¿Qué tienen de especial estas nuevas vacunas frente a SARS-CoV2?

Sin siquiera pretender ser referente para nadie, porque en este blog somos ante todo muy humildes, es cierto que en los últimos tiempos hemos dedicado algún esfuerzo a hablar con sensatez y sobre todo con bases científicas acerca de esta maldita pandemia que nos ha tocado vivir. Ya lo hicimos en el lejano principio de marzo de este año 2020, cuando no solo dedicábamos un post al tema, sino que incluso recogíamos ya un programa de TV de pura divulgación científica para explicar quién era ese Coronavirus (ver en https://www.neyro.com/2020/03/09/un-virus-nuevo-el-coronavirus-2019-ncov/)

Mil temas después, también nos hemos ocupado de las vacunas e incluso hemos tratado de compararlas entre sí, a medida que íbamos sabiendo coas sobre algunas de ellas; lo tiene el lector en https://www.neyro.com/2020/11/30/pueden-compararse-de-alguna-manera-las-vacunas-en-desarrollo-contra-covid19/. Pero, puestos a hablar de vacunas, podríamos preguntarnos ¿cómo se han desarrollado tan rápidamente?, ¿qué las hace muy especiales a estas vacunas hechas con RNA mensajero?, ¿hay algo secreto que no nos estén contando sobre el tema? (dedicado a los terraplanistas y demás jauría…)

Si uno hace memoria, ya a mediados de noviembre Pfizer/BioNTech (los segundos, alemanes, diseñan e investigan; los primeros desde USA, apoyan y desarrollan con todo su potencial de ulterior fabricación…) fueron los primeros en contar con datos provisionales de protección positivos y sorprendentes sobre su vacuna contra el coronavirus, llamada BNT162b2.

Apenas una semana después, Moderna (otra empresa de biotecnología estadounidense) dio a conocer sus resultados de eficacia provisionales que demostraban que su vacuna contra el coronavirus, mRNA-1273, también protegía a los pacientes contra las infecciones por SARS-CoV-2. En los dos estudios se incluyó en su mayor parte a adultos sanos. La población vacunada era étnica y racialmente diversa. Participó un número aceptable de personas mayores de 65 años e individuos afectados por trastornos médicos estables. Se incluyó a adolescentes de 16 y más años de edad. Se ha vacunado a adolescentes de más corta edad o tales estudios se encuentran en etapa de planificación o implementación temprana a medida que llega a su fin el 2020.
Ciertamente, todas estas son vacunas nuevas y revolucionarias; aunque la capacidad de inyectar ARNm a animales data ya de 1990, los avances tecnológicos actuales las convirtieron en una realidad y publicados en revistas tan importantes como «Science» cuya portada reproducimos arriba.  Las vacunas tradicionales suelen implicar inyección de antígenos como proteínas purificadas o polisacáridos o virus inactivados o atenuados. Sin embargo, estas nuevas vacunas de ARNm (ácido ribonucleico mensajero, el que sale del núcleo para llevar la orden del DNA de fabricar tal o cual proteína hasta el retículo endoplásmico rugoso del citoplasma, donde se fabrica o sintetiza esa proteína), funcionan de manera diferente. y es que no contienen antígenos. Más bien, tienen un plano para producir el antígeno representado por material genético, ARNm.
En el caso de las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna, el ARNm proporciona la información genética para sintetizar la proteína en espiga que el virus SARS-CoV-2 utiliza para adherirse a las células humanas e infectarlas. Cada tipo de vacuna es envuelta en nanopartículas lipídicas de patente que protegen al ARNm de la degradación rápida y las nanopartículas funcionan como un adyuvante para atraer a las células inmunitarias al sitio de inyección. (Las propiedades de la envoltura de nanopartícula lipídica respectiva pueden ser el factor que influya en los requerimientos de almacenamiento descritos después).

