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Se recomienda el apoyo a la ética clínica en los hospitales

El apoyo a la ética clínica para los médicos en los hospitales ayudaría a los clínicos a proporcionar atención al paciente éticamente adecuada, aun cuando los médicos en general cumplan en su mayor parte el aspecto ético del ejercicio clínico, según la investigación publicada en Medical Journal of Australia.
En este sentido se ha señalado que la generalización de las llamadas prácticas «políticamente correctas» por encima de la sensatez de los actos médicos, puede llevar a los profesionales a cambiar su orientación clínica y terminar por practicar una medicina de defensa jurídica, en la que los objetivos de la asistencia dejan de pasar por el paciente y se determinan por la seguridad jurídica del propio profesional. Alertamos sobre ello, relata el Dr. Neyro, en una noticia que desarrollamos ahora hace algunas semanas, en http://www.neyro.com/2015/04/22/la-medicina-de-defensa-juridica-una-nueva-forma-de-asistencia/

El Dr. Evan Doran y sus colaboradores del Centro para Valores, Ética y Jurisprudencia en Medicina y de la Facultad de Leyes de la Universidad de Sidney, y el Ministerio de Salud de NSW (Nueva Gales del Sur), identificaron datos que indican que el apoyo formal a la ética clínica sería útil. Los autores llevaron a cabo 30 entrevistas entre abril y noviembre de 2011 con 11 miembros del personal médico, 18 miembros del personal de enfermería y obstetricia y un psicólogo de los servicios de atención neonatal, maternidad y oncología de un extenso hospital urbano de NSW. Veinticuatro de los entrevistados eran mujeres y seis eran hombres.

«Las descripciones de los profesionales clínicos transmitían la impresión de que evaluaron la gestión ética como ‘en su mayor parte correcta’, y que en general estaban satisfechos con la ética del hospital, su división y sus colegas», señalaron los investigadores.

«Consideraron que la ética de la atención clínica en general se gestionaba bien, principalmente porque se percibía la ética como ‘integrada’ en la cultura del hospital, y también porque el personal clínico asumía que sus colaboradores eran competentes para lidiar con cuestiones morales básicas y dirigidas a optimizar la atención a los pacientes».

No obstante, la mayor parte de los participantes en la encuesta expresaron el deseo de un apoyo formal a la ética clínica porque la ética es parte integral de los procedimientos de atención a la salud, no siempre ‘se aplica bien’ y puede ser fuente de conflicto.
«Naturalmente es peligroso ser demasiado tolerante de la imperfección, por ejemplo, pasar por alto en vez de abordar problemas éticos difíciles pero importantes». En este orden de cosas, recientemente se han publicado datos no tranquilizadores de escasa aprobación por parte de los pacientes crónicos de las políticas de asistencia sanitaria que, no lo olvidemos, consumen hasta un 80% de los recursos asistenciales dedicados a la cronicidad (véase enhttp://www.neyro.com/2015/06/22/pacientes-cronicos-aprueban-con-solo-un-52-la-calidad-de-la-asistencia-sanitaria-recibida/)

Los investigadores del estudio australiano determinaron que «incluso la inquietud moral más profunda no siempre se expresa. Esto puede ser fuente de frustración para los profesionales clínicos y puede contribuir a la ‘ansiedad moral’; es decir, la amenaza potencial o real para la organización moral mediadora y la integridad de un profesional clínico individual lo que, si no se atiende en forma adecuada, puede tener un efecto negativo en la moral del personal y en la calidad de la atención que brinda».

Recomendaron que «el apoyo ético clínico, expresamente con el propósito de crear conciencia, fomentar el debate abierto y minimizar la incertidumbre y la ansiedad, se considere como un medio para brindar apoyo». No es correcto ni tolerable desatender al diferente cuando sus planteamientos son éticamente intachables, solo porque no esté en sintonía con la orientación política de los determinantes sanitarios, cuyas decisiones a veces no se basan en el paciente sino en el ahorro de costes o en otros intereses incluso.

«Por último, también creemos que considerar seriamente el apoyo ético clínico es, en última instancia, una cuestión normativa y debiera implicar el debate profesional y público con respecto a si el compromiso explícito con la ética es parte integral de la atención a los pacientes en una sociedad democrática e inclusiva».

