prematuro son algunos de los factores más significativos que indicarán, en última instancia, si la paciente tiene o no riesgo de fractura.
Papel del ginecólogo: fundamental
En palabras de este experto, “el papel del ginecólogo en la detección y tratamiento de la osteoporosis es fundamental desde distintos puntos de vista: epidemiológico, puesto que afecta más frecuentemente a la mujer; fisiológico, ya que la masa ósea está relacionada con situaciones de deprivación estrogénica, y terapéutico, teniendo en cuenta que el tratamiento precoz y adecuado permitiría disminuir la osteoporosis y las fracturas ocasionadas por la enfermedad”.
En cuanto a la prevención, ésta debe realizarse en cada mujer durante todas etapas de la vida. Para ello, también es muy importante el papel del ginecólogo. En este sentido, el doctor hace hincapié en que desde la niñez se deben introducir medidas preventivas, por ejemplo mediante una dieta rica en calcio y vitamina D. “Además, se deben vigilar los factores que aceleran la pérdida fisiológica de masa ósea, lo que se denomina prevención secundaria (hipoestronismos, menopausia, etc.); y, finalmente, es fundamental evitar fracturas en mujeres con importante disminución de masa ósea, previniendo las caídas y evitando situaciones de sobrecarga excesiva de columna o movimientos y ejercicios bruscos, que son la base de la prevención terciaria”.
Por otra parte, en la actualidad, se sabe que existen una serie de patologías ginecológicas que afectan al pico de masa ósea. Según este experto, se trata de enfermedades como “la anorexia nerviosa, las disgenesias gonadales, la amenorrea hipotalámica, las hiperprolactinemias o las alteraciones del ciclo menstrual”.
En cualquier caso, el ginecólogo es el médico que asiste a la mujer desde antes de su nacimiento, por lo que tiene en sus manos la posibilidad de detectar y prevenir la enfermedad. “El ginecólogo está en posición de realizar controles de despistaje poblacional o screening, identificar a todas aquellas mujeres con osteoporosis establecida y, por supuesto utilizar aquellos tratamientos que, de forma individualizada, le reporten a cada mujer en beneficio en relación a la propia osteoporosis, así como a su calidad de vida y bienestar”, explica el citado doctor.
Presente y futuro del tratamiento de la osteoporosis
Cuando la enfermedad es diagnosticada, junto con las medidas de prevención, se deben tener en cuenta la gran variedad de tratamientos farmacológicos, que, “en cualquier caso, deben ser prescritos por el médico de forma individualizada en cada mujer”, afirma el doctor Sánchez. “Para ello, los ginecólogos contamos con un gran abanico terapéutico entre el que seleccionar el tratamiento más adecuado para cada mujer”. “Dicho abanico terapéutico –añade- va desde los bisfosfonatos, los nuevos Complejos Tisulares Selectivos Estrogénicos, (Tissue Selective Estrogen Complexes, TSECs, en sus siglas en inglés), que son un paso más adelante en el avance científico que han supuesto los nuevos Moduladores Selectivos de los Receptores de Estrógenos (SERMs) y que tienen un efecto selectivo sobre los receptores de estrógenos, de forma que protegen frente a la pérdida de masa ósea y frente al cáncer de mama, hasta los tratamientos biológicos con anticuerpos monoclonales”.
En cualquier caso, el presidente de la AEEM hace hincapié en la importancia de la detección precoz de la enfermedad, puesto que es fundamental empezar a tratarla cuanto antes: “El diagnóstico de la osteoporosis se lleva a cabo mediante la realización de una densitometría ósea, prueba sencilla y no dolorosa, que dura unos siete minutos y que aporta la configuración de la masa ósea de la paciente. No obstante, a pesar de la importancia de la detección precoz de la enfermedad, la densitometría ósea es una prueba que, debido a su pequeño coste y la presencia de aparatos en muchos centros (consulte en Giencología Gran Vía 81, en el teléfono 944 274 858 de Bilbao), está al alcance de todas las pacientes, por lo que los médicos deben hacer una selección de las mismas para realizársela. Todas las mujeres mayores de 65 años y las menores de esta edad pero con algún factor de riesgo deberían realizársela”.
Asociación Española para el Estudio de la Menopausia
La Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) es una organización de profesionales, sin ánimo de lucro, destinada al Estudio del Climaterio. En la actualidad, la AEEM está formada por unos 1.000 socios de distintas especialidades como Ginecología, Reumatología, Endocrinología, Atención Primaria, Enfermería, etc. y surgió hace casi 20 años de la inquietud de una serie de médicos por el estudio de la menopausia.
El hecho de que el estudio del climaterio sea multidisciplinar conlleva que la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia siga planteando la potenciación de sus grupos de trabajo, así como la creación de otros nuevos, y la colaboración con sociedades científicas de otras especialidades. El Dr Neyro, miembro de AEEM desde casi su fundación, es integrante de dos de esos grupos de trabajo de AEEM, tales como el de Osteoporosis y el de Comunicación, por su conocida inclinación a la tarea de divulgación científica desde hace muchos años.

