Carcinoma del cuello uterino

La mitad de todos los casos de cáncer del cuello uterino (la parte baja
del útero [matriz]) se producen en mujeres de entre 35 y 55 años. Cada
año, en los Estados Unidos, se les diagnostica a más de 11,000 mujeres
cáncer invasivo del cuello uterino y casi 4,000 morirán por complicaciones
de esta enfermedad. El cáncer de cuello uterino puede prevenirse y se puede
curar si se detecta a tiempo. La edición de JAMA del 21 de noviembre de 2007
contiene un artículo en el que se describe el uso de un seguimiento cuidadoso
y una prueba de imagen denominada tomografía por emisión de positrones
con 18 fluordeoxiglucosa (FDG-PET), un estudio de medicina nuclear que
detecta la absorción de glucosa por parte de las células tumorales para evaluar
la respuesta del tumor a la terapia, para predecir los desenlaces clínicos de
supervivencia y para detectar la recurrencia temprana de las células tumorales.

Infección por papilomavirus humano.
Diferentes cepas del papilomavirus
humano (human papillomavirus, HPV), infección vírica de transmisión sexual,
desempeña un papel en la causa de la mayoría de los casos de cáncer de
cuello uterino. Actualmente se dispone de una vacuna que tiene el potencial
de prevenir la infección por HPV en mujeres.
• Antecedentes sexuales. Varios compañeros sexuales, actividad sexual en
mujeres adolescentes.
• Enfermedades de transmisión sexual (ETS). La clamidia, la gonorrea,
la sífilis o el VIH/SIDA aumentan las probabilidades de contraer HPV.
• Sistema inmune débil, como el que resulta de una infección por VIH.
• Tabaquismo. El consumo de tabaco aumenta el riesgo de sufrir cambios
precancerosos.
DIAGNÓSTICO Y PRUEBAS DE DETECCIÓN
Se recomienda que todas las mujeres se sometan regularmente a una prueba
de detección. Esta debería realizarse dentro de los 3 años de comenzar a ser
sexualmente activas o antes de los 21 años. Además de los antecedentes
médicos y de un examen físico, la prueba de detección puede incluir lo siguiente:
• Prueba de papanicolau (PAP). Prueba que detecta células anormales en el cuello del útero.
• Prueba de ADN del HPV. Prueba de laboratorio que detecta la mayoría de los tipos
comunes de HPV que pueden causar cáncer de cuello uterino.
Si una mujer obtiene un resultado de PAP anormal, se deberán realizar pruebas adicionales
para confirmar el diagnóstico, determinar la magnitud del cáncer y analizar las opciones
de tratamiento.
• Colposcopía. Microscopio especial que examina el cuello del útero en busca de células
anormales.
• Biopsia. Se toman pequeñas muestras de tejido para ser analizadas.
• Examen visual de la vejiga y del colon por medio de endoscopios especiales para examinar
el interior de la vejiga (citoscopía) y la parte inferior del intestino grueso (proctoscopía)
para determinar el grado y la posible expansión del cáncer a los órganos circundantes.
• Estudios por imágenes. Radiografías de tórax, tomografías computadas (CT), imágenes por
resonancia magnética (MRI) y tomografía por emisión de positrones (PET) para determinar la
presencia de células cancerosas y su posible diseminación.
TRATAMIENTO
La elección del tratamiento y el resultado a largo plazo del cáncer de cuello uterino
dependen del tipo y fase del cáncer así como de la recomendación del médico y de la
elección del paciente. Las principales opciones de tratamiento para el cáncer de cuello
uterino son la cirugía, la terapia de radiación y la quimioterapia

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La osteopenia y la prevención de fracturas

Osteopenia significa baja densidad ósea.

Es diferente de la osteoporosis, una afección común en la que los huesos son quebradizos y débiles, fracturándose con facilidad. La osteopenia no es una enfermedad, sino un marcador para el riesgo de fracturas. Las personas de edad avanzada tienen un mayor riesgo de padecer osteoporosis no reconocida, la cual pudiera descubrirse sólo después de una fractura (como una quebradura de cadera).

La densitometría ósea es un examen sencillo e indoloro que mide la densidad de los huesos. Si dicha densidad ya es anormal, cambiar el estilo de vida puede ayudar a disminuir la velocidad del avance de la pérdida ósea y reducir la ocurrencia de fracturas. El ejemplar de JAMA del 6 de diciembre de 2006 incluye un artículo acerca de la osteopenia.

Osteopenia y prevencion de fracturas