Ocho de cada diez mujeres ignoran lo que es el prolapso genital

Es un hecho comprobado que por encima de determinada edad muchas mujeres abandonan la visita a sus ginecólogos sin motivo aparente (si no lo cree, estimado lector, puede comprobarlo en http://www.neyro.com/2012/05/10/solo-una-de-cada-tres-mujeres-mantiene-la-visita-al-ginecologo-a-partir-de-los-65-anos/); como si en estas edades avanzadas no existiera patología o no se incluyeran razones para mejorar la calidad de vida trastrocada muchas veces por pequeñas (o no tan pequeñas) disfunciones en la vida femenina.
Por encima de los setenta años de edad, cuando por ejemplo la osteoporosis se ceba con las mujeres, estas visitas periódicas al ginecólogo son excepcionales (ver en http://www.neyro.com/2012/04/22/al-ginecologo-a-partir-de-los-70/), siendo muchas veces los propios ginecólogos los que estimulan a sus pacientes a «no volver más por aquí».
Sin embargo lo anterior, el prolapso pélvico (por ejemplo) es una de las disfunciones de suelo pélvico más comunes entre las mujeres, ya que puede afectar incluso a la mitad de quienes han tenido algún parto vaginal, pero pese a esta incidencia sólo ocho de cada 10 españolas sabe que se trata de un descenso de los órganos pélvicos causado por el fallo de sus mecanismos de soporte. Téngase en cuenta que tras la menopausia y con la pérdida de los estrógenos, los tejidos pierden no solo colágeno sino con él, también pierden elasticidad, comenta nuestro experto el Dr. Neyro, ginecólogo con experiencia en estos temas.

Así se desprende de los resultados de un reciente estudio elaborado por American Medical Systems (AMS), compañía especializada en dispositivos médicos para la salud pélvica, con una muestra de algo más de mil mujeres de más de 45 años. En ese sentido, el estudio muestra como sólo el 20,7% de las encuestadas asegura conocer este problema, cuyos principales factores que favorecen su aparición son, además de la constitución individual de cada mujer (alteraciones del colágeno, etc.), los embarazos y partos (sobre todo los mal atendidos….), el envejecimiento, la obesidad, el estreñimiento (que todos los ginecólogos debiéramos combatir en nuestras pacientes, comenta el Dr. José Luis Neyro; véase más sobre el tema en http://www.neyro.com/2014/12/12/estrenimiento-y-embarazo-un-problema-menor-que-deteriora-la-calidad-de-vida/), el tabaquismo por parecidas razones de ataques al colágeno y finalmente también algunas de las cirugías pélvicas.

En estadios avanzados, produce grandes molestias y limitaciones en la vida de las mujeres. Desde apreciar un bulto que sobresale a través del orificio de la vagina (a veces la vejiga, a veces el recto, frecuentemente ambos a la vez….), con importantes molestias a la hora de orinar hasta las consiguientes limitaciones para mantener relaciones sexuales o incluso su imposibilidad material de realizar penetraciones vaginales.

Además, acarrea importantes consecuencias psicológicas en las pacientes que la sufren, ya que ven limitada en gran medida su calidad de vida. Recordemos que en una sociedad que envejece a marchas forzadas, la calidad de vida de estos años de más debe ser el objetivo a batir (véase en http://www.neyro.com/2011/11/20/la-menopausia-merma-la-calidad-de-vida-de-siete-de-cada-diez-mujeres-espanolas/) Pese a ello, el 62,4% de las mujeres consultadas no cree que esta enfermedad pueda impedirle hacer una vida normal o sencillamente no lo sabe.

Por el contrario, más del 20% de las mujeres considera que sí tendría molestias a la hora de orinar o tener relaciones sexuales, mientras que el 9,4% es consciente de que sufrir esta patología le cohibiría a la hora de seguir con su vida social y laboral y el 4,7% de las mismas no cree ni tan siquiera que pudiese sentarse con normalidad.

Para la prevención de problemas posteriores al parto natural, los expertos recomiendan efectuar una serie de ejercicios que ayuden a fortalecer el suelo pélvico. No es nuevo, fueron previstos por el Dr. Kegel; es más, reciben este nombre por el Dr Arnold H. Kegel  , quien desarrolló estos ejercicios para sus pacientes en la década de 1940 como método para control de la incontinencia urinaria. Sus dos artículos fueron publicados en 1948 (ver en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18860416 y en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18877152)  y entre otro otros estimulaban a evitar realizar grandes esfuerzos, tales como levantar peso o estar mucho tiempo de pie y algunas otras pautas indicadas por los ginecólogos desde entonces.
File:Kegel exercises diagram.png

En cambio, el estudio que ahora comentamos muestra como tan solo el 35,7% de las madres encuestadas había realizado algún ejercicio o actividad para fortalecer su musculatura pélvica después del parto (seguramente por desidia de los propios ginecólogos que controlaron esas gestaciones, señala el Dr. Neyro en sus comentarios). En cuanto a su tratamiento, solo el 38,8% de las mujeres que sí conocen la enfermedad está familiarizado con alguno de los tratamientos existentes para solucionarla.

En estadios avanzados, el prolapso de órganos pélvicos también se puede tratar mediante cirugía y devolver así a las pacientes su calidad de vida. De hecho, la cirugía reconstructiva, con uso en muchas ocasiones de mallas transvaginales, presenta una eficacia superior al 85%.

Su utilización se ha generalizado en los últimos tiempos, muy a pesar de que a pesar de ello están muy en entredicho por los resultados dispares de los estudios de seguimiento en el medio y largo plazo. Sus defensores argumentan que debido a la mejoría que ha supuesto su introducción en las cirugías reconstructivas, se emplean cada vez más. Se trata de pequeñas mallas de polipropileno que son usadas en el curso de la cirugía reconstructiva del prolapso de órganos pélvicos, para disminuir la frecuencia de recaídas.

El objetivo de este procedimiento es el de restablecer la función de los tejidos dañados de la paciente y así conseguir dar soporte a sus órganos pélvicos. Esta intervención es, generalmente, de muy corta estancia hospitalaria y poco invasiva.

«No es necesario pasar por este tipo de situaciones, ya que hoy por hoy afortunadamente disponemos de diversas soluciones, tales como la cirugía reconstructiva», ha defendido Gregorio Escribano, jefe de Sección de Urología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid. Probablemente, nos señala el responsable de contenidos de www.neyro.com, el experimentado ginecólogo José Luis Neyro, una seria política de prevención del daño del suelo pelviano en el embarazo y en el puerperio con una correcta y respetuosa atención al parto vaginal podrá suponer una mejora de las condiciones del periné para la mayoría de las mujeres que merecen nuestra atención más allá de los momentos cercanos al parto (sígase en el suelto http://www.neyro.com/2015/06/01/el-parto-tambien-puede-hacerse-de-forma-ambulatoria/).