No era la primera vez que las distintas vacunas para una misma infección se comparaban; es una tentación imposible de evitar y una actividad ciertamnente muy saludable, que, por ejemplo, en su día hicimos aquí con las de Virus del Papiloma Humano VPH-HPV (ver en https://www.neyro.com/2016/06/22/comparacion-de-vacunas-contra-vph-frente-a-frente-cual-es-mas-eficaz-en-proteccion-cruzada/).
Pero volviendo ahora a nuestro tema de hoy, cuando se inyectan en tejido muscular (en las células musculares o miocitos), las nanopartículas lipídicas que contienen el ARNm en su interior son captadas por las células musculares, donde los ribosomas citoplásmicos detectan y descodifican el ARNm y dan lugar a la producción del antígeno de proteína en espiga. Cabe hacer notar que el ARNm no entra en el núcleo, donde está ubicada la información genética (ADN) de una célula y no se puede reproducir o integrar en el ADN.
El procedimiento no interfiere con las propias características del DNA nuclear de cada célula, lo cual lo hace aún más seguro, porque el antígeno fabricado con la «orden» del RNAm es exportado a la superficie celular del miocito y allí las células presentadoras de antígeno del sistema inmunitario detectan la proteína, la incorporan en su interior mediante endocitosis y la llevan a los ganglios linfáticos regionales donde las interacciones con las células T y las células B dan lugar a anticuerpos, inmunidad mediada por células T y generación de células T y células B de memoria inmunitaria.Un proceso «muy limpio» en el que se «prescinde» del trabajo del DNA para hacerlo desde el principio gracias a esta nueva tecnología (ver las diferencias en el esquema adjunto)
Un subtipo específico de células T (las células T citotóxicas o asesinas, los llamados T-killers) destruyen a las células que se han infectado con un patógeno. Se ha informado que la vacuna de ARNm de SARS-CoV-2 de Pfizer induce potentes respuestas de células T citotóxicas. No se han dado a conocer los resultados de la vacuna de Moderna hasta este momento (finales de diciembre 2020), pero se puede prever que sean los mismos resultados positivos.

 
Lo realmente revolucionario de las vacunas de ARNm es la rapidez con la cual pueden diseñarse y producirse. Es por eso que llevan la delantera entre las vacunas contra el SARS-CoV-2 elegibles y motivo por el que el National Institute of Allergy and Infectious Diseases proporcionó apoyo económico (dicen que 10.000 millones de dólares USA tienen la culpa…), técnico o clínico. De hecho, una vez que se puede determinar la secuencia de aminoácidos de una proteína (una tarea relativamente fácil en hoy en día), luego  es mucho más sencillo sintetizar ARNm en el laboratorio y se puede hacer con una rapidez increíble. Se ha comunicado que el código de ARNm para la vacuna producida por Moderna se hizo en 2 días y el desarrollo de su producción se concluyó en cerca de 2 meses y esos son tiempos asombrosamente cortos para compararlos con los diseños de las vacunas «tradicionales».
Esta circunstancia es definitivamente notable en un mundo como el que vivimos en el que hemos acortado las distancias entre la urbe superpoblada y la vida salvaje entre lo que comemos desde los invernaderos y la inclusión en nuestra dieta de animales salvajes… y que ha traído de la mano epidemias por nuevas infecciones como la del propio SARS (síndrome agudo respiratorio grave) de 2003 del primo de nuestro SARS-CoV2, el zika (ver en https://www.neyro.com/2016/10/31/conceptos-generales-sobre-virus-zika-y-sus-posibilidades-de-extension/), el mismo Ébola del África subsahariana o la gripe porcina, por solo citar algunos ejemplos recientes.

Se ha comprobado que las dos vacunas (las que de momento han sido aprobadas tanto por la FDA en USA y por la EMA en Europa), producen una eficacia de cerca de 95% en el análisis final. Esta cifra fue inesperadamente elevada pues la mayoría de las vacunas contra las enfermedades respiratorias alcanzan una eficacia de 60% a 80%, por ejemplo, las vacunas contra la influenza. Recordemos que, hasta ahora, la vacuna más eficaz nunca empleada en humanos era la que nos protegía contra el VPH y rozaba el 82% en el mejor de los casos (ver en https://www.neyro.com/2020/10/09/cuantos-casos-de-cancer-de-cuello-en-la-vida-real-se-evitan-vacunando-a-las-mujeres-contra-el-virus-del-papiloma-humano/ ) Sin embargo, la tasa de eficacia desciende conforme pasa el tiempo debido a que la estimulación de la inmunidad a corto plazo se reflejaría en lo resultados dados a conocer al principio.

Prevenir casos de infección por el SARS-CoV-2 es un aspecto importante de una vacuna contra el coronavirus, pero prevenir la enfermedad grave es especialmente importante si se tiene en cuenta que los casos graves pueden dar lugar a intubación prolongada y ventilación mecánica, discapacidad prolongada y muerte (ver en https://www.neyro.com/2020/09/30/analizando-las-causas-de-mortalidad-por-covid19-en-espana/).