Entrevista al Dr. Neyro, avances en el tratamiento de los síntomas de la menopausia

La prestigiosa revista digital Mimenopausia.com ha charlado recientemente con el Dr. Neyro. con motivo del Día de la Menopausia que se conmemora el 18 de cotubre.  Estas son las preguntas y las respuestas.
En el año 2000 se institucionalizó el día mundial de la menopausia, y cuando suceden estas cosas es porque estamos mal en la materia: ¿en estos 11 años hemos mejorado con respecto a la menopausia? ¿En qué aspectos?
Creo que han sido unos maravillosos años de investigación, de conocimiento y de profundización social en la idea de que la menopausia ni es un status, ni una forma de ser, ni mucho menos el final de ninguna otra cosa que no sea la capacidad de menstruar por parte de las mujeres. Hemos conseguido que las propias mujeres se solidaricen con su forma de ser mujeres en esa época, se conozcan, se asuman y disfruten de la mitad de su vida, la que realmente importa….la que está por venir.

Desde la perspectiva de una mujer, que seguramente es diferente a la de un científico, da la sensación que se ha invertido mucho en las enfermedades que representan – y representarán aún más – costos muy importantes en los sistemas de salud, como son la osteoporosis y enfermedades cardiovasculares que serán enfermedades a largo plazo. Pero en cuanto al bienestar de la mujer, cuando las benditas hormonas se retiran y nos dejan con bochornos, irritables, deprimidas y con insomnio, – y menciono estos aspectos porque inciden directamente sobre nuestra calidad de vida ¿usted siente que se ha invertido lo suficiente?
Seguramente si en investigación, pero no en contarlo con detalles, no en divulgar lo aprendido, no en enseñar que hay más que la regla tras la menopausia, que hay vida, que no se acaba con las reglas….No hemos aprendido ni hemos invertido lo suficiente en contarlo con claridad, sin tapujos, pero sin falsedades, asumiendo que desde la sexualidad hasta el bienestar son probablemente diferentes que a los treinta o a los cuarenta.

¿Cómo calificaría del 1 a 10 los tratamientos para el bienestar de la mujer en estos aspectos señalados?
Cercanos al sobresaliente, como decimos en este lado del atlántico, aunque con la sana esperanza de mejorar siempre, en base a todas esas investigaciones cada vez más activas.

Sabemos de la eficacia de los tratamientos hormonales, pero muchas mujeres no los toleran o no pueden recibirlos y por muy diversas razones, ¿estas mujeres tienen otras opciones eficaces?
Seguramente sí, pero no hay fórmulas mágicas ni únicas….No hay «café para todas» como decían nuestros mayores hace veinte años….Cada caso es distinto, cada mujer un mundo y en virtud de la aproximación a ese particular mundo el ginecólogo debe integrar en ese particular caso una aproximación holística para tratar la persona, no la analítica….No tratamos análisis, tratamos personas….vivas!!!