Referencias:

Part of the fabric and mostly right: an ethnography of ethics in clinical practice, Evan Doran, Jennifer Fleming, Christopher Jordens, Cameron L Stewart, Julie Letts, Ian H Kerridge, Medical Journal of Australia, doi: 10.5694/mja14.00208, 15 June 2015. Disponible en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=Part+of+the+fabric+and+mostly+right%3A+an+ethnography+of+ethics+in+clinical+practice

Cada año se diagnostican en España más de 56.400 nuevos casos de pacientes con verrugas genitales

Producidas en la mayoría de los casos por los tipos 6 y 11 del virus del papiloma humano, lo interesante, señala el ginecólogo José Luis Neyro, es que todos los casos prácticamente serían evitables si nuestras autoridades sanitarias dieran un paso al frente e invirtieran recursos en vacunación a toda la población susceptible, que en general son los jóvenes menores de 26 años; incluso se ha argumentado que la vacunación en general es coste efectiva por la enorme cantidad de dinero que ahorra a los sistemas sanitarios públicos (ver en http://www.neyro.com/2015/05/25/cada-euro-gastado-en-vacunas-ahorra-22-euros-al-sistema-nacional-de-salud/)
De hecho ya ha sucedido así en otros países como Australia (continúa nuestro experto) donde la aparición de nuevos casos de verrugas tras cuatro años desde iniciada la nueva política de vacunación allá, es prácticamente anecdótica (lo señalamos en http://www.neyro.com/2013/12/13/fuerte-reduccion-del-riesgo-de-verrugas-genitales-tras-la-vacunacion-contra-el-virus-del-papiloma-humano/)
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Como señalábamos al principio, cada año se diagnostican en España más de 56.400 nuevos casos de pacientes con verrugas genitales o condilomas, producidas en la mayoría de los casos por los tipos 6 y 11 del virus del papiloma humano (VPH), ambos de los catalogados como de bajo riesgo oncológico por su bajo riesgo de malignización.

Se trata de la infección viral más frecuente de entre todas las de transmisión sexual y se estima que tan solo el 5 o el 10% de los casos estarían producidos por otros tipos y de entre ellos, algunos considerados de riesgo para la transformación neoplásica como son el 16 y 18, responsables de las displasias severas o de carcinoma de cuello de útero, pene, ano o vulva.

La frecuencia de la aparición de las verrugas genitales está relacionada con las costumbres sociales y los cambios culturales como, por ejemplo, el inicio cada vez más precoz de las relaciones sexuales y el aumento en el número de parejas sexuales (puede ampliarse esta información en http://www.neyro.com/2015/01/30/la-oms-emite-recomendaciones-para-abordar-el-cancer-de-cervix-que-mata-a-270-000-mujeres-cada-ano/)

Todos estos datos se reflejan en la guía ‘Verrugas genitales. Un enfoque práctico’, elaborado por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). «A través de esta guía queremos ayudar a mejorar el abordaje cotidiano de las verrugas anogenitales, facilitar la comprensión de su presencia y ofrecer un algoritmo que facilite y mejore la eficacia a la hora de elegir entre el arsenal terapéutico que disponemos», ha subrayado la jefa de servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Guadalajara y coautora de esta guía, María Jesús Cancelo.

La guía pretende proporcionar a los profesionales sanitarios que tratan con la patología relacionada con el VPH, una herramienta práctica para el manejo, especialmente de las verrugas ano-genitales. Y es que, a pesar de ser una patología muy estudiada y con gran repercusión en la presión asistencial para ginecólogos, dermatólogos y médicos de Atención Primaria, en la actualidad no existe un consenso o protocolo de actuación en la clínica diaria ante pacientes que sufren manifestaciones clínicas del VPH.

«En la actualidad contamos con tratamientos eficaces y bien tolerados y el apoyo multidisciplinar que facilita el diagnóstico y seguimiento de estos pacientes», ha apostillado Cancelo, para informar de que existen nuevos tratamientos tópicos, autoaplicados por el paciente incluso algunos, como diferentes pomadas de quimioterápicos tipo Imiquimod, extraordinariamente eficaz en el empeño de la desaparición de las verrugas (señala José Luis Neyro) y con amplísima experiencia clínica, las sinecatequinas del té verde, que proporcionan beneficios no solo a corto plazo, sino también a largo plazo, reduciendo la aparición de recurrencias y otros varios tratamientos incluso quirúrgicos (láser, electrocauterios…, etc).

«El tratamiento con sinecatequinas pretende no sólo actuar directamente sobre las lesiones visibles erradicándolas, sino llegar hasta el origen de las mismas, el VPH, actuando así sobre las lesiones subclínicas y evitando que el problema persista o recidive, a diferencia de tratamientos ablativos que solo actúan en el corto plazo», ha abundado el presidente de la International Federation for Cervical Pathology and Colposcopy (IFCPC) y coautor de la guía, Silvio Tatti.