Pfizer/BioNTech no habían dado a conocer algún dato sobre el desglose de casos graves cuando estamos terminando 2020. En el ensayo de Pfizer/BioNTech hubo muy pocos casos de enfermedad grave para calcular la eficacia. La imagen de arriba destaca los aspectos más importantes del desarrollo científico e investigador de la vacuna conjunta alemana-americana de Pfizer-BionTech. En el estudio clínico de Moderna, un criterio secundario de valoración comprendió analizar los casos graves de CoVID19 e incluyó 30 casos graves (según se definieron en el protocolo del estudio) en este análisis. Los 30 casos ocurrieron en el grupo que recibió placebo y en ninguno del grupo vacunado con mRNA-1273.
Para una mejor comparación, mostramos a continuación un gráfico con los principales hitos de la investigación desarrollada por Moderna para su vacuna mRNA-1273. Todavía hoy, con el escaso tiempo transcurrido para casi todo (por mucho que la emoción nos diga otra cosa…) se desconoce la duración de la inmunidad y la necesidad de re-vacunar con las conocidas «dosis de recuerdo» después de la vacunación primaria inicial. Hasta ahora no se ha informado sobre el estudio de la inducción de memoria de las células B y T, y los niveles de protección a largo plazo.

Lo que sí podemos adelantar con seguridad es que entre los vacunados, entre los miles de millones de personas que vamos a vacunar estos dos próximos años, va a haber algún muerto, alguna reacción grave. Atención al balance riesgo-beneficio…: el shock anafiláctico que se llevó por delante la vida de mi tía la señora Engracia cuando le inyectaron Penicilina para combatir unas anginas, jamás invalidará su eficacia contra el streptococo que tantos miles de vidas sesgaba antes de su descubrimiento.

Con estas nuevas vacunas, las reacciones locales relativamente importantes en el sitio de inyección, con fiebre, malestar y fatiga ocurren con una frecuencia moderada después de las vacunaciones con estos productos y según informes, en el 10% a 15% de las personas vacunadas (a diferencia de la vacuna contra la gripe estacional, ahora en casi todas las vacunas RNAm son dos dosis a dispensar en el plazo de tres a cuatro semanas). En general, las reacciones inmediatas al parecer son más intensas que las que ocurren después de la vacunación contra la influenza o gripe estacional.

Debemos tener en cuenta que cuando comiencen las inoculaciones masivas (y ojalá sea así para todos los países, incluso los más pobres de la Tierra) con estas vacunas completamente nuevas y revolucionarias, prácticamente no sabremos nada sobre sus efectos secundarios a largo plazo. Se han planteado como inquietudes teóricas la posibilidad de respuestas inflamatorias sistémicas que puedan dar lugar a trastornos autoinmunitarios, la persistencia de la expresión de inmunógeno inducida, el desarrollo de anticuerpos autorreactivos y los efectos tóxicos de componentes del suministro.

Ninguno de estos riesgos teóricos se ha observado hasta la fecha y Centers for Disease Control and Prevention y las compañías que producen las vacunas están implementando estudios de vigilancia de seguridad de fase 4 subsiguientes a la comercialización. Este es un riesgo que las autoridades en salud pública están dispuestas a asumir pues el cálculo del riesgo a beneficio está muy a favor de tomar riesgos teóricos, teniendo en cuenta los beneficios claros de prevenir enfermedades graves y la muerte. La tercera en discordia de momento (dejando al margen las vacunas china y rusa, digamos «poco comunicadas» a la literatura científica internacional) es la vacuna de Oxford ligada a la multinacional inglesa AstraZeneka (en origen propiedad al menos parcialmente nada menos que de la familia Windsor…) y cuyo resumen de investigación y desarrollo científico mostramos a continuación.
 

 

Esperemos que estas (y otras vacunas) se incorporen al armamentario de prevención de nuestros centros clínicos más pronto que tarde. Esperemos ganarles la partida a los negacionistas y a los antivacunas, amigos todos ellos de los terraplanistas y demás zarandajas de ignorantes y peligrosos sociales incapaces de vivir en comunidad (ver en https://www.neyro.com/2019/04/24/en-ciencia-las-creencias-se-oponen-a-los-conocimientos/) al negarse a ser vacunados; esperemos que nuestras (respetadas) autoridades sanitarias elijan adecuadamente el bien común y la protección de la comunidad por encima del (indudablemente valioso) derecho individual a la discrepancia y a la obstinación por la involución. Saldremos seguramente todos ganando, nosotros por supuesto, pero también ellos. Seguiremos informando…