¿Cual sería su reflexión con respecto a esta nueva conmemoración del día mundial de la menopausia?
Una vez más el marketing no puede dirigir ni nuestros intereses ni nuestras intenciones; peleemos por el bienestar que se nos niega, neguémonos al ostracismo de la retirada mal entendida, disfrutemos de nuestra vida en plenitud….Conseguido, entre todos, dar más años a la vida, démosle ahora más vida, mucha más, a los años¡¡¡¡¡

«Las vulvovaginitis son el primer motivo de consulta en ginecología entre mayo y octubre»

Las vulvovaginitis son afecciones de la vulva y de la vagina que se producen cuando se altera el equilibrio de la flora vaginal. El verano es la época en la que más se acude a las piscinas, en la que se permanece más tiempo con un bañador húmedo pegado al cuerpo y cuando se suda más y se pierden más secreciones. De hecho, es la primera causa de consulta en la atención primaria de ginecología en el periodo que abarca de mayo y octubre. Aunque son muy comunes y cerca del 100% de las mujeres van a sufrir al menos un episodio a lo largo de la vida, hay determinadas normas de higiene para intentar prevenirlas y, sobre todo, para evitar su reaparición. Así lo explica José Luis Neyro, ginecólogo del Hospital Universitario Cruces, de Bilbao.

  • Autor: Por CLARA BASSI
  • Fecha de publicación: 23 de agosto de 2011

¿Qué son las vulvovaginitis?

Las vulvovaginitis son afecciones de muy diverso origen que afectan a la zona de la vulva y la vagina y que se caracterizan todas ellas por síntomas como picor, enrojecimiento local, sensación de quemazón así como, a veces, flujo aumentado de diferentes tipos (blanquecino, amarillento o marrón verdoso). Las características del flujo dependen de que, además, haya una infección.

¿Cuáles predominan más?

» Las vulvovaginitis provocan picor, enrojecimiento local y sensación de quemazón y, a veces, flujo aumentado»

La gran mayoría de las vulvovaginitis empiezan con una disbacteriosis, que es una alteración de la flora vaginal (conocida como microbiota). La vagina consta de un ecosistema que, en condiciones normales, está en perfecto equilibrio. Este equilibrio lo conforma la acidez de los gérmenes que ahí habitan. Cuando, por distintas razones, la flora vaginal se altera también se perturba su equilibrio y se produce una pérdida de acidez. La disbacteriosis consiste en esta alteración de las condiciones de vida de los gérmenes de la vagina.

¿Cuáles son las consecuencias de la pérdida de acidez?

El resultado es que otros gérmenes invasores colonizan la vagina, entre los que figuran las levaduras (hongos). Como primer origen de las vulvovaginitis también puede haber infecciones de transmisión sexual (ITS). Sin embargo, este último supuesto es menos frecuente. La situación más común es que se registre primero una alteración del ecosistema vaginal y después una colonización por otros gérmenes no habituales.

¿Cuáles son las vulvovaginitis más frecuentes? ¿Qué microorganismos las causan?

La más frecuente es la vulvovaginitis candidiásica, causada por una levadura del género «Candida» de la que hay una gran variedad: «Candida albicans», la «Candida tropicalis» o «Candida glabrata», entre otras. Además, también hay vulvovaginitis causadas por levaduras como la «Trichomonas vaginalis», que se trasmiten por vía sexual.

¿Se sabe cuántas mujeres españolas padecen al año una vulvovaginitis?

No hay datos concluyentes, pero me atrevería a decir que, por una u otra razón, a lo largo de la vida cerca del 100% de las mujeres pueden tener al menos un episodio. Es muy común.

¿Casi como tener un resfriado?

Seguramente. Pero hay que destacar que el aspecto más importante no es sufrirla una vez, sino evitar que se repita.

¿Se repiten muy a menudo las vulvovaginitis?

«Hay determinadas normas de higiene para intentar prevenirlas y, sobre todo, para evitar su reaparición»

Son abundantes las recidivas. Hay vulvovaginitis provocadas una alteración crónica del equilibrio de la flora vaginal secundarias a tratamientos antibióticos reiterados (que se consumen por infecciones respiratorias como sinusitis, etcétera). Lo que ocurre con los antibióticos es que no hacen distinciones y, además de exterminar los microorganismos perjudiciales, también eliminan los que forman el ecosistema vaginal. Por eso, no es raro que tras los antibióticos para una infección de amígdalas, una semana más tarde surja una infección vaginal.

¿Hay mujeres que conocen esta asociación?

Por desgracia, sí. Hay otras circunstancias que predisponen a otras mujeres a padecer de vulvovaginitis, como sufrir diabetes o un déficit de hormonas por la posmenopausia. En esos momentos, también hay más probabilidad de que se desarrolle vulvovaginitis. Muchas mujeres posmenopáusicas, a las que se ha estudiado poco, pueden estar bajo tratamiento para una vulvovaginitis infecciosa, pero que solo se les resuelve cuando reciben tratamiento hormonal por la menopausia.