Por todo ello, los expertos han destacado la importancia de la colaboración interdisciplinar para el abordaje del VPH va a brindar mayores beneficios para la persona que la padece. Y además, son múltiples los profesionales sanitarios que de una manera u otra se verán implicados en ello; así, la colaboración con citólogos y patólogos resulta de una importancia capital para ginecólogos, urólogos y dermatólogos, destaca nuestro experto José Luis Neyro.

El médico de AP suele ser el primer eslabón, y el primer lugar donde acude el paciente, pero ginecólogos, urólogos y dermatólogos actúan en «muchas ocasiones» como los confidentes en esta patología, que va más allá de los aspectos puramente médicos para entrar en las relaciones sociales, de pareja y que influyen en la calidad de vida de la persona que la padece.

«Un aspecto que llama la atención, en muchos casos, es la demora en la búsqueda de ayuda. Posiblemente, el hecho de ser una infección de transmisión sexual, genera sentimientos de culpa por posibles infidelidades y ello conduce a demorar el diagnóstico y tratamiento», ha zanjado.

Durante el tratamiento de las verrugas que ha veces se extiende por semanas, resulta particularmente importante iniciar la vacunación que evite nuevas infecciones por los agentes causales, destaca el Dr. Neyro (leer más enhttp://www.neyro.com/2014/05/13/vacunas-contra-el-cancer-de-ano-y-de-recto-mas-seguras-y-eficaces/).

Un fármaco para tratar la osteoporosis muestra perspectivas favorables en la investigación de la diabetes

Científicos estadounidenses han descubierto que un fármaco que se suele utilizar para tratar la osteoporosis en seres humanos también estimula la producción de células que controlan el equilibrio de la insulina en ratones diabéticos. Aunque se ha demostrado que estos compuestos tienen este efecto, el fármaco (Denosumab) ya está aprobado por la FDA y podría desplazarse más rápidamente a estudios clínicos, como un tratamiento de la diabetes. La investigación es publicada en Cell Metabolism.

No es infrecuente que los fármacos empleados en el tratamiento de la osteoporosis (OP) postmenopáusica, por las características precisas de la fisiopatología de esta enfermedad, se asocien a otras enfermedades e incluso que combinaciones con ellos mejoren la calidad de vida de las pacientes afectas por otros problemas, como el síndrome climatérico (como puede verse en nuestro blog en http://www.neyro.com/2014/11/06/nueva-esperanza-de-tratamiento-combinado-de-la-menopausia-mas-seguro-y-versatil/)

Se sabe de antiguo, que la diabetes es un problema de salud importante en todo el mundo, que surge debido a una deficiencia de células beta del páncreas productoras de insulina. En la diabetes de tipo 1, las células beta mueren por un ataque mal dirigido por el sistema inmunitario del organismo; en la diabetes de tipo 2, el organismo se vuelve resistente a la insulina y las células beta tratan de compensar produciendo más de esta hormona, la cual se puede agotar. Por consiguiente, una meta primaria para combatir la diabetes es descubrir formas de incrementar las células beta funcionales; sin embargo, las células beta son muy resistentes a la división y la regeneración.

Al abordar esta dificultad, los investigadores han descubierto un vínculo entre una vía relacionada con los huesos, bien conocida, y la proliferación de las células beta pancreáticas. «Nuestro estudio identifica un freno molecular que inhibe la replicación de la célula beta del ratón y humano», dice la autora principal, Rupangi Vasavada, del Instituto de Diabetes, Obesidad y Metabolismo en la Escuela de Medicina Icahn, en Mount Sinai en la ciudad de Nueva York. «Demuestra que dos proteínas, incluido un fármaco para la osteoporosis, autorizado por la FDA, pueden superar y liberar este freno e inducir a la proliferación de células beta en roedores y humanos».

Vasavada y sus colaboradores, incluida la primera autora del estudio, Nagesha Kondegowda, hicieron estos descubrimientos al estudiar los efectos de hormonas lactógenas, las cuales son producidas por la glándula hipófisis, estimulan la lactación en las mujeres y se sabe que intensifican la sobrevida y el crecimiento de la célula beta del páncreas. Cuando analizaron las proteínas que son reguladas por lactógenos en las células beta, las investigadoras identificaron una proteína relacionada con los huesos, como es la osteoprotegerina (OPG, la proteína que protege a los huesos); es la responsable, nos aclara el Dr. José Luis Neyro, de detener la formación de los osteoclastos a nivel óseo para impedir que la resorción ósea continúe sin freno y degrade los huesos de manera definitiva (que es precisamente lo que sucede en la OP postmenopáusica).

