La osteoporosis constituye un importante problema de salud pública cuya relevancia aumenta con el envejecimiento progresivo

Las osteoporosis secundarias tienen origen endocrinológico o nutricional, pero la inmensa mayoría de las Osteoporosis (OP) son primarias y más del 80% de origen postmenopáusico. Así lo afirma el ginecólogo José Luis Neyro, reconocido como presidente del XX Congreso Español de Osteoporosis en Bilbao, 2015 (ver en http://www.neyro.com/2015/09/28/entrevista-al-dr-jose-luis-neyro-ginecologo-y-presidente-del-xx-congreso-seiomm/).

 De hecho, las mujeres posmenopáusicas tienen un 40% de probabilidad de padecer una fractura osteoporótica durante el resto de su vida, un porcentaje muy superior al riesgo de padecer cáncer de mama (12%) y similar al de presentar un evento coronario isquémico, tal y como ha informado el coordinador del grupo de Metabolismo Óseo de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Pedro Rozas. Es más, continua JL Neyro, la OP mata cuatro veces más mujeres que el propio cáncer de mama y sin embargo no tiene ni la décima parte de mentalización social alrededor de esta verdadera pandemia del siglo XXI (ver en http://www.neyro.com/2013/10/21/la-osteoporosis-mata-4-veces-mas-mujeres-que-el-cancer-de-mama/)

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A su vez, la prevalencia aumenta progresivamente con la edad, afectando hasta el 80% de las mujeres mayores de 80 años. De hecho, los expertos informan que en 2010, el número de muertes debidas a las fracturas osteoporóticas se estimó en 43.000 en la Unión Europea, de las cuales aproximadamente el 50% de las mismas se relacionaron con la fractura de cadera que es el tipo más frecuente en personas mayores de 75 años.

Y es que, la osteoporosis constituye un importante problema de salud pública cuya relevancia va en aumento con el envejecimiento progresivo de la población, que es un hecho en todo el mundo (ya se ocupó este web del asunto enhttp://www.neyro.com/2015/01/16/envejecemos-todos-la-esperanza-de-vida-mundial-ha-aumentado-seis-anos-desde-1990/) . En Europa esta enfermedad conlleva más años de discapacidad y de calidad de vida perdidos que la mayoría de las enfermedades neoplásicas (tal y como se demostró en un artículo científico publicado en una revista de alto impacto y accesible en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23481116).

Precisamente, el Dr. Neyro y sus colaboradores publicaron en este sentido un perfil de la mujer española afecta de Osteoporosis tras realizar un estudio muy exhaustivo y completo sobre el tema (en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23481116) y demostraron que los tratamientos para esta enfermedad son coste-efectivos y ahorran mucho dinero a los caudales públicos pues evitan fracturas con el coste en muertes y en incapacidades a ellas asociados (ver enhttp://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25880810).

Asimismo, y aunque la osteoporosis es menos frecuente en varones que en mujeres, estos presentan una mayor tasa de complicaciones y de mortalidad que las mujeres tras la presencia de una fractura por fragilidad.

Por otra parte, el impacto económico que el tratamiento de la fractura y sus complicaciones suponen sobre el gasto sanitario global es sustancial. Y es que, en el año 2010 se estimó un coste directo de 29.000 millones de euros en Francia, Alemania, Italia, España y Reino Unido, y de 38,7 mil millones de euros en el conjunto de los países miembros.

En cuanto a los factores de riesgo, existen múltiples factores genéticos, ambientales y hormonales que interactúan entre sí favoreciendo la debilidad del hueso. Con respecto a estos últimos, el descenso brusco de los niveles de estrógenos asociado a la menopausia así como los cambios hormonales relacionados con el envejecimiento, juegan un papel primordial en la aparición de la enfermedad. La osteoporosis postmenopáusica es la más prevalente de todas las formas de enfermedad, señala el Dr. Neyro, ginecólogo experto en endocrinología reproductiva y del climaterio.

De este modo, los expertos avisan que la mayoría de las osteoporosis secundarias son causadas por enfermedades de origen endocrinológico o nutricional como, por ejemplo, diabetes, desnutrición, trastornos de la glándula tiroides o paratiroides o exceso de cortisol. «El tratamiento de la enfermedad, como el de otras enfermedades crónicas, necesita de una aproximación integral e individualizada. Se recomienda un aumento de la actividad física, el cese del hábito tabáquico, el aumento de la ingesta de calcio, y la adecuación de los niveles sanguíneos de la hormona D (vitamina D). Es particularmente importante la prevención de las caídas en población anciana», ha comentado.

Dicho esto, Rozas ha informado de que diferentes fármacos han demostrado su eficacia en la prevención de las fracturas por fragilidad, por lo que la evaluación de forma individual de la relación riesgo/beneficio y la participación del paciente en la toma de decisiones debe ser la norma en nuestra práctica clínica habitual para la selección del fármaco más apropiado.

«A pesar de que es una enfermedad prevenible y tratable, hoy en día, disponemos de herramientas terapéuticas muy eficaces en la prevención de las fracturas. No obstante, un elevado porcentaje de la población anciana que sufre una fractura no tiene diagnóstico previo de osteoporosis ni recibe tratamiento activo para prevenir una segunda fractura», ha zanjado. La seguridad demostrada de las terapias del metabolismo óseo impiden cualquier estrategia de «no tratar» basada en un supuesto ahorro de los costes farmacéuticos, señala el Dr. Neyro para finalizar. (léase en http://www.neyro.com/2015/07/15/la-seguridad-de-los-tratamientos-en-la-osteoporosis-debe-ser-maxima/)

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