¿Cómo se tratan las vulvovaginitis?

«Sufrir diabetes o un déficit de hormonas por la posmenopausia predispone a sufrir vulvovaginitis»

El aspecto primero y fundamental es hacer un adecuado estudio del problema, analizarlo de forma integral y no centrarse solo en si hay algún germen causal, sino también en si se da una alteración del pH y acidez en la vagina. Con ese primer diagnóstico, se investiga la presencia de otro tipo de alteraciones hormonales o metabólicas. Después, se administra un tratamiento sistematizado contra el germen causal, para favorecer el reequilibrio de la flora vaginal. Ese reequilibrio de la flora antiguamente se hacía con productos prebióticos para estimular el crecimiento los gérmenes que habitan en la vagina.

¿Y cómo se tratan hoy?

Distintas casas comerciales han patentado diferentes tipos de estos gérmenes que se administran por vía vaginal para reequilibrar la flora, es decir, con ellos se repuebla la cavidad vaginal. Hay gérmenes liofilizados, que son muy cómodos de administrar y que no provocan residuos (antes era muy común que estos productos dejasen restos y manchasen la ropa interior). Y las infecciones se tratan durante tres o cuatro meses, tras los cuales se reequilibra la microbiota vaginal y se favorece a que ella misma se defienda de otros gérmenes agresivos.

¿Cuál es la diferencia exacta entre los prebióticos y los probióticos?

La diferencia es que los prebióticos son un conjunto de sustancias que alimentan a los gérmenes que componen cualquier la flora vaginal, mientras que los probióticos son un conjunto de seres vivos, de microorganismos, que en algún momento benefician a la flora humana (en la flora intestinal o vaginal). Elías Méchnikov, Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1908, ya recomendaba a sus pacientes que, para ser longevos, tenían que tomar leche fermentada de cabra. Esta fermentación no es más que una gran cantidad de microorganismos que forman el cuajo (leche fermentada), que confieren acidez al medio y que son la base de la buena salud. Parece ser que ahora se retoman aquellas enseñanzas.

¿Es cierto que las vulvovaginitis aumentan en verano?

«Bañarse más, sobre todo en aguas ricas en cloro, y permanecer con el traje de baño húmedo altera la composición del ecosistema vaginal»

Claro, porque el verano es una época en que la mujer transpira más, tienen más secreciones, se baña más por el calor, acude a más a piscinas con un agua con un pH muy agresivo, por tener mucho cloro, y permanece más tiempo con el traje de baño húmedo. Todo esto altera la composición del ecosistema vaginal. Además, en las consultas nos encontramos con ciertas condiciones de algunas mujeres procedentes de Europa (Rumania, Rusia o Bielorrusia) y de Latinoamérica (de Colombia y Ecuador), que tienen el hábito perjudicial de realizarse duchas vaginales (no de la vulva), lo que tiene un efecto de arrastre que elimina la flora vaginal, se altera el equilibrio y predispone a las infecciones de este tipo.

¿Por qué se practican estas duchas?

Por razones culturales. A estas mujeres se les ha enseñado que está mal tener secreciones que manchen la ropa interior. Por ello, se lavan con fruición mediante duchas vaginales, después de tener relaciones sexuales, etcétera. Pero esta intensa higiene vaginal es contraproducente. Hay que lavarse la vulva, la zona de la piel, pero no las mucosas del interior. Pero es difícil cambiar este hábito si se tiene como una norma de higiene aprendida.

¿Las vulvovaginitis llegan a aumentar hasta un 50% más en verano?

Sí, hasta el punto de que es el primer motivo de consulta de atención primaria de todos los ginecólogos de España entre los meses de mayo a octubre, sobre todo, en el periodo estival. Atendemos muchas consultas por picor, aumento de flujo, quemazón e, incluso, por dolor en las relaciones sexuales. Vulvovaginitis es un término muy extenso. Luego está la pequeña labor del ginecólogo de ponerle los «apellidos».