Resulta interesante que una búsqueda de la bibliografía médica reveló que la OPG es expresada en altas concentraciones en diversos trastornos y estados, como el embarazo y la obesidad, que favorecen la expansión de la célula beta. Estos hallazgos parecen indicar que la OPG puede intervenir directamente en el crecimiento de la célula beta.

La OPG se une a un par de proteína y receptor que afecta al recambio óseo, la lactación y otros procesos diversos. Vasavada y su equipo descubrieron que un par también inhibe la replicación de la célula beta y que la OPG y Denosumab, que es un anticuerpo monoclonal que hace el mismo efecto que OPG (ver en http://www.neyro.com/2011/03/11/el-denosumab-y-sus-aportaciones-al-tratamiento-de-la-osteoporosis/), contrarrestan este efecto para estimular la proliferación de la célula beta. «Los hallazgos indican que existe un potencial para reorientar este fármaco para la osteoporosis y utilizarlo en el tratamiento de la diabetes», dice.

Vasavada explorará luego cómo Denosumab y la OPG modulan el crecimiento y la función de la célula beta. También le interesa realizar estudios clínicos en pacientes con diabetes que se están tratando simultáneamente por osteoporosis con denosumab y otros fármacos. Un estudio realizado en 2013 en mujeres posmenopáusicas que tomaban denosumab no reveló ningún efecto sobre el metabolismo de la glucosa para las que recibían el fármaco, pero se necesitaron más pruebas, ya que los participantes no eran diabéticos.

No es la primera vez, señala finalmente el ginecólogo José Luis Neyro, representante para el País Vasco de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Investigaciones Óseas y metabolismo Mineral (SEIOMM) (ver enhttp://www.seiomm.org/contenido/representante-de-las-comunidades-autonomas/1355), que un fármaco que se emplea para la Osteoporosis se vincula con beneficios a otros niveles. Así, se han vinculado los potenciales efectos de un SERM (modulador selectivo de los receptores de estrógenos) en la protección contra los cánceres ginecológicos (ver en http://www.neyro.com/2015/01/21/farmacos-contra-la-osteoporosis-evitan-tambien-canceres-ginecologicos/)

Referencias:

Kondegowda et al. Osteoprotegerin and Denosumab Stimulate Human Beta Cell Proliferation through Inhibition of the Receptor Activator of NF-κB Ligand (RANKL) Pathway. Cell Metabolism, June 2015 DOI: 10.1016/j.cmet.2015.05.021

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=neyro+bilbao+ando+or+luis+Neyro.José Luis Neyro 1, Jesús Cancelo M, Palacios S. Inhibition of RANK-L in the pathophysiology of osteoporosis. Clinical evidences of its use. Ginecol Obstet Mex.2013 Mar;81(3):146-57.

La seguridad de los tratamientos en la Osteoporosis debe ser máxima

Una de las características fundamentales de los tratamientos médicos en la actualidad debe ser su seguridad, que no causen daño apenas a los pacientes, menor en cualquier caso que el beneficio que de ellos se espera obtener con su empleo, lógicamente. Es paradigmáticamente más exigible en tratamientos de enfermedades crónicas (como la osteoporosis) en las que los pacientes se espera que sigan en tratamiento por periodos largos, a veces de más de una década.
En la osteoporosis que afecta a una de cada tres mujeres mayores de cincuenta años (ver en http://www.neyro.com/2013/10/21/la-osteoporosis-mata-4-veces-mas-mujeres-que-el-cancer-de-mama/) los médicos de todo el mundo a menudo prescriben fármacos del grupo de los bisfosfonatos como Alendronato (Fosamax) e Ibandronato (Boniva) para tratarla y evitar las fracturas osteoporóticas Tan frecuentes como alertamos en http://www.neyro.com/2011/10/21/la-incidencia-anual-de-las-fracturas-por-osteoporosis-postmenopausica-se-triplicara-en-los-proximos-50-anos/).

 Lamentablemente, la utilización de bifosfonatos a largo plazo se ha vinculado en los últimos años a un incremento del riesgo de fracturas femorales atípicas. En la revista JBJS Reviews, Blood et al, ofrecen alguna guía con respecto a cómo evitar tales fracturas. Los autores señalan que el dolor prodrómico del muslo y una línea radiolúcida en la radiografías de pacientes con un antecedente de utilización crónica de bisfosfonato son potentes indicadores de una fractura inminente. Estos signos se han detectado fundamentalmente en los pacientes que tomaban Alendronato (ALN) o Zoledronato (ZOL) por periodos de más de cinco y tres años, respectivamente.

