La seguridad de los tratamientos en la Osteoporosis debe ser máxima

Una de las características fundamentales de los tratamientos médicos en la actualidad debe ser su seguridad, que no causen daño apenas a los pacientes, menor en cualquier caso que el beneficio que de ellos se espera obtener con su empleo, lógicamente. Es paradigmáticamente más exigible en tratamientos de enfermedades crónicas (como la osteoporosis) en las que los pacientes se espera que sigan en tratamiento por periodos largos, a veces de más de una década.
En la osteoporosis que afecta a una de cada tres mujeres mayores de cincuenta años (ver en http://www.neyro.com/2013/10/21/la-osteoporosis-mata-4-veces-mas-mujeres-que-el-cancer-de-mama/) los médicos de todo el mundo a menudo prescriben fármacos del grupo de los bisfosfonatos como Alendronato (Fosamax) e Ibandronato (Boniva) para tratarla y evitar las fracturas osteoporóticas Tan frecuentes como alertamos en http://www.neyro.com/2011/10/21/la-incidencia-anual-de-las-fracturas-por-osteoporosis-postmenopausica-se-triplicara-en-los-proximos-50-anos/).

 Lamentablemente, la utilización de bifosfonatos a largo plazo se ha vinculado en los últimos años a un incremento del riesgo de fracturas femorales atípicas. En la revista JBJS Reviews, Blood et al, ofrecen alguna guía con respecto a cómo evitar tales fracturas. Los autores señalan que el dolor prodrómico del muslo y una línea radiolúcida en la radiografías de pacientes con un antecedente de utilización crónica de bisfosfonato son potentes indicadores de una fractura inminente. Estos signos se han detectado fundamentalmente en los pacientes que tomaban Alendronato (ALN) o Zoledronato (ZOL) por periodos de más de cinco y tres años, respectivamente.

Entre los usuarios de bisfosfonatos que tienen una fractura incompleta o dolor escaso o nulo, los autores recomiendan una prueba de suspensión de bifosfonato, soporte de peso protegido, suplementos de calcio y vitamina D y posible tratamiento con teriparatida (Forsteo), para incrementar la formación de hueso nuevo que ayude en la consolidación de la fractura.. Añaden que se ha de valorar la fijación profiláctica en quirófano cuando no haya mejora radiográfica o mejoría sintomática después de 2 a 3 meses de ese enfoque conservador.

Loa autores del estudio que ahora comentamos, Blood et al recomiendan también que los pacientes con alto riesgo de fractura femoral atípica deben evaluar la suspensión del tratamiento con bifosfonato después de 5 años de utilización continuada. Recientemente, el Dr. Neyro y sus colegas han publicado un artículo en una importante revista indexada (ver en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26048545) en la que explican las (mal) llamadas vacaciones terapéuticas de los tratamientos de bisfosfonatos, restringiendo estas a las pacientes en tratamiento con ALN o ZOL por los periodos aludidos de más de 5 y 3 años (respectivamente) y cuya situación haya pasado a ser en esos tiempos de bajo riesgo de fracturas.

También recomiendan en el estudio comentado a los traumatólogos y ortopedistas evaluar el fémur contralateral en busca de signos de fractura inminente en pacientes que ya han sufrido una fractura femoral atípica. Al tiempo, el director editorial de JBJS Reviews, Dr. Thomas A. Einhorn, señala: «Es importante hacer notar que si bien la mayor parte de estas fracturas muy probablemente se relacionan con la utilización de bifosfonatos, los hallazgos recientes muestran que también pueden ocurrir en pacientes con otros fármacos anti-resorción como denosumab (Prolia) y un número pequeño de pacientes ha presentado estos cambios óseos y fracturas sin ningún antecedente de utilización de fármacos».

De hecho, señala nuestro experto el Dr. Neyro, aún no se conoce bien el mecanismo productor de las llamadas fracturas atípicas; en el caso de Denosumab (ver más información en http://www.neyro.com/2011/03/11/el-denosumab-y-sus-aportaciones-al-tratamiento-de-la-osteoporosis/) los números son apabullantes: apenas 47 casos de daño en este sentido tras casi 2.000.000 de pacientes/año tratados, lo cual proporciona un riesgo no despreciable pero sí muy bajo, de apenas 0.0023%.

No obstante, las recomendaciones de Blood et al, el riesgo absoluto de fracturas femorales atípicas es bajo (3,2 a 50 casos por 100.000 años-personas en usuarios de bisfosfonato a corto plazo y casi 100 casos por 100.000 años-persona en usuarios a largo plazo). En consecuencia, en la mayoría de las personas con osteoporosis, las ventajas demostradas de reducción del riesgo de fracturas osteoporóticas con los bisfosfonatos superan los riesgos de fracturas femorales atípicas, según lo comenta el editor en jefe de JBJS, Dr. Marc Swiontkowski, en el artículo del 28 de enero del 2015 «conexiones de casos» en JBJS Case Connector.