¿Ha afectado CoVID19 también a la frecuencia o al ritmo menstrual?

Pues al parecer una encuesta de más de 12.000 mujeres en edad reproductiva ha mostrado que 1 de cada 3 había experimentado cambios en sus ciclos y síntomas menstruales durante la pandemia de CoVID19. Los niveles de estrés notablemente más altos que los puntos de referencia pre-pandémicos podrían estar afectando la menstruación y ello ya se había demostrado previamente en los sanitarios cuando se midió su nivel de stress en cuanto a rasgos de afectación de su salud mental (ver en https://www.neyro.com/2020/11/16/un-efecto-muy-poco-considerado-de-covid19-sobre-la-salud-mental-del-personal-sanitario-es-que-es-acumulativo/)

En lo que ahora respecta a las mujeres el asunto tiene implicaciones para las que intentan concebir o que luchan contra la infertilidad, de acuerdo a un estudio en el Congreso de la American Society for Reproductive Medicine (ASRM) de este maldito 2021. Y es que CoVID19 ha introducido nuevos estresores psicosociales, interpersonales y ambientales. La pandemia es «uno de los desastres más estresantes y colectivamente experimentados que la sociedad moderna ha visto», destacó la autora de ese estudio. Una vez imaginada como un evento puntual en el tiempo, CoVID19 se ha arraigado en la vida diaria en el futuro previsible; de momento, son ya dos años desde que en el lejano 31 de diciembre de 2019 los chinos informaban de una neumonía «extraña» en la región de Wuham, que no conseguían explicarse bien….
Por cierto, el estudio del que ahora comentamos se tituló «THE RELATIONSHIP BETWEEN PERCEIVED STRESS DURING THE COVID-19 PANDEMIC AND MENSTRUAL CYCLES AND SYMPTOMS» y el original fue recogido como abstract de la comunicación oral en Fertility and Sterility en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8446855/pdf/main.pdf. Las investigaciones han demostrado que el estrés crónico a largo plazo produce niveles altos de cortisol, que pueden alterar la endocrinología y la regulación de los ciclos menstruales. Esto puede hacer que formar una familia sea aún más desafiante, dijo Malloy. Los médicos y otros proveedores de salud siempre han tomado en cuenta el estrés al tratar a los pacientes, pero nunca en este nivel de estrés crónico y episódico.
La encuesta examina el impacto en la tecnología de reproducción asistida y se realizó desde el Research & Data Associate, Boston, MA; 2 Director of Clinical Services & Evidence, Boston, MA en USA. En ella, Ovia Health decidió investigar la relación entre el estrés percibido y el ciclo menstrual y los cambios en los síntomas durante la pandemia de CoVID19, para ver cómo podría afectar la tecnología de reproducción asistida. Así, desde marzo de 2020 hasta abril de 2021, los usuarios de la aplicación móvil Fertility de Ovia Health en Estados Unidos participaron en una encuesta. Los ítems buscaron cambios en el patrón y la sintomatología de la menstruación e incluyeron la versión de 4 ítems de la Escala de Estrés Percibido (PSS-4).
Una prueba «t pareada» (un método estadístico de comparación de variables homogéneas)  evaluó las diferencias entre los grupos (con cambios menstruales frente a ningún cambio menstrual). La encuesta preguntó a las participantes qué cambios notaron en su ciclo menstrual y por qué pensaban que los patrones o síntomas del ciclo cambiaron.

Entre 12.302 encuestadas, algo más que 1 de cada 3 (36%) informó cambios en el ciclo o los síntomas; 87%dijo que su ciclo comenzó temprano o tarde; 29% informó síntomas más fuertes durante la menstruación, como dolor lumbar, calambres o cambios en la secreción y 27% dijo que el sangrado era más abundante durante la menstruación. Estos resultados son similares a otros estudios que investigan el efecto del estrés episódico en la menstruación.

Quienes informaron cambios en el ciclo menstrual o en los síntomas, obtuvieron una puntuación más alta en promedio en el PSS-4, en comparación con aquellas que no informaron ningún cambio (8,5 frente a 8,3, respectivamente; p < 0,05). Los puntajes de PSS-4 en todos los ámbitos fueron notablemente más altos en todas las encuestadas, independientemente de la irregularidad del ciclo/síntoma, en comparación con la evaluación comparativa prepandémica en poblaciones similares. Poco más de la mitad (55%) pensaba que el estrés contribuía a su patrón de ciclo menstrual y/o cambios en los síntomas, mientras que 33% apuntaba a cambios en la salud mental, como depresión o ansiedad. «Curiosamente, muchas usuarias creían que la vacuna contra la COVID-19 afectaba los cambios en los síntomas del ciclo menstrual», añadió Malloy.

Otro de los epígrafes de los que más se ha hablado desde las primeras impresiones, más que desde los hechos objetivos es sobre la posible influencia de las distintas vacunas frente a SARS-CoV2 y los ritmos menstruales de las mujeres vacunadas. Si bien los efectos secundarios conocidos de la vacuna incluyen dolor en el brazo, fiebre, fatiga y mialgia, algunas mujeres han informado cambios en su ciclo menstrual, manifestó el Dr. Mark P. Trolice, profesor de obstetricia y ginecología en University of Central Florida y director de IVF Center, en Orlando, Estados Unidos.

«La reacción de la respuesta inmune a la vacunación en lugar de la vacuna podría ser el factor implicado», destacó el Dr. Trolice, que no participó en el estudio. Actualmente no existe una asociación directa entre la vacuna y los efectos posteriores sobre la menstruación, continuó. «La mayoría de las mujeres experimenta la reanudación de los intervalos normales 1 mes después de la vacunación. Además no hay evidencia creíble que vincule la vacuna con la infertilidad». No obstante lo anterior, la investigación en esta área es vital y está en curso todavía hoy…

En este blog mostramos particular interés por la fertilidad de las mujeres en una época como es esta de baja natalidad también afectada por la propia existencia de CoVID19 (ver en https://www.neyro.com/2021/09/09/la-pandemia-covid19-tambien-ha-afectado-a-las-tasas-de-natalidad-de-los-paises-mas-ricos/). Pues bien, la interrupción del ciclo menstrual es especialmente frustrante para las mujeres que intentan reproducirse. Los sanitarios en general pueden estar observando más irregularidades menstruales en sus pacientes y viendo que más pacientes tienen dificultades para concebir por sí mismas y recurren a la tecnología de reproducción asistida.

Los médicos no pueden hacer que CoVID19 desaparezca, pero podrían ayudar a las pacientes haciendo un mejor trabajo al integrar las pruebas de cribado de salud mental, refiriendo a las pacientes a tratamientos que optimicen los resultados del tratamiento de la concepción y la fertilidad; a estas alturas de la película resulta intolerable (e incomnprensible) la existencia de largas listas de espera para tratamientos de fertilidad (como ya mostramos en https://www.neyro.com/2016/08/29/la-dotacion-de-recursos-publicos-para-reproduccion-asistida-favorecera-un-aumento-de-la-natalidad/).

La encuesta fue limitada porque sus preguntas no consideraron los criterios de diagnóstico adecuados para la irregularidad, en comparación con los cambios autoinformados. Pero destaca la necesidad de realizar más investigación sobre el efecto de la pandemia en la menstruación y la vacuna en la menstruación. «En agosto National Institutes of Health comprometieron 1,6 millones de dólares para explorar esta asociación. Esperamos ver cuáles son sus resultados» concluyó Malloy. Mientras esos tiempos llegan y tenemos nuevos datos, seguiremos informando…