Entre los usuarios de bisfosfonatos que tienen una fractura incompleta o dolor escaso o nulo, los autores recomiendan una prueba de suspensión de bifosfonato, soporte de peso protegido, suplementos de calcio y vitamina D y posible tratamiento con teriparatida (Forsteo), para incrementar la formación de hueso nuevo que ayude en la consolidación de la fractura.. Añaden que se ha de valorar la fijación profiláctica en quirófano cuando no haya mejora radiográfica o mejoría sintomática después de 2 a 3 meses de ese enfoque conservador.

Loa autores del estudio que ahora comentamos, Blood et al recomiendan también que los pacientes con alto riesgo de fractura femoral atípica deben evaluar la suspensión del tratamiento con bifosfonato después de 5 años de utilización continuada. Recientemente, el Dr. Neyro y sus colegas han publicado un artículo en una importante revista indexada (ver en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26048545) en la que explican las (mal) llamadas vacaciones terapéuticas de los tratamientos de bisfosfonatos, restringiendo estas a las pacientes en tratamiento con ALN o ZOL por los periodos aludidos de más de 5 y 3 años (respectivamente) y cuya situación haya pasado a ser en esos tiempos de bajo riesgo de fracturas.

También recomiendan en el estudio comentado a los traumatólogos y ortopedistas evaluar el fémur contralateral en busca de signos de fractura inminente en pacientes que ya han sufrido una fractura femoral atípica. Al tiempo, el director editorial de JBJS Reviews, Dr. Thomas A. Einhorn, señala: «Es importante hacer notar que si bien la mayor parte de estas fracturas muy probablemente se relacionan con la utilización de bifosfonatos, los hallazgos recientes muestran que también pueden ocurrir en pacientes con otros fármacos anti-resorción como denosumab (Prolia) y un número pequeño de pacientes ha presentado estos cambios óseos y fracturas sin ningún antecedente de utilización de fármacos».

De hecho, señala nuestro experto el Dr. Neyro, aún no se conoce bien el mecanismo productor de las llamadas fracturas atípicas; en el caso de Denosumab (ver más información en http://www.neyro.com/2011/03/11/el-denosumab-y-sus-aportaciones-al-tratamiento-de-la-osteoporosis/) los números son apabullantes: apenas 47 casos de daño en este sentido tras casi 2.000.000 de pacientes/año tratados, lo cual proporciona un riesgo no despreciable pero sí muy bajo, de apenas 0.0023%.

No obstante, las recomendaciones de Blood et al, el riesgo absoluto de fracturas femorales atípicas es bajo (3,2 a 50 casos por 100.000 años-personas en usuarios de bisfosfonato a corto plazo y casi 100 casos por 100.000 años-persona en usuarios a largo plazo). En consecuencia, en la mayoría de las personas con osteoporosis, las ventajas demostradas de reducción del riesgo de fracturas osteoporóticas con los bisfosfonatos superan los riesgos de fracturas femorales atípicas, según lo comenta el editor en jefe de JBJS, Dr. Marc Swiontkowski, en el artículo del 28 de enero del 2015 «conexiones de casos» en JBJS Case Connector.

El entorno pre-concepcional de la madre puede afectar al riesgo de enfermedad de su hijo

Existen muchas circunstancias maternas que influirán de forma importante en el desarrollo y la vida futura incluso del nuevo ser; conocíamos datos sobre la obesidad (ver en nuestro suelto http://www.neyro.com/2011/04/06/la-obesidad-de-la-madre-amenaza-la-vida-del-hijo/)
También teníamos datos incontrovertibles de hasta qué punto el alcohol ingerido durante la gestación era capaz de producir la génesis de un grave y definitivo síndrome alcohólico fetal, del que ya informamos en la noticia hace ya unos meses en http://www.neyro.com/2015/05/01/consumir-alcohol-durante-la-gestacion-provoca-secuelas-irreversibles-en-los-ninos/. Es más, también contamos hace poco que el consumo de alcohol durante el embarazo, puede causar desde la muerte fetal hasta un severo déficit intelectual (léase más en el suelto http://www.neyro.com/2015/05/04/el-sindrome-alcoholico-fetal-es-un-problema-bastante-frecuente-y-poco-reconocido/)

Ahora un nuevo análisis de datos relevantes obtenidos en clínica  nos dicen que la nutrición materna es el conductor más probable para que ese entorno de la madre antes de la concepción pueda afectar al riesgo de enfermedad de su hijo.Efectivamente, algunos científicos han demostrado por primera vez que el entorno de una madre alrededor del momento de la concepción podría cambiar de forma permanente la función de un gen que influye en la inmunidad y el riesgo de cáncer en el niño. La dieta es probable que desempeñe un papel en este proceso, según los resultados de este estudio publicado en “Genome Biology”.

