Los sofocos de menopausia pueden durar una década o más

Los sofocos que son comunes durante y después de la menopausia pueden durar un promedio de más de 10 años, más de dos veces el periodo asumido hasta ahora, según un estudio de Estados Unidos.

La investigación, publicada por «Obstetrics and Gynecology», también halló que las mujeres que comienzan a tener sofocos antes de la menopausia o en las primeras fases de ésta los tendrán durante más tiempo, de media, que las mujeres que no tienen sus primeros sofocos hasta más tarde.

«Los sofocos son muy comunes, son molestos y preocupan a gran número de mujeres, y están empezando antes» de lo que se pensaba, dijo Ellen Freeman, en la Universidad del Colegio de Medicina de Pensilvania y autora principal del estudio.

Freeman y sus colegas siguieron a un grupo de unas 400 mujeres en sus 30 y 40, en una investigación iniciada en 1995. En los 13 años siguientes, los científicos entrevistaron a las mujeres más o menos cada año, y les preguntaron cuestiones sobre su salud, incluidos síntomas menopáusicos.

Solo 55 mujeres no tuvieron ningún sofoco durante el estudio. Otras 90 dijeron que solo tenían sofocos suaves mientras que el resto – 259 mujeres – informaron de sofocos entre moderados e intensos en al menos una de las entrevistas.

Para las mujeres con sofocos fuertes, estos síntomas duraron una media de 11 años y medio. Los calores entre moderados e intensos se prolongaron unos 10 años de media.

Pero duraban incluso más en las mujeres que tuvieron sus primeros sofocos cuando eran más jóvenes y antes del inicio de la menopausia. Las mujeres negras y las de peso normal también dijeron que padecían sofocos entre moderados y fuertes en mayor medida que las mujeres blancas y obesas.

Los investigadores dijeron que no sabían por qué había tanta variación en el momento en el que las mujeres tenían sus primeros sofocos en relación con la menopausia en este estudio. Pero una cosa estaba clara: pueden durar mucho tiempo.

«La presunción es que (los sofocos) pueden durar alrededor de 4-5 años», dijo Rebecca Thurston, que ha estudiado los síntomas de la menopausia en la Universidad de Pittsburgh y no participó en el último estudio.

Los hallazgos ponen sobre la mesa el tema de cuáles son los mejores tratamientos para los sofocos, dado que estos tratamientos pueden durar años.

Destacando que algunas mujeres encuentran sus propias formas de combatir estos síntomas, Thurston añadió: «Necesitamos tratamientos más seguros y efectivos para que las mujeres los puedan utilizar a largo plazo».

Qué es la incontinencia urinaria y cómo tratarla

Muchas mujeres en menopausia ven afectada su calidad de vida por la incontinencia urinaria sin hacer una consulta médica. Sin embargo es fácil de estudiar y de fácil tratamiento con excelentes resultados. Así lo explica el Dr.  José Luis Neyro – especialista en el tema y todo lo relacionado con el climaterio. Explica también que si los médicos incluyeran una simple pregunta en su interrogatorio, se facilitaría la llegada a un diagnóstico y al tratamiento correspondiente.

La Incontinencia Urinaria IO es un problema más habitual de lo que podemos imaginar y sobre el que existen todavía muchos tabúes.

El doctor José Luis Neyro ha tenido la amabilidad de contestarnos a unas preguntas sobre este tema y sobre el que se muestra así de rotundo:

“La incontinencia urinaria en la mujer no mata pero puede llegar a deteriorar  gravemente la calidad de vida de la mujer.”

Doctor ¿qué es la incontinencia urinaria y cual es su  origen?

Es un síntoma que aqueja a algunas personas en su mayoría mujeres, que consiste en la perdida involuntaria de orina. Existen varios tipos:

1º la incontinencia urinaria de esfuerzo (IOE) que es la que se produce con esfuerzos tales como la tos, el estornudo, la risa, la carrera, levantar pesos.

2º la incontinencia urinaria de urgencia (IOU) que sucede cuando el/la paciente tiene deseos irrefrenables de orinar pero…,”no llega al cuarto o de baño” y pierde involuntariamente la orina.

Aún hay una forma mixta en la que se combinan ambas sintomatologías y en la que el abordaje terapéutico debe ser doble, lógicamente.

¿Hay muchas consultas al respecto?

Muchas, pero muchísimas menos de las que debieran ser porque entre el 40 y 60 % de las mujeres afectas no lo consultan jamás con sus médicos, ni con los ginecólogos ni con sus médicos de cabecera.

Desde su percepción ¿siente que es un tema en el que todavía hay mucho pudor a la hora de realizar la consulta?

Ya lo creo, pero es un pudor malentendido porque es algo muy sencillo de estudiar, muy fácil de tratar y que tiene unos resultados en el corto, medio y largo plazo excelentes.

