Nacimientos y concepción espontánea tras fracaso repetido de reproducción asistida

O cuando la esperanza es lo último que se pierde…. Para empezar y a riesgo de que nos dijeran eso tan manido de «ya decía yo…» tendremos que hacer examen de conciencia (¿o eso ya no se hace?), porque en general cuando hablamos de reproducción asistida se nos llena la boca cuando hablamos de resultados. Han mejorado tanto en los últimos veinte años que ahora pasamos del 60% incluso en las cifras – país (hay que recordar que la probabilidad de embarazo en nuestra especie no pasa del 30% por mes de intento de forma general. Pasar del doble por tanto, mal no está ciertamente…(véase en  https://www.neyro.com/2014/07/24/eficacia-del-60-en-la-fecundacion-in-vitro-en-espana/ )

Y sin embargo nos olvidamos de ese 40% que no lo consigue en cada intento….y son muchas pacientes, son muchas mujeres, son muchas parejas para el fracaso, a veces continuado. Algunas, además, no deberemos olvidarlo tampoco, lo tienen peor por determinadas circunstancias con dificultades accesorias para llegar incluso a ser tratados (como ya explicamos en https://www.neyro.com/2015/09/21/parejas-del-mismo-sexo-se-enfrentan-a-mas-obstaculos-para-el-tratamiento-de-su-esterilidad/).
Pero hoy queremos contar qué sucede tras esos ciclos de fecundación in vitro no exitosos, tras esos intentos repetidos y seguidos siempre de fracasos…; qué pasa tras el abandono de las técnicas de reproducción asistida. Y lo hacemos a propósito de un trabajo publicado recientemente, en el mes de agosto de 12019, por un grupo de investigación en la revista (en la imagen su portada) Human Reproduction y accesible en https://academic.oup.com/humrep/article-abstract/34/8/1470/5530977?redirectedFrom=fulltext  De hecho, muchas pacientes cuyos tratamientos de fecundación in vitro o inyección intracitoplasmática de espermatozoide no tienen éxito, que siguen con sus vidas a veces logran después nacidos vivos sin tratamiento adicional, de acuerdo con el estudio retrospectivo que mencionamos.

Cuando comentan los resultados obtenidos de su revisión de casuística, señalan que «tranquiliza que 1 de cada 6 parejas que han tenido un resultado negativo después de someterse al procedimiento de fecundación in vitro todavía cuenten con la posibilidad de tener un bebé de forma natural», (Dr. David J. McLernon, de la University of Aberdeen, en Aberdeen, Reino Unido). «Sin embargo, estas posibilidades disminuyen con la edad y son más bajas para las parejas que han tratado de concebir por un periodo prolongado».

Recordemos en este punto que la edad (femenina) es el factor de esterilidad fundamental con el que nos enfrentamos hoy, destaca el Dr. Neyro, que ya trató este tema en su blog en la noticia presente en http://www.neyro.com/2015/01/26/aumenta-la-edad-media-de-las-pacientes-en-la-reproduccion-asistida/.

La tasa de éxito por ciclo de fecundación in vitro en Reino Unido es de aproximadamente 27%. El Registro FIV/ICSI de la Sociedad Española de Fertilidad del año 2014 refería unas tasas de embarazo del 24,4% por ciclo iniciado, 27,1% por punción y 36,6% por transferencia para el conjunto de España. La mayoría de las mujeres suspende el tratamiento tras su primer intento a consecuencia de la carga psicológica y física que representan los tratamientos, así como las limitaciones económicas. Se dispone de escasa información sobre las tasas de nacidos vivos independientes de tratamiento después de fecundación in vitro FIV/inyección intracitoplasmática de espermatozoide ICSI.En el trabajo que ahora comentamos, el Dr. McLernon y sus colaboradores analizaron datos de 1.060 mujeres que tuvieron un bebé nacido vivo como resultado del tratamiento de fecundación in vitro y 1.073 mujeres cuyo tratamiento no dio como resultado un nacido vivo. Las mujeres fueron atendidas en un solo centro de fecundación in vitro, el único en la región que se analizó. Durante un seguimiento máximo de 15 años (mediana de alrededor de 6 años en los dos grupos), 185 de las mujeres tratadas sin éxito y 151 de las mujeres tratadas con éxito tuvieron un mínimo de un nacido vivo independiente de tratamiento.

Las tasas de nacidos vivos independientes de tratamiento en mujeres tratadas sin éxito y con éxito fueron a un año de 10% y 4%, respectivamente; a 2,5 años de 15% y 11%; a 5 años de 17% y 15%, y a 10 años de 19% y 17%, informaron los investigadores en Human Reproduction en la versión electrónica del 15 de julio, después aparecido en el número de agosto como señalábamos.

Dentro de los 5 años de seguimiento, la tasa de nacimientos vivos independientes del tratamiento fue del 17% (IC 95%, 15-19%) entre las mujeres cuyo tratamiento de FIV o ICSI no tuvo éxito y del 15% (IC 95%, 12-17%) entre mujeres cuyo tratamiento resultó en nacimiento vivo. En ambos grupos, la menor duración de la infertilidad, la edad femenina más joven y la FIV en comparación con ICSI se asociaron con una mayor probabilidad de lograr un parto vivo independiente del tratamiento.
Entre las mujeres tratadas sin éxito, se redujo la posibilidad de nacimientos vivos posteriores a la FIV en aquellas con infertilidad por factor tubárico. Tres o más transferencias de embriones de FIV o ICSI anteriores se asociaron con una menor probabilidad de parto vivo independiente del tratamiento entre las mujeres tratadas con éxito.  El tiempo transcurrido hasta el nacimiento del producto vivo independiente de tratamiento fue más prolongado para las mujeres tratadas con éxito. Los investigadores consideran que las mujeres que tenían el niño deseado a través de tratamiento para fertilidad podrían haber tenido menos probabilidades de tratar de embarazarse de nuevo poco después de tener un producto nacido vivo y podrían haber utilizado anticoncepción durante un periodo.

En las mujeres con tratamiento con éxito y sin éxito, mayor edad femenina, mayor duración de la esterilidad y tratamiento con inyección intracitoplasmática de espermatozoide frente a fecundación in vitro se asociaron de manera independiente a una más baja probabilidad de embarazo, independientemente del tratamiento. El factor tubárico como una causa de esterilidad se asoció a las probabilidades más bajas de embarazo, mientras que el trastorno de la ovulación conllevó las máximas probabilidades, seguramente mucho m´ças influido por factores psicológicos, señala José Luis Neyro.»Los médicos pueden informar a parejas con dificultades comprobadas para la concepción que todavía tienen la probabilidad de concebir un bebé después de una fecundación in vitro no exitosa», puntualizó el Dr. McLernon, pero no basar su esperannza en esea posibilidad apostilla nuestro experto JL. Neyro.