Éste es el último descubrimiento de una colaboración internacional liderada por investigadores del Medical Research Council Unit (MRC), con sede en Gambia, África Occidental, y el Grupo Internacional de Nutrición de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical, en Reino Unido, junto con un equipo del Baylor College of Medicine en Houston, Texas, Estados Unidos.

Estudios previos realizados por los investigadores demostraron que el ADN de un niño puede resultar afectado por la dieta de la madre antes del embarazo, pero ahora han dado con un gen llamado VTRNA2-1 como particularmente sensible a estos cambios. VTRNA2-1 es un gen supresor tumoral que también afecta a la forma en la que el cuerpo responde a las infecciones virales.

Está bien establecido que pequeñas diferencias en el ADN que conforma nuestros genes pueden afectar a nuestro riesgo de tener una serie de enfermedades. Aunque los genes de un niño se heredan directamente de sus padres, cómo se expresan estos genes se controla mediante modificaciones epigenéticas en el ADN. Las modificaciones epigenéticas más comúnmente estudiadas son marcas químicas (metilación) colocadas en el ADN de los genes que pueden impedir que el mensaje se lea. Es importante destacar que estas marcas pueden verse influidas por el entorno de un individuo.

Consultado el ginecólogo José Luis Neyro, responsable de contenidos de www.neyro.com, señala que «no necesitamos recordar en este punto hasta qué nivel de importancia epigenética pueden adquirir determinados hábitos maternos cuando se ha demostrado que hasta una de cada trece gestantes ingiere alcohol de forma habitual durante sus gestaciones», con el evidente peligro ya comentado que ello supone para el feto en desarrollo (lo contábamos con crudeza en la noticia publicada en http://www.neyro.com/2012/07/27/una-de-cada-13-mujeres-embarazadas-consume-alcohol/)

Mediante la búsqueda de genes que tienen patrones muy similares de metilación en todos los tejidos, se puede inferir que las marcas se establecen en los primeros días de la vida, antes de que el embrión comience a dividirse en los tejidos especializados que conforman el bebé en desarrollo (cuando todavía la madre ignora completamente si está o no gestante….). Estos llamados ‘epialelos metaestables’ proporcionan así un dispositivo idóneo para estudiar la influencia del ambiente muy temprano del embrión en su epigenoma. Como la metilación requiere un conjunto definido de nutrientes, la nutrición de la madre antes y durante el embarazo puede afectar al ‘ajuste’ de estas etiquetas, con consecuencias potencialmente permanentes para la función genética de su hijo.

Los datos de Gambia provienen de un «experimento de la naturaleza» único en el que la dependencia de la población de los alimentos cultivados propios y un clima marcadamente estacional imponen grandes diferencias en la dieta y otros factores ambientales entre estaciones lluviosas y secas. Los investigadores reclutaron a 120 mujeres embarazadas que concibieron en el pico de la temporada de lluvias o seca y midieron las concentraciones de nutrientes en la sangre. Más tarde se analizaron muestras de sangre y del folículo piloso de sus bebés entre los 2 y 8 meses.

El autor principal, el bioinformático Matt Silver, del Grupo MRC Internacional de Nutrición de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical, señala: «Mediante el estudio de los bebés concebidos de madres que comen dietas muy diferentes en las estaciones seca y lluviosa en zonas rurales de Gambia podíamos realizar una experimento natural. Nuestros resultados muestran que las marcas de metilación que regulan cómo se expresa VTRNA2-1 se ven influenciadas por la temporada en la que son concebidos los bebés. La nutrición materna es el conductor más probable».

Los equipos de Londres-Gambia y Houston tomaron dos enfoques complementarios e independientes para descubrir nuevos epialelos metaestables en el genoma humano. Sorprendentemente, todos se centraron en el mismo: el gen VTRNA2-1.

«Hay alrededor de 20.000 genes en el genoma humano (aunque otros autores han señalado un total de 33.000, señala nuestro experto, el Dr. Neyro, consultor de Ginecología del Hospital Universitario Cruces). Por lo tanto, para nuestros dos grupos, tomando diferentes enfoques, identificar este mismo gen como el máximo epialelo es igual que excavar en dos lados diferentes de un pajar gigantesco y encontrar exactamente la misma aguja», subraya el profesor asociado Rob Waterland, de Baylor, quien dirigió la rama estadounidense del estudio.