CONSEJOS PARA PREVENIR LA VULVOVAGINITIS

Las vulvovaginitis son mucho más frecuentes en verano, pero también constituyen un problema recurrente a lo largo de la vida de algunas mujeres y una afección de la que algunas es casi imposible que se libren a lo largo de toda su vida. Para prevenirla y para combatirla, en los casos de cronicidad, José Luis Neyro recomienda las siguientes medidas:

  • No utilizar salva slips, porque al hacer su función, mantener la ropa interior seca, no permite la transpiración, retiene las secreciones y macera la vulva. La vagina es un orificio natural que queda abierto de forma permanente y no se debe bloquear.
  • Si se está incómoda por las secreciones, se aconseja cambiar de ropa interior de manera más frecuente y escoger la que sea de algodón transpirable, en lugar de utilizar los salva slips.
  • No recurrir jamás a las duchas vaginales como método de higiene.
  • Tener precaución algunos productos de higiene íntima, ya que algunos de ellos alteran la flora vaginal. La mejor medida para lavarse los genitales es hacerlo «con el sobrante de jabón que cae después de lavarse el pelo», es decir, sin enjabonarse en exceso.
  • Evitar manipular la vagina con las manos sucias o con instrumentos sucios, puede altera la flora vaginal.
  • Procurar no automedicarse nunca y menos con antibióticos.
  • Las mujeres con antecedentes de vulvovaginitis de repetición deben alertar a su médico de que después de cada tratamiento antibiótico sufren de este problema. En caso de duda, deben consultar al ginecólogo.
  • Ante vulvovaginitis recidivante se puede reponer la flora con probióticos. Para ello, durante la menstruación, pueden utilizar un nuevo tampón que libera estos probióticos y permite reequilibrar la flora vaginal alterada, que predispone a esta dolencia.

Los adolescentes maduran sexualmente más pronto en la actualidad

Investigadores afirman que los adolescentes se hacen físicamente maduros más temprano que nunca antes, al señalar que han estado alcanzando la madurez sexual unos 2,5 meses más temprano cada década desde por lo menos la mitad del siglo XVIII. Para los muchachos, tener 18 años hoy en día es como tener 22 en 1800, indican.

«El motivo de que los chicos y chicas maduren más temprano es probablemente que la nutrición y el ambiente de enfermedades se vuelven más favorables para que ocurra», explicó Joshua Goldstein, del Max-Planck-Gesellschaft, de Rostock (Alemania).

El nuevo estudio concluyó que el período de tiempo en que las personas son sexualmente maduras, pero aún no se consideran adultos, se está ampliando. Los autores señalaron que la causa de esta madurez física precoz es puramente biológica y no tiene nada que ver con los avances tecnológicos ni las actividades sociales.

En el estudio, los investigadores examinaron los datos de mortalidad de cinco países. Explicaron que cuando la producción de hormonas masculinas alcanza su nivel más alto durante la pubertad, la probabilidad de que los chicos mueran también aumenta, debido a que la liberación de la hormona testosterona les impulsa a tomar más riesgos. El aumento en los accidentes es un fenómeno que también ocurre entre los monos machos, y que se conoce como «accident hump».

Los investigadores concluyeron que la madurez sexual de los chicos está ocurriendo más temprano que antes, junto con el aumento de los accidentes.

Los autores del estudio señalaron que el aumento en los accidentes alcanza su punto máximo en la etapa tardía de la pubertad, cuando la voz de los chicos cambia y alcanzan la capacidad de reproducción. Aunque esta fase «temeraria» de alto riesgo comienza antes, tal vez hoy en día no sea tan peligrosa, dado que los padres tienden a supervisar a sus hijos más de cerca a edades más tempranas.

Además, señalaron los investigadores, la brecha entre la madurez sexual y la madurez social, o adultez, está aumentando. «Las fases biológica y social de las vidas de los jóvenes se separan cada vez más», aseguró Goldstein. «Aunque los adolescentes se vuelven adultos antes en un sentido biológico, alcanzan la adultez más tarde respecto a sus roles sociales y económicos».
En nuestro país, en el mismo sentido que en todo el Occidente, esa diferencia entre la madurez biológica y la psicológica explica, entre otros muchos factores, la alta tasa de embarazos no deseados entre estos grupos etarios….y la consecutiva alta tasa de abortos. Una vez más puede afirmarse con rotundidad que, también aquí, prevenir es vivir seguro¡¡¡¡