Niveles de hormona antimulleriana entre las usuarias de diversos métodos anticonceptivos.

Hace ya siete largos años la presentábamos en sociedad a través de nuestro blog, como un verdadero marcador de la actividad bológica de la función ovárica; hablamos la llamada hormona antimulleriana o AMH, de la que entonces contamos los pormenores en una noticia que se puede reverdecer en https://www.neyro.com/2014/06/04/nuevo-marcador-biologico-de-prediccion-de-la-fertilidad-femenina/

Desde hace muchos años, todos los implicados en la salud de la mujer y los específicamente relacionados con su salud reproductiva hemos buscado con ahínco poder predecir el éxito de las técnicas de reproducción asistida en la medida de que las mujeres se acercan a su fertilidad con cada vez más avanzada su década de entre los 30 y los 40 años, al menos por primera vez (lo tratamos en su día en https://www.neyro.com/2015/04/29/podemos-predecir-el-exito-en-las-tecnicas-de-reproduccion-asistida/)
Nos pongamos como nos pongamos, por más que los médicos implicados digamos esto o lo otro sobre la maternidad retrasada, es un signo de los tiempos y solo la implementación de verdaderas políticas de estímulo para las parejas jóvenes que vean los hijos como parte de su proyecto de vida, podría cambiar las cosas en el mediano (y acaso en el largo) plazo. Entre tanto llegan esas políticas (no parecen muy dispuestas a ello nuestras -respetadas- autoridades sanitarias), en clínica de infertilidad empleamos los valores de AMH para tratar de predecir lo que podemos esperar de unos determinados ovarios, de una particular paciente (ver en https://www.neyro.com/2016/07/06/rendimiento-de-la-hormona-antimulleriana-y-el-recuento-de-foliculos-antrales-como-biomarcadores-de-la-respuesta-ovarica/) a través, una vez más, de un abordaje personalizado e individualizado de su fertilidad.
Y es que AMH se ha convertido en el estándar basado en biomarcadores clínicos para evaluar la reserva ovárica. A medida que las pruebas de hormonas antimüllerianas se vuelven más comunes, más personas buscan interpretar los valores obtenidos, por ejemplo…, mientras usan anticonceptivos. Pero para asesorar adecuadamente a las mujeres, a lo largo de su devenir reproductivo, se necesita una mejor comprensión de los niveles de AMH en mujeres que usan diferentes anticonceptivos.

A tal fin se acaba de publicar el 11 de junio de 2021 un estudio muy interesante en la revista American Journal of Obstetrics and Gynaecology que puede encontrarse en su original en https://www.ajog.org/article/S0002-9378(21)00685-2/fulltext. La portada del número de junio de la revista es la que puede verse abajo. El estudio pretendía evaluar la asociación entre diferentes formas de anticonceptivos y niveles de hormona antimülleriana AMH en mujeres en edad reproductiva.

El estudio está firmado por el Dr Eduardo Hariton del centro Modern Fertility, en San Francisco, CA. Universidad de California San Francisco y es un estudio transversal de 27.125 mujeres estadounidenses de entre 20 y 46 años que acceden a resultados de hormonas reproductivas a través de Modern Fertility y que dieron su consentimiento informado para participar en la investigación.

Desde el punto de vista metodológico, los niveles de AMH se obtuvieron mediante una tarjeta de muestras de sangre seca (95,9%) o mediante venopunción (4,1%), ya que trabajos anteriores han mostrado altas correlaciones entre los niveles hormonales recogidos por estos dos métodos. Se realizaron regresiones lineales múltiples para comparar los niveles de AMH en mujeres que usaban anticonceptivos con mujeres que no tomaban ningún anticonceptivo, controlando por edad, edad de la menarquia, índice de masa corporal, tabaquismo, método de recolección de muestras, día del ciclo y diagnóstico autoinformado de síndrome de ovario poliquístico. También analizaron si la duración del uso de anticonceptivos predijo los niveles de AMH en usuarias del dispositivo intrauterino hormonal (SIL; ver más información sobre este método en https://www.neyro.com/2010/02/09/1217/) y la píldora anticonceptiva oral combinada (AOC), dado el tamaño de estos grupos de anticonceptivos.
Cuando verificamos los resultados, los autores informan de que los niveles medios de AMH fueron estadísticamente significativamente más bajos en las mujeres que usaban la píldora AOC (23,68% menos; coeficiente = 0,76, intervalo de confianza (IC) del 95% = 0,72, 0,81, p <0,001), anillo vaginal (22,07% menos; coeficiente = 0,78, IC del 95% = 0,71, 0,86, p <0,001), dispositivo intrauterino hormonal – SIL (6,73% menor; coeficiente = 0,93, IC del 95% = 0,88, 0,99, p = 0,014), implante subdérmico (23,44% menor; coeficiente = 0,77, IC del 95% = 0,69, 0,85, p <0,001), o píldora de progestina sola (14,80% menor; coeficiente = 0,85, IC del 95% = 0,76, 0,96, p = 0,007) en relación con las mujeres que no toman ningún anticonceptivo cuando se controla para covariables.
La figura de arriba, tomada del original del manuscrito, muestra los niveles de AMH entre los distintos grupos de anticonceptivos. En A) se muestran los valores individuales, medias e intervalos de confianza del 95% para los valores de AMH, transformados logarítmicamente naturales en todos los grupos de anticonceptivos y ajustados por covariables. En B) se aprecia la diferencia porcentual estimada de AMH entre los grupos de anticonceptivos en relación con las mujeres que no toman anticonceptivos. Los asteriscos representan diferencias significativas con las mujeres que no toman anticonceptivos a p <0,05. Anticonceptivos orales combinados (AOC); píldora de progestina sola (POP); ninguno se refiere a 518 participantes que no estaban usando anticonceptivos en el momento de la medición de AMH.
Los niveles de hormona antimülleriana – AMH no fueron significativamente diferentes cuando se comparó a las mujeres que no usaban anticonceptivos con las que usaban el dispositivo intrauterino de cobre – DIU (1,57% menos; coeficiente = 0,98, IC del 95% = 0,92, 1,05, p = 0,600). Las asociaciones entre el uso de anticonceptivos y los niveles de AMH no difirieron según el diagnóstico de síndrome de ovario poliquístico autoinformado.
La duración del uso de DIU hormonales, pero no del uso de píldoras anticonceptivas orales combinadas, se asoció ligeramente de manera positiva con los niveles de AMH, aunque este efecto de pequeña magnitud probablemente no sea clínicamente significativo (coeficiente = 1,002, IC del 95% = 1,0005, 1,003, p = 0,007).

Los autores, en su relato, concluyen que el empleo actual de anticonceptivos hormonales se asocia con un nivel medio de AMH más bajo en comparación con las mujeres que no toman anticonceptivos, con variabilidad en la diferencia porcentual entre los métodos anticonceptivos. Estos datos brindan orientación a los médicos sobre cómo interpretar los niveles de AMH evaluados mientras las mujeres toman anticonceptivos, y pueden facilitar que más pacientes continúen usando anticonceptivos mientras se evalúa su reserva ovárica. Un arma más, para seguir cuidando la salud de la mujer. Seguiremos informando…