La evidencia anterior sobre el gen VTRNA2-1 sugiere que los cambios epigenéticos observados podrían afectar a la capacidad de un individuo para luchar contra las infecciones virales (como la gripe), pero recíprocamente alterar su actividad supresora de tumores y, posiblemente, ofrecer protección contra ciertos tipos de cáncer (hasta ahora se ha mostrado para la leucemia mieloide aguda y los cánceres de pulmón y de esófago).

El autor del estudio, el Prof. Andrew Prentice, que lidera el tema de la nutrición de la Unidad MRC, en Gambia, y el Grupo MRC Internacional de Nutrición de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical, señala: «Creemos que ésta es la primera evidencia concreta de que la dieta de una madre antes del embarazo puede afectar al riesgo de la enfermedad de su hijo por la reescritura de una pequeña porción de su epigenoma. Como este gen juega un papel clave en el control de la respuesta a las infecciones virales y ofreciendo protección contra ciertos tipos de cáncer, las implicaciones potenciales son enormes».

«Nuestro próximo paso es seguir a los niños de Gambia para probar exactamente cómo las diferencias en el gen epigenético VTRNA2-1 afectan a la expresión génica y la salud de toda la vida. Esto podría ayudar a arrojar luz sobre cuestiones de larga duración como por qué las tasas de mortalidad debido a la infección son más altas en los nacidos en Gambia en la época de lluvias», concluye.

Finalmente, señala el Dr. Neyro en su particular corolario, estas investigaciones y otras muchas señalan la importancia creciente que debe tener la llamada «visita pre-concepcional» que nos permitiría en la clínica «preparar el embarazo», aunque somos conscientes de que no todas las mujeres aprecian la importancia de mantener las visitas periódicas a sus ginecólogos, según señalamos en la noticia publicada en http://www.neyro.com/2015/06/10/no-todas-las-mujeres-son-conscientes-de-la-importancia-de-sus-revisiones-ginecologicas/

Al tiempo, nuestras respetadas autoridades sanitarias siguen sin reconocer la importancia de tal visita y permanece sin incluir en el recientemente publicado catálogo de prestaciones sanitarias del Sistema Sanitario Nacional según reza el BOE del pasado 06.11.2014 (ver en http://www.boe.es/boe/dias/2014/11/06/pdfs/BOE-A-2014-11444.pdf), a pesar de todas las recomendaciones en este sentido incluso de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).

Ocho de cada diez mujeres ignoran lo que es el prolapso genital

Es un hecho comprobado que por encima de determinada edad muchas mujeres abandonan la visita a sus ginecólogos sin motivo aparente (si no lo cree, estimado lector, puede comprobarlo en http://www.neyro.com/2012/05/10/solo-una-de-cada-tres-mujeres-mantiene-la-visita-al-ginecologo-a-partir-de-los-65-anos/); como si en estas edades avanzadas no existiera patología o no se incluyeran razones para mejorar la calidad de vida trastrocada muchas veces por pequeñas (o no tan pequeñas) disfunciones en la vida femenina.
Por encima de los setenta años de edad, cuando por ejemplo la osteoporosis se ceba con las mujeres, estas visitas periódicas al ginecólogo son excepcionales (ver en http://www.neyro.com/2012/04/22/al-ginecologo-a-partir-de-los-70/), siendo muchas veces los propios ginecólogos los que estimulan a sus pacientes a «no volver más por aquí».
Sin embargo lo anterior, el prolapso pélvico (por ejemplo) es una de las disfunciones de suelo pélvico más comunes entre las mujeres, ya que puede afectar incluso a la mitad de quienes han tenido algún parto vaginal, pero pese a esta incidencia sólo ocho de cada 10 españolas sabe que se trata de un descenso de los órganos pélvicos causado por el fallo de sus mecanismos de soporte. Téngase en cuenta que tras la menopausia y con la pérdida de los estrógenos, los tejidos pierden no solo colágeno sino con él, también pierden elasticidad, comenta nuestro experto el Dr. Neyro, ginecólogo con experiencia en estos temas.

Así se desprende de los resultados de un reciente estudio elaborado por American Medical Systems (AMS), compañía especializada en dispositivos médicos para la salud pélvica, con una muestra de algo más de mil mujeres de más de 45 años. En ese sentido, el estudio muestra como sólo el 20,7% de las encuestadas asegura conocer este problema, cuyos principales factores que favorecen su aparición son, además de la constitución individual de cada mujer (alteraciones del colágeno, etc.), los embarazos y partos (sobre todo los mal atendidos….), el envejecimiento, la obesidad, el estreñimiento (que todos los ginecólogos debiéramos combatir en nuestras pacientes, comenta el Dr. José Luis Neyro; véase más sobre el tema en http://www.neyro.com/2014/12/12/estrenimiento-y-embarazo-un-problema-menor-que-deteriora-la-calidad-de-vida/), el tabaquismo por parecidas razones de ataques al colágeno y finalmente también algunas de las cirugías pélvicas.

