Era Don Hilarión en «La verbena de la Paloma» el que nos lo recordaba con aquel gracejo popular que puso en su boca el dramaturgo Ricardo de la Vega, cuando cantaba que «hoy las «siensias» adelantan que es una barbaridad». Porque el cambio, amigo lector, el cambio en sí mismo es inherente a la ciencia y la investigación científica avanza siempre destrozando a veces verdades incontrovertibles hasta hace muy poquito tiempo. Bien diferente es que nuestras (respetadas) autoridades sanitarias sean capaces de tamaño dinamismo y de adaptarse con celeridad a los cambios que esa investigación científica promueve, no lo olvidemos, para mejorar nuestro estado, favorecer una mejor calidad de vida, incrementar un mejor acceso a procesos de mejora o de curación de enfermedades en el mejor de los casos.