Todo ello debería estimular a las mujeres con este trastorno a consultarlo mas bien pronto que tarde, ya que muchas mujeres restringen sus actividades sociales , limitan sus actividades deportivas, reducen las asistencia a conciertos y/o a actos públicos solo porque se siente húmedas (mojadas literalmente) más habitualmente de lo que sería necesario, cuando hay muchas soluciones.

¿Qué aconseja a las mujeres que sufren de incontinencia?

Lo primero que lo consulten con su médico ya mismo y ya él se encargará de dirigirla hacia el ginecólogo. Desde nuestra especialidad, estamos en condiciones de historiar a la mujer, estudiar su sintomatología, proveer las exploraciones clínicas y complementarias que se precisen para llegar a un diagnóstico preciso y poder así, en segundo lugar realizar el tratamiento más adecuado a cada situación.

A veces, este tratamiento será médico con unas sencillas pastillas, otras requerirá rehabilitar el suelo pelviano y entrenarlo y en ocasiones una sencilla intervención quirúrgica de tan solo diez o quince minutos sin ingreso hospitalario ni clínico pueden ayudar a mejorar el cuadro de forma definitiva.

¿Pueden hacer los ginecólogos algo por esas mujeres?

Sí y es muy sencillo. Estar concienciados con el problema, atenderlo  De manera rotunda y para siempre, incorporar una pregunta más al interrogatorio que hacen a sus pacientes en sus consultas y es ésta: “¿pierde usted orina alguna vez de manera involuntaria?”

Sólo con esto, ya podemos iniciar un diálogo alrededor del tema, descubrir el trastorno e iniciar el estudio completo para, encauzando el tratamiento, mejorar la calidad de vida de las pacientes que está muy deteriorada cuando hay pérdidas involuntarias de orina.

¿Es cierto que las deportistas de élite suelen padecerla más a menudo y por qué?

Efectivamente es un síntoma muy frecuente en algunas de ellas porque están acostumbradas a hacer fuerza abdominal, a contraer de manera explosiva y mantenida la prensa abdominal, pero descuidan el fortalecimiento del suelo pélvico. Con el paso de los años, la maternidad incluida, puede deteriorar un suelo no bien tratado y aparecer la temida incontinencia urinaria.

En estos casos, y en los de incontinencia urinaria de esfuerzo en general, la rehabilitación del suelo pelviano tiene un papel preponderante y una eficacia contrastada científicamente.

¿Existe en los hombres?

Sí, pero casi siempre esta ligada a cirugías previas o tratamientos muy agresivos como el cáncer de próstata, el de vejiga o grandes traumatismo de la pelvis.

Antiguamente también a la cirugía de la hipertrofia benigna de próstata.

¿Que le aconseja a estos pacientes?

Que planifiquen bien sus tratamientos junto con su urólogo para tratar de evitar este trastorno después de los tratamientos que serán necesarios para erradicar sus enfermedades neoplásicas.

La información completa es básica antes de iniciar cualquier tratamiento y más en aquellos casos en lo que esa terapia puede provocar secuelas graves o incómodas para la vida posterior.

¿Cuál es la diferencia con la de las mujeres?

Hay una que es básica: que la de las mujeres se puede presentar entre los 45 y los 55 años para empezar e incluso comenzar antes, tras los partos y la de los hombres es mucho más tardía coincidiendo con esas enfermedades que señalábamos.

Además, en la mujer puede y suele estar ligada a los embarazos y partos y sobre todo a aquellos mal cuidados, poco preparados, sin gimnasia ni preparación para el parto o que han sido muy traumáticos o con bebés muy grandes. Ahí, los partos instrumentales (con ventosa o fórceps) pueden tener un papel desencadenante muy importante.

De ahí la importancia que los ginecólogos damos a la gimnasia de recuperación del suelo pelviano que diseñó un colega austriaco, el Dr. Kegel, después de los partos.
Dr. Jose Luis Neyro
Especialista en Obstetricia y Ginecología.
Magíster interuniversitario en Bioética
Delegado para el País Vasco de la Sociedad Española de Investigaciones Óseas y Metabolismo Mineral (SEIOMM)
Miembro de la International Menopause Society (IMS)
http://www.neyro.com

Cada día 2.500 jóvenes y adolescentes contraen el VIH en todo el mundo

Unos 2.500 jóvenes contraen diariamente el VIH, según un informe mundial que acaba de darse a conocer. Pese a que la tasa general de prevalencia en los jóvenes ha disminuido levemente, las mujeres jóvenes y las adolescentes aún corren un riesgo desproporcionadamente alto de infección debido a su vulnerabilidad biológica, a la disparidad social y a la exclusión.