En estadios avanzados, produce grandes molestias y limitaciones en la vida de las mujeres. Desde apreciar un bulto que sobresale a través del orificio de la vagina (a veces la vejiga, a veces el recto, frecuentemente ambos a la vez….), con importantes molestias a la hora de orinar hasta las consiguientes limitaciones para mantener relaciones sexuales o incluso su imposibilidad material de realizar penetraciones vaginales.

Además, acarrea importantes consecuencias psicológicas en las pacientes que la sufren, ya que ven limitada en gran medida su calidad de vida. Recordemos que en una sociedad que envejece a marchas forzadas, la calidad de vida de estos años de más debe ser el objetivo a batir (véase en http://www.neyro.com/2011/11/20/la-menopausia-merma-la-calidad-de-vida-de-siete-de-cada-diez-mujeres-espanolas/) Pese a ello, el 62,4% de las mujeres consultadas no cree que esta enfermedad pueda impedirle hacer una vida normal o sencillamente no lo sabe.

Por el contrario, más del 20% de las mujeres considera que sí tendría molestias a la hora de orinar o tener relaciones sexuales, mientras que el 9,4% es consciente de que sufrir esta patología le cohibiría a la hora de seguir con su vida social y laboral y el 4,7% de las mismas no cree ni tan siquiera que pudiese sentarse con normalidad.

Para la prevención de problemas posteriores al parto natural, los expertos recomiendan efectuar una serie de ejercicios que ayuden a fortalecer el suelo pélvico. No es nuevo, fueron previstos por el Dr. Kegel; es más, reciben este nombre por el Dr Arnold H. Kegel  , quien desarrolló estos ejercicios para sus pacientes en la década de 1940 como método para control de la incontinencia urinaria. Sus dos artículos fueron publicados en 1948 (ver en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18860416 y en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18877152)  y entre otro otros estimulaban a evitar realizar grandes esfuerzos, tales como levantar peso o estar mucho tiempo de pie y algunas otras pautas indicadas por los ginecólogos desde entonces.
File:Kegel exercises diagram.png

En cambio, el estudio que ahora comentamos muestra como tan solo el 35,7% de las madres encuestadas había realizado algún ejercicio o actividad para fortalecer su musculatura pélvica después del parto (seguramente por desidia de los propios ginecólogos que controlaron esas gestaciones, señala el Dr. Neyro en sus comentarios). En cuanto a su tratamiento, solo el 38,8% de las mujeres que sí conocen la enfermedad está familiarizado con alguno de los tratamientos existentes para solucionarla.

En estadios avanzados, el prolapso de órganos pélvicos también se puede tratar mediante cirugía y devolver así a las pacientes su calidad de vida. De hecho, la cirugía reconstructiva, con uso en muchas ocasiones de mallas transvaginales, presenta una eficacia superior al 85%.

Su utilización se ha generalizado en los últimos tiempos, muy a pesar de que a pesar de ello están muy en entredicho por los resultados dispares de los estudios de seguimiento en el medio y largo plazo. Sus defensores argumentan que debido a la mejoría que ha supuesto su introducción en las cirugías reconstructivas, se emplean cada vez más. Se trata de pequeñas mallas de polipropileno que son usadas en el curso de la cirugía reconstructiva del prolapso de órganos pélvicos, para disminuir la frecuencia de recaídas.

El objetivo de este procedimiento es el de restablecer la función de los tejidos dañados de la paciente y así conseguir dar soporte a sus órganos pélvicos. Esta intervención es, generalmente, de muy corta estancia hospitalaria y poco invasiva.

«No es necesario pasar por este tipo de situaciones, ya que hoy por hoy afortunadamente disponemos de diversas soluciones, tales como la cirugía reconstructiva», ha defendido Gregorio Escribano, jefe de Sección de Urología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid. Probablemente, nos señala el responsable de contenidos de www.neyro.com, el experimentado ginecólogo José Luis Neyro, una seria política de prevención del daño del suelo pelviano en el embarazo y en el puerperio con una correcta y respetuosa atención al parto vaginal podrá suponer una mejora de las condiciones del periné para la mayoría de las mujeres que merecen nuestra atención más allá de los momentos cercanos al parto (sígase en el suelto http://www.neyro.com/2015/06/01/el-parto-tambien-puede-hacerse-de-forma-ambulatoria/).