¿Sirve realmente la aspirina para evitar los trastornos hipertensivos de la gestación?

Uno de los temas más importantes en el amplio capítulo de la salud de la mujer de la que este web es esclavo y fiel servidor al tiempo es el embarazo y todas sus circunstancias, mejores dietas y actitudes e incluso algunas de sus complicaciones… Basten como ejemplos, cuando nos hemos ocupado de la dieta de la gestante, incluso diferenciando la del primer trimestre por ejemplo (ver en  https://www.neyro.com/2020/04/27/la-dieta-del-primer-trimestre-del-embarazo-para-una-mujer-sana/ )

Un asunto que nos ha preocupado mucho en estos epígrafes es la influencia que una dieta inadecuada podría tener para la descendencia y así lo miramos en https://www.neyro.com/2019/01/16/relacion-entre-el-peso-materno-y-el-del-recien-nacido-o-la-importancia-de-la-vista-pre-concepcional/  Hemos tratado igualmente la diabetes gestacional en diversas ocasiones (ver las varias noticias sobre el tema en https://www.neyro.com/?s=diabetes+gestacional), pero no hemos atendido mucho a una de las principales complicaciones gestacionales cual es la derivada del aumento de la presión sanguínea de la gestante.
En este sentido, ya lo saben nuestros lectores, desde este blog hacemos siempre un canto por la prevención como la mejor manera de evitar las complicaciones de las enfermedades y este no podía ser un caso distinto. De hecho, se ha debatido mucho sobre si la administración preconcepcional o temprana de dosis bajas de aspirina podría mejorar el crecimiento endometrial, la vascularización placentaria y la organogénesis del embrión en desarrollo.
La mayoría de los estudios científicos en este extremo han evaluado el beneficio potencial de esta estrategia en mujeres con antecedentes de pérdida recurrente del embarazo, mujeres que se han sometido a fertilización in vitro o mujeres con trombofilia o síndrome antifosfolípido, que son precisamente los grupos que podríamos decir de más alto riesgo para el trastorno hipertensivo de la gestación.
Ahora se ha publicado un trabajo que recoge estos pormenores y que está a disposición del lector interesado en https://www.ajog.org/article/S0002-9378(19)31062-2/pdf. Se tituló originalmente «Does low-dose aspirin initiated before 11 weeks’ gestation reduce the rate of preeclampsia?» y aparece firmado por Piya Chaemsaithong y sus colaboradores del Department of Obstetrics and Gynaecology, Prince of Wales Hospital, The Chinese University of Hong Kong, Shatin, Hong Kong SAR. El artículo se publicó nada menos que en el American Journal de Obstetricia y Ginecología de mayo, 2020, cuya portada reproducimos.
En este trabajo los autores llevaron a cabo una revisión sistemática y un metaanálisis (que es un complejo análisis estadístico de muchos estudios previos ya publicados y de ahí su fuerza argumental…), para evaluar el efecto de las dosis bajas de aspirina iniciadas antes de las 11 semanas de gestación sobre el riesgo de preeclampsia, hipertensión gestacional o cualquier trastorno hipertensivo del embarazo. También se evaluó la tasa de parto prematuro (acontecido antes de las 37 semanas) y restricción del crecimiento fetal.
Para ese análisis se identificaron y analizaron ensayos controlados y aleatorizados que evaluaban el efecto de la aspirina administrada antes de las 11 semanas de gestación para prevenir preeclampsia y/o trastornos hipertensivos del embarazo en mujeres con aborto espontáneo recurrente en comparación con placebo o ningún tratamiento, y con datos de resultados disponibles o proporcionados por los autores para al menos el 85% de la población del estudio.
Desde el punto de vista estadístico, se realizó un análisis de sensibilidad por omisión secuencial de cada estudio individual y por modelo de efectos fijos. El sesgo de publicación no se evaluó debido al pequeño número de estudios incluidos. Con esas estrictas condiciones encontraron un total de 8 estudios que cumplieron los criterios inclusión, con un total combinado de 1.426 participantes.
En el capítulo de los resultados obtenidos, que es lo fundamental de esta noticia, se comprobó que las dosis bajas de aspirina iniciadas antes de las 11 semanas de gestación se asociaron con una reducción no significativa en el riesgo de preeclampsia (riesgo relativo 0,52; IC 95% 0,23–1,17), hipertensión gestacional (RR 0,49; IC 95% 0,20–1,21) y cualquier trastorno hipertensivo del embarazo (RR 0,59; IC 95% 0,33–1,04). Para las personas que no manejan bien estos datos estadísticos, añadiremos que cuando los intervalos de confianza incluyen la unidad como señalamos en los tres previos, no se puede argumentar que las diferencias encontradas no se deban a un puro azar y no a la circunstancia estudiada (cual era en este caso la administración de aspirina a bajas dosis antes de las 11 semanas).
Sin embargo, la administración temprana de dosis bajas de aspirina redujo el riesgo de parto prematuro (RR 0,52; IC 95% 0,27–0,97) (el único resultado en positivo cuyo gráfico mostramos arriba), pero no tuvo ningún impacto en el riesgo de restricción del crecimiento fetal (RR 1,10; IC 95% 0,58–2,07). Excepto por el parto prematuro y cualquier trastorno hipertensivo del embarazo, el análisis de sensibilidad demostró resultados similares.

Se concluye (con los resultados resumidos que expònemos arriba), que la administración de dosis bajas de aspirina antes de las 11 semanas de gestación en mujeres con alto riesgo no disminuye el riesgo de preeclampsia, hipertensión gestacional, trastornos hipertensivos del embarazo y restricción del crecimiento fetal. Sin embargo, podría reducir el riesgo de parto prematuro. Así funciona la ciencia; las opiniones apriorísticas deben dejar paso a las mejores evidencias científicas. Seguiremos informando…