El informe Oportunidades en tiempos de crisis: evitar el VIH/SIDA desde la primera adolescencia hasta el comienzo de la edad adulta presenta, por primera vez, datos sobre la infección por VIH/sida entre los jóvenes y hace hincapié en los riesgos que corren los adolescentes durante su transición a la edad adulta. El informe, que es una publicación conjunta de UNICEF, ONUSIDA, la UNESCO, UNFPA, la OIT, la OMS y el Banco Mundial, explica cuáles son los factores que aumentan el riesgo de infección y se refiere a las oportunidades de fortalecer los servicios de prevención y desalentar las prácticas sociales perjudiciales.

«Para muchas personas jóvenes, la infección por VIH/sida es el resultado de la negligencia, la exclusión y las violaciones que tienen lugar con el conocimiento de las familias, las comunidades y los dirigentes sociales y políticos», ha dicho Anthony Lake, Director Ejecutivo de UNICEF. «En este informe se exhorta a los líderes de todos los niveles a que creen una cadena de prevención que mantenga a los adolescentes y jóvenes informados, protegidos y saludables. UNICEF mantiene un firme compromiso con esta causa. Debemos proteger a quienes viven la segunda década de sus vidas, de manera que el VIH no descarrile el paso de la infancia a la edad adulta, que es una travesía particularmente arriesgada en el caso de las niñas y mujeres jóvenes».

De 15 a 24 años

Según el informe, el 41% de los nuevos afectados mayores de 15 años en 2009, fueron personas de entre 15 y 24 años. Unos cinco millones de jóvenes de esas edades vivían con VIH/sida en el mundo en 2009. En el sector de la población de entre 10 y 19 años de edad, según los nuevos datos, hay unos dos millones de adolescentes que viven con VIH/sida. En su mayoría, se trata de personas que viven en África subsahariana y son mujeres. Muy pocas de ellas están al tanto de que han contraído el virus. A nivel mundial, más de un 60% de las personas jóvenes que viven con VIH/SIDA son mujeres. Esa tasa llega al 72% en el caso de África subsahariana.

«El éxito logrado con respecto al aumento del acceso a los medicamentos antirretrovirales significa que más personas jóvenes con VIH/SIDA tienen tasas más altas de supervivencia, pero muchas de ellas no están al tanto de su infección», apunta Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud. «La OMS está comprometida a ayudar a aumentar el acceso de los adolescentes a las pruebas del VIH/SIDA y a los servicios de orientación psicológica, así como a garantizar que los servicios de salud den respuesta a sus necesidades en materia de prevención, tratamiento, atención y apoyo».

«Como el informe indica, son demasiadas las adolescentes que se quedan embarazadas cuando aún no están preparadas para ello y tienen hijos siendo aún niñas», ha señalado Babatunde Osotimehin, Director Ejecutivo de UNFPA.

Algunos comportamientos de alto riesgo, como la iniciación sexual precoz, el embarazo adolescente y el consumo de drogas, constituyen claros síntomas de que algo no funciona en los entornos de los adolescentes, y estos síntomas pueden guardar relación con la violencia, la explotación, el abuso o el abandono. Pero los sistemas de protección social que tienen en cuenta los aspectos relacionados con el VIH/SIDA pueden brindar ayuda financiera a las familias vulnerables, aumentar el grado de acceso a los servicios sociales y de salud, y garantizar la prestación de servicios a los jóvenes marginados.

«El mundo necesita, de manera urgente, nuevas estrategias de prevención del VIH/SIDA», afirma Mahmoud Mohieldin, Director General del Banco Mundial. «Por cada dos personas que obtienen tratamiento contra el VIH que amenaza sus vidas, otras cinco se infectan con el VIH, lo que coloca en situaciones imposibles a muchos países pobres y a las comunidades que los integran. Las estrategias de prevención que se han implementado hasta ahora han tenido éxitos limitados, por lo que debemos buscar enfoques nuevos y originales para revertir el

Los sofocos en la menopausia, el tratamiento hormonal

El tratamiento de los sofocos consiste siempre en administración de hormonas sexuales femeninas exactamente las mismas que fabrica el ovario lo que sucede es que la dosis y el tipo de producto y la vía de administración pueden ser distintos para cada mujer.

Las hormonas son siempre las mismas se llaman estrógenos y se pueden administrar por vía oral en pastillas y desde ese punto de vista hay estrógenos
naturales y estrógenos sintéticos. Los parches sin embargo son sólo estrógenos naturales por tanto digamos que los estrógenos sintéticos solón existen por vía oral.

Los ginecólogos tratamos de darla dosis más pequeña posible para quitarle a usted o su amiga a cualquier mujer de su edad se evite lasincómodas las terribles sofocaciones
incluso el sudor nocturno el insomnio y la irritabilidad y toda la sintomatología de la que hemos hablado.

Los tres pilares básicos son que la mujer admita el tratamiento porque lo necesita y está de acuerdo con el médico que las hormonas sean lo más naturales posibles y que la dosis administrada sea la más baja posible.